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mico de mis reales ejércitos i armada, habiendo pasado los efectos mucho mas allá de mi espectacion, en cuanto ha sido compatible con el estado de mis reinos, i con la guerra que ha sobrevenido despues por la injusta agresion del rei de la Gran Bretaña; pero como entónces no se hiciese especial discernimiento de aquellas facultades, i convenga ahora a mi servicio i bien de mis vasallos que sean sólidamente establecidas, a fin de que por lo tocante a marina podais sin estorbo proporcionar suficientes fuerzas marítimas con que atender a la vigorosa defensa de mis dominios de España e Indias, concurriendo igualmente a los designios de mi aliado el emperador de los franceses, rei de Italia, de dar a la Europa una paz jeneral i duradera, ha llegado el caso de declarar, como declaro, que os compete i pertenece el goce de la misma potestad i facultades que con el propio nombre de jeneralísimo, o los unívocos de capitan i gobernador jeneral de la mar, i almirante jeneral, gozaron en virtud de sus respectivas patentes e instrucciones el serenísimo don Juan de Austria, hijo del señor rei don Cárlos I; el segundo don Juan de Austria, hijo del señor don Felipe IV; el infante don Felipe, mi mui amado tio i suegro; i las que siempre han correspondido al almirantazgo de los mares, con las solas modificaciones o variedades a que obligan las circunstancias de los tiempos."

El rei seguia ordenando que el príncipe de la Paz fuese tenido i respetado como su propia per

sona.

Así Cárlos IV no retrocedia ante conferir al amante de la reina un título de que solo habian gozado tres miembros de la real familia, segun lo reconocia la misma cédula ántes citada, i ademas, Cristobal Colon.

Como si todo esto pareciera todavía poco al rei, nombró a Godoi, con fecha 19 del mismo mes i año, decano del consejo de estado, con declaracion de que le correspondia la precedencia sobre toda clase de personas despues de las de los infantes de España.

Habria sido casi imposible encumbrar mas a un simple vasallo.

Lo único que Cárlos IV dejó de hacer por él fué pedirle que le reemplazara materialmente en el trono, tomando en la mano el cetro, i ciñendo la cabeza con la corona.

II.

I tantos honores i tantos poderes se acumulaban en un personaje a quien no abonaban ni una prosapia mui esclarecida, ni servicios eminentes, ni méritos relevantes de ninguna especie.

Todos sabian demasiado cuál era el oríjen infame de tamaña elevacion.

Se comprende, pues, mui fácilmente el descontento profundo que ella produjo en una nacion tan altiva como la española.

Las adulaciones que siempre se prodigan a los poderosos no alcanzaban a encubrir la inmensa impopularidad de que el valido era objeto.

La antipatía i el odio que el mayor número de los españoles tenian al príncipe de la Paz hacian que se consideraran reprobables i desdorosos para la monarquía aun aquellos de sus actos que habrian merecido aplausos.

Don Modesto Lafuente es un escritor que se distingue por la circunspeccion, i por la repugnancia para hacer alusiones a todo lo que huele a es

cándalo, particularmente cuando se trata de la familia real.

I a pesar de esto, véase como se halla obligado a espresarse hablando de la malquerencia que habia contra el favorito.

"Uno de los asuntos que mas cebo daban a la maledicencia pública contra Godoi, dice, era su conducta privada, si privada puede llamarse nunca la del que por su posicion está siendo blanco constante de las miradas i de las censuras de todos, i no hai acto de su vida que no se investigue, i que por lo tanto pueda ser indiferente. De este jénero eran sus relaciones amorosas con la reina i con la Tudó, i las de aquel i de éstas con otras i otros, que entónces i despues lenguas i plumas sin miramiento ni reserva alguna han vociferado. I ya fuese que él mismo valido en su desvanecimiento cuidara poco del recato; ya que sus enemigos abultaran sus flaquezas, o exajeraran sus excesos; ya que la prevencion que contra él habia predispusiera a ver grandes crímenes en lo que solo fuesen debilidades i pasiones comunes, i a acojer fácilmente todo lo que la malignidad, o inventara, o ponderara, es lo cierto que de viva voz entónces, i por medio de la imprenta despues, no hubo delito ni abominacion que no le fuera imputado, siendo lo mas grave i lastimoso que en los depravados i criminales designios que se le suponian, no solo hicieron participante i cómplice a la reina, sino que envolvieron tambien al mismo monarca, al bondadoso Cárlos IV.

