Gozad, gozad, vosotros los dichosos! Dad a los pobres! Sed benefactores! Cuando de vuestra mesa las migajas Dad, para que el Señor dé a vuestras hijas La gracia i el candor de los querubes: La grana con que el sol dora las nubes, Al nácar arjentado de su tez. Para que vuestra vid os rinda opíma, Dad, para que el recelo no os aceche, Ya se avecina el dia en que dejemos Dad, para que El remita vuestras culpas I para que al cruzar la oscura linde TOMAS GATICA MARTINEZ Poeta i novelista de la nueva jeneracion intelectual del pais, cultiva con orijinal injenio la poesía i el romance social moderno. Se ha disciplinado su carácter i su pluma en el periodismo literario i militante, exhibiendo un temperamento personal propio, de clara independencia. Su reciente novela sociolójica Gran Mundo (1908) en la que espone su índole de costumbrista moralizador, lo revela, así mismo, un artista modelo, que no busca en el escándalo ni en la vituperacion de esferas sociales determinadas ni el éxito del oro ni el del talento. Su primer libro, Ensayos Líricos, lo publicó en 1900 i en 1904, dió a luz su segunda obra de conjunto con el título de Pensativas. En 1902 ingresó a la redaccion de El Chileno, diario popular, que ha sido la tribuna de escojidos escritores de nuestra juventud intelectual. En 1904 se hizo cargo de la redaccion del semanario ilustrado La Bandera de Chile, que editó en Santiago el sociólogo italiano Enrique Piccione. A principios de 1900 redactó La Revista de Chile, fundada por una asociacion de distinguidas damas santiaguinas. En 1906 se incorporó al personal de colaboradores de El Diario Ilustrado, en el que ha insertado numerosos artículos de diversos jéneros literarios, de crítica i de análisis de costumbres sociales. Es un escritor de buen gusto i un poeta de verdadera inspiracion. Su norma literaria es el realismo en el arte i en los episodios que describe, en los tipos i en las costumbres de la sociedad que pinta en sus cuadros i novelas. Damos una de sus poesías mas sentidas. Confidencias (A mi madre) Aquí estoi, madrecita, al pié de tu sepulcro arrodillado. para no separarme de tu lado! Aquí estoi. ¿No me ves? ¿Ya no me escuchas? Por Dios, responde! Mira que son muchas Tanto tiempo hace ya que estoi sin verte Vengo a hablarte con la íntima terneza soñando con tus besos, madre mia! porque eran mis caricias infantiles |