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encarnizados, los cuales estaban ansiosos de dañarle.

Será él mismo quien refiera este incidente de su vida.

"Señor Prior i Cónsules. En el último correo, se ha dirijido a este superior gobierno una real órden en que se dice haber llegado a Su Majestad varias quejas sobre la lentitud con que se trabaja en la fábrica de los tajamares del rio que riega esta capital, sin embargo de habérseme entregado cerca de sesenta mil pesos de una vez, i once o doce en cada año, del ramo de balanza, la que con todo está mui léjos de su conclusion; pero que lo que mas estraña el rei es que yo no haya dado cuentas, lo que siendo cierto, se me obligue a darlas prolijas i exactas, repitiéndose esta operacion anualmente; que se examine sí será mejor sacar la obra a pública subasta, como se ha intentado persuadir a Su Majestad ser mas conveniente; i que con audiencia del ayuntamiento i ministerio fiscal, se determine en el real acuerdo, i dé cuenta de todo.

"Aunque puedo en el dia demostrar hasta la evidencia la falsedad de esta impostura en todas sus partes, i trato de hacerlo incesantemente, manifestando que las cuentas se han dado i fenecido; que jamas ha habido dinero alguno en mi poder; i que solo ha recibido el mayordomo cortas cantidades mensualmente en virtud de presupuestos i razon de gastos; que la obra no está mui léjos de su conclusion, i esto debido a mi dedicacion i celo; que su magnitud misma i bondad la han detenido, i sobre todo, la falta de fondos, pues cuando los habia tuvo un incremento asombroso, con todo, como de las calumnias siempre queda vestijio, especialmente en la distancia, para borrarlo, necesito

hacer ver que mi conducta, mérito i opinion deben ponerse a cubierto de toda nota, i me hacen digno de otro jénero de homenajes, que los que tributa la envidia, i que no debian hacerme esperar un rasgo capaz de desalentar al mas constante.

"Usía, que es testigo de mis operaciones, de mi celo, desinteres e importantes servicios hechos en su establecimiento i progresos, de mi conato en desempeñar sus encargos, de las distinciones que por ese medio he recibido de Su Majestad, i de mi contraccion a los objetos del bien público, aun despues de cesar el carácter (el de síndico) que me autorizaba para promoverlos; Usía, que lo ha visto todo, que debe estar penetrado de la injusticia con que se me hiere, i del perjuicio que puede traer la tolerancia de semejantes atentados, espero se digne certificar con estension, i con aquella rectitud que constituye su carácter, de un modo que acredite mi justicia, que no reclamo en vano la proteccion de un cuerpo a quien he deseado sincera i eficazmente ser útil, i que me ha dado tantas pruebas de su bondad, aceptando mis esfuerzos, i recomendándome al soberano. Santiago i octubre 21 de 1799.-Manuel de Sálas."

Los informes que el consulado i las otras autoridades se apresuraron a enviar en favor del ilustre i calumniado filántropo fueron tan honoríficos como los merecia.

El gobierno español, dándose por satisfecho, le declaró completamente vindicado. Aquel fué un espléndido triunfo que la envidia de los malévolos proporcionó al patriotismo de un hombre de bien.

Junto con la intendencia de la obra de los tajamares, don Manuel de Sálas estuvo encargado de diversos trabajos municipales, como por ejemplo,

aquel a que se refiere el acta del cabildo de Santiago que voi a copiar.

i

"En la mui noble i mui leal ciudad de Santiago de Chile, en 15 de enero de 1793, los señores de este ilustre cabildo, consejo, justicia i rejimiento, estando juntos i congregados en su sala de ayuntamiento, como lo han de uso i costumbre, en cabildo ordinario, a saber, los que abajo firmaron, acordaron que se comisionase al señor don Manuel de Sálas para que inmediatamente haga reparar los empedrados de las calles públicas, que con el tiempo i tránsito de carruajes se han descompuesto, ántes que el invierno los acabe de arruinar, haciendo llevar cuenta por separado de sus costos; que respecto de hallarse empleados todos los forzados condenados por la justicia al trabajo de obras públicas, sin poder dar abasto a las tres considerables que hoi se están ejecutando, podrá pagar jente libre; i para la aprobacion de todo, haga el recurso que convenga el señor procurador jeneral de ciudad; i así lo acordaron i firmaron dichos señores, de que doi fe.-José Ramírez.-Ramon Rosáles.-José Miguel Prado.-Juan de Espejo.-Juan José de Santa Cruz.-José Teodoro Sánchez.-Francisco Gutiérrez de Espejo.-Manuel de Sálas.-Ante mí, Don Manuel Andres de Villarreal, escribano público de cabildo i minas."

