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CAPÍTULO II

1. Movimiento de los espíritus en busca de otros ideales que la política. -2. Fundacion de dos periódicos literarios: don Juan García del Rio.-3. Formacion de una sociedad literaria: publicacion de El Semanario.-4. Preparacion i publicacion de la Historia física i política de Chile por don Claudio Gay.-5. Preparacion, discusion i promulgacion de la lei orgánica de la universidad de Chile.-6. Reforma radical e importante de los estudios secundarios.-7. Reformas en el ministerio de guerra: restablecimiento de la escuela militar: frustrado proyecto de formacion de un nuevo código militar.-8. Gastos fiscales para el fomento de periódicos: publicacion del primer diario en Santiago.-9. Relaciones entre el gobierno i el clero: resistencia que encuentran algunas pretenciones de éste.-10. Las elecciones de 1843.

lítica.

1. Movimiento de 1. Al calor de aquel movimiento político de los espíritus en busca de otros que desde 1839 sucedió al réjimen letárideales que la po jico de las facultades estraordinarias, habia surjido en la vida social de Chile cierta espansion de los espíritus en busca de otros horizontes mas plácidos i serenos que las rivalidades de los partidos. Se hablaba de grandes empresas industriales, de colonizar el sur de nuestro territorio, de abrir caminos i canales, i hasta del cultivo de ciertos conocimientos en asociaciones literarias. Todo esto era bien vago e inconsistente, pero dejaba ver los jérmenes de aspiraciones de cultura i de progreso, en medio de una jeneral satisfaccion por la paz i la tranquilidad de que gozaba la República.

Los años que habian trascurrido desde la implantacion del gobierno regular, es decir desde 1830 a 1839, no habian sido favorables para este movimiento de los espíritus. Sin embargo, dadas las condiciones del país, la falta casi absoluta de estímulos i de ambiente, no habian sido estériles esos años en este órden de manifestaciones. En ese período en que el célebre hidrógrafo Fitz Roy levantaba la carta de nuestras costas i daba a conocer en sus

libros una buena parte de la jeografía de nuestro país, i en que el insigne naturalista Cárlos Darwin señalaba los rasgos principales de la jeolojía de este país, otro naturalista de menos poder, pero de una incansable actividad, don Claudio Gay, recorria por encargo del gobierno todo el territorio chileno, i recojia los materiales para la obra que lleva su nombre i que constituye un monumento de perseverancia discreta i bien dirijida. Ese era tambien el tiempo en que don Andres Bello, a la vez que preparaba el código civil, escribia sus notables Elementos de derecho internacional, i sus sábios estudios de prosodia castellana (ortolojía i métrica), i excelentes estudios críticos (1). Pero ni ésos, ni otros libros de ménos valor, escritos i publicados en aquellos años, bastan para pretender dar a éstos el carácter de un período de produccion literaria. La actividad periodística que siguió a la suspension de las facultades estraordinarias, vino por otra parte a demostrar el estado de atraso en que a este respecto se hallaba todavía nuestro país. En los numerosos periódicos que se publicaron en los dos años que precedieron a la eleccion de 1841, es raro encontrar algunos artículos de cierto valor literario por su fondo i por su forma.

Pero ya se dejaban sentir los primeros jérmenes de aspiraciones de esta clase. En algunos de los periódicos de estos años se lee uno que otro artículo sobre la pobreza de la biblioteca nacional en libros modernos i útiles, i se pide al gobierno que la dote convenientemente. Los profesores del Instituto nacional acordaron en abril de 1839 celebrar reuniones periódicas para leer memorias científicas o literarias, escritas por ellos mismos; pero esos ensayos, mui modestos, se sostuvieron solo unos pocos meses. Otra asociacion proyectada por los mismos profesores con

(1) Por vía de nota, recordaremos ademas come produccion literaria de esa época la Gramática de la lengua latina (1838) por don Francisco Bello, adaptacion intelijente a nuestro idioma de los trabajos de la filolojía moderna, i los Elementos de la filosofía del espíritu humano por don Ventura Marin, libro de enseñanza, fundado sobre todo en los tratadistas franceses de principios del siglo. Como produccion histórica, en todo ese período solo hai un libro que señalar, El chileno instruido por el padre franciscano frai José Javier Guzman, libro destituido de todo valor histórico i literario.

