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»la desesperacion. Aunque por la vulgaridad con que en principal rio que alli desagua una trinchera de 300 varas »este país corrian estas operaciones, me contristaban lo de frente y 16 cañones, una batería de 45 de á 24 y otros >>bastante, fué mayor mi sentimiento cuando las of de reductos artillados, Wenworth con mas de 2,000 hombres »boca de los mismos pacientes cuando pasé á solicitar su de tropas de línea se movió el 6 hácia Santiago por los >>reduccion; y como lo ejecutado por este gobernador era sitios de Filipina y Macarriba. Caminando entre malezas, »muy opuesto al modo con que sus antecesores han trata-bajo un sol abrasador y por veredas interrumpidas con »do a dichos esclavos, hubieron de cometer el desacierto zanjas, cortaduras y peñas, hostilizado sin cesar por las »de sublevarse, hasta que se les puso en el corriente que partidas de los capitanes don Pedro Hornedo, don Mannel »tenian antes. Y así en manteniéndolos en él, no hay que Limonta y otros oficiales, tuvo que retroceder á los tres dias >>sospechar lo mas minimo, pues son tan miserables y cui- con las dos terceras partes de sus tropas, abatidas por el »tados, que solo á influjo de una insufrible opresion hu- cansancio, el calor, la sed y los obstáculos. Tan penosa é »bieran tenido valor para negarse al trabajo retirándose á inútil prueba, decidió á Vernon á permanecer en Guantá»los montes. Importa muchisimo la conservacion de dicho namo à la defensiva, mientras recibia refuerzos de Ja»pueblo, porque esta ciudad es frontera de una colonia máica é Inglaterra para terminar alli las obras que tenia »enemiga, que es la isla de Jamaica, y mientras mas pue-emprendidas y fundar un pueblo que llamó de Cumber>>blos comarcanos tuviera, se afianzará mas su defensa; land, en honor del duque de este nombre, hermano de su >>siendo tambien digno de consideracion que los esclavos rey Jorge II. >>del Cobre en tiempo de rebato, pasan á guarnecer un Pero antes que él recibió Cagigal los que esperaba, di>>>fuerte nombrado Guayjaban, á 5 leguas á sotavento de este sipando Santiago el temor que el avance de Wenworth le »puerto. El servicio que he hecho a V. M. en la reduc- habia infundido, no menos por su retirada que con la pre>>cion de dicho pueblo ha sido tan apreciable, que sin dis-sencia de tres compañías del regimiento de Milan, una de >>currir melancólicamente podia perderse toda la isla man- dragones de Itálica y mas de 4,000 voluntarios armados y >>teniéndose en su obstinacion dichos esclavos; pues siendo llenos de entusiasmo que acudieron de Bayamo, Puerto>>crecido el número de los que hay en cada lugar, y tan Principe, y hasta de Trinidad y Sancti-Spiritus. »>comun la aversion que tienen á sus amos, á muy poca di- La escasez de agua potable, el ardor de la estacion, los »ligencia se subleváran todos y se harian señores de las insectos, las fiebres y su incorregible aficion á la be»poblaciones. Para confirmacion de esto, despues que los bida, arrebataron mas ingleses en Guantánamo, que las »del Cobre se redujeron á la obediencia, of decir que balas de los españoles; porque Cagigal procuró con gran »50 negros fugitivos habian pasado á su real á ofrecérse- destreza no comprometer sa gente en inútiles encuentros les con sus lanzas, prometiéndoles que dentro de dos ho- cuando por si solos bastaban para abatir al enemigo aquellos »ras pondrian á su disposicion hasta 300, y que procura uxiliares formidables. Constantemente cuantos destaca»rian atraer á todos los de esta ciudad para hostilizar á sus mentos envió Vernon á buscar leña y otros auxilios en »vecinos. A esto se allega que los atropellamientos y maios sitios inmediatos fueron rechazados, ya por el mismo Ca»modos del gobernador con estos moradores, sin escep-gigal, ya por su segundo don Carlos de la Riva Agüero, »cion de personas, los tiene á todos tan displicentes, que ya por Guerrero ó por Hornedo; y bien á su pesar se re»á no ser tanta su lealtad á su señor, habia mucho que solvió aquel almirante á abandonar su campamento en la >>>temer si ofrecida esta coyuntura procuráran vengarse del noche del 27 al 28 de noviembre que fué cuando salieron »que reputan por eneinigo comun.»> para Jamaica reducidos á 3,000 hombres los 5,000 que habian desembarcado. Los cadáveres, las municiones y los viveres abandonados, esplicaron la verdadera causa de aquel reembarque tan precipitado.