La audiencia aprobó el precedente acuerdo por auto de 6 de marzo del mismo año.

"Vistos de consentimiento del señor fiscal de Su Majestad, apruébase el acta capitular celebrada por el ayuntamiento en 15 de enero último; i en su conformidad, el rejidor encargado de componer los empedrados de las calles los ejecutará con los presidarios de la cadena, a cuyo efecto se les hará a los alcaldes la prevencion oportuna pa

ra que celen i cuiden de recojer cuantos puedan, haciendo primero que se limpien de las basuras e inmundicias que tienen, comenzando por las mas principales; i en el caso que sea preciso hacer algun gasto de los propios por no poderse evacuar este encargo con el arbitrio indicado, calculará el costo de una de ellas, i lo hará presente a este tribunal."

Aparece de estos documentos que Sálas tenia tiempo para limpiar, no solo las basuras de la ignorancia, sino tambien las de las descuidadas calles de Santiago.

En 18 de diciembre de 1802, el presidente don Luis Muñoz de Guzman comisionó a don Manuel de Sálas para fundar un hospicio en la antigua casa de ejercicios de la Ollería.

Sálas ejecutó este encargo con el entusiasmo le era característico.

que

No solo cuidó de refaccionar i arreglar aquel edificio para su nuevo destino, sino que tambien pasó al presidente Muñoz luminosos informes, en los cuales propuso arbitrios mui sensatos para amparar a los efectivamente menesterosos, para perseguir la holgazanería i para convertir el hospicio en un establecimiento de industria.

La solícita atencion que Sálas dió a la fundacion i sostenimiento de aquella casa habria sido suficiente para que hubiera merecido con justicia el título de esclarecido filántropo.

Don Mauuel de Sálas tuvo el honor de ligar su nombre a la introduccion i propagacion de la vacuna en Chile.

El 2 de diciembre de 1808, se encontraba reunida en la sala capitular de Santiago una junta de la que formaban parte algunas de las personas mas condecoradas del país.

Don Manuel de Sálas era uno de los secretarios. En aquella reunion, se dió lectura al siguiente oficio:

"Habiendo vacunado en esta capital, rio de Mai. po, Renca i otras haciendas, a mas de ocho mil almas, como consta del papel adjunto, sin dejar un dia desde el 8 de abril hasta el 1.° de diciembre de que los individuos logren de este bien, estendiendo esta operacion de brazo a brazo, traído el fluido desde la capital de Lima a mi costa, como puedo manifestar por los documentos que me acompañan, tengo el honor de presentar hoi a la mui ilustre junta el mismo don que fué entregado en la metrópoli al director don Francisco Javier Bálmis, para que ésta desde hoi le propague i le perpetue en virtud del plan que tengo presentado. Espero de los sentimientos que acompañan a dicha junta, se cumplan las sabias i piadosas intenciones de nuestro augusto monarca. Dios guarde a Ustedes muchos años. Santiago de Chile, diciembre 1.o de 1808.-Manuel Julian Grajáles, ayudante de la espedicion filantrópica para la introduccion de la vacuna."

El oficio que acaba de leerse maniflesta cuál era el objeto de la junta que aquel dia se hallaba reunida en la sala capitular.

Sálas fué el alma de ella.

El blanco de sus primeros desvelos fué descubrir el benéfico fluido en las vacas de este país.

Semejante aspiracion era mui propia de Sálas, que estaba persuadido de que en Chile se hallaba todo lo bueno, i que habia infundido esta idea en cuantos le rodeaban.

En este feliz país, segun él, no habia mas que buscar para hallar todo lo que el hombre habia

menester.

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