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La diputación provincial de Nicaragua y Costa Rica pide á la regencia del reino la erección de una audiencia y capitanía general en estas dos provincias, con independencia de Guatemala. Año de 1814 (1).

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Serenísimo Señor La Diputación de Nicaragua y Costa Rica, deseosa de promover la prosperidad de las Provincias de su distrito para desempeñar los deberes de sus atribuciones y satisfacer la esperanza de los Pueblos, eleva á la alta penetración de V. A. este papel en que se propone manifestar la riqueza, abundancia y prosperidad de que son capaces estas Provincias; el estado de decadencia, miseria y abatimiento en que se hallan reducidas, y el medio fácil, sencillo y justo de conducirlas á la grandeza y opulencia en beneficio de ellas mismas y del estado.

Fecunda la naturaleza en sus dones parece que se ha esmerado en enriquecerlas con mano pródiga, dándoles la situación más ventajosa que ofrece acaso el mapa del mundo, colocándolas á doce grados de latitud en las orillas del mar Pacifico y las del Norte, del célebre Lago dulce de Nicaragua y Laguna de Perlas; concediéndoles Ríos, ensenadas y hermosos, seguros y saludables Puertos en ambos Mares; sembrándolas de las más preciosas y ricas producciones que podrán hacer el alma del Comercio; abundando en ellas el añil excelente, buen Cacao, el mejor Tabaco, azúcar, brasil, algodón, Zarza, bainilla y una multitud de frutos, maderas y drogas estimables; poblándola de ricos minerales, tan fáciles de trabajar y abundantes que sin pericia, máquinas ni ligas producen veinte y cinco marcos de Plata cada diez arrobas de tierra. Tales son los que se acaban de descubrir en el Partido de la Nueva Segovia, siendo probable que ambas Provincias abundan los

(1) Archivo General de Indias.—Estante 101, cajón 3, legajo 6.

minerales de oro, Plata, Plomo y demás metales que por falta de inteligencia ni se conocen ni se trabajan. Todos estos preciosos frutos y producciones, las ricas perlas que se sacan en el partido de Nicoya y otras piedras preciosas que la ignorancia y abandono hacen desconocer, podrían elevar estas Provincias, por medio del Trabajo y cultibo y del Comercio activo por sus puertos del Sur y Norte con la Península, Islas, Perú y Nueva España, al colmo de la prosperidad y abundancia.

Mas en medio de tanta fertilidad, de tanta riqueza y tantos dones, parece que un genio maligno, enemigo de los hombres, ha esparcido por todos los puntos de estas feraces Provincias la miseria, la pobreza y la desolación, y en su vasta extensión de más de cuatrocientas leguas se llora por todas partes su calamidad y desgracia. Sin Comercio, sin industria, sin agricultura yacen sumergidas en el abatimiento y abandono caminando precipitadamente á su última ruina, y los tristes individuos que la pueblan, cercados de indigencia, apenas tienen el escaso pan de su subsistencia, regado con las amargas lágrimas de su llanto. No es ésta una pintura poética, sino una verdadera y sencilla descripción de la pobreza en que actualmente se hallan estas Provincias. Las ricas y abundantes minas de Segovia, de que se ha hablado, no se pueden trabajar por falta del numerario para cambiar las platas que producen. La Hacienda Pública no tiene lo necesario para sus gastos, los fondos municipales son tan escasos que el Ayuntamiento Constitucional de esta Capital no tiene con qué pagar los portes de su Correspondiencia y suele permane. cer meses en la estafeta. Los vecinos más acomodados apenas pueden subsistir, sin arruinarse, por medio de un incesante Trabajo y virtuosa economía. La juventud sin escuelas de primeras letras en muchos Pueblos, el Colegio Seminario sin Cátedras, y lo que es más que todo, el Santuario del Señor, la administración del Pan de vida, en un estado lastimoso. Los Párrocos por la mayor parte incongruos y las Iglesias pequeñas chozas, de suerte que casi no basta el zelo y caridad verdaderamente Apostólica del actual Prelado Doct. D." Fray Nicolás García Xerez para hacer se supla lo más necesario para la salvación de las Almas.

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¡Qué contraste el que forman la fertilidad, riqueza y abundancia natural de estas Provincias con la pobreza, miseria y abatimiento en que actualmente se hallan sumergidas! ¿Pero cuál es la causa de tanta lacería y el medio de destruirla y subrrogarle la prosperidad y abundancia de que fácilmente son susceptibles? Muchas, Serenísimo Señor, han influido, pero una es la que ha obrado más eficazmente y uno el remedio más seguro, pronto y activo. La sugeción y dependencia de estas Provincias á la de Guatemala, distantes muchas leguas y por lo mismo embarazosa y dificultosa la Administración de justicia y demás ramos, ha sido la causa pral. del abandono de estas Provincias. Y por lo mismo, el único medio para sacarlas de él y conducirlas á la prosperidad, es hacerlas como lo merecen y lo exigen la necesidad, indep.tes de ella, erigiendo una Audiencia Territorial y Capitanía General sin otra dependencia que la del Gobierno Soberano.

Esta medida sencilla y á que acaso se habrá ya anticipado el Soberano Congreso en la distribución del Territorio Español, como nos lo indica la especial consideración de que debe á S. M. esta Provincia en el singular favor de haberle puesto Diputación Provincial que promoviese sus intereses, es la única capaz de hacerla prosperar y la exige la necesidad y justicia por su extensión, población, situación y demás circunstancias.