A pesar de la pasion que reina en este escrito, fué Ji menez uno de los pocos gobernadores que salieron en aquel tiempo absueltos de los cargos de su residencia. Los desórdenes del Cobre no se reprodujeron; y el pueblo le Aumentó tanto esta invasion la importancia militar debió el primer muelle de su puerto, la fundacion del bos- de Santiago, que recelando el ministerio la permanencia pital de San Juan de Dios, y la primera factoria de tabaco. de Vernon en su territorio, se apresuró á reforzarlo con Relevole en 3 de enero de 1738 el coronel don Fran- premura. Pero no eran ya los refuerzos necesarios cuando cisco Cagigal de la Vega, procedente tambien de Guardias a mediados de febrero fondearon en el puerto varias emEspañolas, cuando estaba próxima á estallar una larga barcaciones de la compañía de Guipúzcoa con 4,500 homguerra con la Gran Bretaña. Viendose escaso de recursos,bres de los regimientos de Almansa y Portugal con sus apeló sin vacilar al hasta entonces desusado arbitrio de coroneles don Alonso de Arcos y Moreno y don Francisco acuñar moneda de cobre. Así pudo ejecutar reparos y am-Villavicencio. Al paso que ascendió Cagigal á brigadier y pliaciores en el Morro y en la Estrella, y cubrir con para- al gobierno de Caracas, obtuvieron merecidas recompensas petos, trincheras y torreones las inmediatas playas del Riva Agüero, Hornedo, Guerrero, Limonta y los que mas Aserradero, Aguadores, y Quaijabon, empezando además á se distinguieron en aquella recia y penosa campaña de tres fortificar á Baracoa. Pero el formidable armamento inglés meses; y el mismo pueblo, entre otras concesiones, tuvo la que amenazando á la isla recorria sus aguas, no la invadió de que no se administrasen ya los fondos públicos de su por ninguno de esos puntos, sino por Guantánamo donde jurisdiccion por tenientes de los contadores y oficiales desembarcaron en 48 de julio de 1744 mas de 5,000 hom-reales de la Habana, sino por un contador y un tesorero bres de fuerza de tierra, acaudillados por el almirante independientes. En el resto de aquella larga guerra que Vernon y el general Wenworth. Cagigal al saber la inva- terminó en octubre de 1747, al paso que sus corsarios sion el mismo dia, puso sobre las armas las milicias, re- volvian con ricas presas casi siempre y singularmente don partió armas á cuantos las quisieron, y pidió socorros con Vicente Lopez, Santiago, aunque siempre amenazada, en urgencia al capitan general y á Santo Domingo. Entretanto, ingar de sufrir golpes logró dichas. Cagigal, que renunció con 350 bon.bres de la guarnicion y unos 700 voluntarios, al gobierno de Caracas por seguir en aquel mando, dedicódespues de abastecer sus fortalezas, envió destacamentos se á continuar las fortificaciones anteriormente dispuestas, que internaran los ganados y hostilizasen, sin empeñará animar al corso y á dotar á la ciudad de dos cuarteles y lance formal, al encinigo. El capitan don Pedro Guerrero un matadero mas capaz que el antiguo para el aumento que con los tiradores de Tiguabo estorbó la aguada á los ingle-el consumo habia tomado, valiéndole estas y otras les ses, cogiéndoles lanchas y algunos prisioneros, hasta que disposiciones ser ascendido á mariscal de campo ca 1746, saltando en tierra por tres puntos de la bahía tres gruesos y al mando general de toda la isla.

destacamentos en la noche del 4 al 5 de agosto, tuvo que Reemplazóle en el de Santiago en 24 de julio el brigareplegarse con su gente hacia la sierra. Mientras se apli-dier coronel de Almansa don Alonso de Arcos y Moreno. caban las tripulaciones inglesas y mil negros á formar un Cuando Knowles, sucesor de Vernon, insultaba a las costas campamento regular y alzar junto á la embocadura dell de Santo Domingo con una escuadra respetable, los corsa

