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Borucas hubiesen sido contra los indios rebeldes y alzados; y que cuando el dicho gobernador vaya á visitar el pueblo de Quepo, que se les dará noticia vengan á su presencia para asentar lo que en servicio de S. M. conviene, y que si no cumplieren lo que se les ordena y manda irá el dicho gobernador con infantería á castigar su inobidiencia, y que á los españoles que pasaren por su tierra les den todo buen avío y pasage; y asimismo se le dió comisión y orden al dicho Manuel de Flores para que hiciese leva de infantería hasta número de doce infantes y que con ellos corriese las tierras de los Quepos, por habelle dado noticia el corregidor de ella había muchos retirados simarrones y otros que habían muerto á tres indios que los iban á llamar por su mandado, de que envió auto é información sobre ello al dicho gobernador y le envió á pedir favor é socorro, y que á los delincuentes que prendiese los enviase á recaudo presos y á los demás entregase á los alcaldes é gobernador del dicho pueblo para que los poblase, por haber muerto en esta ciudad el dicho corregidor de enfermedad que trajo del dicho pueblo de Quepo, como consta de las dichas comisiones; y parece por los autos é diligencias que el dicho sargento Manuel de Flores hizo en la provincia de Quepo haber traído á ella algunas piezas de indios é indias con sus hijos é familias, que estaban retirados en unos montes más de 20 leguas del pueblo de Quepo, é los trajo á poblar, y que éstos se averiguó haber muchos años que estaban en aquella parte huídos por malos tratos que les habían hecho, y aunque corrió muchas partes de aquella provincia no halló los delincuentes matadores de los indios que el dicho gobernador enviaba á llamarlos y otros que hirieron; y habiendo enviado á la provincia de Boruca indios de satisfacción á decir al cacique Dariçará, principal de ellos, la orden del dicho gobernador referida, parece que fueron y le hablaron y el dicho cacique respondió que á Francisco Duadore, luego que llegaron de la guerra que hicieron á los Aoyaques, por el beneficio de ella sacrificaron al dicho Francisco é a otro indio, é que les enseñaron las cabezas que estaban en el campo arrojadas en el suelo; y que las piezas que cautivaron había repartido entre sus soldados á usanza de guerra, que ¿cómo se las había de quitar sin que se les diese algo por ellas? demás que ellos no

querían creer que el dicho gobernador hubiese enviado soldados á Quepo, y que ellos irían presto á llevar el reconocimiento que deben y dan á S. M. y que hablarán con ellos; y después de dar esta respuesta, de allí á pocos días el dicho cacique Dariçará de Boruca envió al pueblo de Quepo seis capitanes de su gente y llegaron á la presencia del dicho sargento Manuel de Flores y le entregaron catorce mil cacaos para en cuenta del reconocimiento que dan á S. M., y habiéndoles recibido con mucho agrado y dicholes que el dicho gobernador, en nombre de S. M., les agradecía el asalto que dieron á los Aoyaques traidores é rebeldes, dijeron los dichos indios y don Sebastián Çarú, gobernador de Quepo, que se halló con ellos, que don Francisco Cagxí, que es uno de los indios caciques que se ahorcaron, y Francisco Duadore, ladino que sacrificaron los Borucas, que éstos les enviaron mensageros á decir al dicho cacique Dariçará que les ayudasen y fuesen con ellos para matar á los soldados españoles que estaban en el presidio de San Mateo Chirripó, y que el dicho cacique Dariçará les envió á decir que sí iría, y despachados los dichos mensageros juntó sus capitanes y les dijo que aque llos Aoyaques eran bellacos y pretendían malquistallos con los españoles que eran sus amigos, y que les mandó juntar 400 indios de pelea y con ellos les hizo partir para Aoyaque, y que en el asalto que les dieron habían muerto un indio y seis indias viejas y traídos cautivos como 20 piezas poco más o menos, y que ellos eran amigos de los españoles y que allí estaban para lo que el dicho gobernador les mandase en servicio de S. M. para le servir; y el dicho Manuel de Flores les dijo que el dicho gobernador había de venir á visitar aquel pueblo de Quepo y que estando en él le viniesen á ver, y lo prometieron; y el dicho sargento Manuel de Flores hizo información de haber muerto los dichos Borucas á los dichos Francisco, ladino, é otro indio de Aoyaque, con indios Quepos que se hallaron en Boruca y vieron las dichas dos cabezas en el campo, y de las piezas que cautivaron que tienen en su poder, como consta de los autos é deligencias que están en los de guerra; y asimismo el dicho Manuel de Flores dijo que el dicho don Sebastián Çarú, gobernador de Quepo, quedó en él y trajo consigo muchos indios que estaban retirados

