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minas, cuando en aquella fecha no se habían descubierto otras minas que las de Chira en la península de Nicoya por Gil González de Ávila, según consta de la relación de su viaje (nota z, tomo II, p. 72); todo induce á creer que la fundación de Bruselas debió hacerse en la costa meridional del golfo de Nicoya, en la vecindad de los indios del mismo nombre, constantes y fieles amigos de los españoles.

que

Veamos ahora los fundamentos del señor Peralta para sostener Bruselas existió cerca de lo que es hoy puerto de Puntarenas. 19-La relación del viaje de Gil González, que, sin embargo, él no cita en su apoyo; pero esta relación, aunque de un testigo presencial, queda alterada con el mapa de otro testigo ocular, el historiador Oviedo, que coloca á Orotina al Occidente de Chomes, y, por consiguiente, muy lejos de Puntarenas. 20-La aserción del historiador Herrera que dice, no que Bruselas estuviera situada en la vecindad de Puntarenas de hoy, sino en el asiento de Orotina; pero sabido es que Herrera escribió solamente por las relaciones de otros, y así es más que probable, como lo hace sospechar el empleo de las mismas palabras, que Herrera se sirviera de la descripción hecha por Pedrarias Dávila al emperador Carlos-Quinto, en abril de 1525 (Costa-Rica, Nicaragua y Panamá, p. 33). Pedrarias en esa fecha no había visitado aun el golfo de Nicoya, y en su descripción se refiere á cartas que le había dirigido Francisco Fernández de Córdoba.

De manera que, mientras no se conozcan los documentos originales relativos á la expedición de Fernández de Córdoba y á la fundación de Bruselas, este punto histórico no podrá recibir una solución definitiva; y Bruselas estará situada en el valle de Landecho, según Bancroft, en la vecindad del puerto de Puntarenas según Peralta, y en la costa meridional del golfo de Nicoya según mi opinión.

Con todo, el señor Peralta me permitirá que le haga observar que su opinión ha sufrido graves modificaciones, puesto que en la nota 2 de la página 33 de su obra, dice: "Esta villa de Bruselas estaba situada en el fondo del golfo de San Lúcar (Nicoya)"; y en la nota de la página 721 sostiene que la misma villa de Bruselas estaba en "la vecindad del puerto de Puntarenas"; siendo así que el fondo del golfo la vecindad de Puntarenas están muy lejos de ser vecinos.

y

No llevará á mal que también le haga notar: 1o que la sierra de las minas que se hallaba como á tres leguas de Bruselas, no podía ser otra que la de la península de Nicoya, porque en aquella fecha no se conocían otras minas, ni entre las exploraciones de Gil González y Fernández de Córdoba había mediado otra que pudiera haberlas descubierto, siendo cierto, por otra parte, que el último no descubrió mina alguna en Nicoya: 20 que las minas del Monte-Aguacate y Ciruelitas son vetas de cuarzo, mientras que las minas de Chira eran lavaderos, como consta de la relación citada, "sacáronse en una batea, en obra de 3 horas, 10 pesos 4 tomines de oro bajo"; y 30 que las minas del Monte-Aguacate y Ciruelitas no fueron descubiertas sino hasta en el primer cuarto de este siglo las primeras, y hasta en la segunda mitad de éste mismo siglo las segundas.

Si, pues, en todo esto y perdón por las represalias-hubiera algo de chistoso pasatiempo, sería la pretensión del señor Peralta, al aducir, como prueba de hechos ocurridos en 1524, las minas del Monte-Aguacate y Ciruelitas, cuya existencia fué ignorada hasta éste presente siglo.

