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la ciudad de Lima, estudió allí la filosofía, la teolojía i el derecho, dando pruebas de su aprovechamiento en nueve actos públicos que defendió con el mayor aplauso en la universidad de San Marcos. Don Manuel de Sálas obtuvo de la audiencia de Lima el título de abogado, que mas tarde debia serle confirmado por la de Santiago.

Con motivo de una de las varias guerras que la España tuvo con la Gran Bretaña en el último siglo, Sálas, el año de 1767, sentó plaza en el Rejimiento de la Nobleza, en el cual ascendió al cabo de algun tiempo desde alférez hasta capitan.

Pero la vocacion de Sálas no era ser teólogo, lejista o militar, aunque conformándose a los usos de la época, hubiera abrazado las tres profesiones. La naturaleza de su talento i la bondad de su carácter le destinaban a ser el primero de los economistas i filántropos de su país.

A causa de un quebranto de salud, i por consejo de los médicos, regresó en enero de 1774 a Chile, donde el cabildo de Santiago le elijió en 1775 alcalde ordinario, por los motivos i en la forma que dicha corporacion espresa en el siguiente pasaje sacado de un informe que ella dirijió al rei sobre los méritos de tan digno sujeto.

"Cerciorado este cabildo por la voz i pública aclamacion del vecindario, i lo que es mas, por su propio conocimiento i observaciones, que a las prendas naturales i heredadas de sus padres i mayores, de cuyas ilustres familias desciende don Manuel de Sálas i Corvalan, habia añadido otras mui particulares adquiridas que le hacian distinguir por su esplendor, talentos, cordura i acreditado juicio, puso los ojos en su persona; i el dia 1.° de enero de 1775, por uniforme sufrajio de todos los capitulares, salió alcalde ordinario electo, sin em

bargo de que su temprana edad no afianzaba aquella madurez que para el desempeño de estos cargos regularon las presunciones del derecho; pero desmentidas por la esperiencia, hizo ver ésta en su porte, solidez i discrecion, el acierto con que procedió el ayuntamiento, el que contando con este seguro le encomendó las comisiones mas graves i de mayor peso que ocurrieron." (1)

En aquel mismo año de 1775, el presidente de Chile don Agustin de Jáuregui, "atendiendo a la actividad, aplicacion, conducta i demas buenas circunstancias" de Sálas, le nombró superintendente de una poblacion de indios que se habia mandado fundar en la hacienda de la Calera, i de otras que se proyectaba establecer en diversos puntos. De un documento oficial i fidedigno consta "que desempeñó esta confianza, no solo fomentando el pueblo con su continua tarea i asistencia, alentando i atrayendo los nuevos pobladores, sino tambien manteniéndolos a su costa hasta que se hallaron en estado de subsistir de su trabajo, dándoles para ello las herramientas necesarias por no hallar-se el real erario en aquella ocasion con fondos para estos gastos; i que de todos los impendidos en dicha poblacion (los que habia suplido con su propio caudal) hizo cesion a Su Majestad, manifestando habia sido siempre su ánimo coadyuvar a su costa a que tuviesen efecto sus reales intenciones, cuya cesion le fué admitida por el superior gobierno de Chile, i se le dieron gracias en nombre de Su Majestad por este nuevo servicio" (2).

(1) Informe al Rei del Cabildode Santiago sobre los méritos i servicios de don Manuel de Sálas i Corvalan, fecha 12 de octubre de 1776.

(2) Relacion de méritos i circunstancias de don Manuel de Sálas i Corvalan, formada en la secretaría del Supremo Consejo i Cámara de Indias a 26 de febrero de 1778.

Al año siguiente de 1776, recibió del cabildo el cargo de procurador jeneral, i del presidente del reino, el de abogado de este cuerpo.

En desempeño del primero, tomó una parte mui activa en la oposicion que se levantó contra el nuevo sistema de impuestos que, segun ántes lo he referido, trató de poner en planta el contador interino don Gregorio González Blanco, hasta el estremo de haberle atribuido éste ser uno de los principales promotores de la ajitacion, lo que, como es de suponerse, granjeó al jóven Sálas muchos aplausos i gran popularidad entre sus compatriotas.