un objeto mas preciso i determinado, no tuvo mejor éxito. Proponíase el estudio de la historia nacional, mui desconocida entónces, apesar de estar todavía vivos muchos de los principales actores de los grandes acontecimientos de la revolucion, i se proponia, ademas, coleccionar relaciones i documentos relativos a nuestro pasado (2). Aquella asociacion, cuyas dilijencias por la recoleccion de materiales históricos tuvieron mui poco efecto, desapareció sin dejar mas huella que la aficion por esos estudios que se desarrolló en algunos de los asociados. Como manifestacion de este movimiento de los espíritus, recordaremos que en en 1839 se construia en el gran patio de la universidad de San Felipe, condenada a desaparecer, un teatro queaunque provisional, fué lo mejor que en su jénero hubiera tenido Santiago hasta entónces, i subsistió trece largos años en constante servicio.

riódicos literarios: Don Juan García del Rio.

2. Fundacion de dos pe- 2. La absoluta tranquilidad que siguió a la eleccion presidencial de 1841, vino a favorecer este movimiento de los espíritus (3). Entre los numerosos emigra

(2) Se encontrarán algunas noticias documentadas sobre estos hechos en la Historia del Instituto nacional por don Domingo Amunátegui Solar, tomo II, capítulo IX. Nosotros recibimos hace muchos años informaciones verbales sobre esas sociedades literarias de boca de don AntonioGarcía Reyes, que era uno de sus principales promotores; pero los recuerdos que conservamos no tienen suficiente interes para darles cabida en estas pájinas.

(3) No entra en nuestro propósito, i ménos en el plan de este libro,. el dar noticia detallada de los hechos e incidentes que contribuyen a esplicar este movimiento, i por lo tanto nos limitamos a recordar los rasgos capitales i mas característicos. Por via de nota, consignaremos los pormenores siguientes. El 6 de noviembre de 1841 comenzó a publicarse la La Gaceta de los tribunales, que poco mas tarde agregó a ese título estas palabras i de la instruccion pública, por cuanto publicó por algun tiempo los decretos i demas documentos concernientes a esta materia. El promotor de esta publicacion fué don Antonio García Reyes, que la dirijió uno o dos años; pero como éste era un abogado mui jóven, se buscó para presentarla mas autorizada el nombre del doctor don José Gabriel Palma, que habia sido ministro de corte, i que luego volvió a ese

cargo.

Valparaíso era entonces la única ciudad, en toda la República, que tuviese un diario, El Mercurio, que databa de 1827, pero que al principiofué solo periódico bisemanal. El 1.o de febrero de 1842 se comenzó a publicar en esa misma ciudad, otro diario, La Gaceta del comercio, quellegó a contar cuatro años de existencia.

dos que las discordias civiles de los otros estados hispano. americanos arrojaban a nuestro país, habia algunos de cierta instruccion que cultivaban, o que podian cultivar las letras con cierto lucimiento. Hemos hablado ántes de don Domingo Faustino Sarmiento, arjentino, orijinario de la provincia de San Juan, que con una preparacion literaria irregular e incompleta, se hizo escritor en Chile, i alcanzó mas tarde una alta i justa nombradía. Ligado a éste estuvo don Vicente Fidel López, jóven abogado, orijinario de Buenos Aires, e hijo del poeta mas celebrado de la revolucion arjentina. Dotado de una intelijencia fácil, de cierta imajinacion i de variada lectura, le habia procurado ésta conocimientos estensos pero superficiales, que hacia valer en su conversacion i en sus escritos. Instalado en Valparaíso, comenzó a publicar, con la colaboracion de otros compatriotas, desde el mes de febrero (1842) un periódico que tuvo mui escasa circulacion, i que solo alcanzó a contar seis números. La Revista de Valparaiso, así se llamaba ese periódico, trataba muchas materias, principalmente literarias, con gran suficiencia i dogmatismo, con referencias a la historia literaria no siempre exactas, i con la persuacion de superioridad sobre sus lectores. Un juez mui competente, juzgando uno de los artículos de esa revista, lo caracteriza en los términos siguientes que son igualmente aplicables a muchos otros escritos que ella dió a luz. «Era uno de los primeros casos de los embrollos metafísicos, de que despues hemos tenido que soportar tantas repeticiones, en que se desenvuelven las mayores vulgaridades i aun necedades sin arte ni lojica, sin claridad i sin respeto a las reglas gramaticales, con frases huecas i altisonantes, que hacen revivir un culteranismo de nueva especie, pero tan insoportable como el

Santiago no tenia entonces ni habia tenido nunca diario alguno. Solo el año 1842, el 10 de noviembre, se publicó el primer número de El Progreso, diario que alcanzó a contar mas de nueve años de vida.

