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PARTE PRIMERA

CAPÍTULO I

ASPECTO FÍSICO DE LA REPÚBLICA ARJENTINA, I CARACTERES, HÁBITOS E IDEAS QUE ENJENDRA.

L'etendu des pampes est si prodigieuse qu'au nord elles son bornées par des bosquets de palmiers, et au midi par des neiges eternelles.

Head.

El continente americano termina al sur en una punta en cuya estremidad se forma el Estrecho de Magallanes. Al oeste i a corta distancia del Pacífico, se estienden paralelos a la costa los Andes chilenos. La tierra que queda al oriente de aquella cadena de montañas, i al occidente del Atlántico, siguiendo el Rio de la Plata hácia el interior por el Uruguai arriba, es el territorio que se llamó Provincias Unidas del Rio de la Plata, i en el que aun se derrama sangre por denominarlo República Arjentina o Confederacion Arjentina. Al norte están el Paraguai, el Gran Chaco, i Bolivia, sus límites presuntos.

La inmensa estension de pais que está en sus estremos, es enteramente despoblada, i rios navegables posee que no ha surcado aun el frájil barquichuelo. El mal que aqueja a la República Arjentina es la estension; el desierto la rodea por todas partes, se le insinúa en las entrañas; la soledad, el despoblado sin una habitacion humana, son por lo jeneral los límites incuestionables entre unas i otras provincias. Allí la inmensidad por todas partes: inmensa la llanura, inmensos los bosques, inmensos los rios, el horizonte siempre incierto,

i

siempre confundiéndose con la tierra entre celajes i vapores tenues que no dejan en la lejana perspectiva señalar el punto en que el mundo acaba i principia el cielo. Al sur i al norte acéchanla los salvajes, que aguardan las noches de luna para caer, cual enjambres de hienas, sobre los ganados que pacen en los campos, i las indefensas poblaciones. En la solitaria caravana de carretas que atraviesa pesadamente las pampas, que se detiene a reposar por momentos, la tripulacion reunida en torno del escaso fuego, vuelve maquinalmente la vista hácia el sur al mas lijero susurro del viento que ajita las yerbas secas, para hundir sus miradas en las tinieblas profundas de la noche en busca de los bultos siniestros de la horda salvaje que puede sorprenderla desapercibida de un momento a otro. Si el oido no escucha rumor alguno, si la vista no alcanza a calar el velo oscuro que cubre la callada soledad, vuelve sus miradas, para tranquilizarse del todo, a las orejas de algun caballo que está inmediato al fogon, para observar si están inmóviles i neglijentemente inclinadas hácia atras. Entonces continúa la conversacion interrumpida, o lleva a la boca el tasajo de carne medio sollamado de que se alimenta. Si no es la proximidad del salvaje lo que inquieta al hombre del campo, es el temor de un tigre que lo acecha, de una vívora que puede pisar. Esta inseguridad de la vida, que es habitual i permanente en las campañas, imprime, a mi parecer, en el carácter arjentino cierta resignacion estoica para la muerte violenta, que hace de ella uno de los percances inseparables de la vida, una manera de morir como cualquiera otra; i puede quizá esplicar en parte la indiferencia con que dan i reciben la muerte, sin dejar en los que sobreviven impresiones profundas i duraderas.

que

La parte habitada de este pais, privilejiado en dones i encierra todos los climas, puede dividirse en tres fisonomías distintas, que imprimen a la poblacion condiciones diversas, segun la manera como tiene que entenderse con la naturaleza que la rodea. Al norte, confundiéndose con el Chaco, un espeso bosque cubre con su impenetrable ramaje estensiones que llamáramos inauditas, si en formas colosales hubiese nada inaudito en toda la estension de la América. Al centro, i en una zona paralela, se disputan largo tiempo el terreno la pampa i la selva; domina en partes el bosque, se degrada en matorrales enfermizos i espinosos, preséntase de nuevo la selva a merced de algun rio que la favorece, hasta que al fin al sur triunfa la pampa, i ostenta su lisa i velluda frente, in

