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"Convencido de esta verdad (la falta que hacía la enseñanza de la aritmética, jeometría i dibujo), decia Sálas en su presentacion, creo de mi obligaeion proponer los medios de ocurrir a este defecto, esperando que Usías abracen con gusto una ocasion de ser sólidamente benéficos. Esto lo conse guirán destinando la sala inmediata al tribunal, que durante el dia solo sirve de recibimiento, o antesala, para que en ella oigan a principio de la noche lecciones de estas tres partes de las matemáticas los alumnos que quieran, sin mas gasto que el de papel. Así se iniciarán en unos elementos que convienen a todas las profesiones, i absolutamente necesarios para las ciencias exactas, en las horas que cuando no se emplean mal, se desperdician dedicándolas al ocio que hace frecuentemente inútiles, i aun perjudiciales, las mas excelentes cualidades.

"Dos requisitos necesarios, i cuya falta podria detener la ejecucion de este rasgo de amor al público de Usías, que son maestro i modelos, los hai por felicidad: el primero es don Joaquin Toesca, arquitecto aprobado por las academias de Roma í San Fernando, cuyo talento es notorio; i los modelos completos los tengo i ofrezco dar graciosamente.

"El costo para colocarlos, i el de bancos, mesas i candeleros ha de ser corto; el de luces i salario del maestro subirá a seiscientos pesos anuales; puede hacerse del fondo del consulado, pues a éste difícilmente se le encontrará empleo mas conforme a su destino. Estoi seguro de que la benignidad del rei lo aprobará, talvez mandando se costee de otro ramo, atendida la escasez de éste; i para el caso de que uno u otro no suceda, me obligo a reintegrar cuanto se haya consumido hasta el dia que llegue la noticia de la real voluntad; i si

aun así ocurre alguna dificultad, pueden Usías mandar hacer el gasto del salario que me corresponda como síndico, a que añadiré la cantidad en que éste sea alcanzado. Para verificarlo se servirán Usías mandar se tenga de todo una prolija cuenta, i elejir un sujeto que cuide particularmente de llevar a efecto esta empresa, o dividir la atencion de ella entre varios, o como lo tengan por mas conveniente, precediendo a todo la licencia del supremo gobierno" (1).

Las palabras que dejo copiadas son curiosas, no solo porque manifiestan del modo mas espléndido el admirable i desinteresado patriotismo de Sálas, sino tambien porque hacen ver la pobreza de los recursos para la difusion de las luces con que contaba durante el período colonial un país que medio siglo despues habia de llegar a ser el mas aventajado de la América Española por el sistema establecido de instruccion pública.

La junta de gobierno del consulado se negó a convertir por la noche su antesala en clase de aritmética, jeometría i dibujo; i a destinar al pago de profesor i gasto de alumbrado la exhorbitante suma anual de seiscientos pesos.

Sin embargo, la negativa fué mui suave en la forma, pues calificó el proyecto de laudable, aunque inadmisible por entonces a causa de que las entradas del consulado aun no sufragaban a la moderada dotacion de sus empleados.

"I aunque por dicho síndico se apunta el arbitrio de que está llano a ceder la renta que se le asignase para el pago del perito que haya de destinarse a dicha instruccion, concluia la resolucion

(1) Sálas, Presentacion a los señores de la Junta de Gobierno del Consulado, fecha 1.o de diciembre de 1795.

de la junta, siendo su empleo temporal, vendria a suceder que el nuevo entable quedase en los principios; porque acaso el que se subrogase en el sindicato para la próxima eleccion, no asienta a ceder su honorario en obsequio de dicho entable, sin que por ello la junta se desdeñe de dar, como da, al síndico las gracias del interes que manifiesta en el progreso i adelantamiento del comercio, no reparando en propios desembolsos. Aumentado que sea el fondo del cuerpo, se tendrá presente tan loable empresa; para lo que no será fuera del caso premedite el síndico los medios oportunos a la asecucion de este intento, promoviéndolos en la forma que corresponda."

V.