Otra de las censuras del señor Peralta (Apéndices, p. 726) es por es por haber dicho que la colonia de Felipe Gutiérrez estaba probablemente en territorio hoy de Costa-Rica. No conozco, ni el señor Peralta cita, otro documento referente á la colonia de Felipe Gutiérrez que la relación del historiador Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (Historia, lib. XXVIII, cap. IV-VII), que dice: "E así se fueron á desembarcar á par de un gran río, donde poblaron, el cual algunos de lo que en esto se hallaron dicen que es el que se llama Belén, é otros dicen que está más al Occidente.. aquella ciudad (de la Concepción) ó real. . . . . .había mucha hambre......y el día de esta conveniencia ó repartimento de harina, se le amotinaron hasta cuarenta hombres......y tomaron su camino la vía del Oriente por la costa dentro de tierra, húcia el Nombre-de-Dios......Y envió el gobernador á Pedro de Encinasola con gente hacia el Nombre-de-Dios ......y rancheó cinco ó seis piezas de indios, y entre ellos uno que era muy gentil cavador é minero, é por señas dió buc

Ya en

na razón donde se cogía el oro. Estas minas están tres ó cuatro leguas de la mar del Norte, é otras tantas de donde estaba el asiento de aquestos españoles......Están estas minas entre el río que llaman de Belén y el otro donde estaban poblados estos españoles......Y vuelto al real este Pedro de Encinasola con las nuevas que es dicho de las minas. viendo que cada día eran menos. acordose que.

fuesen por el camino que las tres cuadrillas amotinadas habían llevado para el Nombre-de-Dios......É prosiguiendo su camino, desde á tres días llegaron al río de Belén, que algunos llaman Rio-Grande."

Las palabras de Oviedo no dejan duda de que la colonia de Felipe Gutiérrez estuvo á las márgenes de un río al Occidente del río Belén. ¿Cuál es aquel río?-El de Veragua ó de la Concepción, contesta el señor Peralta.-Proba blemente el río Estrella (Changuenola), he dicho yo. El señor Peralta alega en su apoyo las palabras de Oviedo cuando dice que las minas (que el señor Peralta sin fundamento alguno supone que eran las minas de Veragua) estaban á distancia de tres leguas de la colonia. Yo cito en mi favor las palabras también de Oviedo, cuando dice que desde la colonia al río Belén se emplearon tres días de camino. ¿Cuál de los dos tiene razón?-Me parece que sin otros documentos nadie se atreverá á decidirlo.

"Una lectura más atenta de Oviedo-continúa el señor Peralta-convencerá al erudito escritor costa-ricense que Felipe Gutiérrez no puso los piés en territorio de Costa-Rica." Siguiendo el consejo, leo en Oviedo: "Gutiérrez partió con gente para la isla Española......Partieron de la Española

yendo por piloto principal un Liaño, el cual se pasó adelante de Veragua.... Conociendo su error, volvieron atrás, separándose las naves y llegando la del gobernador á la isla del Escudo: é allí salieron á tierra algunos cristianos. É también salieron algunos de esta armada á las islas de Lerebaro (bahía del Almirante) que están allí cerca. . . . . . É legados á Cerebaro, saltaron á una isleta de muchas que alli hay.... ". Mi estimado compatriota sabe bien que los limites de Costa-Rica llegan precisamente hasta esa isla del Escudo, y que la bahía del Almirante (Zorobaro), así como la laguna de Chiriquí (Aburesma), están dentro de su territorio. De modo que la "lectura más atenta de Oviedo" que

me aconseja, viene á convencerme justamente de todo lo contrario. Si Felipe Gutiérrez no puso los piés en territorio de Costa-Rica, sería porque no los tenía, ó porque se hacía conducir en hamaca, ó porque andaba en zancos ó con las manos á guisa de volatín, ó por cualquiera otra razón, excepto la de no haber estado en territorio de Costa-Rica.

En la página 742 (Apéndices) el señor Peralta vuelve con renovada zaña á criticar mi nota a (tomo I, p. 152) que en mala hora habla del nuevo de del señor Peralta y del mito de algunas de sus biografias. Un amor propio mal entendido no es siempre ni buen consejero ni el mejor criterio en asuntos del dominio de la historia. El señor Peralta califica como error de mi parte haber llevado los límites de la gobernación de Veragua hasta el río Ulúa en Honduras, en virtud de la capitulación celebrada con Diego Gutiérrez en 29 de noviembre de 1540 (Doc. ined. del Arch. de Indias, tomo XXIII, p. 74).