rios de Santiago dirigidos por el intrépido Vicente Lopez El brigadier don Fernando Cagigal, marqués de Casaapresaban la mayor parte de las embarcaciones inglesas que Cagigal y sobrino del antiguo gobernador dei mismo nomcruzaban por sus aguas. En enero y febrero de 1747, una bre, relevó á Madariaga, ya promovido al mismo empleo, fragata cargada de bastimentos y caballos, tres balandras á mediados de setiembre de aquel año. De la animacion con con harinas, papel y mas de 400 negros. En marzo, dos que disfrutó Santiago entonces despues de la reciente paz, bergantines con aguardientes y café; dos paquebotes con quedan noticias, y algunas hemos visto en las memorias azúcares y ron, otro con 485 negros de ambos sexos y un inéditas de don José de Armona. Pero una horrible calacargamento de mástiles, una goleta mercante y otra cor-midad vino á trocarla pronto en luto y amarguras. Casi todo saria con cargas de todo género de municiones. Mny de-el territorio de Santiago y de Bayamo á las horas de maseoso ya de vengar los desastres de Vernon y Wenworth. yor reposo, antes de amanecer el 12 de junio de 1766, se acabaron estas presas de enardecer las iras del inglés, que conmovió con un horrible terremoto que destruyó la mayor apareció el 8 de abril de 4747 sobre la entrada de la bahía parte de los edificios, inmolando muchas victimas en el con ocho navios de linea de á 60, 70 y 80, dos fragatas de primero de ambos pueblos. A Casa-Cagigal le sacaron coná 40, un paquebot de á 20, tres balandras y mas de 3,000 tuso y desfigurado de entre los escombros de su casa. La hombres de desembarco. Anteriores avisos de Santo Do-ciudad presentaba el aspecto de una vasta ruina, y hasta mingo y las mismas maniobras de Knowles tenian muy sus fortalezas se resquebrajaron. Las providencias del coindicado su proyecto. Intentó forzar la entrada el 9 cuando ronel don Manuel Muesas, en quien por el estado del goArcos no contaba á su inmediacion mas que unos 500 bernador racayó el mando, no pudieron estenderse mas hombres de Almansa y algunas compañías de milicias. Pero que á improvisar barracones donde se refugiaron familias tenia su gente tan aleccionada y las baterías tan preveni-y soldados. Desentendiéndose Casa-Cagigal de sus dolendas, que al arrimarse los dos navios primeros a tiro de cias, escitó á todos los pudientes à que se desentendiesen fusil del Morro, orzaron con premura rechazados por un tambien de sus desgracias personales para acudir con livolcan de metralla y balas rasas. Uno de 60 quedó sin mosnas, brazos y todo género de auxilios en ayuda de los timon, palo mayor y bauprés, no pudiendo tomar el largo que no lo eran. Algunos miles de pesos. dos oficiales de sin remolque; otro salió con toda la popa hecha pedazos, ingenieros y 200 presidiarios enviados luego de la Habana, y perdieron ambos en media hora de fuego mas de 200 repararon algunos de los quebrantos de aquella gran caheridos y 400 muertos. Al rayar el 40 apareció la escuadra tástrofe. Empleose todo el resto del gobierno del marqués inglesa en linea frente de la caleta de Aguadores, con en remediar desgracias y averias, hasta que murió eu 44 parte de su gente en lanchas dispuestas para el desembar- de febrero de 1769 sin haberse repuesto de las suyas. co; pero tambien amaneció allí Arcos con la suya refor- Ejerció interinamente el mando el teniente corozada con las milicias y voluntarios que por momentos le nel don Esteban de Oloris hasta que llegó á desempeacudian. Knowles, calculando la pérdida que le costaria su ñarlo en propiedad en 1771 el brigadier don Antonio ejecucion, renunció á su plan de desembarco; recogió Ayanz de Ureta, caballero de la órden de Carlos III, que tropas y lanchas, estúvose á la capa el resto de aquel dia, aunque de indole soberbia y arbitraria, patrocinó los cony singló por la noche hácia Jamaica. trabandos y sostuvo repetidas competencias con el capitan genera! marqués de la Torre, en cuyo favor las resolvió todas el gobierno. Sucumbió Ureta á muchas mortificaciones en julio de 1775, y reemplazóle un año despues el coronel don José Teutor para morir tambien á los dos años. La bistoria de ambos mandos podria reducirse á la de los contrabandos de Santiago y demás pueblos de la parte oriental con Jamaica y las vecinas Antillas estrangeras. La necesidad de adquirir por vias ilicitas los artículos que no se podian recibir por las licitas, tenia que justificar aquelos escesos casi siempre, y poco alcanzaron á cortar desórdenes superiores á sus fuerzas los gobernadores interinos don Antonio de Salas y el coronel del regimiento de la Habana don Vicente Céspedes.

No se distinguió menos Arcos despues de la paz celebrada en el mismo año, que en aquella y otras ocasiones de la anterior gueria. Además de algunas fábricas que dieron ser al pueblo, la fundacion de Holguin promovida esclusivamente por él, aumentó el de la jurisdiccion. Promovido á mariscal de campo y á la capitanía general de Guatemala, en cuya capital murió pocos años despues de su llegada, sucedióle en 40 de julio de 1754 el coronel don Lorenzo de Madariaga, cuyo largo mando fué notable por la desgracia del sitio y pérdida de la Habana en 43 de agosto de 1762 à consecuencia de un nuevo rompimiento con Inglaterra. Aunque la guarnicion veterana de Santiago no pasaba de 400 hombres y se hallase enfermo Madariaga cuando recibió el 44 de junio la primera noticia dei No anduvo mas afortunado en este punto el brigadier asedio, apenas quedó hombre en la jurisdiccion en edad y don Nicolás de Arredondo, que llegó á Santiago en setiemestado de empuñalas, á quien no repartiese armas. Los bre de 4782, tomando muchas disposiciones militares en recursos pecuniarios que recibió de la Habana por los aquella época de nueva guerra con la Gran Bretaña. Remismos dias, le permitieron organizar apresuradamente forzósele con 2.000 hombres del Fijo de la Habana, de mimas de 4,000 voluntarios milicianos, traer á Santiago un ticias y de artilleria, con cuyo conjunto formó una brigada refuerzo de 150 granaderos franceses de la guarnicion del de operaciones dispuesta á cubrir cualquier punto amenaGuarico, abastecer todos los fuertes de la bahia, y embar-zado por la escuadra inglesa, vencedora poco antes de la car para el puerto de Jagua y para socorrer à la capital francesa en las aguas de la Guadalupe. La isla no llegó á mas de 400 hombres en dos destacamentos, mandado el sufrir, sin embargo, ningun ataque de importanca eu el último por el valeroso don Juan Lleonart. El primero en resto de la guerra; y en la siguiente paz no afligieron á lugar de contribuir á la defensa, retardado por lluvias y Santiago mas que los procedimientos á que dieron lugar pantanos, no llegó á tiempo mas que para ser comprendi- repetidos y graves contrabandos. El candoroso Arredondo, do en la capitulacion, aunque muchos de sus individuos credulo instrumento de algunos intrigantes, se vió tambien no la aceptaron y retrocedieron al castillo de Jagua y envuelto en una causa; y, suspenso del gobierno tuvo que Villaclara a incorporarse al segundo. Sabiendo Madariaga pasar en abril de 1785 á esperar su resolucion en Puertola debilidad del vencedor despues de su victoria, sin des- Principe, dejándosele interinamente al coronel teniente cubrir á Santiago reconcentró cuantos voluntarios de toda rey don Isidro Limonta. Dos hermanos y regidores de Sanla isla pudo en los dos puntos referidos; y meditaba con tiago llamados Creagh, anteriormente castigados por el muchas probabilidades de éxito la reconquista de la Ha-marqués de la Torre, y los verdaderos delincuentes en la bana, cuando en marzo de 1763 recibió avisos oficiales de causa de Arredondo, fueron al mismo tiempo traidos prelos preliminares de la paz en que estaba contratada la devo- sos de órden del capitan general Galvez á Trinidad. Pero lucion de aquella plaza á España. Dignos fueron de alaban- don Juan Francisco, el uno de ellos, logró fugarse; se trasza y de la gratitud de la metrópoli la lealtad y el entusias-ladó á Madrid y poniendo indirectamente en claro la inomo de los naturales de Santiago en aquella época aciaga. I cencia de Arredondo sin probar la suya, fué este gober