Don Manuel de Sálas, que se distinguia por lo empeñoso en lo referente al bien jeneral, no se entretuvo conforme a la indicacion de la junta de gobierno del consulado en idear planes i arbitrios cuya realizacion se aplazaba para época incierta i lejana, quizá la de sus nietos. La resolucion que he mencionado tiene fecha 12 de enero de 1796. Aquel mismo dia, probablemente junto con terminar de leerla, Sálas, sin pérdida de momento, dirijió al soberano una solicitud análoga a la que acababa de serle rechazada, siendo esta segunda vez mas feliz que la primera, como consta del siguiente oficio fecho en San Ildefonso a 24 de julio de 1796, que le pasó el ministro don Diego de Gardoqui. "Enterado el rei de lo que Usted espone en su representacion de 12 de enero próximo pasado, en que da cuenta de haber propuesto a la junta de gobierno el establecimiento de una escuela de aritmética, jeometría i dibujo, i que no ha condescen

dido a este útil proyecto por la falta de caudales, reservándolo para mas adelante, se ha servido resolver que el consulado lleve a efecto dicho establecimiento, luego que sus fondos alcancen a satisfacer el gasto, despues de cumplidas sus cargas indispensables; a cuyo fin ha espedido con esta fecha la real órden correspondiente, i lo participo a USted para su intelijencia i satisfaccion. Dios guarde a Usted muchos años.-Diego de Gardoqui."

Animado Sálas con la aprobacion de la corte, trató de fundar, en vez de una simple escuela nocturna en la antesala del consulado, un establecimiento algo mas serio, que tuviera un local propio i adecuado.

Espero que se me dispense el que siga entrando en pormenores algo minuciosos., pues creo que este es el mejor medio para dar idea de lo que era Chile en la época que precedió a la revolucion.

Don Manuel de Sálas principió por formar un presupuesto del cual aparecia que se habian menester mil quinientos pesos por una sola vez para gastos de instalacion, i dos mil trescientos setenta I cinco anuales para gastos ordinarios; pero como por modesto i económico que fuese este presupuesto, era dificilísimo proporcionarse fondos para llenarlo, Sálas indicó que fuese satisfecho por los tres importantes cuerpos del cabildo, tribunal de minería i consulado (1).

Gracias a sus influencias i empeños, consiguió que la última de estas corporaciones acordase al instituto proyectado una asignacion de mil pesos anuales, aunque segun cálculo prudencial, el resi

(1) Sálas, Presentacion a la Junta de Gobierno del Consulado, fecha 22 de noviembre de 1796.

duo de sus rentas, deducidos los gastos, solo llegaba a dos mil por año (1).

Igualmente feliz fué con el cabildo. A pesar de que éste contribuia al sostenimiento de la universidad de San Felipe, i de que pagaba las poquísimas escuelas primarias que habia en la ciudad de Santiago, concedió un ausilio de cuatrocientos pesos anuales al nuevo establecimiento, a condicion de que se abriera en él una clase de idiomas (2).

El siguiente trozo del informe en que el procurador de ciudad don José Joaquin Rodríguez de Zorrilla apoyó aquella idea es bastante notable, entre otros motivos, porque testifica que la opinion de que Chile no era nada, i de que podia ser mucho habia cesado de ser personal de Sálas.

"Se me atropellan, decia Rodríguez de Zorrilla, las diversas especies de imponderables ventajas que se siguen precisamente, verificándose el gran proyecto de que se establezca la escuela de que se trata. Su autor es acreedor a que se le levante una estatua, pues es el único i el primero que manifestando aquí su patriotismo, se ha empeñado en facilitar un camino por donde podamos salir de la inutilidad i necesidad en que vivimos, capaz por sí solo de hacernos felices a nosotros i nuestra posteridad.

"Tenemos la dicha de haber nacido en un país de los mejores del mundo, un país en que nada nos falta, en que la misma abundancia nos es perjudicial. i en que por la falta de industria i de principios, no hemos podido hasta ahora remediar este

(1) Presentacion del Consulado al presidente Aviles, fecha 22 de noviembre de 1796.

(2) Oficio del Cabildo de Santiago al presidente de Chile, fecha 18 de enero de 1797.

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