Imágenes de páginas
PDF
EPUB

con ahorrarme ese trabajo material, pude darme resueltamente al de investigacion, hasta fijar la altura de los lugares visitados, indagar con fruto la sucesion de animales y vejetales, á medida que mas se adelanta hacia la cresta de las cordilleras; distinguir los límites; hacer un gran número de observaciones de física terrestre con efectos dignos de induciones filosóficas sobre el conjunto de la naturaleza animada de aquella privilejiada rejion, y que servirán, ademas, de complemento á esta obra, ó mejor de adorno, traido como de intento contra la aridez y el fastidio de las descripciones científicas, con términos cuyo colorido la hagan parecer pintoresca á par que literaria.

He experimentado atentamente las costumbres de los animales; la virtud medicinal de los vejetales, y la utilidad que de ellos puede reportar la industria; las curiosidades naturales del pais, los lugares cuyos acontecimientos políticos son dignos de nota; y todo ello vendrá en la historia detallada de ciudades, y aldeas, al relatar el estado de su comercio é industria segun las diferentes administraciones, y sus respectivos períodos; pues poseo documentos para entrar con alguna confianza en todas esas materias.

Intrincado, molesto, parecerá semejante trabajo, pero muy precioso, muy útil, cuando de él ha de resultar tambien la publicacion de una historia política de Chile, á contar desde que allí arribaron los Españoles hasta el fin de la guerra de la independencia, época gloriosa de la rejeneracion social, prin

cipio de vida, de actividad, de intelijencia, y asiento perenne de la existencia civil y gubernativa de aquella república, alzada desde entónces al merecido rango de nacion libre é independiente.

No le faltará á esta parte descriptiva el interés que de suyo pide, ántes abundarán en ella los elementos sociales, políticos y relijiosos, que se desprenden de infinitos materiales cuya autenticidad descansa en veinte y dos manuscritos históricos recojidos en el mismo Chile y en las repúblicas vecinas, en una multitud de documentos que el gobierno chileno tenia archivados, otros que provienen de familias tan distinguidas cuanto han sido cautas y curiosas, y aun en muchas reales cédulas orijinales.

No sin fruto he pasado tres meses en Lima reconociendo los archivos, y apuntando cuanto tuvo relacion con Chile mientras su dependencia de aquel vireinato; y por si algo pudiera faltar, todavia es fortuna el haberme procurado gran número de códices existentes en ciertas bibliotecas de Paris, principalmente en la del señor Ternaux-Compans, dueño de una baraja de obras sobre la América, de inestimable precio, quien con fino y jeneroso desprendimiento las deja á mi entera disposicion.

Esto, sobre facilitar el curso de mis confrontaciones, y resolver dudas, me ayudará á dar con acierto la idea jeneral y fundada de cada una de las secciones en el propio curso de su respectiva introduccion.

En una palabra, rico en materiales, sumamente

[ocr errors]

agradecido á lo mucho que al gobierno de Chile, y á sus dignos y dichosos administrados debo, permítaseme afirmar, sin viso de vanidad, que esta obra, si acaso hubiera debido caber á manos mas diestras que las mias, de ningunas saliera tratada con mas apego, con el atento esmero que me he impuesto en satisfaccion de la confianza pública.

Sin duda traeré yo noticias y opiniones que se apartarán mucho de las que otros historiadores han consagrado, pero no por ello se apresure la crítica, que si, careciendo de los documentos orijinales que la fortuna ha traido á mis manos, se viéron los escritores en la dura necesidad de repetirse, de aceptar, unos tras otros, los mismos errores, las propias preocupaciones, de estas y de aquellos trataré de huir á beneficio de la señalada ventaja.

Sea muestra de esta verdad la administracion de D. Pedro Valdivia, una de las mas interesantes ciertamente, y la que menos conocida anda; porque poseo copia integra de la correspondencia que con Carlos V siguió aquel caballero, copia que fue sacada fielmente de las cartas orijinales, trasladadas, con otros documentos, desde Simancas á Sevilla, donde existen hoy, y que guardó muchos años el célebre Muñoz.

Cuando se compara el contexto de esos preciosos manuscritos con otros que de Chile y del Perú he traido, no se sabe cual es de mas sentir si los varios anacronismos que se advierten, ó el asiento de algunos hechos inverisimiles, y otros lijeramente in

terpretados. Se nos dice, por ejemplo, que al resolver Valdivia su expedicion contra Chile, el renombre militar de que gozaba su persona le atrajo un sinnúmero de soldados, que entusiasmados corrian de todas partes para venir á engrosar las filas: la verdad es que si llegó á reunir aquel jefe unos ciento y cincuenta Españoles, todavia fue muy á duras penas, y con el sacrificio, no solamente de todo su caudal, sino de crecidas cantidades que hubo de tomar prestadas. Asientan los historiadores que Valdivia llevó, pasando á Chile, el mismo camino que Almagro, trepando por las encrestadas cordilleras de Copiapo, y de aquí hacen materia para pintar detalladamente dificultades, riesgos, infortunios, etc., etc., porque así se lo figuró la imajinacion de los primeros autores; el hecho es que Valdivia pasó á Chile siguiendo las costas, atravesando el desierto de Atacama.

Encarécense de tal suerte los tesoros de Chile, se dan tan subidos colores á la desmedida ambicion de Valdivia que aun hoy dia cuentan cándidamente los biógrafos, como los Indios, apoderados de la persona de aquel, le hicieron tragar el oro derretido para ver si así descansaba su hartura: asercion ridícula, pueril, y sobre todo mal avenida con los nobles sentimientos de Valdivia, afanado constantemente en la colonizacion, en el auje de la agricultura, en la prosperidad de todo el pais, que á ella atendió cuidadoso desde que entró á gobernarle. Sí que de vez en cuando se le vió beneficiar algunas minas, pero el producto de ellas pasaba á manos del rey, ó se

consumia en la adquisicion de reclutas y de colonos que á propósito se solian filiar en el Perú ; pero no se crea que era tan considerable esè producto: el oro entonces no andaba muy abundante, y pruébalo el siguiente aviso que á Carlos V se le dió, desde la Concepcion, en 15 de octubre de 1550.« Partió este >> barco llevando los que en él iban mios y de parti>> culares casi sesenta mil pesos, que á ir á otra parte » que al Perú eran gran cosa, pero, como aquella » tierra ha sido y es tan próspera é rica de plata, » estimarian en poco aquella cantidad, y acá tenía» mosla en mucho por costarnos cada peso cien gotas » de sangre, y doscientas de sudor. »

Con otros muchos testimonios pudiera yo argüir, no solamente del gobierno de Valdivia, si tambien del de Garcia de Mendoza, de cuyo sujeto guardo varias comunicaciones; pero presumo haber dicho aquí cuanto era menester para quedar á cubierto de los tiros que una crítica inadvertida pudiera asestar contra mí, á querer apadrinar hechos con demasiada lijereza sentados, y sin atenta y averiguada procedencia recibidos.

Tras lo expuesto ya no me resta sino notar que el desempeño material de esta vasta y variada tarea no es, ni debe ser obra de un solo hombre. Yo me reservo la direccion, sí : trataré cuantas materias parezcan por su naturaleza de mi propia incumbencia, todas las que por su nimiedad demanden detenido exámen y escrupulosas investigaciones, con el apego, el teson, el constante querer que solo puede

« AnteriorContinuar »