II.

En 1777, don Perfecto Sálas envió a su hijo Manuel por la via de Buenos Aires a España en solicitud de un destino que le diese una mejor posicion, i le asegurase los medios de una decente subsistencia, o como se decia en las perífrasis oficiales de la época, que le proporcionase ocasion de prestar mayores servicios al soberano.

Se me asegura que tambien iba encargado de sincerar a su padre de ciertas acusaciones que se le hacian.

Entre los documentos que llevaba consigo para apoyar sus pretensiones, estaban el informe del cabildo de Santiago de que ya he copiado un trozo, i otro de la audiencia de Chile, no ménos lisonjero, en el cual se leian las siguientes palabras: don Manuel de Sálas i Corvalan "se ha constituido acreedor a las atenciones de los mas respetables cuerpos e individuos de esta ciudad, atraídos de su instruccion, amable índole, i juiciosa conducta con que supo desempeñar a satisfaccion comun cuán

tos empleos i comisiones se han puesto a su cuidado; i siendo la mas relevante prueba, el trato i conocimiento de este sujeto que hoi se traslada a esa corte, espera esta real audiencia que la soberana distributiva de Vuestra Majestad le comunique sus liberalidades, que sean, no solamente remuneracion, sino que principalmente sirvan de ejemplo con que se alienten otros jóvenes a seguir tan honrosa carrera para jeneral consuelo de estos remotos vasallos" (1).

A pesar de tan altas i atendibles recomendaciones, Sálas permaneció por largo tiempo sin lograr cosa alguna en España, "donde se mantuvo cerca de siete años, segun lo refiere el mismo, pretendiendo, observando la mas relijiosa conducta siempre, i procurando instruirse, i viviendo de un modo conforme a sus obligaciones" (2).

El tristísimo papel de pretendientes, i sobre todo de pretendientes desairados, que la corte española obligaba a hacer a americanos tan insignes i meritorios como Sálas es un hecho mui característico de la época colonial, i la mejor prueba que pudiera darse de cuán envilecedor era el sistema establecido.

Don Manuel de Sálas continuó en la Península hasta que fué llamado a Chile por su madre, que habia perdido a su marido i dos hijos i casi todos sus recursos, i que le necesitaba para que viniese a atender a los pocos bienes que a ella le quedaban (3).

(1) Informe al Rei de la Real Audiencia de Chile, sobre los méritoz i servicios de don Manuel de Sálas Corvalan, fecha 12 de diciembre de 1776.

(2) Sálas, Representacion a la Audiencia de Chile, fecha 19 de noviembre de 1787.

(8) Id.

Se vino sin el empleo que en vano habia buscado con tanto afan; pero con muchos i variados conocimientos, especialmente prácticos, adquiridos en el estudio del mundo, que habian de ser en gran manera provechosos a su patria.

Durante sus viajes por España, i su mansion en Madrid, habia procurado verlo i estudiarlo todo.

Tengo a la vista algunas porciones de un diario bastante desaliñado en que iba consignando al correr de la pluma sus observaciones.

Aparece de él que visitó todas las iglesias i monasterios, i se prosternó delante de todas las reliquias i objetos santos, i cuidó de tocar su rosario con las mas venerables; pero juntamente resulta que asistió a los paseos, a las comidas, a las corridas de toros, a las representaciones de comedias, en una palabra, a toda especie de fiestas.

Pero en fin, las mencionadas eran las ocupaciones de un viajero, i particularmente de un provinciano de América que se paseaba por la corte.

Son otros hechos apuntados en el diario los que revelan la superioridad de su espíritu.

Visitó con atencion todos los establecimientos útiles que podian servir a la comodidad del hombre, como, por ejemplo, las fábricas, i en especial las de tapices, de cristales, de anteojos.

Fué a examinar con la mayor curiosidad un almacen de tocino.

Fijó una particular atencion en una bomba con la cual vió apagar el incendio de la casa de un noble español,

Asistió a un hospital para presenciar la diseccion de un cádaver.

El diario de Sálas revela que su autor era un realista sincero i fervoroso.

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