Ha sido equivocación harto común entre los modernos historiadores y personas que se han ocupado en la cuestión de los antiguos límites de Nicaragua y Costa-Rica, fijar el Desaguadero (río San-Juan) como línea divisoria entre las gobernaciones de Diego Gutiérrez y Rodrigo de Contreras. Don Felipe Molina (Bosquejo de la república de Costa-Rica, Nueva-York, 1851, p. 83), á quien se debe el descubrimiento de tan importante documento en los archivos de España, confunde el Río-Grande en Honduras con el San-Juan en Nicaragua. Don José Milla (Historia de la América Central, 1879, tomo I, p. 340) repite la misma equivocación. Los diversos ministros de relaciones exteriores y escritores. que han discutido la cuestión de límites con Nicaragua, no han hecho otra cosa que alegar las mismas razones de Molina, siempre bajo el supuesto erróneo de que los límites de la gobernación de Diego Gutiérrez no se extendían más allá del río San-Juan. Creo haber sido yo el primero-sin que esto pruebe mérito alguno-que hizo notar la equivocación, pues las palabras de la capitulación no dejan lugar á duda: "de manera que donde acabaren las dichas veinte y cinco leguas, medidas de la manera que dicho es, ha de comen

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zar la dicha vuestra conquista, y acabar en el Río-Grande, hácia el Poniente, de la otra parte del cabo Camarón, con que la conquista del dicho río hacia Honduras quede en la dicha provincia de Honduras."

El señor Peralta no defiende el error de los señores Molina, Milla y otros-que eso sería ya demasiado-pero, convirtiéndose en corrector de correctores, en triple extracto de la corrección, declara por sí y ante sí, que el Río-Grande nombrado en la capitulación de Diego Gutiérrez, no es el río Ulúa sino el Román ó Aguán. En qué documento apoya el señor Peralta su opinión? No lo cita, porque probablemente cree que basta y aun sobra la autoridad de su dicho, olvidando que en materias de historia ya no se admite el magister dixit de otros tiempos, y que un hecho histórico que no descansa en documento alguno, no tiene más valor que el crédito que se quiera acordar á quien lo refiere. La única razón que el señor Peralta alega, para probar la identidad del Río-Grande con el Román ó Aguán es que "el primer gran río que se presenta al Oeste del cabo Camarón, es el río Aguán ó Román". Pero, señor Peralta, dispense que le haga recordar que la capitulación de Diego Gutiérrez no dice que el límite de su gobernación sea el primer gran río que se encuentre al Oeste del cabo Camarón, y que las palabras Río-Grande no están empleadas allí como nombres comnunes, sino como el nombre propio de un río.

Cuando escribí mi tan censurada nota, traté de identificar el Río-Grande de la capitulación de Gutiérrez con algún río de la actual república de Honduras, que estuviera situado al Poniente del cabo Camarón y que hubiera llevado aquel nombre; y ninguno encontré. Sabía que, hácia la frontera de Honduras y en territorio que es hoy de la república de Guatemala, hay un río que en lo antiguo llevó el nombre de Río-Grande; pero me pareció entonces que tal vez mi aserción pudiera reputarse como exagerada si extendía los limites de la gobernación de Gutiérrez hasta el único RíoGrande que se halla al Occidente del cabo Camarón, y preferí designar el río Ulúa, tanto por ser el más grande que se encuentra en territorio hoy de Honduras al Poniente del citado cabo, como por haber servido en 8 de setiembre de 1563 (Doc. ined. del Arch. de Indias, tomo XVII, p. 531) de límite entre la audiencia de Panamá y la de Nueva-España.

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