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los Estancos, y Simojovel de los que están acostumbrados á fumarlo; teniendo presente el acopio actual de Tabacos de que verbalmente dió noticia el expresado Director General, con todo lo demás que consta del expediente expuesto por el Señor Fiscal é informado por la Dirección y Contaduría General del Ramo; y deseando convinar las ventajas de la Renta con los clamores del público y la expresa voluntad de S. M. de que se dé gusto á los consumidores, dijeron: Restablézcanse las siembras de Istepeque en el valle de Aquiquisquillo, cometiéndose la ejecución á la Dirección General y empleando ésta toda su actividad y conocimiento en establecer desde luego dichas siembras bajo el pie de reducción y arreglo que propone el Sor. Fiscal, dando cuenta á esta Junta de las resultas y consultándola en las dudas ó dificultades que le ocurriesen, adelantándose en lo posible las siembras de Copán. Redúzcanse las de Costa Rica á lo presiso para el surtido de aquel extremo del Reyno, y consérvense las de Simojovel. Hágase saber á todos los cosecheros que en esta Junta se queda tratando de tomarles el tabaco al peso para que les sirva de gobierno, y á los de Copán é Istepeque que igualmente se trata de aumentarles equitativamenie el precio de sus tabacos; en cuya inteligencia y en la de que se van á tomar las más serias providencias para suprimir las siembras clandestinas, podrán ampliar las permitidas y deberán esmerarse en los beneficios, pues siempre se tendrá este respeto para el aumento de precio que se hubiere de hacer. Librense los Despachos oportunos y vuelva el expediente al Director General y Contador para que evacúen el informe que está mandado, pasándose después al Señor Fiscal. Sáquese testimonio de esta providencia y dése cuenta á S. M. por la vía reservada de Hacienda y por mano del Exmo. Señor Presidente, con el informe correspondiente, entretanto que arreglados los incidentes que se hallan pendientes se pueda remitir testimonio íntegro de todo lo obrado en cumplimiento de la Real Orden de diez y seis de Julio del año pasado de noventa. Así lo proveyeron, mandaron y firmaron dichos Señores, de que doy fe. Troncoso Villalengua Bataller-Sirgado= Nájera=Ignacio Guerra y Marchán.

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Concuerda con su original á que me reinito, con que

se corrigió y concertó y lo hice sacar en virtud de lo mandado para dar cuenta á S. M. Nueva Guatemala, Marzo veinte y seis de mil setecientos noventa y dos.= Ignacio Guerra y Marchán.

Los Escribanos que aquí firmados certificamos y damos fe que D. Ignacio Guerra y Marchán, de quien parece firmado y rubricado el testimonio que antecede, es Escribano de Cámara de esta Real Audiencia, Mayor de Gobierno y Guerra en su distrito y jurisdicción, y como á tal á todo cuanto actúa siempre se le ha dado y da entera fe y crédito judicial y extrajudicialmente. N. Guatemala, Marzo veinte y siete de mil setecientos noventa y dos.= Alejo J. Avendaño Man.1 de la Cavada-Mig.1 Jph. González.

T. X - 17

El guardián del colegio apostólico de misioneros franciscanos de Nueva Guatemala informa á S. M. sobre el estado de las reducciones y conversiones que están á cargo del referido colegio.—Año de 1797 (1).

Señor En cumplimiento de la cédula de 21 de Marzo de 1787, sobrecartada en 23 de Abril de 1796, que en testimonio me comunicó el Vro. Presidente de esta R.1 Audiencia, dirijo con el más profundo respeto á V. R. P. el plan adjunto que formé con arreglo á las últimas relaciones de los Padres Misioneros que se ocupan en las conversiones de los pueblos de Indios que de presente administra este colegio, en conformidad de su instituto y de las piadosas intenciones de V. M.

En los cuatro pueblos se ha procurado establecer el Idioma Castellano, poniendo al intento todo el cuidado posible, y le hablan los Indios, entendiendo cuanto se les dice y dejándose entender en lo más común y necesario; de suerte que se confiesan y repiten claramente la doctrina Cristiana, sin embargo que usan también las lenguas nativas y por lo regular las transfieren á sus hijos, del mismo modo que se verifica en las Montañas; mas no por eso están escasos de instrucción en lo tocante á nuestra creencia, sino que saben lo suficiente para recibir Sacramentos y practicar actos de religión, asistiendo á los oficios divinos, oyendo Misa con frecuencia, rezando todos los días el Rosario de nuestra Señora la Virgen María, confesando y comulgando algunas veces al año, señaladamente en el tiempo de Pascua Florida y Natividad de los Santos del nombre de cada uno.

