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con tal fantasmagoría se deseaba simbolizar el ocaso de la monarquía.

Dos señoras de alto tono asistieron al baile con trajes que imitaban los de las indias.

Doña Javiera Carrera, hermana de don José Miguel, lucia en la cabeza una guirnalda de perlas i diamantes, de la cual pendia una corona trastornada.

Don José Miguel Carrera, i su hermano don Luis, llevaban tambien, aquel en el sombrero, i éste en la gorra, una corona, pero sobre ella aparecia una espada en disposicion de partirla i un fusil en disposicion de apuntarle.

Así Carrera declaraba con las decoraciones emblemáticas de aquella fiesta memorable una independencia que todavía no osaba confesar en los documentos oficiales.

Efectivamente, el 27 de octubre de 1812 hizo jurar un Reglamento Constitucional Provisorio, en cuyo artículo 3.° se disponia que el rei de Chile fuese Fernando VII; i que la junta gubernativa rijiese el país a su nombre.

A la verdad, ese artículo 3.° estatuia que Fernando VII habia de aceptar "en el modo mismo que la de la Península," nuestra constitucion, "que el pueblo haria por medio de sus representantes."

Pero fuese como fuese, aquel artículo proclamaba la soberanía de Fernando VII.

I esta es la oportunidad de llamar la atencion sobre un hecho que manifiesta el prestijio inmenso de que el monarca de España gozaba en estas

comarcas.

Don José Miguel Carrera, a quien no faltó audacia para declarar en ese estatuto a Chile independiente del papa, por decirlo así, no consideró pru

dente desconocer con entera franqueza los pretendidos derechos de Fernando VII.

Mientras el artículo 1.° establecia que "la relijion católica apostólica (suprimiendo de propósito deliberado el dictado de romana) era i sería siempre la de Chile," el artículo 3.° prestaba homenaje de fidelidad a Fernando VII.

El lector puede hacer por sí mismo las reflexiones que se desprenden naturalmente de un hecho semejante.

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Mientras tanto, sobrevino la invasion preparapor el virrei del Perú don Fernando Abascal. Don José Miguel Carrera salió de Santiago para ir a ponerse a la cabeza del ejército patriota.

Despues de algunas vicisitudes, que no es este el caso de enumerar, la junta gubernativa se compuso de don Francisco Antonio Pérez, don José Miguel Infante i don Agustin Eizaguirre.

Esta junta declaró por un decreto publicado en el Monitor Araucano, número 30, tomo 1.°, fecha 15 de junio de 1813, que atendiendo a los reprobados i violentos procedimientos que estaban practicando contra los habitantes de Chile la rejencia de Cádiz i el virrei del Perú, no debian "usarse en nuestros ejércitos los signos i banderas con que se distinguian las tropas de los tiranos; i que en su consecuencia, en lugar de la bandera española, que se habia usado hasta entónces, se sustituiria la tricolor en la forma del modelo que se habia puesto en la secretaría, que para los buques mer

cantes sería sin estrella."

El mismo decreto ordenaba "que el próximo juéves 17, dia en que se acostumbraba formar todas las tropas en celebridad de la festividad de Corpus, se hiciese tremolar en la plaza mayor esta bandera, i todos los rejimientos se presentasen con ella."

"Este glorioso distintivo, continuaba diciendo, instalado en honor del Autor de la libertad, presajiará eternamente triunfos i glorias a la Patria." La disposicion que acaba de leerse contiene una inexactitud notable.

Si hubiéramos de estarnos a su tenor literal, pareceria que la bandera nacional se estrenó en la procesion de Corpus celebrada el 17 de junio de 1813.

Sin embargo, ya sabemos por testimonios irrecusables que habia sido enarbolada un año ántes.

La misma junta compuesta de los señores Pé- · rez, Infante e Eizaguirre habia permitido por decreto de 20 de mayo de 1813 a los alumnos del seminario el que sustituyesen en la banda o beca que les servia de insignia la corona real por la escarapela tricolor.