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del Rio de la Plata.

nador repuesto en su destino á peticion del mismo juez liz suelo todo colono que pudo encontrar hueco en embarque le residenciaba. Arredondo propuso y logró dotar á caciones y hasta en lanchas. Mas de 27.000 individuos de Santiago de una institucion de las que mayores frutos es- todas clases acudieron como à su refugio mas cercano y taban dando en la Península, de una Sociedad Patriótica natural á ampararse en Santiago y Baracoa, procedentes de Amigos del Pais. Fundáronla alli entonces con el mis-casi todos de Jeremias, Puerto-Principe, San Marcos y los mo gobernador los hacendados y notables don Francisco Cayos; y grandes apuros pasaron Kindelan y el ayuntamienMozo de la Torre, don Pedro Valiente, don Francisco Gri-to de la ciudad para atender à la subsistencia de tantos ñan y hasta 60 propietarios principales. Pero no llegó á in- inesperados consumidores, y alojarlos como dictaban la fluir en sus progresos Arredondo, á quien se promovió humanidad y las benéficas providencias del marques de poco despues & mariscal de campo y á la capitanía general Someruelos. Mayores fueron aun cuando se presentó en la misma bahía de Santiago el 12 de octubre el general LaTocóle promoverlos al brigadier don Juan Bautista valette con 4.365 entre gefes, oficiales y soldados, y 284 Vaillant, su sucesor desde el 5 de junio de 1788. Este go-entre pasageros, mugeres, niños y criados. Estos últimos, bernador notable por su actividad y sus virtudes, no solo como los que habian emigrado anteriormente, recibieron contribuyó al fomento que empezó á tomar la agricultura una generosa hospitalidad en la poblacion y en las fincas mas en su jurisdiccion, sino que emprendió las primeras obras vecinas. Pero en cuanto á aquellos, no permitió Kindelan del empedrado y alumbrado público en Santiago, reedificó que entraran en el pueblo, y los obligó á acampar en lienla iglesia de Nuestra Señora del Carmen, desmoronada das y barracones, surtiéndoles de todos los viveres precidesde el terremoto de 4766; fabricó una cárcel y consagró sos, en la isla llamada Smith, que está ca medio de la baá tan benéficos objetos hasta sus honorarios y el sobrante hia. Alii permanecieron hasta que pudo aquel gobernador de su sueldo, despues de cubrir sus modestisimas necesi dirigirlos por mar hasta la Habana en 49 de noviembre. dades. Sin ningun auxilio estraño, por suscriciones y le- Por los mismos dias se refugiaron tambien en Baracoa gitimos arbitrios que discurrió, amplió poco despues la fá- 700 hombres acaudillados por el vizconde de Noailles, y brica de la cárcel hasta formar el vasto edificio de una toda la poblacion blanca del Mole de San Nicolás. Luego casa para el ayuntamiento, el gobierno y otras dependen- se trasladó á Santiago aquella tropa con su general para cias, que es la que despues de varias reformas posteriores seguir despues al mismo destino que los otros. se ha reconstruido recientemente sobre su solar antiguo. Muchos de los emigrados adquirieron terrenos incultos Reformó tambien con obras de pilotage y de recia entabla- en las inmediaciones de Santiago, y los convirtieron bredura el antiguo muelle que ya estaba inservible, y regu-vemente en fincas productivas. O'ros, sin mas recurso que larizó con simetria la vasta plaza principal del pueblo que su trabajo personal, marcharon á aplicarlo en las posesioes la que hoy se llama plaza de Armas. A Vaillant le debió nes de Santa Catalina que compró nego una sociedad de además Santiago su mejor paseo, con una alameda de emigrados á don Manuel Justiz; y ese territorio antes defrondosas seibas, que dispuso con bancos de piedra en la sierto, se cubrió de algodonales, cafetales é ingenios como esplanada llamada de la Loma Hueca, uno de los intervalos mejores de los que habian desaparecido en Santo Dolos descubiertos entonces entre la poblacion y la ribera, mingo. Con este impulso la esportacion del café que antes que desapareció despues con el crecimiento que fué toman- no habia pasado de 8.000 ars. anuales, creció hasta 80,000 do el caserío. Desterró los juegos de azar é hizo infinitos y luego hasta 300,000 en los cinco años posteriores á la veservicios á Santiago con el establecimiento de algunas cs-nida de la emigracion dominicana. cuelas de latinidad y de primeras letras.

