conservacion de todos los efectos que en ellos quedan mencionados. >>>Si hubiere en el faro armamento propio del establecimiento, para su mayor seguridad y la de sus moradores, se 97. >>Con los registros de entrada y salida de los efec-examinará el estado en que se conserven juntamente con tos del almacen, se examinará tambien el estado de los las municiones. Los torreros, sin embargo, no podrán teacopios de aceite, sus vasijas ó depósitos, la cantidad que ner armas de fuego de su propiedad sino mediante el percontengan, la que se hubiere consumido en un tiempo miso correspondiente y la autorizacion del inspector encardado, la cantidad y efectos del que se empleare en el gado del faro.»> alumbrado, y la manera como se filtra la porcion destinada al día siguiente, á fin de remediar cualquier abuso, ó falta que se notare en lo concerniente á tan principal articulo de consumo. Felipe. (ALDEA DE) En el part. de Ceja de Pablo, de cuyo pedánco es residencia, llamándosele tambien San Felipe y el Corralillo, por estar sobre terrenos de estas 98. >>El estado de los mencionados registros, y la lim- costa del N., y de la sierra llamada de Limones, que haciendas. Está cerca de la ciénaga que por alli termina la pieza y la exactitud con que deben hacerse en ellos las anotaciones de entrada y salida, los libros de órdenes y de in- corre al E. por los inmediatos corrales Feo y de Limoventarios, y todos los papeles y efectos de escritorio des-nes. Dista como media legna ó 3 cuartos casi al E. del emtinados al servicio del faro, se examinarán tambien con el al E. del de Sierra Morena y casi al N. de la antigua barcadero de Jaruco, como una al S. de el del Salto, inas cuidado que merecen. iglesia de Ceja de Pablo. El censo de 1844 le señalaba de madera y 3 de guano con dos tiendas mistas y una pacon 34 habitantes y el de 1846 la compuso de 3 casas nadería y 52 habitantes blancos y 3 de color libres; ó sea un total de 55. Pero los datos oficiales recogidos en 1852 la aldea el subdelegado de medicina y cirugía del partido. compusieron de 15 casas y 157 habitantes. Reside en esta Está á 55 leguas al E. S. E. de la Habana y á 17 de Cárdenas, en la J. de Sagua la Grande. >>Hecho esto, se reconocerá el edificio en general, y las partes accesorias del faro, á fin de enterarse de su estado y proveer lo que exija su mejor conservacion. >>>Por último, en el caso previsto en el párrafo 14, y siempre que los torreros tuvieren dentro del mismo faro sus habitaciones, se reconocerán estas, con el objeto que se previene en la parte final del párrafo 23. 99. »Para formar el debido juicio del modo como se hace el servicio en un faro, es indispensable, que en las visitas se pase revista detenida y minuciosa á todos los objetos mencionados en los párrafos precedentes, porque el poderlo considerar en su conjunto es indispensable para confirmar ó modificar, acertadamente, la manera como se haya calificado el estado en que se encuentran aquellos, separada é individualmente examinados. »Teniendo presente esto, el inspector ó la persona nombrada por la Direccion, y el comisionado de la junta jurisdiccional, estenderán una relacion circunstanciada del estado en que encuentre el establecimiento en todas sus partes, siguiendo un órden análogo al en que se han indicado en este titulo; espresando por último, su juicio sobre la marcha del servicio y la manera como los torreros desempeñan sus obligaciones. Felipe. (ESTERO DE) Penetra bastante en lo interior de la ciénaga del part. cabecera de Sagua la Grande, abriendo en un recodo de la ensenada de la Gloria, entre el estero de Bamba por sotavento y el de Toribio por barlovento. Dist. Marit. y J. de Sagua la Grande. de Barcelona. Se consagró á la edad marcada por los cánoFeliu y Centeno. Nació en mayo de 1729, cerca nes, y despues de haber desempeñado dos curatos era capellan de las monjas Carboneras de Madrid y muy apreciado en la corte por sus virtudes y sus prendas religiosas, cuando se creó el arzobispado de Santiago de Cuba en 1789 y fué el primer prelado á quien se confirió su mitra metropolitana. Tomó posesion de ella á principios de 1790, y duran»Estas relaciones se pasarán á la Direccion de Obras te el poco tiempo que la gobernó, sin perjuicio de los preferentes deberes de su alto ministerio, hizo los mayores públicas con las observaciones que se estimen oportunas. -Lo mismo ha de practicarse cuando ocurra la necesidad esfuerzos por aclimatar y estender el cultivo de varias sede proveer al acopio del aceite, sea por contrata ó por ad-millas y frutos de Europa, principalmente el trigo; pero ministracion, ó al reemplazo de los demás útiles y enseres objeto y plantear varias mejoras que meditaba en el arzomurió en 29 de junio de 1751 antes de haber logrado aquel del servicio, acompañado el pliego de condiciones para bispado. cada clase de artículos ó provision que se necesiten. 