"Horroriza i repugna leer lo que por ejemplo estampó el padre maestro Salmon, del órden de San Agustin, en su obra titulada: Resúmen Histórico de la Revolucion de España, impresa en Cádiz en la Imprenta Real el año de 1812, en que se ha

bla descaradamente de reales adulterios, de incestos, de bigamias, de envenenamientos i planes de rejicidio, i otras abominaciones de esta índole, cuyas palabras i calificaciones nos abstenemos de copiar. En otras obras i escritos impresos, se consignaron las mismas especies, en términos mas o ménos esplícitos. I si esto se publicaba por la imprenta, calcúlese lo que por aquel tiempo las lenguas pregonarian. I como en estas materias, nuestro sistema es no afirmar sino lo que justificar podemos; i como ni hemos hallado pruebas, ni las hemos visto aducir a otros de tales crímenes, dejamos a esos autores la responsabilidad de sus asertos; i sin negar la posibilidad de su exactitud, i reconociendo que la funesta conducta de aquellos personajes daba pié i ocasion a suponer, sobre lo que pasaba a la vista, todo lo demas que pudiera imajinar la suspicacia, nos limitamos a hacer estas indicaciones para que se comprenda cuán irritado deberia estar el pueblo con los que tales escándalos daban, i cuya política consideraba como la mas propia para arrastrar la nacion hacia su ruina" (1).

Todas aquellas murmuraciones que circulaban en la Península se trasmitieron al fin hasta la América.

La animadversion contra el deshonrador de sus reyes se propagó, no solo en el antiguo, sino tambien en el nnevo continente.

I naturalmente la malevolencia que se profesaba al favorito Godoi daba oríjen al desprestijio de Cárlos, i sobre todo de María Luisa, que le ensalzaban sin guardar consideracion al propio decoro.

(1) Lafuente, Historia Jeneral de España, parte 3, libro 9, capítulo 17 en una nota.

En Chile, por aquellos tiempos, se dió el nombre de la reina a la academia fundada por Sálas, i a la villa del Parral; pero aquellos eran actos de lisonja oficial, i no de estimacion sincera.

Todos los que tenian alguna noticia de lo que pasaba por el mundo no habrian querido que sus mujeres o sus hijas se asemejaran a la reina.

Tal opinion debilitaba, i mucho, la veneracion que se profesaba al monarca i a su familia.

La posicion de marido que no percibia su deshonra era poco aparente para fortificar la adhesion al dogma de la majestad real.

III.

La autoridad soberana de Godoi en la direccion de los negocios públicos i su posicion irregular en el seno de la familia real produjeron las perturbaciones que habrian sido de esperar, i que aumentaron el desprestijio del viejo monarca Cárlos IV i de todos sus allegados.

El príncipe de Astúrias, que despues fué Fernando VII, no toleraba con paciencia la conducta i los procedimientos de Godoi, que le habia arrebatado ya el afecto de sus padres, i que, segun se decia, acariciaba el oculto pensamiento de usurparle la corona misma.

El jóven heredero de la monarquía, a quien la fecunda imajinacion popular se complacia en presentar como un dechado de méritos i de virtudes, llegó a ser en poco tiempo el jefe de un fortísimo partido de oposicion, tan simpático a la gran mayoría de la nacion, como odiado era el del favorito.

El de Astúrias, impulsado por su ex-preceptor el canónigo don Juan Escoiquiz, no se limitó a

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