dominicana no pudieron preservarla del rigor de una medida general de espulsion de los de aquella procedencia en 1809. Algunos pidieron y obtuvieron cartas de naturalidad española con la proteccion de Kindelan, severamente censurada entonces por el señor arzobispo Ozés. Pero la mayor parte con notable paralisis y daño de los progresos del pais, se trasladaron á Nueva Orleans y otros parages, hasta que con la paz general de 4814 pudieron regresar despues.

La ciudad de Santiago, cuyos adelantos no habian hasta Le reemplazó en 45 de enero de 1796 el coronel don Juan entonces guardado proporcion ninguna con los de la HaNepomuceno Quintana, cuyo breve gobierno merece par- bana, además de adquirir multitud de artesanos de todos ticular mencion, así por las obras públicas con que tam-los oficios con aquella numerosa emigracion, mejoró su bien engrandeció á Santiago, como por el tacto con que aspecto, estendió su caserío y aumentó su poblacion en térresolvió las antiguas querellas y reclamaciones de los le- minos que de menos de 45.000 individuos que habia convantiscos vecinos del Cobre, y por haber echado los citado en 1792 resultó tener mas de 20.000 en 1808. mientos á la poblacion del Manzanillo. Murió de hidrope- En este año la España invadida y sorprendida por la sía en 44 de abril de 1798, é hizo su pérdida menos sen- ambicion de Bonaparte, emprendió una guerra de estersible el brigadier don Isidro Limonia, teniente rey y na-minio contra los franceses; y los servicios de la emigracion tural de la ciudad, que á los ochenta años supo mantenerla tranquila y en vias de florecer en medio de los peligros que la amagaban diariamente, así por la guerra que se habia reproducido con la Gran Bretaña, como por la vecindad de la esclavitud negra toda sublevada en la parte francesa de Santo Domingo. Premiȧronle sus últimos servicios con el ascenso á mariscal de campo. En 28 de marzo de 1799 le relevó el coronel don Sebastian de Kindelan, que inauguró su mando con la reconstruccion de un cuartel y la reforma de las fortificaciones. Entonces los peligros arreciaban, y no habia dia en Santiago en que no se temiese una invasion, ó de ingleses, ó de los negros victoriosos en la vecina Haiti. Kindelan recibió dos cortos batallones de refuerzo que le envió de la capital el marqués de Someruelos y armó parte de las milicias. Pero aquellos peligros esteriores, en lugar de perjudicar á Santiago, produjeron luego los medios mas eficaces para el El brigadier Kindelan fué trasladado al mando de Flofomento de la ciudad y su jurisdiccion, mayormente cuan- rida y reemplazado á fines de 1809 á consecuencia de sus do despues de un año de dominio y de victorias, el rigor Justas escisiones con el prelado metropolitano, por el corodel clima destruyó en Santo Domingo á la formidable es- nel don Pedro Suarez de Urbina, que murió en este mando pedicion francesa del general Leclerc. Desaparecieron de en 4844 Durante su gobierno y á propuesta del superinalli sus huestes á principios de 4803; se reprodujo la reac-tendente de la isla don Juan de Aguilar, se estableció en cion de los negros mas sangrienta que antes; solo el ser Santiago una intendencia de provincia en 4.o de enero de blanco era para ellos un delito; y con algunos restos de 1813 reformándose las dependencias de Hacienda casi bajo aquellas tropas, tuvo que emigrar en masa de aquel infe- la misma planta en que siguieron hasta hace pocos años.

Trasladada á Puerto-Principe de Cuba desde 4804 la antigua audiencia de Santo Domingo, y quedando el capitan general de la isla declarado presidente de aquel tribunal superior, la jurisdiccion de Santiago que en lo militar habia dependido de aquella autoridad desde su creacion, empezó á estarla desde entonces subordinada tambien en lo político.

