HISTORIA DE LA NVEVA MEXICO, del Capitan Gaspar de Vi
QVE DECLARA EL ARGVMENTO DE LA HISTORIA,
y fitio de la nueua Mexico, y noticia que della se tuuo,
en quanto la antigualla de los Indios, y de la
falida y decendencia de los verdade-
ros Mexicanos.
AS armas y el varon heroico canto,
El fer, valor, prudencia, y alto esfuerço,
De aquel cuya paciencia no rendida,
Por vn mar de difguftos arrojada,
A pefar de la inuidia ponçoñofa,
Los hechos y prohezas va encumbrando,
De aquellos Españoles valerofos,
Que en la Occidental India remontados,
Descubriendo del mundo lo que esconde,
Puls vltra con braueza van diziendo,
A fuerça de valor y braços fuertes,
En armas y quebrantos tan fufridos,
Quanto de tofca pluma celebrados:
Suplicoos Chriftianifsimo Filipo,
Que pues de nueua Mexico foys fenix,
Nueuamente falido y producido,
De aquellas viuas llamas y cenizas,
De ardentifsima fee, en cuyas brafas,
A vueftro facro Padre y feñor nueftro,
Todo deshecho y abrafado vimos,
Sufpendais algun tanto de los hombres,
El grande y graue pelo que os impide,
De aquefe inmenso globo que en justicia,
Por folo vueftro braço fe fuftenta,
Y prestando gran Rey atento oido,
Vereis aqui la fuerça de trabajos,
Calumnias y aflicciones con que planta,
El euangelio fanto y Fé de Chrifto,
Aquel Chriftiano Achiles que quififtes,
Que en obra tan heroica se ocupase,
Y fi por qual que buena fuerte alcanço,
A teneros Monarca por oiente,
Quien duda que con admirable espanto,
La redondez del mundo todo escuche,
Lo que a tan alto Rey atento tiene,
Pues fiendo afsi de vos fauorecido,
No fiendo menos efcreuir los hechos,
Dignos de que la pluma los leuante,
Que emprender los que no fon menos dignos,
De que la mifma pluma los escriua,
Solo refta que aquellos valerofos,
Por quien efte cuydado yo he tomado,
Alienten con fu gran valor heroico,
El atreuido buelo de mi pluma,
Porque desta vez pienso que veremos,
Yguales las palabras con las obras,
Efcuchadme gran Rey que foi testigo,
De todo quanto aqui feñor os digo.
Debajo el polo Artico en altura,,
De los treinta y tres grados que a la fanta,
Ierufalem fabemos que refponden,
No fin grande mifterio y marauilla,
Se esparcen, tienden, siembran y derraman,
Vnas naciones barbaras remotas,
Del gremio de la Iglefia donde el dia
Mayor de todo el año abraça y tiene,
Catorze oras y media quando llega,
Al principio de Cancro el Sol furioso,
Por cuyo Zenith, paffa de ordinario,
De Andromeda la imagen y Perfeo,
Cuya conftelacion influye fiempre,
La calidad de Venus y Mercurio,
Y en longitud nos muestra su districto,
Segun que nos enfeña y nos pratica,
El meridiano fixo mas moderno,
Dozientos y fetenta grados juftos,
En la templada zona, y quarto clima,
Dozientas leguas largas por la parte
Que el mar del Norte, y golfo Mexicano,
Acerca y auecina mas la costa,
Por el viento fuefte, y por la parte,
Del brauo Californio y mar de perlas,
Cafi otro tanto dista por el rumbo,
Que fopla el fudueste la marina,
Y de la Zona elada difta y tiene,
Quinientas leguas largas bien tendidas,
Y en circulo redondo vemos ciñe,
Debajo el paralello si tomamos,
Los treinta y fiete grados lebantados,
Cinco mil leguas buenas Españolas,
Cuya grandeza es lastima la ocupen,
Tanta fuma de gentes ignorantes,
De la fangre de Chrifto cuia alteça,
Caufa dolor la ignoren tantas almas:
Deftas nueuas Regiones es notorio,
Publica voz y fama que decienden,
Aquellos mas antiguos Mexicanos,
Que a la Ciudad de Mexico famosa,
El nombre le pusieron porque fuesse,
Eterna fu memoria perdurable,
Imitando aquel Romulo prudente,
Que a los Romanos muros puso tassa,
Cuya verdad fe faca y verifica,
Por aquella antiquifsima pintura,
Y modo hierogliphico que tienen,
Por el qual tratan, hablan y fe entienden,
Aunque no con la perfeccion insigne,
Del graciofo coloquio que fe ofrece,
Quando al amigo aufente conuerfamos,
Mediante la grandeza y excelencia,
Del efcreuir illuftre que tenemos,
Y fuerça y corrobora esta antigualla,
Aquel prodigio inmenso que hallamos,
Quando el camino incierto no sabido,
De aquella nueua Mexico tomamos,
Y fue que en las poftreras poblaciones,
De todo lo que llaman nueua España,
Y a los fines del Reyno de Vizcaia,
Eftando todo el campo leuantado,
Para romper marchando la derrota,
Bronca, afpera, dificil y encubierta,
Supimos vna cosa por muy cierta,
Y de inmortal memoria platicada,
Y que de mano en mano auia venido,
Qual por nofotros la venida a España,
De aquellos valerofos que primero,
Vinieron a poblarla y conquistarla,
Dixeron pues aquellos naturales,
Vnanimes conformes y de vn voto,
Que de la tierra adentro señalando,
Aquella parte donde el norte esconde,
Del presurofo Boreas esforçado,
La concaua cauerna defabrida,
Salieron dos briofifsimos hermanos,
De altos y nobles Reyes decendientes,
Hijos de Rey, y Rey de fuma alteza,
Ganofos de estimarfe y leuantarse,
Descubriendo del mundo la excelencia,
Y a fus illuftres Reyes y feñores,
Con triumpho noble, y celebre trofeo,
Por viua fuerça de armas, o sin ellas,
Quales corderos fimples al aprifco,
Reduzir los fugetos y obedientes,
Al duro iugo de fu inmenso imperio,
Soberbio feñorio y brauo eftado,
Y que llegando alli con grande fuerça,
De mucha foldadefca bien armada,
En dos grandiofos campos diuididos,
De grueffos efquadrones bien formados,
El maior de los dos venia cerrando,
Con gran fuma de esquadras la banguardia,
Y de otras tantas brabas reforçaua,
La retaguarda en orden bien compuesta,
El menor con grandifsima destreza,
Y por el medio cuerpo de batalla,
Gran fuma de bagage y aparato,
Tiendas y pauellones bien luzidos,
Con que fus Reales fuertes affentauan,
Y como fueltos tiernos ceruatillos,
Infinidad de niños y muchachos,
Por vna y otra parte retoçando,
Embueltos en juguetes muy donofos,
De fimples infanticos inocentes,
Sin genero de traça ni concierto:
Y tambien por aquel foberuio campo:
Entre las fieras armas se mostrauan,
Afsi como entre espinas bellas flores,
Vizarras damas, dueñas y donzellas,
Tan compueftas difcretas y gallardas,
Quanto nobles hermofas y auifadas:
Y en fresca flor de jubentud mancebos,
Gentiles hombres, todos bien compuestos,
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