El Monitor Araucano, en los números anteriores al decreto de 15 de junio, alude mas de una vez a la nueva bandera que guiaba a los soldados patriotas en la pelea.

Por último, Camilo Henríquez, en unos versos que compuso a la exhibicion del estandarte tricolor en la procesion de Corpus, se espresa como sigue, dirijiéndose a él:

Al mirarlo del Maule en las orillas,

Desmayó la pirática caterva,

Tiembla al verlo en Itata; i en San Carlos
Lo miró, i su memoria le atormenta.

Si pudiera haber duda sobre la fecha en que se enarboló la bandera de la Patria Vieja, la disiparian estos versos en los cuales se asevera que los patriotas habian sido conducidos por ella a la

victoria en Yérbas Buenas i en San Cárlos, acciones de guerra que ocurrieron el 26 de abril i el 15 de mayo de 1813.

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Don José Miguel Carrera, al salir de Santiago en abril de aquel año para ir a ponerse a la cabeza del ejército, llevaba el propósito de estimular a los pueblos para que exijiesen la proclamacion de la independência.

Por lo ménos así lo refiere en su Diario, que todavía se conserva inédito.

Hé aquí sus propias palabras.

"En compañía de Camilo Henríquez, don Francisco Antonio Pérez, don Jaime Zudáñez, don Manuel Sálas, don Antonio José de Irisarri, don Pedro Vivar, don Juan de Dios Vial, etc., etc., acordamos que era de necesidad estimular a los pueblos a que terminantemente pidiesen la declaracion de la independencia, que habia de verificarse al momento mismo de reunirse el congreso, sin lo que debia ser nulo.-Yo iba a pasar por todos los pueblos del Sud, i me era mui fácil el promover el proyecto. Para ello me dieron Pérez, Irisarri, Vera i todos los demas una porcion de representaciones con distinto estilo, pero dirijidas todas al proyecto acordado.-A don Gaspar Marin se le debia escribir para que procurase lo mismo en los pueblos del Norte.»

En la fecha a que se refiere esta importante revelacion, las ideas revolucionarias habian ganado muchos prosélitos, habiéndose convertido a ellas personas que al principio las habian acojido solo a medias, i con tibieza, i aun personas que las rechazaban decididamente.

Sin embargo, Carrera no realizó el proyecto mencionado, sea por que se lo impidieron las atenciones de la guerra, sea porque juzgó que los áni

mos no estaban todavía suficientemente preparados.

Lo que sí hizo fué escarnecer el retrato de aquel Fernando VII, el amado, el deseado, cuyo nombre todos pronunciaban en 1810 con la mayor veneracion efectiva o simulada.

"Esta ciudad (Concepcion) i sus partidos inmediatos, escribia en 1813 Carrera a su hermana doña Javiera, se van mejorando mucho. El azote i la horca andan listos. Mañana azotarán a un señor de casaca, i voi a hacer la picardía de ponerle en el rollo esta noche el retrato de Fernando para que se encomiende a él."

Los hechos espuestos hacen ver que los gobernantes no habian ido tan léjos en los actos oficiales por lo que tocaba a la cuestion independencia, como los escritores en sus obras; pero que habian andado un trecho mui considerable hacia la meta señalada.

V.

La guerra que el virrei del Perú don Fernando Abascal promovió en Chile, al comernzar el año de 1813, para restaurar el antiguo sistema colonial, templó las almas de los patriotas, estimulándolos a perseverar en pretensiones en estremo justas, i apartándolos cada vez mas i mas de entrar en acomodos con la metrópoli.

Los chilenos habian disertado acerca de la independencia.

Habian estado mas de dos años gobernándose por sí mismos, sin sujetarse en la práctica a ninguna autoridad estraña.

Llegaba ahora el momento en que era preciso

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