400. Siempre que hubiere ocasion, se deberá observar la luz de un faro á la mayor distancia posible. Para esto, los capitanes de puerto deberán pedir á todos los buques el resultado dei diario respecto á los faros que hubieren observado durante su viage, y las noticias recogidas que induzcan el mal servicio de alguna luz, pasarán de oficio á la Direccion de Obras públicas, á fin de que inmediatamente provea á lo que hubiere lugar. >>Los encargados de las torres de vigia situadas en las costas, y los empleados de resguardo que estén destinados á puntos fijos, siempre que estuvieren à la vista de la luz de uno ó mas faros, las observarán igualmente, dando parte de cualquiera perturbacion que notaren en sus apariencias, á su gefe inmediato, á fin de que por él se trasmita de oficio el aviso correspondiente á dicha Direccion. >>Estos datos aislados no merecen fe por si solos, porque podrian ser apasionados ó poco seguros, por la clase de buque ó persona de que procedieran; no obstante, podrán ser útiles para compararlos entre si, y con los resultados de las visitas. 404. »>Cuando los torreros se hallaren uniformados con vestuario particular asignado á su clase, deberá cuidarse que lo usen diariamente fuera de las horas de limpieza y del servicio de la noche, exigiéndolos que su porte sca aseado, aun cuando fueren propias y no uniformes las prendas de su vestido, Ferrety. (DON JUAN AGUSTIN) Nació en la Habana en 1794 de padres peninsulares que habian venido á fijar su residencia en aquella ciudad. Con sus comisiones y su ocupacion de profesor de música consiguió su padre que don Agustin recibiese la mejor enseñanza que se conocia alli á principios de este siglo. Hizo sus estudios con inteligencia y con provecho; cursó leyes y obtuvo la borla de doctor antes de que se proclamase el régimen constitucional en 1820. Cauto y prudente desde su primera juventud, supo precaverse de las pasiones políticas que se apoderaron entonces de la mayoría de sus condiscipulos y contemporáneos, inspirando al cuerpo municipal bastante confianza para nombrarle alcalde constitucional en las elecciones de 4.o de enero de 1823. Ya su aptitud habia quedado muy probada en varias comisiones que le habian encargado el ayuntamiento y la Sociedad Económica, en cuyo seno habia ingresado desde 4843, atendiéndose á su vasta instruccion y á su laboriosidad. Cuando fué elegido alcalde, fermentaba en muchas cabezas de la Habana ura de las pocas conspiraciones serias que se hayan conocido en tan juiciosa poblacion. No faltó quien, despues de abortar, sapusiera haber sido uno de los conspiradores el mismo Ferrety. Si lo hubiese sido no habria servido con tanta lealtad á la causa del órden al contribuir con las mas calorosas gestioues, y no poco riesgo personal, á sofocar sin efusion de sangre la sedicion de una parte de la Milicia Nacional de cios hechos á aquella Sociedad, á la casa de beneficencia y á otras dependencias por el capitan general Vives, con una detallada biografia de este personage. En esos, como en todos sus demás escritos resaltan la fluidez y correccion de estilo de Ferrety, aunque carezcan de viveza y originalidad los pensamientos. Son muy pocos los hombres de bastante fibra para atender con éxito à un mismo tiempo á tantas y tan diversas atenciones como las que casi siempre ocupaban á Ferrety; y su ejemplo resultó siendo una prueba, nada lisongera para el gobierno, de lo que pierden en consagrar su tiempo á cargos y comisiones mezquinamente retribuidas los hombres inteligentes y laboriosos que sabrian y podrian emplearlo en beneficio propio. Aunque condecorado con los honores de intendente de provincia