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DE LOS PRESB., DIÁC., SUBDIÁC. Y ÓRDENES MENORES 163 donde afirma «que han sido erigidos sin autoridad real». Es una equivocación creer que estos tribunales son contrarios á los cánones del Concilio de Trento y al espíritu de los cánones en general, como si todos los abusos que se notasen durante la visita fuese posible enmendarlos por providencias gubernativas. La malversación de los bienes de la Iglesia, la falsificación de inventarios, ocultación ó robo de alhajas, etc., son asuntos de los cuales no podrá conocerse muchas veces sino judicialmente, y en tal caso corresponderá el conocimiento al Vicario general, como se ha dicho en el texto, ó si están divididos los negocios por el grande número de éstos ó por la demasiada extensión de la diócesis, pasarán al tribunal de visita; de la misma manera que puede el Obispo nombrar varios vicarios para el ejercicio de la jurisdicción contenciosa, ó encargar á uno los asuntos de gracia y á otro los de justicia, como solia hacerse también con los Vicarios capitulares sede vacante.

Tampoco es exacto que los tribunales de visita se hayan establecido sin conocimiento de la autoridad real, y es prueba de ello que han ejercido siempre su autoridad á su vista y paciencia, y en el día estos visitadores, que tienen potestad judicial, están autorizados también con la real auxiliatoria de la misma manera que los Vicarios general (*).

(*) Desde fines de 1868 no la necesitan. (Nota de esta edición.)

CAPÍTULO VIII

De los Presbíteros, Diáconos, Subdiáconos y órdenes menores

S 173.-Origen de los Presbiteros

La palabra Presbiteros tiene en griego la misma significación que en latín seniores, no por la ancianidad, sino por la prudencia de que deben estar adornados, por cuya causa en los Actos de los Apóstoles se les llama con este nombre (1). Los Presbíteros son sacerdotes de segundo orden, los cuales, bajo la dependencia del Obispo, desempeñan en la iglesia varias funciones del ministerio eclesiástico. Forman el segundo grado de la jerarquía de Derecho divino, como se definió en el Concilio

de Trento (2), y se les denomina también sacerdotes à sacris faciendis, por la celebración de las cosas sagradas.

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(1) Hechos de los Apóstoles, cap. 15, v. 6.

(2) Aunque es un punto dogmático que los Presbíteros son de institución divina, su origen, no obstante, no aparece tan claro en los libros del Nuevo Testamento como el de los Obispos y Diáconos; de aquí la necesidad de las tradiciones como medio de transmitirnos ciertas verdades que no fueron consignadas por los Apóstoles en sus escritos. En éstos se habla, no obstante, de Presbíteros y presbiterio, lo cual basta para el sostenimiento de la doctrina católica, afirmando en cuanto á su origen la mayor parte de los teólogos que los Apóstoles tenían las dos potestades y caracteres de Presbíteros y Obispos, y que recibieron la primera cuando en la noche de la cena les dijo Jesucristo: Hoc facite in meam commemorationem, y la segunda cuando después de resucitado les dió la última misión antes de subir á los cielos.

S 174.-Potestad de orden y de jurisdicción

En los Presbíteros, de la misma manera que en los Obispos, es necesario distinguir la potestad de orden y su ejercicio. La potestad la adquieren por la ordenacion; el ejercicio cuando el Obispo les autoriza en debida forma. En virtud de la ordenación pueden predicar, bautizar, celebrar el Sacrificio de la Misa, perdonar los pecados, dar la Eucaristía y Extrema-Unción, presidir al pueblo en lo relativo al culto y funciones religiosas, y bendecir las cosas que no están reservadas al orden episcopal, cuyos cargos los expresa el Pontifical Romano con las siguientes palabras: Sacerdotem oportet offerre benedicire, præsse, prædicare et baptizare (1). Si los Presbíteros no están autorizados para el ejercicio de las funciones propias de su orden, según la naturaleza de éstas, en unos casos los actos serán nulos y en otros ilícitos (2).

(1) De ordinatione presbyterorum.

(2) Los Presbíteros, después de ordenados, tienen que sujetarse á un examen especial para obtener las licencias de predicar, celebrar y confesar, las cuales les confiere el Obispo por tiempo limitado ó ilimitado, teniendo en cuenta la aptitud científica de los sujetos y otras varias consideraciones de edad, prudencia, etc., etc.

$ 175.-Origen de los Diáconos

Los Diáconos fueron instituídos por los Apóstoles en número de siete, y su origen se refiere al Derecho divino, porque lo hicieron por mandato de Jesucristo, según opinión de los teólogos. La causa de su institución no fué solamente para el cuidado de las cosas temporales, sino también para el servicio de altar, por cuya causa fueron elegidos por el pueblo varonės llenos de sabiduría y del Espiritu Santo, y fueron ordenados por la imposición de manos, precediendo el ayuno y la oración (1).

(1) Hechos de los Apóstoles, cap. 6, v. 5 y sig.

