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La majestad de Felipe III premió sus servicios nombrándole, en 20 de noviembre de 1611, tesorero de la real hacienda de la provincia de Tucuman i de sus ocho ciudades, i rejidor del cabildo de Santiago del Estero, cabeza de aquella gobernacion (1).

Algunos años mas tarde la capital de la provincia fué trasladada a la ciudad de Córdoba, donde Martínez de Prado continuó en sus funciones de tesorero.

Mui buenos valedores habia dejado en la Península, i la mejor prueba de ello es que cuando ya se encontraba en América, con fecha 8 de mayo de 1613, fué nombrado alcaide del castillo i fortaleza de Randu, perteneciente al conde de Lémus, a la sazon virrei de Nápoles (2).

Aquel castillo se levantaba en el reino de Galicia.

Martínez de Prado resolvió quedarse en el Nuevo Mundo, donde debia constituir su hogar i donde debia ser tronco de numerosa estirpe.

En la ciudad de Santiago del Estero contrajo matrimonio con doña Petronila de Medina i Gárnica, natural de la Rioja, en la provincia de Cuyo, e hija de don García de Medina i de doña María de Gárnica, los cuales estaban avecindados en el Tucuman.

La novia no llevó a su marido bienes de fortuna, sino solamente gloriosos recuerdos de sus antepasados, quie

diciembre de 1607. Volúmen 485 del archivo de la Capitanía Jeneral de Chile. Véase el espediente seguido con motivo de la vacancia de la encomienda de indios de don Francisco Pastene i Avendaño.

(1) Todos los nombramientos de Diego Martínez de Prado constan en el volúmen 485, ya citado, del archivo de la Capitanía Jeneral, por certificaciones fidedignas. Martínez de Prado empezó a ejercer su cargo de tesorero en el Tucuman a 21 de noviembre de 1612.

(2) Apéndice, número 1.

nes habian contribuido a la conquista de estos paises (1). Esta union fué dichosa i fecunda.

Al cabo de pocos años, Diego Martínez de Prado vió poblarse su casa con siete hijos, de uno i otro sexo.

Tan numerosa familia le hizo meditar en el porvenir, i deseó establecer su residencia en Chile, donde podria mas fácilmente casar a sus hijas i emplear bien a sus hijos.

Por real cédula firmada en Barcelona a 4 de abril de 1626, Felipe IV le nombró contador de la real hacienda en la ciudad de Concepcion, cabeza entónces del obispado de la Imperial.

Antes, sin embargo, de dirijirse a su nuevo destino, Martínez de Prado desempeñó un encargo de importancia que le confió la real audiencia de la ciudad de la Plata, por provision de 8 de noviembre de 1627, cual era averiguar qué contrabandos se habian cometido en el puerto de Buenos Aires i sustanciar la causa contra los culpables.

El rei de España mantenia en incomunicacion casi absoluta esta entrada de la América del Sur, i últimamente, por real cédula de 7 de febrero de 1622, habia dictado nuevas i severas penas contra los que infrinjieran sus órdenes.

Nueve meses necesitó Martínez de Prado para cumplir su cometido; i solo pudo recibirse de la tesorería de Concepcion en 22 de junio de 1629.

(1) Así lo declara en su testamento Martínez de Prado.

II

Del matrimonio de Martínez de Prado con doña Petronila de Medina i Gárnica nacieron los hijos que siguen: 1) Doña María Eujenia, relijiosa del monasterio de Santa Clara.

2) Don Diego Martínez de Prado, casado con doña Claridiana Verdugo de la Vega.

3) Don Pedro de Prado de la Canal (1), casado con doña María de Lorca i Chumasero.

4) Don García de Prado.

5) Doña Magdalena de Prado, mujer del capitan don Miguel de Cárcamo Lastra, caballero de la órden de Santiago.

6) Doña Margarita, mujer del capitan Juan Varas Ponce de Leon.

7) Doña Casilda Baltasara, mujer de un sobrino de su cuñada doña Claridiana Verdugo, el capitan don Alonso Gómez de Silva, hijo de don Miguel Gómez de Silva i de doña Catalina Verdugo de la Vega (2).