La única ciudad de provincia, fuera de Valparaíso, que hubiera tenido periódicos antes de esta época, era la Serena. Concepcion, donde se trató tambien de fundar una sociedad literaria en 1842, tuvo este año su primer periódico, El Telégrafo, que se publicaba dos veces por semana, a contar del 15 de diciembre de ese año.

de Góngora i sus discípulos (4).» No faltaron en aquel tiempo quienes se formaron el mismo concepto de esos escritos, en que, sin embargo, se descubria talento i cierta instruccion jeneral, pero de poco fondo.

De diversa procedencia era otro emigrado político de mas alto renombre, i escritor tambien, pero de un merito sobresaliente. Era éste don Juan García del Rio, cuya carrera política desde los dias de la independencia, es una cadena de los mas variados accidentes, que daria materia para un estudio histórico o biográfico tan instructivo como interesante (5). García del Rio, despues de haber desem

(4) Miguel L. Amunátegui, Biografía de don José Joaquin Vallejo, páj. 188 del tomo III de los Ensayos biográficos. El juicio de Amunátegui, fund do en un conocimiento cabal de los antecedentes, está ademas comprobado por los fragmentos de la Revista de Valparaíso que se reproducen en seguida del trozo que copiamos en el testo.

(5) Don Juan García del Rio, es una de las figuras mas curiosas i singulares de la revolucion hispano-americana. Por su talento, por su injerencia en grandes acontecimientos, por los aitos puestos que desempeñó en Chile, en el Perú, en Colombia i en el Ecuador, merecia de sobra que su vida hubiese sido estudiada con alguna prolijidad. Sin embargo, ese estudio no se ha hecho; i aun las notas biográficas que han solido darse, son del todo deficientes, i de ordinario llenas de errores. La razon de esto, es la dificultad de estudiar la vida de García del Rio en tan diversos lugares, i en medio de peregrinaciones i de los mas variados accidentes. El mismo, con todo, dió un hilo conductor para seguirlo en todas las peripecias. En setiembre de 1843, se presentó en Santiago ante un jurado como acusador de un escrito del ministro boliviano don Casimiro Olañeta, en que se le hacian las mas tremendas acusaciones. En su discurso, que los que lo oyeron calificaban de modelo de la mas conmovedora elocuencia, García del Rio tuvo que hablar de si mismo, e hizo una reseña de su carrera pública. No conocemos ese discurso en su forma integra; pero el resúmen hecho por un diario de la época (La Gaceta del comercio de Valparaíso) contiene no pocas noticias.

No nos seria difícil coordinar aquí los numerosos datos biográficos que acerca de García del Rio tenemos a la mano; pero como nos fuese necesario llenar muchas pájinas, i como ellas serian estrañas en este libro, nos limitamos casi a algunas referencias o indicaciones bibliográficas que podrán servir al que acometa un trabajo mas o ménos completo.

Don Juan García del Rio nació en Cartajena Nueva Granada) en 1794. Su padre, que era un comerciante español de crecida fortuna, lo mandó a estudiar a Cádiz; i allí, al paso que adquirió conocimientos que no habria podido recibir en su ciudad natal, contrajo relaciones con otros americanos que mantenian en su trato el odio a la dominacion española. De vuelta a su patria cuando ya estaba rebelada, fué nombrado, a pesar de su corta edad, en 1814, secretario de una comision que iba a Lóndres a comprar armas, i a otras ajencias revolucionarias. El jefe de esa comision era don Agustin Gutiérrez Moreno, que mas tarde estuvo asociado a don Antonio José de Irisarri en los enredos consiguientes a la contratacion

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