Imágenes de páginas
PDF
EPUB

CRÓNICA DEL REINO DE CHILE,

ESCRITA POR EL

CAPITAN DON PEDRO MARIÑO DE LOVERA.

DIRIJIDA AL EXMO. SEÑOR DON GARCIA HURTADO DE MENDOZA,

Marques de Cañete, vice-rei y capitan jeneral de los Reinos del Perú y Chile.

REDUCIDA A NUEVO MÉTODO, Y ESTILO

POR EL PADRE

BARTOLOMÉ DE ESCOBAR, DE LA COMPAÑIA DE JESUS.

Exmo. señor don García Hurtado de Mendoza marques › Cañete, y vicerei de los reinos del Perú y Chile. Bartoloé de Escobar de la Compañía de Jesus, salud y eterna fecidad en nuestro Señor Jesucristo.

na de las cosas, señor Exmo., que me aumentan el gusto, que en r a V. E. con estos renglones recibo, es el hallarme desobligado longarlos, con escribir el punto, que por una parte es inexcusav por otra pudiera causar prolijidad, habiéndose de explicar, como teria pide. Esto es tratar del fin que me movió a escribir de nueta historia: el cual constándole a V. E. no ser otro, sino la volunobligacion que de servir a V. E. tengo, me parece estoi justamenimido de renovarlo: pues ultra desto ninguna otra cosa fuera parte ello. Porque, aunque la materia no sea la que derechamente mi sion ejercita, mas bien mirada, no la tengo por fuera della pues príncipe tan defensor de la relijion cristiana, y celoso de su aumentan protector de las particulares relijiones, y afecto a ellas, y seamente a nuestra compañía de Jesus, cualquier servicio que se le se puede presumir que redunda en lo que todos pretendemos, que gloria del nombre de Cristo, a la cual todos debemos aspirar ante cosas. Y no tengo por cosa mui remota deste intento el asunto que mado en esta historia, pues se trata en ella orijinalmente el modo entró, y se ha ido aumentando en estas partes nuestra santa fé ca, para que en semejantes ocasiones tenga el lector aviso de como proceder así en seguir lo que aquí se dá por lícito y loable, como itar lo menos puesto en razon, y aun lo exorbitante della, si hallare que merezca tal nombre. Ni tampoco es razon que deje yo de estipor suficiente motivo, el que tiene por tal V. E., que es no dejar ados los trabajos de don Pedro Mariño de Lovera, autor de esta ia; el cual con extraordinaria dilijencia escribió, así las cosas de Fué testigo, como persona que se halló en Chile, casi a los princile su conquista, como las que inquirió con tanta solicitud, que na cosa mas deseaba, que el no ver en su historia cosa que disse un punto de la verdad averiguada. Y desto puedo decir, que soi

ficcion, que pudiera desimularse, sin echarla de ver, mayorme tanto daba y tomaba con él en esto, como yo. Y bien se le ecl que no atendia a otra cosa, sino a la verdad sola y apurada; curó de lenguaje ni estilo, ni de buscar quien le fuese ayudan asunto al tiempo que escribia, siéndole tan necesario, com que demas de su natural sinceridad, se habia ocupado siemp armas y en ejercicios militares nada concernientes a este m tanto que habiendo acabado de escribir su historia, deseans redujese a disposicion, lenguaje, y estilo, se contentó con c corto caudal y suficiencia tiene como yo, que por reconocerla me atreviera a salir a esto, si no fuera mandado de V. E. cuya dad suple mis faltas, animándome a mas de lo que por mí solo justo. Verdad es que no reparo tanto en el injenio mal subtiliz guaje y método mal proporcionado a lo mucho bueno que se para la descripcion del reino de Chile; la diversidad de sus ten abundancia de sus mantenimientos; la ferocidad de sus nat riqueza de sus minas; y finalmente el discurso de su conquista, to: en lo cual no va mucho estar mas o ménos bien puesto histórico, y elegante estilo: lo que he temido es solamente el en esta obra, en cuanto tiene insertas las memorables hazañas que mientras mas tengo que escribir dellas, tanto ménos acie: ferirlas, sin bajar mucho de los quilates, a que ellas suben. Pero hombre discreto se espantará de que yo no atine a ponderar razon el haber V. E. siendo de veinte y dos años cuando ent gobierno destos reinos, salido con empresas, que arguyen ciner madureza, y muchos mas de experiencia; como se verá en el desta historia. Bien sabe todo el mundo de la manera que entr a apaciguar un reino inquieto, y rebelado entre bárbaros de c fuerzas y temerarios brios; y entre españoles medio alborotados, sin concierto y órden el estado de las cosas; y haberlo dejado t llano, cuanto antes y despues, que V. E. alzó mano de su g esa (1)........destruido, y miserable. Gran cosa fué sin dud ber V. E. en. dos jenerales españoles aposesionado tierra enviándolos...... fuera del reino y pacificándolo en to habiéndose con los suyos con tal equidad y peso, que no hiciese ro de desden, o desafuero: grande el haber entrado en aquellas famosísimas batallas campales con tan reducido número de solda tre el excesivo de los bárbaros belicosos, saliendo siempre con la ria: grande el haber acometido a una fortaleza entrándose solo

...

« AnteriorContinuar »