Los primeros intendentes fueron don Manuel Navarrete y don Félix Bourman.

en agosto de 1852 á consternarla desmoronando edificios y cansando victimas. Pero la reparacion de sus estragos no Desde esta época hasta la de 1836 no hay episodio al- se hizo esta vez esperar tanto como cuando en 1766 habia guno de la vida de Santiago que deba consignar la histo- sufrido igual catástrofe. De pobre que era entonces la isla, ria. La suya en ese largo intervalo se reduciria á la se habia convertido en opulenta; y todos sus habitantes entrada y salida de gobernadores, á su movimiento mer-contribuyeron á que trocase la ciudad sus ruinas por mecantil y al aumento que tomó el comercio en consonancia jores edificios que los anteriores. Solo la mun:licencia de con el de toda la isla, desde que en 4818 se hizo estensivo nuestra angusta reina la socorrió entonces con un donatiá todas las banderas. El período constitucional que medió vo de 1.000.000 de ps. fs.

desde 1820 á 4823, aunque no exento de alborotos y per- Esta ciudad que en 1826 fué declarada capital del Deturbaciones que acabó por contener el brigadier don Ga-partamento Oriental, uno de los tres en que se dividió enbriel de Torres, no fué tan fecundo como en la Habana entonces la isla, continúa siéndolo desde que se redujo la dimales y discordias, ni prendieron allí entonces como en la vision militar á dos solos departamentos; el Oriental y el capital las semillas de conspiracion que introducian en Occidental, cuya capital es la de toda la isla. todas partes los agentes de la rebelion de Méjico y Costa- Santiago, comunmente llamada Cuba, es residencia del Firme contra España. Una era mas próspera y tranquila comandante general del referido departamento que, á su se inauguró para Santiago en 1824 por el gobierno repara-mando militar, reune el politico; y de las dependencias púdor del capitan general Vives. Además de reformarse desde blicas y del Estado que se espresan en su lugar corresponentonces todas las fortificaciones casi hasta el estado en que diente.

hoy se encuentran, la ciudad ganó en aspecto y vecindario, contando en 1827, sin incluir sus 9 templos ni los cuarteles y otros edificios públicos, mas de 4,000 casas de correcta mampostería y cerca de 3,000 de mezcla y teja alineadas en sus calles. Su poblacion en aquel año ascendió á 26,738 individuos repartidos en 9,302 blancos, en 40,032 libres de color y 7,404 esclavos.

Aunque su comercio con el territorio interior no era entonces de importancia, habíalo ya tomado de mucha consideracion el de su puerto. El valor de sus esportaciones en aquel año fué de 1.270,586 ps. fs., y el de la importacion llegó á 4.441.048, recaudando la tesoreria 470.365 ps. fs. de derechos.

FORTIFICACIONES.

Castillo del Morro. En la ribera de esta bahía mas inmediata á la ciudad, se habian levantado parapetos y reductos para arcabucería y algunas piezas en diferentes ocasiones de guerra y de temores. Pero estas obras, hechas á espensas del vecindario, sin ingeneros y sin arte, no sirvieron para impedir algunas invasiones de piratas y corsarios en el siglo XVI, ni bastaron luego para infundir aliento á los habitantes cuando, ya muy entrado el siglo XVII, Un acontecimiento inesperado vino á perturbar en 1836 se estableció en las Antillas la terrible asociacion de pirael sosiego y la prosperidad de que Santiago estaba disfrutas estrangeros llamados flibusteros. El capitan Juan de tando. A consecuencia del motin que en agosto del mismo Amezqueta Quijano, gobernador de Santiago, muy acreaño tuvo lugar en el real sitio de la Granja en la Península, ditado por su victoriosa defensa del castillo del Morro de se habia jurado en la metrópoli la Constitucion de 4812 Puerto Rico, ideó alli en 4632 la construcción de otra forsin ninguna especie de reforma. Poco antes habia tomado taleza semejante. Pero su muerte dejó algun tiempo en el mando de Santiago y del Departamento Oriental de la suspenso la ejecucion de su proyecto, empezado sin emisla el mariscal de campo don Manuel Lorenzo á quien el bargo á realizar por su mismo sucesor don Pedro de la perspicaz y precavido capitan general Tacon, al observar los Roca y Borja. En 1643 dejó éste terminado sobre la cumdisturbios politicos de la Península, se apresuró á prevenir bre misma donde se alza la fortificacion à que nos referique cualesquiera que fuesen las noticias y comunicaciones mos, un reducido cuadrilátero abaluartado con algunas que recibiese en aquel puerto, se abstuviese de permitir piezas, guarnecido con 30 hombres soiamente, que se llala menor innovacion en el gobierno de su territorio antes inó castillo del Morro de San Pedro de la Roca. Ejecutóse de recibir órdenes suyas. Aunque en su respuesta se con- con auxilios que asignó el rey y con otros de los vecinos. formó con el precepto, Lorenzo, irreflexivo y mal aconse-Pero á pesar de su dominante situacion, lo abandonó sin jado, al llegar al puerto en 29 de setiembre las primeras defenderlo el destacamento que lo guarnecia, al ser desbanoticias oficiales de la jura de la Constitucion en la Penín-ratada en 19 de octubre de 1662 por un cuerpo de 800 flisula, lejos de cumplir lo prometido al capitan general se busteros la mal armada hueste de paisanos de Santiago puso á victorear él mismo al Código de Cádiz y se lo con que se les opuso el gobernador don Pedro Morales. hizo jurar con la mayor solemnidad á la guarnicion y á Arrasaronte los invasores. Tres años despues lo reconslas corporaciones en medio de una muchedumbré indife- truyó con mejor, mas amplio y mas sólido recinto, el rente à la novedad. Un real decreto de 20 de agosto, pre- maestre de campo don Pedro Bayona Villanueva, recibienviniendo que mientras las Córtes no decidiesen lo contra- do mejoras y ensanches sucesivos. Guarneciéroulo con 30 rio no se considerara restablecida la Constitucion en las piezas y 200 hombres. En 4747 rechazó y maltrató á vaprovincias de Ultramar, abatió luego el espíritu de los rios corsarios ingleses de la escuadra del almirante Knowles, contados constitucionales de Santiago, mayormente cuando que intentó forzar la entrada de la bahía de Santiago, diesvieron que no se seguia su ejemplo en los demás distritos. Atramente defendida entonces por su gobernador el marispesar de las violentas medidas que tomó Lorenzo para sostener su sedicion interin resolvía el gobierno metropolitano sus consultas, mas español aun que constitucional, en lugar de sostener una lucha cuyo desenlace comprometiese la integridad del territorio, entregó el mando al coronel de artillería don Santiago Fortún; y salió para Jamaica el 23 de diciembre con los que mas se babian comprometido por la misma causa. Poco despues llegó al territorio de Santiago á restablecer completamente el órden una espedicion de mas de 3,000 hombres que á cargo del brigadier don Joaquin Gascué habia salido de la Habana..

