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cion nacional. Ni la riqueza, ni la industria del país se hallan bastante desarrolladas todavía para suplir la renta que proporciona la aduana.

Ese papel principal que tiene la aduana en el sistema rentístico, ha favorecido el desenvolvimiento de ciertas industrias que encontraban en el país elementos para su radicacion, pero, en esto, se ha procedido con toda discrecion y sin hacer exclusiones ni excepciones. Cuando estas industrias han adquirido cierto desarrollo se les ha exigido su contribucion como hoy sucede con las destilerías, fabricacion de cerveza y algunas otras, ó se ha suprimido el gravámen á la exportacion, como ha sucedido con los cereales que actualmente se introducen libre de todo derecho.

Este sistema es el que necesita seguir la República Argentina para fomentar directamente sus industrias y cultivar al mismo tiempo amistosas relaciones con todas las naciones del mundo.

Cualquier compromiso de reciprocidad sería contraproducente en este sentido, aparte de que como lo hace notar V. E. carecería de eficacia porque las estipulaciones de otros tratados vijentes, obligarían á extender sus términos hasta el punto que desaparecería del todo la renta que proporciona el derecho á la importacion.

El manejo de la negociacion á que parece deseoso de llevarnos el Gobierno de los Estados Unidos, en el desenvol vimiento de su nueva política comercial, requiere mucha circunspeccion y reserva y pienso que el ilustrado criterio de V. E. puede formular mejor las instrucciones que solicita el señor Ministro Quesada y que, en definitiva se conforman á la actitud que él manifiesta haber ya asumido.

Con este motivo, me es agradable reiterar á V. E. las seguridades de mi distinguida consideracion.

VICENTE F. LOPEZ.

A S. E. el Señor Ministro de Relaciones Exteriores, Doctor Don Eduardo Costa.

Ministerio
de

Relaciones Exteriores

Buenos Aires, Mayo 5 de 1891.

Señor Ministro:-Inclusa encontrará V. E. la contestacion del señor Ministro de Hacienda á la de este Ministerio fecha 22 de Abril ppdo., que le ha sido ya trasmitida y que acompaño ahora en cópia.

Como advertirá V. E., el pensamiento del Gobierno no se nclina favorablemente á la reciprocidad, que al parecer, con tanto afan busca el de esa República.

En la situacion angustiosa porque atraviesa la fortuna pública y privada, el país necesita la más amplia libertad y sería aventurado limitar su esfera de accion por compromisos internacionales en prosecucion de fines, que, si bien muy americanos y patrióticos, requieren largo tiempo para su desenvolvimiento.

Sin rechazar por esto in limine la iniciativa de ese Gobierno, hará V. E. presente las consideraciones expuestas en las notas acompañadas, llamando especialmente su atencion hácia la liberalidad de nuestras leyes fiscales para con las importaciones americanas, mientras que el Gobierno de la Union cierra sus puertas con derechos prohibitivos al primero de nuestros artículos de exportacion. Me refiero naturalmente á la lana. En vez de exigirnos nuevas concesiones, habría más bien justicia en pedir por nuestra parte que los dos grandes artículos que debieran alimentar el comercio de uno y otro país, el pino y la lana, fueran colocados en igualdad de condiciones.

Dejando por lo demás la prosecucion de este asunto á la notoria discrecion del señor Ministro, me es grato saludarle con toda consideracion.

EDUARDO COSTA.

A S. E. el Señor E. E. y M. P. de la República Argentina en los Estados Unidos, Dr. D. Vicente G. Quesada.

LEGACION O. DEL URUGUAY.

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