y la cruz de Cárlos III, Ferrety apenas recibia 100 ps. fs. mensuales por sus cargos y gratificaciones en la Sociedad Económica y la casa de beneficencia. Su corto patrimonio que habia sabido aumentar en su juventud considerablemente, habia casi desaparecido con la compra de un ingenio de pobres rendimentos cerca de Cárdenas en una época en que los precios del azúcar tuvieron un descenso deplorable. Habia tenido que descuidar su clientela y su estudio de abogado para dedicarse á aquellas tareas, precisamente cuando las necesidades de su numerosa familia eran mayores. En un breve período, hácia 4848, perdió á su esposa, á dos hijas casadas y á uno de sus hijos, capitan de infanteria en el ejército de la Península. En su vejez se encontró casi solo, pobre y adeudado. La Sociedad Económica agradecida á sus servicios, alivió su situacion reservándole decoroso alojamiento en edificio del antiguo convento de San Felipe, destinado por el gobierno para las dependencias de aquela corporacion. Allí dió Ferrety remate á las tareas de una vida siempre trabajosa, ideando y promoviendo la realizacion de una escuela de maquinaria, con la cual pudiesen aprender en la Habana misma sus naturales y residentes las prácticas de una profesion de gran utilidad en una isla que necesitó hasta entonces valerse de estrangeros pagados caramente para la direccion de los complicados artefactos de su industria rural. Fué el verdadero fundador de la actual escuela de maquinaria bajo la forma en que se creó en 4852: lo fué tambien de la seccion de Historia, Ciencias y Bellas Artes de la Sociedad Económica, en la cual ejerció el cargo de censor durante la segunda mitad de su existencia. Como contador de la casa de beneficencia de la capital, por espacio de veinte y cinco años, reformó su contabilidad y aumentó considerablemente sus ingresos. A esas tareas consagraba aun su ancianidad, cuando hacia 1859 terminó su vida en el mismo edificio de San Felipe, dejando un gran hueco que llenar entre los individuos de la Sociedad Económica de la Habana. aquella ciudad á principios de diciembre de 1822, ni hubiera servido despues de tan útil instrumento á la primera autoridad para frustrar los intentos de los conjurados, formarles causa y aplicarles, aunque con la mayor benignidad posible, las penas marcadas por las leyes. De las infinitas declaraciones que recibió entonces, no pudo comprometerle ni una sola, librándose con tan evidente hecho de una sospecha tan injusta. En aquella causa aparecieron muchos cómplices, algunos de la criminalidad mas evidente. No se ejecutó, sin embargo, una sola sentencia de muerte. Los principales culpables fueron deportados á España, y á algunos conspiradores, atendiéndose á la gran razon de su insignificancia personal, hosta se les permitió que siguieran tranquilos en sus casas, sin que por eso se turbara luego la pública quietud de que disfrutó la Habana en el resto de la época de Vives. Pero sin embargo de la evidente templanza de Ferrety al dirigir aquellas complicadas actuaciones, despues fué objeto ante el mismo gobierno supremo de embozadas delaciones. Imprudentemente habian sido creidas por el marqués de Cárdenas de Monte-Hermoso, que residia entonces en la córte, y era uno de los privados del monarca; y con mayor imprudencia aun se las contó antes de conocer por mejores conductos las incidencias de la conspiracion de los Soles de Bolivar. Pidióle el ministerio sobre Ferrety informes à Vives, que no discurrió mejor camino para que justificase su conducta que el de comisionarle a él mismo para que marchase á la córte á esplicar con los datos mas fehacientes todos los incidentes de aquel voluminoso procedimiento. El comisionado pasó á Madrid en 1825. Cuatro años nada menos permaneció allí, mas ocupado que en su fácil justificacion, en adquirir conocimientos y cultivar escelentes relaciones. El rey le premió sus servicios con la encomienda de Isabel la Católica y la llave de gentii-hombre con entrada. Las gracias que entonces se le concedieron se llevaron hasta la injusticia, porque, por un abuso muy comun en aquel tiempo para con los favoritos del gobierno, concedió el rey á tres hijos de Ferrety que estaban aun en la primera infancia la gracia de capitanes de milicias. Ferrety se habia