8) Don Antonio de Prado, el cual falleció soltero (3).

(1) No hai datos seguros para saber por qué este hijo del contador de Concepcion tomó el apellido de la Canal. Parece indudable, sin embargo, que al usarlo don Pedro de Prado quiso honrar la memoria de alguno de sus parientes españoles, o de algun protector de su familia. Llama la atencion a este respecto en el nombramiento de Martínez de Prado para alcaide del castillo de Randu (Apéndice núm. 1) el apellido del alcalde mayor de Búrgos, don Pedro de la Canal.

(2) Entre los hijos nacidos de esta union, merecen recordarse don Manuel Antonio, obispo de Popayan, i don Miguel Antonio, gobernador de Valparaiso en 1697. Para mas pormenores sobre esta familia, consúltese el interesante trabajo de don Abraham de Silva i Molina. Santiago, 1897. (3) En 11 de enero de 1692, ante el escribano Manuel de Cabezon, dió poder para testar a su sobrino político don José de Ureta i Pastene.

Don Diego Martínez de Prado realizó, pues, completamente las esperanzas que habia concebido de dar a sus hijos una buena situacion en Chile.

Solo uno de éstos, don García, falleció ántes que él, sin haber contraido matrimonio.

Para alcanzar tan brillante éxito, don Diego vióse, sin embargo, obligado a gastar casi toda su hacienda.

A doña María Eujenia, con motivo de su profesion relijiosa, le obsequió 3,000 pesos; a don Diego, 4,000; a doña Magdalena, 5,664 pesos, ademas de otros 7,200, pagaderos a su marido en el plazo de ocho años, a razon de novecientos pesos al año; a doña Margarita, 6,000 pesos; i a doña Casilda Baltasara, 8,000.

El caballero de Santiago don Miguel de Cárcamo Lastra fué el yerno de Martínez de Prado que exijió, segun acaba de leerse, una dote mayor. Corriendo el tiempo, su suegro convino en cederle la tesorería de Concepcion, en pago de las sumas que le debia.

El rei aprobó este traspaso (1).

Los bienes de Martínez de Prado se redujeron considerablemente despues de esta fecha.

He aquí una lista de ellos, tal como aparece en su testamento: dos negros esclavos; una palangana, cuatro candeleros, seis platillos, tres platones, una fuente grabada, una limeta, dos salvillas i una bacinica, objetos todos de plata; una sirena de oro con esmeraldas; dos escritorios de madera; dos baules barreteados; i dos cajas grandes de madera de Chiloé.

Este inventario hace recordar el de aquel jefe turcomano, llamado Othman, que a principios del siglo XIV

(1) Apéndice número 2.

solo legó en herencia a sus hijos una cuchara, un salero, un traje de ceremonia, un turbante nuevo, algunos caballos, dos o tres yuntas de bueyes i algunas cabezas de ganado lanar, pero que, a pesar de todo, fué el fundador de la dinastía que en 1453 conquistó la inespugnable ciudad de Constantinopla.

El contador Martínez de Prado recibió sepultura en la iglesia de Santo Domingo, en Santiago, de conformidad con sus últimas disposiciones.

Su hijo mayor, que llevaba tambien el nombre de Diego Martínez de Prado, falleció en el cargo de castellano de Arauco, despues de haber combatido por veinte años continuos en la guerra contra los indíjenas, con los grados de alférez, capitan de infantería i capitan de caballos (1).

Doña Isabel María de Prado, hija del anterior i de doña Claridiana Verdugo de la Vega, contrajo matrimonio con don Bartolomé de Astorga i Ureta, primo hermano de los Ureta i Pastene; quienes tuvieron varios hijos, i entre ellos doña Margarita Josefa, mujer del maestre de campo don Agustin Montaner, i a doña Rosa Josefa, casada con el capitan Mateo Olivera (2).

III

Don Pedro de Prado de la Canal fué quien perpetuó en Chile el apellido de Prado.

(3) Volúmen 485 del archivo de la Capitanía Jeneral.

(1) Testamento de doña Isabel María de Prado i Verdugo, ante José Alvarez de Henestrosa, en 25 de junio de 1715.

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