en los montes y que los quedaba poblando, y que los indics prometieron asistirían en el dicho pueblo respeto que saben que el dicho gobernador los favorece é ampara, todo lo cual é las diligencias fechas en los autos de la. guerra consta más largamente, á que me refiero; y ansimismo yo el dicho Diego Peláez, escribano de gobernación, certifico á los señores que el presente testimonio vieren, como persona que me hallé en la guerra de Aoyaque en compañía del dicho gobernador é capitán general, por ser persona de experiencia de aquella tierra, cómo el dicho gobernador se hubo en ella con la prudencia que los autos refieren, acudiendo personalmente á las corredurías y ocasiones más peligrosas, y con ser la tierra asperísima y doblada y de malos pasos acudió con los más ágiles soldados á todos lances de corredurías, y siempre andaba muy diligente en el real, rondándole las más de las noches personalmente y agasajando los soldados, tiniendo mesa general para todos los que á ella querían comer y á otros los llamaba é traía á ella, y lo propio hizo por todo el camino, de estada y vuelta é ida, en que hizo á S. M. un notable servicio, porque demás de lo que consta por los autos cerca de esto y de lo más referido en este testimonio, es cosa muy sabida, pública é notoria, así entre los soldados que fueron á esta jornada como en toda esta ciudad ó provincia, é para que de ello conste, por mandado del dicho gobernador é capitán general, como dicho es, doy este testimonio en relación de los autos de la guerra é demás referidos que quedan en mi poder, para que con él se informe al rey nuestro señor y su real consejo de las Indias; y le saqué é doy en esta ciudad de Cartago, provincia de Costa Rica, en 18 días del mes de febrero, que es cuando le acabo, de 1620 años, siendo testigos á lo ver sacar, corregir é concertar los autos de acuerdos de guerra y sentencia de la dicha causa, Sebastián Pr.a, Juan Pra y Alonso Peláez é Martín de Valdés, escribano público y del cabildo de esta ciudad. E para más validación de este testimonio, el dicho don Alonso de Castilla Guzmán, gobernador é capitán general de esta provincia de Costa Rica, interpuso su autoridad é judicial decreto é lo firmó de su nombre. Don Alonso de Guzmán-E yo el escribano lo firmé é rubriqué=Diego Peláez, scriv.o de gober.on

T. VIII

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El cabildo, justicia é regimiento de esta ciudad de Cartago, provincia de Costa Rica, que al presente nos hallamos en esta ciudad, es á saber, el capitán y sargento mayor Juan de las Alas, alcalde ordinario de esta ciudad, y el capitán don Juan de Guzmán, tesorero juez oficial real de esta provincia, certificamos é damos fe á los señores que la presente vieren cómo Diego Peláez, de quien este testimonio va firmado, es tal escribano de Governación de Costa Rica, nombrado por S. S. del señor don Antonio Peraza de Ayala é Rojas, conde de la Gomera, del consejo de S. M., gobernador é capitán general del distrito de la real audiencia de Guatemala, presidente de ella, é á las escripturas é otros autos que ante él han pasado é pasan se les ha dado y da entera fe y crédito en juicio y fuera dél, é para que de ello conste dimos esta certificación en la manera referida, en la ciudad de Cartago, provincia de Costa Rica, á 18 días del mes de febrero de 1620 años, é lo firmamos de nuestros nombres, y asimismo certifica en la dicha forma el capitán Francisco de Ocampo Golphin, alcalde ordinario más antiguo. = Fran. de Ocampo Golphin-Don Ju.o de Guzmán-Jhoán de las Alas Ante mí-Myn. de Valdés, escrib.o del cabildo.

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Información hecha á pedimento del procurador sin

dico de Cartago, sobre que la provincia de Costa Rica no ha pagado nunca alcabala. - Años de 1631 y 1632 (1)..

En la ciudad de Cartago, en treinta días del mes de Diciembre de mil y seiscientos y treinta y un años, ante el alferes Francisco Román, alcalde ordinario de esta dicha ciudad por el Rey nuestro señor, se leyó esta petición:

Salvador de Torres, vecino, síndico procurador de esta ciudad, respondiendo á un traslado que se me mandó dar del último cabildo que se hizo en esta ciudad, en razón de las alcabalas que por el señor virey de Méjico y señor presidente de Guatemala está ordenado y mandado que en todo el distrito de la real audiencia de Guatemala hayan de contribuir y pagar las provincias á ellas sujetas á cuatro por ciento, en la manera que la dicha comisión y mandamiento suena, la cual se debe entender no haber lugar cumplirse en todo en esta provincia, por que en ella no se ha pagado jamás alcabala y por otras razones que serán alegadas por un interrogatorio que con esta petición presento, por todo lo cual-A v. m. pido y suplico mande se me reciba información y se examine los testigos por el tenor de las preguntas del dicho interrogatorio, para ocurrir con ella ante el señor presidente de la dicha real audiencia de Guatemala por vía de suplicación, para que Su Señoría, siendo informado de la mucha pobreza de esta provincia y de no haber pagado alcabala hasta ahora, por ser tierra nueva, nos releve de los dos pesos por ciento, ó como más justificadamente Su Señoría mandare, sobre que pido justicia y testimonio en forma, &. Salvador de Torres.

E vista por el dicho alcalde la hubo por presentada y el dicho interrogatorio en cuanto es pertinente, y mandó

(Archivos Nacionales de Costa Rica. - Sección Histórica.

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