casado hácia 1824 con doña Tomasa de Alcázar, jóven de una familia distinguida de la Habana á donde regresó á fines de 4829. Alli con una actividad, de la cual permite pocos ejemplos aquel clima, atendió desde entonces à un mismo tiempo al cuidado de una familia numerosa, al desempeño de su estudio de abogado, y á las principales comisiones del ayuntamiento y de la Sociedad Económica. El primer escrito sobre ferro-carriles que haya salido acaso á luz en los dominios españoles fué obra de Ferrety; y sobre esa y otras muchas materias económicas escribió varios articulos en la Gaceta Oficial de la Habana, de cuya redaccion estuvo encargado largo tiempo. Tambien escribió mucho sobre instruccion pública é historia por comision de la So- Ferro-carriles. La gloria de este invento prodigicso ciedad Económica, y contribuyó á la ereccion y fábrica de que, con la mayor facilidad para recorrerlas, ha reducido la nueva parroquia estramural de San Nicolás. Se necesi- las distancias de unos puntos á otros, pertenece esclusivatarian muchas páginas como esta para reseñar todas las co- mente á la Inglaterra, aunque esta nacion y las demás tarmisiones que se confirieron á Ferrety en la Sociedad, todos daron mucho en perfeccionar el descubrimiento, generalisus informes y todos sus escritos, la mayor parte de los zarlo y obtener las ventajas que hoy reporta. En 1649, con cuales vieron la luz pública en la coleccion de Memorias la mira de aliviar la fatiga de los animales empleados en de aquella corporacion, en la Gaceta Oficial y otros perió- las minas de carbon de piedra, se empezó á recurrir al ardicos del pais. Fué el mas notable por su utilidad y su es- bitrio de colocar listones paralelos de madera para que putension, el que como secretario de la seccion de historia diesen acarrearse mejor los minerales en un carro con rueredactó en 1834 para publicar por cuenta de la misma So- das que trabajaban sobre los maderos. Para que esos listociedad el curioso manuscrito, aun inédito entonces, de lanes no se gastasen tanto con el roce, luego se forró de hierLlave del Nuevo Mundo ó la Habana descrita, compuesto ro ó de metal su superticie, y mas de un siglo despues, en desde 1761 por el regidor de su ayuntamiento don José 1767, esas vias de madera quedaron reemplazadas por Félix de Arrate. Apareció este libro en 1832 en un volú- otras enteramente de hierro en casi todas las esplotaciones men en 8.o de menos de 500 páginas, conteniendo una in- de importancia. En 1806 aparecian ya en las empresas mitroduccion de 46, el testo original de Arrate y mas de 200 neras, asentadas sobre travesaños y en tierras nivelade notas y noticias aclaratorias de él ó adicionales sobre das, cuando el ingeniero Thewithik empezó á sustituir materias referentes á acontecimientos históricos y al estado la fuerza del vapor à la de los animales para el movimieneconómico del pais La mayor parte de esas tareas adicio-to en esas vias, realizándose su primer ensayo sobre el fernales fueron obra de Ferrety que publicó por el mismo ro-carril de Mertuyr Tielvill en el país de Galles con retiempo una bien razonada relacion histórica de los benefi- sultados incompletos. Despues de muchas esperiencias in42 TOMO II. fructuosas para conseguirlo, cúpole la suerte á Roberto 1.334,554 ps. fs. y 7 rs, con los cuales empezaron con e Stphenson en 1829 de producir una máquina de hierro que, año de 1835 los estudios y trabajos de nivelacion. Vencidos superando á otras muchas que presentaron sus competido-muchos inconvenientes y contradicciones alzóse luego á los res, se reconoció entonces ser la mas propia para resolver las dificultades del problema. Aquella máquina con algunas modificaciones y enmiendas hechas por el estudie y la esperiencia es la que, condensando en su receptáculo la fuerza del vapor, arrastra los pesos colocados en las vias y se conoce con el nombre de locomotora. dos años el edificio de la estacion con todas las oficinas, almacenes y dependencias necesarias entre las puertas de Tierra y Monserrat, sobre solares limítrofes al Campo Militar y Alameda de Isabel II, reservados antes para un Jardin Botánico que no habia llegado á terminarse. menos tiempo con viaductos, obras subterráneas y no pocas de destajo; y al par que la inteligencia