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finita, sin límite conocido, sin accidente notable; es la imájen del mar en la tierra; la tierra como en el mapa; la tierra aguardando todavía que se la mande producir las plantas i toda clase de simiente. Pudiera señalarse como un rasgo notable de la fisonomía de este pais, la aglomeracion de rios navegables que al este se dan cita de todos los rumbos del horizonte, para reunirse en el Plata, i presentar dignamente su estupendo tributo al océano, que lo recibe en sus flancos no sin muestras visibles de turbacion i de respeto. Pero estos inmensos canales escavados por la solícita mano de la naturaleza, no introducen cambio ninguno en las costumbres nacionales. El hijo de los aventureros españoles que colonizaron el pais, detesta la navegacion, i se considera como aprisionado en los estrechos límites del bote o la lancha. Cuando un gran rio le ataja el paso, se desnuda tranquilamente, apresta su caballo, i lo endilga nadando a algun islote que se divisa a lo léjos; arriba a él, descansan caballo i caballero, i de islote en islote se completa al fin la travesía. De este modo, el favor mas grande que la Providencia depara a un pueblo, el gaucho arjentino lo desdeña, viendo en él mas bien un obstáculo opuesto a sus movimientos, que el medio mas poderoso de facilitarlos; de este modo la fuente del engrandecimiento de las naciones, lo que hizo la celebridad remotísima del Ejipto, lo que engrandeció a la Holanda, i es la causa del rápido desenvolvimiento de Norte-América, la navegacion de los rios, o la canalizacion, es un elemento muerto, inesplotado por el habitante de las márjenes del Bermejo, Pilcomayo, Paraná, Grande, i Uruguai. Desde el Plata remontan aguas arriba algunas navecillas tripuladas por italianos i carcamanes; pero el movimiento sube una cuantas leguas i cesa casi de todo punto. No fué dado a los españoles el instinto de la navegacion, que poseen en tan alto grado los sajones del Norte. Otro espíritu se necesita que ajite esas arterias en que hoi se estagnan los flúidos vivificantes de una nacion. De todos estos rios que debieran llevar la civilizacion, el poder i la riqueza hasta profundidades mas recónditas del continente, i hacer de Santa-Fe, Entre-Rios, Corrientes, Córdova, Salta, Tucuman i Jujui otros tantos pueblos nadando en riquezas i rebolos sando poblacion i cultura, solo uno hai que es fecundo en beneficios para los que moran en sus riberas: el Plata, que resume a todos juntos. En su embocadura están situadas dos ciudades, Montevideo i Buenos-Aires, cosechando hoi alternativamente las ventajas de su envidiable posicion.

Buenos-Aires está llamada a ser un dia la ciudad mas jigantesca de ambas Américas. Bajo un clima benigno, señora de la navegacion de cien rios que fluyen a sus piés, reclinada muellemente sobre un inmenso territorio, i con trece provincias interiores que no conocen otra salida para sus productos, fuera ya la Babilonia Americana, si el espíritu de la pampa no hubiese soplado sobre ella, i si no ahogase en sus fuentes el tributo de riqueza que los rios i las provincias tienen que llevarla siempre. Ella sola en la vasta estension arjentina está en contacto con las naciones europeas; ella sola esplota las ventajas del comercio estranjero; ella sola tiene el poder i rentas. En vano le han pedido las provincias que les deje pasar un poco de civilizacion, de industria, i de poblacion europea; una política estúpida i colonial se hizo sorda a estos clamores. Pero las provincias se vengaron, mandándole en Rosas mucho i demasiado de la barbarie que a ellas les sobraba. Harto caro la han pagado los que decian "la República Arjentina acaba en el Arroyo del Medio.. Ahora llega desde los Andes hasta el mar; la barbarie i la violencia bajaron a Buenos-Aires mas allá del nivel de las provincias. No hai que quejarse de Buenos-Aires, que es grande i lo será mas, porque así le cupo en suerte. Debiéramos quejarnos ántes de la Providencia, i pedirle que rectifique la configuracion de la tierra. No siendo esto posible, demos por bien hecho lo que de mano de Maestro está hecho. Quejémonos de la ignorancia de ese poder brutal que esteriliza para sí i para las provincias, los dones que natura prodigó al pueblo que estravía. Buenos-Aires, en lugar de mandar ahora luces, riqueza i prosperidad al interior, mándale solo cadenas, hordas esterminadoras, i tiruanelos subalternos. Tambien se venga del mal que las provincias le hicieron con prepararle a Rosas!

