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CAPÍTULO X

ESTRANJEROS VARIOS

SUMARIO.-Los eslavos en Chile; Borcowsky.-Rusos.-El bohemio Haenke.-Suecos; Hævel i Bari.—Suizos; Heitz.-Eclesiásticos estranjeros del siglo XVIII.— Artesanos en 1724.-La colonia industrial del padre Haimhausen.—Artes industriales que introdujeron los jesuitas en 1748.-El relojero Roetz.-El boticario Zeitler.-Sacerdotes i coadjutores estranjeros en la espulsion de 1767.-Los conspiradores de Chiloé.-El Padre Huever.-El Padre Schmid.-El Padre Weingartner-Profesores jesuitas espulsados de Córdoba.-Exodo de frailes i clérigos de otras órdenes.-La última espulsion de estranjeros en la víspera de la Revolucion de la Independencia.

Hai razas europeas que han influido en muchísima menor escala que las que hasta ahora hemos estudiado.

De esta condicion son naturalmente aquellas que por la distancia i por no haber estado ligadas en manera alguna con España, se guardaron de mandar hijos a estas colonias.

En este número agruparemos el elemento eslavo, de que apénas se halla algun lijero vestijio en los documentos.

En el norte figura un Juan Cristóbal Borcosque (Borcowsky) natural de Danzig, feudatario de la corona de Polonia, que se domicilió en la Serena

por 1717. Casó por 1727 en Santiago con María Josefa de Urbina i obtuvo carta de naturaleza en 24 de diciembre de 1745.2 Quedó como vecino de Copiapó por auto de 29 de mayo de 1751, espedido por el gobernador Ortiz de Rozas.3 Trabajó en minas.

Poco despues figura un Jaime Carabran o Xarabran, cuya nacionalidad no se descubre en los autos de estranjería que se siguieron a su fallecimiento, ocurrido en Copiapó el 2 de octubre de 1783.*

Este Xarabran era comerciante, i lo que consta en los autos es que el Rev. P. guardian de San Francisco, fr. Pedro Varas, cargó con todo.. En una petaca llevóse al convento los escasos fondos sellados, juntamente con azúcar, lentejas, grasa, ají, etcétera. Habiendo llegado esto a noticias del gobernador O'Higgins, mas de cuatro años mas tarde, se apresuró a dictar auto, en 27 de setiembre de 1788, ordenando sin dilacion, la entrega de lo que el distraido franciscano habia cargado». I que debe haberlo devuelto a cajas reales, no cabe dudarlo, por que ese ejecutivo gobernador no entendia de bromas.

En los principios del siglo XIX se habla de un conde Rousillion, polaco que habia sido ayudante de Koskiusko, en la insurreccion de su patria, i que vino a bordo del buque norte-americano Lelia Byrd a Valparaiso. Este conde, noble i valiente habríase hallado en suma pobreza en Ham

1 Capitania Jeneral, vol. 679.

2 Capitania Jeneral, vol. 82.

• Capitanía Jeneral, vol. 98. Este polaco medio aleman por el nacimiento, habia servido en la marina española desde mui jóven. Destinado al navío de guerra San Fernando que montaba el capitan de fragata Juan Cornejo, pasó a la Habana por naufrajio de la flota en la costa de la Florida, de vuelta del puerto de Vera Cruz. Llegado a Chile en 1717 sentó plaza de soldado infante en la compañía que se le confirió a Francisco Bascur, de nacion francesa, por el año de 1723. Se trasladó a la Serena con sus hijos, madre, hermanos i sobrinos de su mujer, i fabricó casa que se le cayó en el terremoto de 1730. Fué capitan de milicias en 1742, i despues adquirió bienes raices, urbanos i rústicos. En 1751 dotaba a su hija Ana Josefa con 3000 pesos (Capitania Jeneral, vol. 146,) quien casó con Francisco Perez de los Rios. El apellido Borcosque se conserva en Copiapó.

4 Capitania Jeneral, vol. 671.

burga, i por eso se embarcó en la Lelia Byrd a correr aventuras. (VICUÑA MAC-KENNA, Historia de Valparaiso, t. II, páj. 273).

Este mismo autor (páj. 307) recuerda al comodoro ruso Krusenstern, que en el invierno de 1804 pasó en Talcahuano algunos alegres dias dando i recibiendo banquetes de aquellas hospitalarias jentes. Habia salido aquel oficial de Kronstadt en agosto de 1803, conduciendo al Japon al primer embajador ruso acreditado en aquel pais, conde de Resanoff; mas no habiendo sido admitido este personaje en Nagasaki, la espedicion regresó por el cabo de Buena Esperanza en 1806. Los buques de que se componia se llamaban la Nadesha i el Neva1 i en su navegacion ocurrió la particularidad de que abandonando la ruta de Magallanes, jeneralmente preferida por los navegantes al derredor del mundo, penetraron al Pacífico por el Cabo de Hornos.

Entre los mas célebres bohemios que han figurado en nuestro pais está Tadeo Haenke' hombre de ciencia que en 1790 formó parte de la célebre espedicion de Alejandro Malaspina. Aquel realizó con éxito estudios sobre las plantas chilenas que le han dado gran reputacion de sabio i de observador sagaz de la naturaleza.