del ingeniero anglo-americano don Alfredo Cruger director principal de toda la obra, demostró aquel resultado la actividad y el celo de la comision de la Junta de Fomento encargada de intervenir en todos sus detalles. El costo total de esta linea primitiva de 16 millas llegó á 2.005,478 ps. fs. 6 rs. y 1/2 resultando entre esta cantidad y la realizada del empréstito un déficit de 873,923 ps. fs. 19 y 1, rs. que la Junta cubrió fácilmente con medios supletorios. El ferro-carril, arrancando hacia el S. atraviesa parte En Europa, la Bélgica y la Prusia, y en América los de la poblacion estramural, se desliza por la falda del casEstados-Unidos, fueron los primeros paises que se aprove-tillo del Principe, recorre los terrenos llamados de la Cié. charon desde entonces del ejemplo de la Gran Bretaña naga, atraviesa con un sólido viaducto el rio Almendares adoptando aquel maravilloso medio de locomocion y entre un bello paisage, y pasa á corta distancia de las llamade transporte. La Francia no adoptó con la celeridad y el das ciudades de Santiago y Bejucal, y de los cortos pueblos entusiasmo que otras invenciones útiles, á esta que procc- de Quivican, Guara y Melena para rematar junto à la risuedia de la Inglaterra; la España trastornada por guerras ci-ña villa de los Güines. viles y revueltas, con un Erario insuficiente hasta para las Esta fué su estension primitiva empezando á funcionar necesidades mas precisas, ni pensaba en establecer aun el hasta Bejucal en 1837, y terminando en Güines en 1838. menor ferro-carril cuando ya desde 1830 la Sociedad Eco-No hay ejemplo de ningun otro ferro-carril ejecutado en nómica de la Habana publicaba un informe promoviendo la construccion de caminos de hierro, en una isla donde las antiguas vias de comunicacion estaban sujetas á causas de deterioro mucho mayores que en otros paises. Ese informe que sirvió de verdadera iniciativa para dotar á la grande Antilla de aquel utilisimo elemento de prosperidad, lo redactaron en agosto de aquel año el marqués de la Cañada de Tirry y don Juan Agustin Ferrety, á quien confió esa comision la Sociedad Económica. El Real Consulado que luego se convirtió en Junta de Fomento, adoptó con calor aquella idea; pero como no contaba con ingresos suficien- No entramos en detalles ni descripciones de las estaciotes para empezar á realizarla, ni existia tampoco entonces nes, aspecto y accidentes de la via férrea de la Habana á en la Habana para animar á facilitarlos el espíritu de Güines, porque en las respectivas jurisdicciones y partidos asociacion que se despertó mucho despues entre los capita-las determina todas mas o menos la parte geográfica de listas, trascurrieron mas de dos años sin que aquella cor- esta obra. poracion adelantase nada. Sin embargo, formalizó un proyecto, y en 4.o de agosto de 1833 solicitó autorizacion de S. M. para contraer en Londres un empréstito de 4.500,000 pesos fuertes, é hipotecar para pago de intereses y amortizacion el 4 po% en el puerto de la Habana, y 3 po en los demás puertos de la isla sobre todas las introducciones y estracciones, hasta que los productos del camino alcanzasen á ir cubriendo el compromiso y reintegrar aquel anticipo. El ministerio, despues de examinar el pensamiento, lo aprobó por Real órden de 47 de febrero de 1834, que en 12 del siguiente octubre se comunicó en los términos mas satisfactorios á la superintendencia general de Real Hacienda á cuya jurisdicción pertenecia entonces el ramo de obras públicas. Como cada ferro-carril de los muchos que de treinta años á esta parte se han construido en Cuba tiene su historia particular, una por una la iremos esponiendo en compendio y por el órden de situacion de cada via. Para mayor claridad colocamos sus respectivos capítulos empezando por las que arrancan de la capital'ó radican dentro de ella; seguirán las que recorren los territorios del centro de la isla desde el meridiano de Matanzas hasta el de Nuevitas: luego detallaremos las del territorio Oriental, y en fin terminaremos nuestra reseña con la gran línea y otros proyectos accesorios que se están ejecutando hace años por la parte occidental desde Guanajay á Pinar del Rio y otras localidades aledañas. Faltábale mucho aun para terminarse á la línea primitiva cuando ya