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Por desgracia, el asilo creado por el marques de Montepio subsistió pocos años despues de su muerte, ocurrida, como se ha visto, a mediados de 1772.

La construccion, que nunca fué mui sólida, habia empezado a arruinarse cuando en 1779 se estableció en ella un lazareto para mujeres atacadas por la peste de viruelas, que entónces azotaba en forma epidémica a la poblacion de Santiago (1).

En el año de 1811 el mismo solar sirvió de cuartel a un cuerpo de reciente creacion, el batallon de granaderos, el cual desempeñó, como es sabido, un papel de gran importancia para sofocar el motin de Figueroa (2).

I de este modo la casa de huérfanos del marques de Montepio esperimentó diversas trasformaciones al estilo romántico, primero en un lazareto i mas tarde en un cuartel, hasta que desapareció por completo.

V

Aséndegui (3) fué

Don José Santos de Aguirre i Aséndegui bautizado en la iglesia parroquial del Sagrario a 3 dias del mes de noviembre de 1729.

Cuando aun no contaba veinticinco años cumplidos, en 20 de febrero de 1754 (4), contrajo matrimonio en

(1) VICUÑA MACKENNA, Los Médicos de Antaño, pájina 193.

(2) BARROS ARANA, Historia Jeneral de Chile, tomo 8.o, pájina 307. (3) Aunque la primera mujer de don Juan Nicolas de Aguirre se llamaba Ignacia Diaz i Aséndegui, porque era hija de un caballero Diaz i de una señora Aséndegui, sus descendientes prefirieron adoptar el segundo de estos apellidos, el cual aparece en las escrituras públicas de la familia bajo la forma aristocrática Diez de Asendegui.

(4) Archivo de la parroquia del Sagrario.

Santiago con doña Antonia de Boza e Irarrázaval, hija de don Antonio de Boza, rico agricultor natural de las islas Canarias, i de doña Catalina de Irarrázaval i Agüero, hermana del dean don Francisco de Irarrázaval (1).

De este matrimonio nacieron ocho hijos; pero solo cuatro llegaron a la mayor edad, i fueron los siguientes: 1) Don Joaquin Fermin, nacido en 7 de julio de 1757 (2).

2) Doña Josefa, nacida en 12 de marzo de 1767, (3) i casada en 10 de setiembre de 1780 (4) con don Martin de Larrain i Salas.

3) Doña Nicolasa, casada en 2 de julio de 1790 (5) con don Juan Antonio de Carrera i Salinas, primo hermano de don José Miguel Carrera.

4) Doña Mariana, casada en primeras nupcias con un comerciante natural de Navarra llamado don Salvador Aicinena i Micheo, i en segundas con don Francisco Ramon de Vicuña i Larrain, sobrino carnal del marido de su hermana doña Josefa de Aguirre.

Doña Mariana de Aguirre i Boza tuvo hijos de uno i otro matrimonio; pero el mas notable de sus descendientes pertenece al segundo de estos enlaces, su nieto don Benjamin Vicuña Mackenna.

Don José Santos de Aguirre favoreció en

pudo a sus hijas, i no solo les dió una buena dote, de seis mil o mas pesos, para ayudar a las cargas del ma

(1) Sobre la familia de Boza da interesantes noticias don Benjamin Vicuña Mackenna en su Historia de Santiago, tomo 2.o, pájinas 53 i siguientes.

(2, 3, 4 i 5) Archivo de la parroquia del Sagrario.

MAYORAZGOS-T. II

2

trimonio, sino que tambien las dejó mejoradas en el tercio i remanente del quinto de sus bienes (1).

A la muerte de su padre, don José Santos heredó el título de marques de Montepío, pero no así el mayorazgo, que le fué disputado por sus coherederos.

El Marques de Monte C

Para entrar en posesion del vínculo necesitó seguir un pleito mui reñido, que terminó, segun era natural, con una sentencia favorable para él; pero, como su padre habia enajenado la hacienda de Pudágüel, vendiéndola a don José Miguel de Prado i Covarrubias, tuvo que pagar a este caballero la cantidad de nueve mil trescientos pesos por las mejoras que habia hecho en aquella propiedad.