He señalado esta circunstancia de la posicion monopolizadora de Buenos-Aires, para mostrar que hai una organizacion del suelo, tan central i unitaria en aquel pais, que aunque Rosas hubiera gritado de buena fe ¡federacion o muerte! habria concluido por el sistema unitario que hoi ha establecido. Nosotros, empero, queriamos la unidad en la civilizacion i en la libertad, i se nos ha dado la unidad en la barbarie i en la esclavitud. Pero otro tiempo vendrá en que las cosas entren en su cauce ordinario. Lo que por ahora interesa conocer, es que los progresos de la civilizacion se acumulan en BuenosAires solo, la pampa es un malísimo conductor para llevarla i distribuirla en las provincias, i ya veremos lo que de aquí re

sulta. Pero por sobre todos estos accidentes peculiares a ciertas partes de aquel territorio, predomina una faccion jeneral, uniforme i constante; ya sea que la tierra esté cubierta de la lujosa i colosal vejetacion de los trópicos, ya sea que arbustos enfermizos, espinosos i desapacibles revelen la escasa porcion de humedad que les da vida, ya en fin, que la pampa ostente su despejada i monótona faz, la superficie de la tierra es jeneralmente llana i unida, sin que basten a interrumpir esta continuidad sin límites las Sierras de San Luis i Córdova en el centro, i algunas ramificaciones avanzadas de los Andes al norte; nuevo elemento de unidad para la nacion que pueble un dia aquellas grandes soledades, pues que es sabido que las montañas que se interponen entre unos i otros paises, i los demas obtáculos naturales, mantienen el aislamiento de los pueblos i conservan sus peculiaridades primitivas. NorteAmérica está llamada a ser una federacion, ménos por la primitiva independencia de las plantaciones, que por su ancha esposicion al Atlántico i las diversas salidas que al interior dan el San Larenzo al norte, el Mississipi al sur, i las inmensas canalizaciones al centro. La República Arjentina es

una e indivisible.

Muchos filósofos han creido tambien que las llanuras preparaban las vias al despotismo, del mismo modo que las montañas prestaban asidero a las resistencias de la libertad. Esta llanura sin límites que desde Salta a Buenos-Aires, i de allí a Mendoza, por una distancia de mas de setecientas leguas permite rodar enormes i pesadas carretas sin encontrar obstáculo alguno, por caminos en que la mano del hombre apénas ha necesitado cortar algunos árboles i matorrales, esta llanura constituye uno de los rasgos mas notables de la fisonomía interior de la república. Para preparar vias de comunicacion, basta solo el esfuerzo del individuo i los resultados de la naturaleza bruta; si el arte quisiera prestarle su ausilio, si las fuerzas de la sociedad intentaran suplir la debilidad del individuo, las dimensiones colosales de la obra arredrarian a los mas emprendedores, i la incapacidad del esfuerzo lo haria inoportuno. Así, en materia de caminos, la naturaleza salvaje dará la lei por mucho tiempo, i la accion de la civilizacion permanecerá débil e ineficaz.

Esta estension de las llanuras imprime, por otra parte, a la vida del interior cierta tintura asiática que no deja de ser bien pronunciada. Muchas veces al ver salir la luna tranquila i resplandeciente por entre las yerbas de la tierra, la he salu

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