se comprendia la pública necesidad de que tomara mayores proporciones; y entre muchos proyectos de ramales y aun de nuevas líneas, se dió la preferencia al entronque que, partiendo desde la estacion de San Felipe á 26 y 1, millas de la Habana llegase hasta el surgidero de Batabanó en la costa del S. Este ramal cuyos trabajos se emprendieron á fines de 1836, contaba y cuenta 44 y 1, millas. Andaba muy adelantada su construccion, cuando una compañia anónima compuesta de los hacendados y comerciantes de la Habana mas pudientes, en 14 de enero de 1842 compró á la Junta de Fomento la propiedad del ferrocarril de la capital en el estado en que se encontraba y en pública subasta por la cantidad de 3.609,127 ps. fs. Para este traspaso habia guiado á la Junta, además de la necesidad de desprenderse de cuidados que entorpeciesen su accion sobre los demás ramos de la prosperidad pública, la esperiencia adquirida con multitud de ejemplos de otros paises de que se desarrollan y crecen mas estas empresas cuando las esplota el interés particular en armonía con el de los pueblos. Bajo el nombre de caminos de hierro de la Habana, se comprende, además de la primitiva línea á Güines y del referido ramal de la estacion de San Felipe à Batabanó, toda la prolongacion que corre desde Güines por las estaciones de San Nicolás, los Palos y la Bermeja, hasta la es tacion llamada de la Union por su entronque con el ferroFerro-carril de la Habana.Ampliamente auto-carril de Matanzas. Tambien se comprende como pertenerizada la superintendencia por el gobierno metropolitano para convertir en un hecho el pensamiento, se ocupó el conde de Villanueva desde luego en reunir los caudales necesarios para obra tan costosa; y, á derramas ó arbitrios onerosos, prefirió el de un empréstito de 2.000,000 de ps. amortizables en veinte y cinco años que en aquel mismo se negoció en Londres con el crédito personal de aquel alto funcionario y la garantía de la Excma. Junta de Fomento, descontando los plazos á interés corriente. Cubriendo los gastos de agencias y cambios, pudo realizar la Junta ciente al ferro-carril de la capital el ramal que arranca de la estacion del Rincon y termina en la de Guanajay, recorriendo, desde el 4.o de agosto de 1849 en que empezó á esplotarse, una estension de 34 kilómetros, 117 metros. La longitud total del ferro-carril de la Habana y sus ramales adherentes, asciende á 173 kilómetros, 932 metros, cuyo valor capital se elevaba á fines de 1858 á 6.281,420 ps. fs., que en 1857 habian producido 1.443,654, y en el citado 1858, 1.239,959. Completaremos la historia económica de este primer ferro-carrit incluyendo en nuestras esplicaciones todos los, »mero en direccion de Batabanó, el segundo à San Antodatos que han llegado á nuestras manos, aunque por des-»nio y el tercero á los Palos; y á consecuencia de la progracia y á pesar de nuestros esfuerzos para adquirirlos, »longacion de este último hasta entroncar con el ferrosolo alcanzan á 4859, y no en todas las materias. >>carril de Matanzas y la de San Antonio á Guanajay, obEa los estados de ingresos de la antigua Junta de Fo-»tuvo la empresa una proroga de doce años muertos para mento, el primer cuatrienio en que el ferro-carril figurase satisfacer los 884,618 ps. fs. que debia abonar á los foncon productos publicados, fué el de 1837 á 1840, y sus dos del Estado, cuyo pago empezaria en 4.o de enero de guarismos fueron los siguientes: >>4860 para terminarse en 1878. »De los datos facilitados por la empresa, continúa di>>ciendo la Direccion en su Memoria, aparece: que el costo »>total de la línea principal y sus ramales ha sido de »5.281,420 ps. fs., y como su estension es de 175 kilóme>>tros, 932 metros, resulta por valor de cada uno 30,352 ps. fs. >>38 cs. Los productos de la esplotacion fueron desde el año >>4842 al de 4852 por razon de pasageros, 2.456,199 ps. fs., >>lo cual demuestra los grandes resultados obtenidos en di>>cho camino. Nosotros hubiéramos deseado que el dato »fuese completo, incluyendo los productos por los traspor »tes de carga de frutos y mercancías.»