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rando que cada uno haga su milpa, frijolar y huertas para que mantengan sus obligaciones? Por lo que todos estamos muy gustosos y ninguno de los que trabajamos es forzado, sino todos voluntarios, y más con el ejemplo de ver á nuestro pastor trabajar personalmente, pues más enseña el ejemplo que la voz á todos; y le suplicamos que vea al Señor Vicario para que nos lo exfuerce que se venga luego, pues sin su merced nada se hace; y que puesto que todos estamos mirando la exactitud de su merced y que aunque Dios le ha de dar fortaleza para que sufra cuantos trabajos se ofrecieren en esta insigne obra, todos le prometemos estar constantes y firmes en los trabajos de la obra y en los que su merced padeciere por seguir dicha fábrica; y para que conste nos obligamos cada uno de por sí, en toda forma de derecho, con nuestras personas y bie nes, tenidos y por haber, á cumplir esto que prometemos, siendo testigos todos los siguientes primeramente; en 6 de Octubre de 1786 años lo firmé. Manuel Ant. Acosta.

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Cartago y Octubre 7 de 1786. En vista de la justa solicitud del beneficiado Don Juan Manuel López del Corral y en consideración á la obra tan piadosa que está edificando en el partido de La Alajuela y á que sus moradores se hallan voluntarios á concurrir con sus personas, según se ha acreditado con la exposición de algunos de aquellos vecinos, ordeno y mando á mi lugar Teniente de la Villa Vieja que en vista de ésta se le haga saber á Don Pedro Solórzano franqué á dicho beneficiado todos los auxilios conducentes para el seguimiento de su nueva Yglesia, por ceder al servicio de Dios y bien público de aquellos habitantes; teniendo sabido dicho Teniente no se someterá en los puntos de jurisdicción eclesiástica y solamente en los que le correspondan á su encargo, para obviar disenciones y que se guarde la armonía en lo eclesiástico y real. Todo lo que ejecutará y obedecerá por convenir así á la tranquilidad y buen orden de justicia.=Jph. Perié.

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Villa Vieja y Octubre 8 de 1786. Queda obedecida como debo la orden anterior y juntamente hecha la notificación que se previene á Don Pedro Solórzano, Alcalde

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de la S.ta hermandad de esta Villa; y para que conste lo firmo con el dicho. Simón Paniagua=Pedro Antonio Solórzano testigo D." Lorenzo Loría-testigo Fran.co Jiménez testigo Juan Jph. Molina-testigo Man.' Joph. Loría testigo Miguel Calistro Arrieta = testigo Joph. Toribio de Moya testigo D." Fran.co Flores=testigo Matías Ant. Morera testigo Juan Flores=testigo Tomás Solera testigo Fernando Rodríguez = testigo Enrique Calvo-testigo Joph. de la Trin. Calvo-testigo Santiago Delgado-testigo Josep Dámaso Cortés testigo Bartolo Araya testigo Man. Sánchez = testigo Juan Fran. Chávez testigo Camilo Solano testigo Manuel Gonz. testigo Pedro Delgado-testigo Toribio Santa María=testigo Joseph Ant.o González Ramón Jiménez testigo Calisto Bonilla.

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testigo

Carta del presidente de Guatemala sobre la reducción de las siembras de tabaco del reino á sólo la provincia de Costa Rica, varios informes sobre esta materia y acuerdo de la real junta de tabacos de Guatemala. Años de 1786 y 1787 (1).

Exmo. Sr. En cumplimiento de la superior orden que me comunicó V. E. con fecha de 27 de marzo de 1786, he hecho, según ofrecí á V. E. en representación de II de agosto del año próximo pasado N.o 630, examinar en junta extraordinaria de tabacos el informe dado por este Contador mayor Don Juan Manuel Ramírez en 27 de julio de 84, relativo á los varios puntos que expuso deberse adoptar para poner esta renta en el pie más floreciente.

La expresada junta que presidí se compuso del Regente Don Juan Antonio de Uruñuela, del oidor asesor Don Francisco Robledo, el fiscal Don Josef de Tosta, dicho contador mayor y los dos directores y contador del tabaco Don Juan del Barrio, Don Josef de Quintana y Don Juan de Zavala; y como se hallaba pendiente la resolución del expediente acerca de reducción de siembras propuesta por el referido Zavala en la anterior junta, de que dí cuenta á V. E. con representación de 12 de mayo del mismo año N.o 562, que era uno de los particulares de más bulto comprendidos en el informe del Contador mayor, dispuse pasase también á esta junta el mencionado expediente.