Los siete Diáconos también predicaron y bautizaron, como consta expresamente del Diácono Felipe, cap. 8, v. 38.

$ 176.-Oficios de los Diáconos dentro de la Iglesia
en la antigua disciplina

Los oficios de los Diáconos dentro de la Iglesia en la antigua disciplina fueron: 1.o, recibir las oblaciones de los fieles y presentarlas al sacerdote para la oblación; 2.o, leer los nombres de los oferentes; 3.o, servir inmediatamente al sacerdote en el altar; 4.o, leer el Evangelio; 5.o, predicar y bautizar por mandato del Obispo; 6.o, distribuir la Eucaristía á los fieles; 7.o, dirigir á éstos y á los penitentes y catecúmenos en el orden de las preces y ceremonias, mandándoles arrodillarse, levantarse, salir del templo, etc., pronunciando ciertas fórmulas solemnes; y 8.o, reprender y castigar á los que faltasen al orden y compostura debida al lugar y à la santidad del culto.

S 177.-Oficios de los Diáconos fuera de la Iglesia

Los oficios de los Diáconos fuera de la Iglesia fueron; 1.o, recaudar los bienes de la Iglesia y distribuirlos en la forma establecida por los cánones; 2.o, cuidar de los pobres, huér

fanos y viudas, y de los mártires detenidos en las cárceles, atendiendo al sustento de todos por medio de la distribución de limosnas; 3.o, inquirir en las costumbres del clero y del pueblo, denunciando al Obispo los abusos para la debida corrección; 4.o, comunicar á los Presbíteros los mandatos del Obispo, y como personas íntimamente unidas á él, ser á manera de secretarios de toda su confianza, por cuya causa se decía en las Constituciones apostólicas que eran sus oidos, sus ojos, su boca y sus manos (1). La importancia de estos cargos los hizo arrogantes, y hasta quisieron sobreponerse al orden de los Presbíteros, principalmente cuando creados los Arcedianos reasumieron éstos las facultades de los Diáconos; motivo por el cual más adelante se nombraron los Vicarios generales, pasando á éstos, á voluntad del Obispo, casi todos los derechos que aquéllos ejercían.

(1) Lib. 2, 44.

S 178.-Oficios de los Diáconos en la actual disciplina

El diaconado en la antigua disciplina era un ministerio permanente, el cual desempeñaban muchos de los Diáconos durante toda su vida sin pasar al orden de los Presbíteros. En el día es más bien como un orden preparatorio para el sacerdocio, al cual aspiran todos los clérigos como á su término, no permaneciendo en los grados inferiores sino el tiempo indispensable de prueba que prescriben las leyes eclesiásticas con el nombre de intersticios. Los oficios de los Diáconos en este corto período, son: 1.o, asistir inmediatamente al sacerdote en la celebración de las misas solemnes; 2.°, cantar en ellas el Evangelio; 3.o, bautizar solemnemente por encargo del Obispo ó del Párroco; 4.o, predicar con licencia del Obispo; 5.° y último, distribuir la Eucaristía en caso de necesidad por encargo del Párroco.

§ 179.-Institución de las órdenes menores

En los primeros siglos no hubo en la Iglesia más clérigos que los que formaban la jerarquía de Derecho divino; pero aumentando el número de fieles y el aparato de las ceremonias del culto, ya no bastaron los Diáconos para el desempeño de todas sus funciones, por cuya causa consideró la Iglesia necesario crear las órdenes menores y agregarles varios de sus oficios. No fueron establecidas por un decreto general, ni fué igual el número en todas partes, ni en todas partes tampoco se crearon á un mismo tiempo; pero siendo cinco los grados inferiores que desde el siglo III adoptó la Iglesia romana, á este número se acomodó todo el Occidente, y este mismo ha continuado inalterable hasta nuestros días. Las órdenes menores creadas por la Iglesia son las de los Subdiáconos, Acólitos, Exorcistas, Lectores y Ostiarios (1).

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(1) En algunas iglesias, principalmente en las orientales, se conocieron también las órdenes de Cantores ó Salmistas, Laborantes y Parabolani, de las cuales no se hace mención en los cánones de Occidente. Los Cantores eran los que dirigían el canto, en el cual tomaban parte todos los cristianos; los Laborantes tenían por oficio enterrar los cuerpos de los difuntos como una obra de piedad, y los Parabolani asistir y curar á los enfermos, principalmente á los de enfermedades contagiosas. En el día no se conocen en Oriente más órdenes menores que las de Subdiáconos y Lectores.

S 180.-Oficios de los Subdiaconos y su elevación

å orden sagrado

En la antigua disciplina los Subdiáconos no entraban en el santuario, y aunque servían inmediatamente á los Diáconos durante el sacrificio, lo hacían fuera del altar. Recibían también las oblaciones de mano de los fieles, y las entregaban á los Diáconos, y cuidaban de las puertas por donde entraban los varones, no permitiendo á nadie entrar ni salir del templo durante la solemnidad de la oblación. En la nueva disciplina

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