> El órden de su movimiento, tanto en la linea principal como en sus dependencias ó ramales, se ha cambiado muchas veces desde que se empezaron á poner en esplotacion, que rige desde 10 de agosto de 1862 es el que sigue: COMPAÑIA DE CAMINOS DE HIERRO DE LA HABANA. ITINERARIO PARA EL TREN DE PASAGEROS DE LA UNION. Estos solos números bastan para esplicarnos que los productos del primer ferro-carril de Cuba no empezaron á tener una verdadera importancia hasta despues que en 4.o de noviembre de 1838 se abrió á la esplotacion la seccion de Bejucal á Güines, desde cuya villa se continuó lue-El go la via hasta la Union. Esta prolongacion ya no fué obra de la Junta de Fomento, que en 14 de enero de 1842 vendió el ferro-cartil á una sociedad anónima en 3.669,127 ps. fs. 75 cs. Esta fué la que construyó los 52 kilómetros, 310 metros que se estienden sobre aquellos dos puntos, y empezó á esplotarlo en 26 de noviembre del siguiente año. En la página 192 de su suplemento á la seccion económica de la Historia Fisica y Natural de Cuba, su autor don Ramon de Lasagra fundó en buenas razones su estimacion de las sumas que realmente se invirtieron en aquellos trabajos; insertémosla: «Las 45 millas inglesas, ó sean los 74 kilómetros, 959 »metros de la primera via construida hasta Güines, tuvie»ron de costo 4.753.590 ps. fs., y el de los depósitos y >>material móvil, 251,889, que componen un total de »>2.005,479 ps. fs., de donde se deduce que el costo de cada »milla, sin depósito ni material de traccion, fué de 38,968, y si se incluyen estos de 44,566, que valorados por kilómetros resulta en el primer caso de 24,355 ps. fs. 40 cs., y »en el segundo de 27,853, 88 cs. IDA. Villanueva.. »Los precedentes guarismos están tomados de la Memo»ria citada de la Direccion de Obras públicas, y aunque de modo alguno nos proponemos refutarlos, creemos útil »presentar aquí el total que resulta invertido en gastos del »camino de Guines por la real Junta de Fomento, resumiendo todas las partidas que desde el año de 1834 hasta el »de 1847 resultan consignadas á ellos en los estados que »la misma Direccion ha impreso en su Memoria, á saber: »desde el primero hasta 1842 en que fué vendido el cami»no un total de 3.282,770 ps. fs., y desde dicho año hasta »el de 1847 la suma de 43,427 en pequeñas partidas, pro»cedentes de obligaciones pendientes al tiempo de la enagenacion, indeprimaciones y gastos judiciales; todo lo cual »forma una partida de 3.326,197 ps. fs., mayor en 4.320,718 Bermeja »que la apreciacion anterior, y que probablemente procede »de los gastos de los depósitos y material, no incluidos en »ella por la citada direccion. Union. Palos. Vegas. San Nicolás. San Felipe »>En el estado de 1844 no se hace referencia de los >>productos de la esplotacion del citado camino por pasageros y carga que añadiriamos á la suma antes menciona»da de los años anteriores, ascendiente á 775,093 ps. fs., »la cual comparada con la de los pagos hechos en la cons»truccion del camino y con motivo de el que acabamos de Quivican. >>hallar, corresponde á 23,3 po% de rendimiento en cuatro Bejucal. »años, ó 5,6 polo al año. Parece que en los gastos no fue>>ron incluidos los intereses del capital tomado en Londres, »los cuales calculados desde 1840 à 1860 forman un total »de 2.343,545 ps. fs. »Entre las condiciones impuestas al verificar la venta »del camino, se incluyó la de construir 3 ramales: el pri Rincon. Aguada. 0281NNNNNN 12 58 4.00 4.00 CONVOY DEL RAMAL DE BATABANO. Sale de San Felipe 40 minutos despues de haber llegado á este punto el convoy general del tronco; hace el viage de ida en 3, de hora y parte de Batabanó á las 44 1⁄2, deteniéndose á la ida y á la vuelta para recoger los pasageros del Camino Real y Pozo Redondo. Villanueva. A la llegada de los vapores procedentes de Cienfuegos, Ciénaga.. Trinidad y Cuba, hay un tren estraordinario en Batabanó Almendares. para traer los pasageros á la Habana. Esto se entiende Aguada.. siempre que los vapores llegan en el dia señalado en su Rincon. itinerario y atracan antes de las 41, de la tarde en invier-San Antonio.. no y de las 5 en verano, pues si se dilatan no sale el conSeborucal.. voy de Batabanó. Tampoco ofrece la compañia el convoy Seiba.. estraordinario en el caso de que por accidente ó demora del Guanajay. general del tronco, sea necesario echar mano en San Felipe del tren de Batabanó. San Felipe. Pozo Redondo. Batabanó. Horas de Horas de Aguada. IDA. VUELTA. |