Examinado todo con aquella prolija atención y delica; deza que exige la importancia del asunto, se ha acordado reducir todas las siembras del Reino á la provincia de Costa Rica, extinguiéndose las de San Salvador, valle de Copán en Gracias a Dios y Ciudad Real, y que se construyan y mantengan de cuenta de S. M. los buques necesarios para conducir el tabaco por el mar del Sur desde

(1) Archivo General de Indias.--Estante 100, cajón 4, legajo 12.

T. X- 13

Punta de Arenas, en la citada provincia de Costa Rica, á los demás puertos del Reino, suspendiéndose por ahora la manufactura de puros y cigarrillos hasta tiempo más oportuno, con lo demás que advertirá V. E. en esta resolución corriente al folio 68 del testimonio que acompaño.

Aunque el Contador mayor y Director Barrio sostuvieron, sin producir la mínima razón para ello, que todas las siembras debían reducirse á la provincia de San Salvador, declinando después á unos dictámenes medios que sólo podían encaminarse á retardar la decisión del expediente, todos los demás individuos de la junta opinaron uniformemente del modo que descubre la citada resolución; y en realidad son tantas y tan poderosas las reflexiones que concurren á apoyarla, que no puedo dejar de asegurar á V. E. que sin ella jamás podría verse en este Reino la renta del tabaco en el pie de verdadero estanco, como manda S. M., y que cualquiera otro arbitrio que se tomase, sobre muy complicado y costoso, nunca proporcionaría la venta exclusiva de esta planta por cuenta del Rey.

Es la provincia de San Salvador un país sumamente abierto y poblado: su situación geográfica, entre Nicaragua y esta capital, la hace tránsito preciso de multitud de pasajeros, y dentro de sí misma son tantos los caminos públicos y veredas ocultas que encierra, que sería inútil la más apurada vigilancia y costoso resguardo para impedir los extravíos y contrabandos. De aquí nace que en la actualidad son las siembras de esta provincia único origen de que ningún consumidor de algunas proporciones se surta del estanco, á pesar del celo con que se cuidan las entradas de esta capital.

Por otro lado el precioso fruto de añil, propio de la misma provincia, ocupa ventajosamente todas sus manos y campos, y sin perjuicio de una agricultura tar provechosa al estado y comercio y sin decadencia cierta del beneficio de minas de aquel distrito, no podría extenderse en ella la siembra del tabaco.

No así Costa Rica, que situada á la extremidad del Reino hacia los confines de Panamá, no ofrece entrada sino á los que se encaminan á ella de propósito, y aun esto por medio de una garganta ó paso preciso, cual es un puente en que poniéndose una mediana ronda queda perfectamente ce

rrada y como bajo de llave toda la provincia, sin dejar capacidad para poderse extraer fraudulentamente un manojo de tabaco. Por manera que la naturaleza misma la ha llamado para establecer en ella las siembras con iguales proporciones que las que pudieran conseguirse en un país ó muy remoto ó perfectamente aislado.

Las manos de sus habitantes se hallan ociosas y desiertos sus amenos extensos campos, con el dolor de nacer esta inacción, no de falta de genio ó de la natural pereza que generalmente domina á los americanos, mas sí del ningún comercio de la provincia y dificultad para extraer los frutos con motivo de la distancia y fragoso de los caminos. Por sola esta razón y constando que dichos habitantes son laboriosos é inclinados al cultivo del tabaco, ha parecido que en caso de haber arbitrio de elección por iguales en las demás circunstancias, debía Costa Rica ser preferida á todas las demás provincias, dictando los principios de todo buen gobierno y sana política el cuidado con que se deben distribuir los ramos de industria entre las provincias, para que todas florezcan igualmente, llegando al estado de opulencia que sin esta economía sería imposible conseguir.

El mar del Sur que baña esta provincia se brinda á conducir el tabaco desde ella por Punta de Arenas á los demás puertos del Reino con mucha facilidad y poco costo, según demuestra el plano que hace al folio 66 del testimonio acompañado, internándose después con las mismas ventajas por tierra á los lugares de su consumo. Toda esta operación se afianza por el medio de construir y mantener de cuenta de S. M. dos bergantes de á doscientas toneladas poco más o menos, y habiendo en la provincia de Nicaragua buenas proporciones para esta construcción, es cosa bastante expedita, pudiendo asegurar á V. E. que la manutención de estos buques se puede simplificar bajo de las reglas más seguras, de modo que sea poco costosa al Real Erario; y que pudiendo traer y llevar á flete efectos y frutos mercantiles juntamente con el tabaco, al paso que empezará á prosperar el comercio de aquella provincia, dándole un movimiento hasta aquí desconocido, se conseguirá reembolsar mucha parte de lo que cuesta la expresada ma

nutención.

La calidad del tabaco de Costa Rica es el único óbice

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