Este fué el último episodio que turbase en Santiago la tranquilidad pública que desde 4823 hasta hoy ha estado disfrutando. Cierto es que repetidos terremotos volvieron

cal de campo don Alonso de Arcos Moreno. Aunque despues de esta ocasion no volvió el Morro á sufrir hostilidades, ha sido constantemente atendida su importancia en todas las épocas de guerra y reforzado con un hornabeque y varias baterías esteriores establecidas en anfiteatro y con frente al mar en los declives de su altura. Elévasc este castillo poco mas de 74 varas sobre el nivel del mar, midiendo mas de 62 por su lado principal. Su distancia de las primeras casas litorales de la poblacion de Santiago, es de 7,700 varas Sus baterías esteriores acasamatadas se denominan: la Trinidad, con 39 varas de frente; Nápoles, con mas de 21; el Algibe, con mas de 28; la Plataforma, con mas de 97, y el Morrillo, con mas de 26. Esta es la que está mas baja y á menos de 40 varas sobre el nivel del mar.

La guarnicion designada para esta fortaleza, es de 230 infantes y 50 artilleros. En 4859 la defendian 8 cañones de á 24, 6 de á 16, 2 de á 12, 6 de á 8, 4 obuses de á 9 largos, 4 de á 9 cortos y 3 morteros: 33 bocas de artillería en total. Pasa este castillo por inespugnable con una guarnicion que sepa defenderlo. Desde 1859 hasta fines de 4862 se han invertido en su entretenimiento y algunas obras nuevasmas de 4,700 ps. fs.

sus pies se estrellan en la costa. Esta importante fortificacion encierra alejamientos para mas de 400 hombres. Cubren su guarnicion 62 de infantería con 22 artilleros; y en 4859 estaban distribuidas en las 4 baterias 4 piezas de |á 24, 7 de á 12, 2 de á 8, 2 de á 4 y 2 morteros. Está situada esta fortaleza á 4,861 varas al E. del castillo del Morro, y á 9,722 de Santiago de Cuba. En el último cuatrieno han importado sus reparaciones 4,500 ps, fs.

Batería de la Estrella. Con motivo de las frecuentes Bateria del Sardinero.=Su origen fué el mismo que alarmas que inquietaron al vecindario de Santiago de Cuba el de la fortificacion anterior, levantándose en 4740 un durante la larga guerra de sucesion, á principios del si- reducto provisional sobre el mismo punto de la costa en glo XVIII, se alzó á 340 varas al S. del castillò del Morro que hoy se encuentra esta batería á 14,583 varas de Sany 7 de elevacion sobre el nivel del mar, una estensa bate-tiago de Cuba, á 9,722 del castillo del Morro, á 4.864 de ría destinada a impedir el paso de la entrada al puerto. la fortificacion de Aguadores. Pero estuvo abandonada y Mejoróla mucho con algunas obras accesorias y un cuartel sin artillería hasta que en 4808 la hizo reconstruir el goacasamatado hacia 4740 el gobernador don Francisco Ca-bernador don Sebastian de Kindelan, con un desarrollo gigal de la Vega que la puso el nombre que aun conserva. de 87 varas de pequeños entrantes y salientes cerrados con En los ciento veinte años que han corrido desde entonces, muro y estacada por la gola. Guarnecianla en 4859 unos 6 ha recibido esta fortificación mejoras y reformas importan- artilleros y 26 infantes, con un solo cañon de 24 y oro de tes. Compónese hoy de mas de 165 varas de reductos bien à 4. Figura esta batería un arco de tres centros cerrados terraplenados. Está guarnecida con 88 hombres de infan- con estacada por la gola. Presupusiéronse en 4862 para su teria y artillería, y defendida por 10 cañones de á 24 y 4 entretenimiento 350 ps. fs. obuses de á 9 largos.

