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de Arauco, donde sueñan las rocas seculares, en tanto que chicuelos desnudos, de los riscos arrancan, encorvados, malezas i mariscos;

al asomarte a un pozo colmado de aguas muertas donde las ranas cantan sus canciones inciertas, i en cuyos rotos bordes, hundidos i deshechos, los frescos musgos brotan i crecen los helechos... piensa en los tristes dias en que por allí mismo, ceñudos i callados, bajaban al abismo

los que hoi acaso duermen, hundidos con sus penas en el rincon mas hondo del infeliz venero, sin que a turbarlos lleguen, ni el son de las cadenas, ni el eco de las anclas, ni el paso del viajero.

JOAQUIN DIAZ GARCES

De los escritores de la jeneracion nueva, Joaquin Diaz Garces es el mas orijinal porque se ha dedicado a la descripcion i pintura de las costumbres nativas.

Siguiendo las gloriosas huella's de Jotabeche i Roman Vial, en la literatura de costumbres nacionales, ha sido el pintor espiritual de los tipos criollos, poniendo de relieve un sentimiento impresionista mui vigoroso en sus cuadros i escenas populares.

Con el pseudónimo de Anjel Pino, ha introducido en la literatura chilena un réjinen nuevo de cuento ameno, donairoso i de alegria espiritual.

Se le puede colocar entre los risueños de nuestra literatura picaresca, de costumbres nativas, de ironia infinita.

Al estilo delicado del artista esquisito i selecto, ha dado la gracia criolla del pensamiento festivo.

Sus pájinas son bellas por la forma, por el chiste inagotable i el sentimiento de alegria que fluye de sus mismas fantasias.

Esta gracia novedosa se destaca de su libro Pájinas Chilenas, en las que alterna la anécdota feliz, el episodio histórico patriarcal o el tipo burlon del campo o la

ciudad.

A veces la ironia aguda e injeniosa asoma punzante, como la espina en la flor bella, haciendo saltar las veladas sonrisas entre las joviales impresiones del esbozo que delinea o traza con pincel teñido en matices de vivos colores.

Tal acontece en su hermosa pájina titulada Una Vida de Afecciones, una de las mas bellas de su pluma juguetona i traviesa.

El Chileno i El Mercurio, han recojido la abundosa cosecha de su fantasia juvenil i en Zig-Zag se encuentran pájinas soberbias de su númen inquieto i apasionado de los tiempos clásicos de la patria.

Del periodismo ha pasado a la diplomacia i el escritor continúa sirviendo a su pais en la secretaria de la Legacion de Chile en Italia.

Desde Roma escribirá nuevas pájinas de índole nativa, porque su alma chilena le inspirará siempre impresiones criollas, risueñas i de fantasia infinita.

Copiamos uno de sus cuentos criollos de la mas delicada orijinalidad i belleza, por su índole espiritual i nativa.

Bajo los Peumos

Desesperado del aburrimiento de Carnaval, hastiado del calor sofocante i enervador de las calles de Santiago, resuelto a todo, incluso al suicidio, tomé el primer tren que partia esa tarde, con un maletin que contenia a lo sumo ropa para dos dias, sin llevar otro rumbo que el que pudiera ocurrirseme en el camino.

Recordé, una vez metido en el wagon, cuatro o cinco de esas invitaciones jenerales, sin dia fijo, que se le hacen a uno con ánimo de que no se acepten; «Cuando tengas un dia desocupado vente a pasar con nosotros, aquí se lleva una vida tranquila i podrás descansar de tus faenas diarias. Mi mujer te acojerá con el cariño que se siente por un viejo amigo. Aquí hai un excelente clima, buena costa para bañarse, caballos para hacer escursiones a pinto

rescos sitios vecinos, i mas que todo niñas, niñas bonitas, lo que te recomiendo a tí, soltero impenitente, etc., etc.»

Todo esto venia como postdata en una carta de un mi amigo de la infancia. I encantado por la verídica sencillez de esas líneas, resolví que fuera su casa el punto donde fuera yo a pasar en esa salida repentina i tan fuera de programa.

Me dejó el tren a pocas leguas del lugar de veraneo en que mi amigo residia, i quedé despues de pocas dilijencias, embutido en una carretela en medio de jente de mui variada condicion que traspiraba con abundancia. Una dama situada a la derecha, se mostró ofendida porque la toqué impensadamente con mi rodilla; otra de la izquierda me advirtió con poquísima urbanidad que le incomodaba el cigarro. Un caballero del frente al subir la pierna arriba me pegó con su zapato de doble suela en el estómago. I en fin, el cochero nos condujo por un camino tan abrupto i lleno de polvo, que pensé con delicia en las caldeadas calles de Santiago. en su calor sofocante, en el asfalto derretido de las veredas i en todos los candentes sitios que pocas horas ántes habia abandonado despues de maldecirlos.

Por fin divisamos tierra firme. Un grupo de casitas se abrió a ámbos lados de una calle larga. Dos o tres olmos de irregular follaje daban una nota de verdura en medio de todo un paisaje aparentemente seco i prosaico. No comprendí cómo podia elejirse aquel sitio desnudo de bellezas naturales, como centro de veraneo i de descanso; pero sin tiempo para hacer mas observaciones en torno mio, descendí de la carretela, sacudí con un pañuelo los zapatos llenos de polvo i penetré en una casa que se volvia toda ella corredores.

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