El elemento sueco tiene, asimismo poca representacion i actuacion

entre nosotros.

Fuera del conocido don Mateo Arnaldo Hoevel, que ya hemos mencionado, encontramos a don Pedro Bari. Nació en Suecia en 1785. Su verdadero apellido era Campani. Se ha contado que viajando llegó al pue, blo de Bari (en Italia) i adoptó el nombre de ese pueblo.

1 De algunos de estos barcos debe ser el ruso que se quedó en Chile i que figura en el censo de estranjeros de 1809.

2 He dado a conocer a este hábil botánico en la Historia del desarrollo intelectual de Chile, pájs. 519 a 524 i 546.

Haenke habia nacido en Kreibitz (Bohemia) en 1761 i murió en Yucarares en 1817, envenenado casualmente.

Llegó a Chile por 1801, avecindándose en la ciudad de los Andes, donde se dedicaba al comercio. En 1810 fué ahí uno de los promotores mas activos del movimiento revolucionario.

Suizos igualmente he hallado poquísimos en el período colonial.
El mas importante es Santiago Heitz, natural del Canton de Glori.
Llegó a Chile en 1804. Casó con doña Cármen Concha Astorga.

Era don Santiago un agrimensor e industrial de gran actividad que estableció una fábrica de hule de lino i despues otras de aceite de linaza i de tela «indiana..

Ello era tanto mas laudable cuanto aquella era época en que pocos hombres querian o sabian implantar industrias nacionales. Salvo don Manuel Salas, don José de Cos Iriberri, don Anselmo de la Cruz i contados personajes del tiempo, esa implantacion de trabajos se reputaba por impracti cable i temeraria.

Cualquiera imajinaria que en esta fatigosa escursion al traves de los estranjeros en Chile durante el período colonial, ya habíamos llegado a su término.

No tal. He juzgado que queda aun un grupo harto notable: el de los eclesiásticos que dependen de la Roma pontificia. Este elemento de las congregaciones estranjeras no ha influido de una manera ostensible en el acrecentamiento demográfico; pero su influencia es considerabilísima. Acaso seria imperdonable no hacer una lijera reseña de algunos de sus mas señaladas individualidades, en razon de haber sido tan preponderante. Ellos han moldeado en gran parte el espíritu colonial.

1 En el archivo de la Capitanía Jeneral he encontrado una solicitud de él a 27 de abril de 1810, en que se dice «vecino i del comercio de los Andes.» Pedia copia de la cédula sobre matrimonios dada en Aranjuez a 10 de abril de 1803. Se le dió.

2 De la Cruz, en su Memoria al Consulado en 12 de enero de 1810 pedia se mejorasen i arreglasen las fábricas de lana en Chillan, de cáñamo en Quillota, de cobre en Coquimbo, etc.

Han educado. I con eso implícitamente se dice que han ejercido paternidad espiritual de fuerza imponderable.

¿Será necesario insistir en esta paternidad? Huelga sin duda.

Tampoco es menester decir mucho de la tendencia lucrativa que desenvolvieron con sin igual vigor, en primer lugar la órden de los jesuitas, que, segun un historiador que los ha estudiado al reves i al derecho, <habian consagrado lo mejor de su espíritu a la idolatría del becerro de oroɔ. 1

Ya hemos recordado en capítulo anterior que por 1699 llegó la primera remesa de relijiosos estranjeros. Trájolos el jesuita Miguel de Viñas; i fueron diez, de los cuales tres holandeses, cinco italianos i dos sardos.

De esta fecha hácia adelante haremos una rapidísima escursion para llenar en parte la laguna que quedaria de no efectuarlo.

Por 1700 aparece de misionero Nicolas Kleffer, i el hermoso Pitterich, escultor de profesion, i algun tanto entendido en arquitectura i arte de injeniero. Este trabajó altares i dirijió la construccion de edificios.2

Por 1724 llegaron 15 artesanos, entre los cuales sobresalió el hermano Miguel Herre, que edificó parte del Colejio de Penco.

Se hace ya mas ostensible la tendencia industrial de la órden i no es fuera de camino considerar este aspecto de la congregacion.

De los eclesiásticos estranjeros que han desfilado en estas pájinas, se habrá notado que el menor número son franceses.

Pocos han sido tambien los relijiosos de oríjen italiano3 i sardo que se domiciliaron en el pais en la época colonial. Ménos todavía son los de pro

1 Todo lo afeó, dice VICUÑA MAC-KENNA, «su apego a la codicia, de lo que ha quedado viva tradicion en nuestro suelo hasta el punto de que el nombre de Jesuita se ha hecho aun en las bocas mas piadosas sinónimo del avaro solapado».

2 ENRICH: Historia de la Compañia de Jesús en Chile, t. II, p. 354.

3 Entre esos escasos daré noticia del hermano Francisco Enriquez Marchioni, natural de la ciudad de Milan, hijo del jeneral Cárlos Andrea Marchioni i Magdalena Sagali. Hizo en 1705 renuncia de sus lejítimas paterna i materna, en su hermano Juan Bautista Marchioni. (Archivo de Escribanos, vol. 459, protocolo de Cherinos, fol. 306).

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