En esta contienda, el nuevo marques no pudo recuperar algunos de los bienes que en la escritura de fundacion del mayorazgo habian sido declarados anexos al vínculo, verbigracia, los nueve negros esclavos de la cláusula segunda (2).

Una de las consecuencias de este largo juicio, en el cual se discutia si don Juan Nicolas de Aguirre i su primera mujer doña Ignacia Diaz i Aséndegui habian tenido o nó derecho para anular el mayorazgo fundado por ellos mismos, fué la demora indefinida de la particion de los bienes de don Juan Nicolas.

(1) Poder para testar, otorgado en 17 de abril de 1815 ante Agustin Diaz.

(2) Sobre el litijio judicial que se indica en el testo pueden encontrarse datos en el poder para testar ya citado.

Esta tardanza perjudicó principalmente al ex-jesuita don Juan Crisóstomo de Aguirre, hermano mayor de don José Santos, el cual residía en Bolonia, ciudad del norte de Italia, desde donde le era mui difícil gobernar con acierto sus intereses.

El sacerdote nombrado solo empezó a obtener el dinero que se le adeudaba por razon de su herencia veintiun años despues de la muerte de su padre, i su primer recibo fué firmado en Bolonia a 13 de febrero de 1793.

No debe, pues, estrañar que don Juan Crisóstomo se quejara amargamente en su destierro del desamparo en que se hallaba, i que, como recibia cartas de Chile en que le aseguraban que su hermano don José Santos era el que mayores obstáculos ofrecia para la particion de los bienes del padre comun, no escatimase el exjesuita censuras ni ataques contra la conducta de aquél, a quien juzgaba avaro i sin piedad.

En su desesperacion, i sin duda aconsejado por compañeros de destierro, don Juan Crisóstomo llegó a proponer al rei de España, con fecha 7 de marzo de 1794, un donativo de dos mil pesos para los gastos de guerra, i la renuncia en manos de su Majestad del resto de su patrimonio, que debia subir, mas o ménos, a veinte mil pesos fuertes, a condicion de que se le suministrara el cinco por ciento durante su vida, i despues de su muerte se diera igual cantidad a su sobrino carnal, tambien ex-jesuita, don Juan Bautista Palacios i Aguirre.

Cuidaba de agregar que él tenia cumplidos los sesenta i ocho años i su sobrino estaba próximo a los cincuenta de edad.

Con el aliciente de tal donacion se imajinó don Juan Crisóstomo que la corte tomaria vivo empeño en que se pusiera fin a la particion de los bienes dejados en Chile por don Juan Nicolas; pero, contra estas espectativas, sucedió que el rei no creyó del caso aceptar el ofrecimiento, pues, por real cédula de 5 de diciembre de 1783, estaba prohibido a los ex-jesuitas el ceder o renunciar sus bienes.

Poco tiempo mas hubo de esperar, sin embargo, el ex-jesuita chileno el entero de su lejítima. A principios de 1795, el tribunal de la real audiencia de Santiago ordenó adjudicarle una pequeña chacra en Nuñoa, denominada tambien Manquehue, como la propiedad del mayorazgo, i mandó que le entregaran algunas cantidades retenidas de dinero; i de este modo el patrimonio recibido por don Juan Crisóstomo ascendió a la suma de 18,118 pesos i 5 i medio reales (1).

En defensa de la conducta observada en este caso por don José Santos de Aguirre, segundo marques de Montepio, puede alegarse que estaba en su pleno derecho cuando reclamó de la anulacion del mayorazgo i de la nueva distribucion de bienes que habia hecho su padre. Por lo demas, como se ha leido, la real audiencia en lo principal sentenció a favor suyo.

A don Juan Crisóstomo le cupo la dicha de morir en Santiago de Chile i fué sepultado con fecha 24 de enero de 1804 en la iglesia de San Agustin (2).

(1) Todos los antecedentes relativos a las reclamaciones del padre Aguirre se encuentran en el volúmen 82 del Archivo de los Jesuitas de Chile, en la Biblioteca Nacional.

(2) Archivo de la parroquia del Sagrario. Dato del presbítero don Luis Francisco Prieto del Rio.

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