En los dichos pueblos viven los Indios sin superstición ni errores; entierran sus muertos religiosamente, hacen

(1) Archivo General de Indias.—Estante 101, cajón 1, legajo 22.

ofrendas de Plátanos, Pijibai, Cacao y otros frutos el día de la conmemoración de todos los difuntos y los Lunes del año en que se acostumbra cantar responso por las ánimas del Purgatorio. Muchos trabajan con diligencia para que se les digan Misas y Responsos después de su muerte, criando con ese obgeto Marranos, Gallinas y otros animales domésticos, y ya ha habido Indio que deje ocho reales en plata con este piadoso destino.

Los Misioneros les enseñan á leer el Castellano, y el latín á los que se destinan para Sacristanes y cantores; pero son muy raros los Indios que aprenden á escribir. A las mugeres se les enseña á Texer, coser, lavar, cocinar y servir en los demás oficios comunes de las casas, y ninguna se aplica á leer.

La Política de estos pueblos es casi la misma que se observa en los otros del Reyno que están ya plenamente Civilizados. Hay Gobernadores, Alcaldes, Regidores, Fiscales y demás empleos subalternos, que se mudan anualmente por elección pública celebrada el día 1.o de Enero, formalizándose el acto y escribiéndose en un libro todas las elecciones, salvo la del Gobernador, cuyo empleo confieren los Padres Misioneros al Indio más despejado y dura por el tiempo que les parece conveniente.

Por medio de estos Ministros se castigan los delitos, señaladamente el adulterio, el robo y otros desórdenes graves que trastornan el buen gobierno, conmensurando á cada vicio las penas de azotes, zepo, trabajos públicos y otras arbitrarias que se juzgan oportunas para la corrección y enmienda. El estrupo ó acceso á Muger virgen lo miran los Indios con horror, y aunque se comete raras veces lo castigan con más severidad, quizá atendiendo á los efectos, pues entre ellos la Muger corrompida casi siempre persevera despreciada, de manera que ninguno quiere recibirla por Esposa.

En consideración á esto los Padres naturales solicitan con gran desvelo colocar sus hijos en matrimonio luego que tienen edad competente para celebrarlo, ajustando los contratos con igualdad y conveniencia de los hijos; empero sin privarles de la libertad, antes bien siempre se acuerdan con ellos, interviniendo en todo el P. Misionero para que nunca se verifique opresión ni violencia, á causa de ser los

Indios tan reverentes á sus Padres, que perseveran bajo de su potestad después de Casados y Velados, por lo que jamás sería conveniente contratar los Matrimonios sin esta intervención.

Los varones de estos pueblos se dedican á la labranza de los Campos y hacen sus Milpas particulares, no obstante que siembran de comunidad para el sustento de los Sacerdotes, de los Huérfanos, Viudas y Enfermos, consultando de tal modo al adelantamiento que nunca se siga perjuicio á todo el pueblo ni se deje de beneficiar á los particulares en lo preciso. Algunos se destinan para herreros y carpinteros, que son los oficios más indispensables entre ellos; otros se aplican á la Música y aprenden á tocar Guitarra, Violín, Violón y Marimbas, únicos Instrumentos de que usan en las fiestas y funciones eclesiásticas á que son bastante afectos, de manera que nunca ha faltado un competente número de Cantores y Músicos en los tres Pueblos, aunque en Luquigüe jamás se ha conseguido que los haya, quizá por rudeza ó desaplicación, no obstante que los Indios en general son hábiles é industriosos para todos los oficios y para el comercio.

En los tres primeros pueblos se exercitan en sacar Mastates, beneficiar la Resina del Copé, hilar Pita, hacer mochilas y riendas para frenos de caballo, con cuya industria comercian, vendiendo y revendiendo otros efectos que adquieren de los Indios de la Montaña y de los Ladinos, para comprar Reses y Mulas en las haciendas de Chiriquí y Cartago. Los de Luquigüe hacen riatas, lazos, alforjas, sudaderos, persogas y otros aperos necesarios para los caminantes, con los cuales tratan, vendiendo y revendiendo en los valles y pueblos comarcanos para adelantar su comercio.

Sin diferencia son diestros y cuidadosos para el pastoreo de Ganados, para la Conducción de Cabalgaduras, carros y demás Servicio de camino; de manera que no tienen igual ni hay harrieros, Tayacanes y Mozos á quienes con más seguridad pueda encomendarse un caminante, por muy áspero, peligroso y desierto que sea el camino, pues estos Indios, sobre la fidelidad que guardan, asisten con mucho esmero al viajante, conduciéndole en sus hombros si es necesario, fabricándole rancho en las jornadas para que

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