Las dos Provincias del distrito de esta Diputación se componen de más de cuatrocientas leguas de extensión, de feraces y fecundos Terrenos, propios para cultibar una multitud inmensa de frutos preciosos y para criar toda especie de ganados; de bosques abundantes de altos y gruesos cedros, caobas, moras, pinos y copia de maderas adecuadas para construcción de Barcos, Casas y muebles; de Cerros llenos de minerales de todos metales, y casi puede asegurarse que en la Nueva Segovia está uno de Plata de nueve leguas de circunferencia, ó que á lo menos la décima. parte de su mole es de este rico metal.

Las bañan los mares del Sur y Norte. Al primero, entre otros que el arte pudiera facilitar, tienen los Puertos de Punta de Arenas, Realexo y Escalante; y al segundo el de Matina, Patasma, Palmas y S." Juan. La población de ambas de más de doscientas mil almas, su clima benigno

y saludable, su terreno regado de muchos ríos y de varias Lagunas ó lagos, de las cuales dos, que son las de Managua y Granada, son de las mayores que se conocen, teniendo la primera veinte leguas de largo y la segunda setenta ú ochenta, pudiéndose por medio de estas lagunas y Ríos facilitar el Comercio interior. La de Managua, distante ocho leguas de esta Capital, desagua en la de Granada y ésta en el Mar del Norte por el río de San Juan, distando del Mar del Sur, por varios puntos, de dos á tres leguas ó doce á veinte leguas, de manera que por un Canal podrían comunicarse los dos mares ó á lo menos trasportarse los efectos comerciables del uno al otro con mucha facilidad en bestias ó carros por caminos llanos.

Es pues muy asequible que para dar fomento á unas proporciones con que la naturaleza nos combida, se establezca en esta Ciudad de León una Audiencia y Capitanía General. Su inmensa extensión y su gran distancia á la de Guatemala dificultan de tal manera los recursos en todos los ramos de administración pública, que no pueden servirse con la exactitud debida. Pueblos hay en estas Provincias que distan seiscientas leguas de Guatemala y el que menos casi doscientas; y en tan inmensa distancia, el recurso hasta allá en las materias de Hacienda, Armas, Guerra, Patronato y Justicia es tan dilatado y dispendioso que se malogran las coyunturas y se pierde el tiempo; y la misma distancia hace que la resolución de estos negociados, por la falta de conocimiento, no lleve el acierto apetecible ni se dé con la oportunidad correspondiente. Añadiéndose que la Capitanía General y Aud.a de Guatemala se halla recargada de un territorio de más de nobecientas leguas con bastas Provincias, cuya divergencia de atenciones causa la mala y lenta administración.

El ramo de Justicia en lo Civil y Criminal es de los que más padecen en los recursos dilatados de apelación, y no es de los de menos trascendencia en el orden Social. El infeliz habitante de Térraba, pueblo de esta Provincia, abandonará primero su subsistencia que tener que dispu tarla en la Aud.a de Guatemala, seiscientas leguas distante de su pobre domicilio, ni crea que sin su presencia, sus estímulos y su dinero daría un paso su causa, que por los asuntos que ocurren en novecientas leguas de extensión

no permiten examinarla. Pero no hablemos de Térraba; los negocios y pleitos de León, Granada y Cartago padecen y han padecido dilaciones gravosas, Costas exorvitantes y perjuicios irreparables á los interesados, de forma que se puede asegurar que el que emprehende un pleito queda envuelto con su contrario en la ruina y en la miseria. Estos males gravísimos y los que ocasiona la impunidad de los delitos y la dilación del Castigo ó de la absolución del inocente, por la distancia, se remediarían con establecer la Aud.a en esta Ciudad, por que como de menor extensión su territorio, menores ocurrencias y asuntos, los desempeñaría más cabalmente, siguiéndose iguales ventajas á las Provincias de Guatemala con disminuirle las atenciones y ocupaciones de su Aud.a, pudiéndose, si se tuviese á bien agregar á la Audiencia que se establezca aquí la Provincia de Comayagua como más inmediata á ésta, pues sólo dista ochenta leguas, al paso que de la de Guatemala la separan doscientas, sobre que se podrán oir los informes de su Diputado y respectivos Ayuntamientos quedándole en ese caso á la de Guatemala las de Ciudad Real, Verapaz, Altos, Chiquimula, S." Salvador, Sonsonate y otras, con más de seiscientas leguas de extensión.

Aun son mayores los perjuicios que ocasiona la distancia de la Capitanía General y más urgente y necesaria de consiguiente la separación de estas Provincias en este ramo. Como los asuntos de su conocimiento son más trascendentales y demandan mayor celeridad y ra. pidez, de ahí es que la dilación, inoportunidad é inexactitud en las resoluciones en estas materias es de más funesta consecuencia. ¿Qué progresos podrán hacer los asuntos de Guerra, marina, armas, Hacienda, &., si para su resolución es necesario ocurrir á trescientas, cuatrocientos ó seiscientas leguas de distancia y esperar uno, dos ó tres meses, cuando la dilación de momentos tal vez causa perjuicios irremediables? ¿Y qué diverso y ventajoso aspecto no tomarían todos estos ramos si residiera dentro de la Provincia un Gefe Superior en todos conceptos, que prontamente resolviera sin más sugeción que la del Gobierno de la Nación? Son incalculables, Serenísimo Señor, los daños que experimentan estas Provincias con la distancia enorme de la Capitanía General, y por la inversa lo serán los bienes

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