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que en tiempo todavía mas remoto, habia concebido el conde de Aranda para impedir el debilitamiento de la monarquía española.

La adopcion de un propósito semejante trajo por consecuencia necesaria ciertos actos contrarios a la idea de independencia absoluta, que ya en aquella fecha habia sido aceptada como justa i conveniente por considerable número de per

sonas.

Entre las mas significativas de estas medidas reaccionarias, puede contarse la siguiente órden del dia. "Por cuanto un abuso de la autoridad de un gobierno arbitrario (el de don José Miguel Carrera) ha causado la guerra de estos países por haber ordenado caprichosamente mudar la bandera i cucarda nacional reconocida por todas las naciones del orbe, comprometiendo la seguridad pública con unos signos que nada podian significar en aquellas circunstancias, ordeno i mando que desde hoi en adelante no se use en los ejércitos, plazas fuertes, castillos i buques del país de otra bandera que la española, ni que las tropas puedan llevar otra cucarda que la que anteriormente acostumbraban, i para que esta órden tenga su debido cumplimiento, circúlese e imprímase. Dado en el palacio de gobierno a 11 de mayo de 1814.-Las

tra."

El convenio de Lircai estuvo mui léjos de ser bien recibido por todos los patriotas.

Hombres tan influentes sobre la opinion como don Bernardo Vera i Pintado protestaban enérjicamente contra él en tono mui alto..

Vera alzó la voz en favor de la independencia, i en contra de la transaccion, no solo en los círculos, sino tambien por la prensa, de la cual hizo salir dos folletos titulados Carta al ciudadano Pa

cífico Rufino de San Pedro el uno, i A los Escritores del País el otro.

Muchas personas, i particularmente los militares, no se conformaban con la proscripcion de la bandera tricolor que habian jurado defender, i que los habia guiado a la batalla.

La bandera de Castilla amaneció un dia colgada de la horca.

Hubo muchos que hicieron ostentacion de llevar atadas a las colas de sus caballos las cucardas españolas.

Don José Miguel Carrera habia permanecido todo el tiempo anterior prisionero de los realistas en Chillan.

Habiendo recobrado la libertad, se puso a la cabeza de los descontentos, i derribó el gobierno de Lastra, a quien reemplazó en la direccion de los negocios públicos.

El jeneral don Bernardo O'Higgins, que se hallaba en Talca al frente del ejército, marchó contra Santiago, donde estaba imperando Carrera.

Los patriotas estaban combatiendo unos contra otros en las inmediaciones de la capital, cuando les hizo suspender la lucha fratricida el sonido de una corneta, instrumento que, a lo que se refiere, se oia tocar por la primera vez en este país.

Aquel sonido anunciaba la presencia de un parlamentario que venía a instimarles rendicion a nombre de un nuevo jeneral realista que acababa de desembarcar, i que avanzaba rápidamente sobre Santiago.

El virrei del Perú habia desaprobado el convenio de Lircai.

Los españoles, sin comprender su posicion en la América, i como si tuvieran el mar ocupado con sus escuadras, i la tierra con sus ejércitos, preten

dian el restablecimiento puro i simple del antiguo sistema colonial, negándose a cualquiera concesion. Carrera i O'Higgins i los dos bandos patriotas que acaudillaban se reconciliaron delante del gran peligro que amenazaba al país.

Se representó entónces una de aquellas comedias de que la historia suele ofrecer ejemplos.

El jeneral realista don Mariano Ossorio intimó al gobierno nacional que prestara juramento de fidelidad a Fernando VII, i durante su cautividad, a la constitucion i cortes de España.

Carrera le contestó, entre otras cosas, acompañándole una gaceta de Rio Janeiro, donde se leia una real cédula del monarca, fecha 4 de mayo de 1814, por la cual anulaba la constitucion i las cortes, i conservaba hasta la reunion de un nuevo congreso las autoridades establecidas. Carrera deducia de esto que Ossorio venía a contrariar las disposiciones del soberano.

Efectivamente, la junta gubernativa de Chile no tuvo reparo en declarar a Ossorio i a todos los que le seguian traidores al Rei i a la Patria.

Habria sido de desear que no se hubieran em. pleado procedimientos tan puerilmente sofísticos, que si se hubieran tomado a la letra, sin darles su verdadera significacion, habrian presentado a los realistas como los defensores del réjimen constitucional, i a los patriotas como los sostenedores de la monarquía absoluta.

Mientras tanto, Carrera habia vuelto a enarbolar la bandera tricolor.

Por esto, Ossorio, en su última intimacion de 29 de setiembre de 1814, escribia a los que mandaban en Santiago de Chile: "Rómpase desde ahora la bandera tricolor, i acójanse Ustedes con el oficial i el soldado a las de mi ejército."

Los patriotas no se rindieron, pero fueron completamente vencidos en Rancagua.

Todo Chile se sometió de nuevo a la dominacion española.

Aquel último esperimento de un sistema absurdo i tiránico habia de ser decisivo en favor de la independencia absoluta.

Los ajentes de la metrópoli se portaron tan torpes, tan arbitrarios, tan duros, que perdieron los amigos que aun conservaban en el país, i convirtieron en revolucionarios exaltados a muchos chilenos que hasta entónces, o habian sido indiferentes, o habian prestado a los innovadores una cooperacion demasiado tibia.

La reconquista de Chile perjudicó a los españoles mas que una desastrosa derrota.

VII.

Despues de la restauracion del réjimen nacional que se operó en Chile como resultado de la victoria que el ejército de los Andes al mando del jeneral don José de San Martin obtuvo en Chacabuco el 12 de febrero de 1814, los patriotas chilenos no disimularon ya sus propósitos de llegar a una pronta declaracion de la independencia absoluta.

Entre los fundamentos que alegaba en 9 de abril de 1817 la Gaceta del Supremo Gobierno de Chile para sostener que se debia tomar semejante determinacion sin muchos trámites i formalidades, mencionaba el uso ya adoptado "de un sello i pabellon especial, abatidos los leones i los castiÎlos de España."

Esta alusion manifiesta que inmediatamente

despues de la victoria de Chacabuco, se enarboló una bandera chilena.

¿Era la de la Patria Vieja, o la moderna, que ha llegado a ser definitivamente la insignia de Chile?

El primer documento oficial relativo al uso de una bandera nacional chilena despues de la batalla de Chacabuco es una órden del dia firmada por el célebre jeneral de Napoleon I don Miguel Brayer, que a la sazon desempeñaba el cargo de jefe de estado mayor en el ejército de los Andes.

Se trataba de solemnizar en Santiago el 25 de mayo, aniversario de la revolucion de Buenos Aires, que los arjentinos denominaban dia de América, así como a mayo mes de América.

Con este motivo se impartió el 24 la órden a que me he referido.

Héla aquí en la parte que hace al caso:

"Se nombrará una compañía de granaderos del batallon número 8, que deberá estar formada a las nueve de la mañana del 25, delante del palacio del jeneral (don José de San Martin) con toda la música, i municionada a tres cartuchos sin balas por hombre.

"Una partida de veinticinco hombres de cazadores de la escolta al mando de un oficial, así como cuatro piezas de artillería a tres tiros sin bala por pieza, asistirá al palacio.

"Se nombrarán dos oficiales porta-estandartes en la clase de capitanes, uno del ejército de Chile, i otro del de los Andes, para conducir los pabellones nacionales, entendiendo que el del ejército de Chile llevará el de las Provincias Unidas, i vice

versa.

"A la salida del jeneral con su comitiva, cuatro hombres i un cabo de cazadores de la escolta se

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