Batería de Punta Blanca. Este pequeño puesto, con Bateria de Cabañas. El mismo gobernador de San el cual parece termicado el plan de fortificaciones estetiago ya citado, don Francisco Cagigal de la Vega, en 4740 riores de Santiago de Cuba, fué construido en 4845 bajo estableció á 4,864 varas á sotavento del castillo del Morro el mando del mariscal de campo dou Cayetano de Urbina, y á poco mas de 2 sobre el nivel del mar, otra bateria pro-á 583 varas de aquella plaza, con poco mas de 6 de elevavisional que se llamó desde entonces de Cabañas. Desde cion sobre el nivel del mar y con poco mas de 60 de esalli dirigió certeros fuegos con algunas piezas contra la es-tension del parapeto. Estaba defendido en 1859 por 2 cuadra inglesa del almirante Knowles en 1747 el destaca- piezas de á 24, 4 de á 8 y un obús de á 7, corto. Consigmento que la guarnecia. En los períodos posteriores de paz náronse 470 ps. fs. para sus reparaciones en 1862. estuvo abandonada muchos años, hasta que habiendo esta- Además de las fortificaciones que quedan detalladas, y llado una nueva guerra con la Gran Bretaña, hizo ampliar corresponden todas al actual sistema de defensa de Santiago y mejorar aquella obra en 4780 el capitan general don Die- de Cuba, el mencionado gobernador Cagigal levantó otras go Navarro. Despues ha ido recibiendo mejoras sucesivas. varias en todos los puntos de atraque de la cercana costa, Compónese de dos caras que forman ángulo saliente y se á saber: la de Juragua Grande, la de Juragua Chico y la cierran con un muro con estacada entrante y saliente. El de Guaijabon. En las tres se pusieron parapetos, muros desarrollo de ambos lados mide mas de 83 varas castella-bien revestidos con sus plataformas y cuarteles en sus nas. Aunque su dotacion fija no pasa de 40 infantes y 9 ar tilleros, defendiala en 1859 un número considerable de piezas de á 24 y una de á 4. Todas sus reparaciones desde 1859 solo han costado 3,280 ps fs.

recintos respectivos. Pero por considerarse los puntos que ocuparon de poca importancia para la defensa, y por no debilitar la guarnicion con destacamentos que no eran indispensables, fueron abandonados aquellos puestos hace Bateria de Someruelos. En 4802, durante otra guerra muchos años Para el servicio militar y comunicacion con la Gran Bretaña y á propuesta del gobernador de San maritimia de esta plaza con las fortificaciones de su bahia, tiago, don Sebastian de Kindelan, para aumentar las de- hay tres falias tripuladas cada una con un sotapatron y 6 fensas de la larga entrada de aquella bahía, le autorizó el marineros. Los sotapatrones, igualmente que los del rescapitan general marqués de Someruelos á levantar un re- guardo marítimo de Hacienda, disfrutan el haber anual de ducto irregular que dominase á la batería de Cabañas des- 264 ps. fs., y los marineros el de 216, además de la racion de una distancia de 223 varas de la misma, con 64 de ele- de armada que individualmente reciben y que cuesta 91 vacion sobre el nivel del mar. En el dia el desarrollo del ps. fs. 25 cs. al año. Tambien hay establecido un bote trifrente de esta batería mide 30 varas; la guarnece un corto pulado por tres marineros para la comunicacion con Cayo destacamento y la defienden 4 cañones de á 4. En 1861 Ratones. y 62 se presupusieron sus reparaciones en 740 ps. fs.

Fortaleza de Aguadores. Esta fué una de las fortificaciones que levantó en 4740 estando España en guerra con la Gran Bretaña el gobernador de Santiago de Cuba don Francisco Cagigal, que creyó asegurar mejor la defensa de esta plaza guarneciendo y artillando todos los puntos propios para un desembarque en la inmediata costa. En un principio consistió aquella obra en dos reductos paralelos y un reducido cuartel para el destacamento que los guarnecia. Pero desde 1780, durante otra guerra con los ingleses, recibió ampliaciones y mejoras muy importantes, reemplazándose los reductos por 4 baterias en anfiteatro y casi pa ralelas y comunicándose unas con otras por dos cortaduras ó caminos cubiertos laterales. La primera bateria, llamada del Bonete, se eleva cerca de 64 varas sobre el nivel del mar, con un frente de cerca de 78. La segunda, llamada la de Enmedio, tiene un desarrollo de mas de 25 y una elevacion sobre el mismo nivel de nias de 49. La de la Punta, mide cerca de 29 varas y se alza sobre el mar meros de 45, y la de la Cueva tiene una estension de 44 varas y una altura de menos de 40 sobre las aguas que á

INTERIOR DE LA CIUDAD.

Division. Está dividida en dos grandes distritos separados de E. á O. por la calle de San Geronimo, que abre junto al muelle, el paradero y los almacenes del ferro-carril, y termina en su ángulo con la calle del Cuartel de Pardos, en el espacio descubierto que media entre ese estremo de la poblacion y el cementerio actual. El primer distrito, se estiende por la marina, entre el depósito de gas y la citada calle de San Geronimo, comprendiendo hasta el último caserío que aparece à la derecha del camino del Caney y se divide en dos barrios. El segundo, que abraza toda la otra parte de la poblacion se divide tambien en otros dos. La poblacion antigua se fué estendiendo sin plan ni correccion por los espacios que median entre la ribera, la actual casa de gobierno y la plaza de Dolores, y desde ésta á su paralela por el S. desde el paseo de la MaIrina hasta la casa de Beneficencia. Esa fué la causa de la

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