Imágenes de páginas
PDF
EPUB

MANUEL D. PIZARRO

MISCELANEA

DISCURSOS, ESCRITOS FORENSES, MEMORIAS, MENSAJES, NOTAS,
CARTAS Y ARTICULOS DE DIARIO

[merged small][ocr errors][merged small]

Alfonso Aveta, editor-Est. LA MINERVA, San Martın 25

1897

[merged small][ocr errors][merged small][merged small]

PRÓLOGO (a)

Un sol de otoño, nebuloso y triste, sol infecundo, ha inspirado la formación de este libro cuyas páginas responden al calor y á las energías de otro sol y de otros tiempos.

Reuno en él algunos discursos y escritos mios, de los que corren dispersos en documentos oficiales, en periódicos y hojas sueltas, sin que sea posible, ni crea necesario, pero ni conveniente, reproducirlos todos.

Muchas veces estas páginas, como un retrospecto de mi vida, se han hecho presentes á mi espiritu en las abstracciones de mis paseos solitarios á lo largo de las calles de árboles que rodean mi modesta casa de campo, donde frecuentemente paso los dias, alejado del movimiento y de las pasiones de la ciudad; pero es solo en época reciente que ellas han tomado cuerpo y se me han presentado en forma de un libro.

Alli, entre las brumas de la mañana, ó á los pálidos rayos del sol poniente; en medio de aquellos árboles sin verdor ni lozania, que concentran toda la sávia en las raíces y extienden sus ya despabladas é inflexibles ramas como las descarnadas y rígidas arterias de un cadáver: alli he sentido nacer y formarse en mi espiritu este libro al ruido de mis pasos sobre las secas y amarillentas hojas que cubren las veredas, y que al ser removidas dejaban en pós de mí árida huella y polvorosa estela, imágenes sin duda fieles de mi existencia misma.

Oh! las tristes hojas de otoño!-yo las he visto hermosura del

(a) Fué este Prólogo publicado anticipadamente en Los Principios, dando ocasión á las críticas que se contestan en la páginas 41 y al escrito publicado en el mismo diario, que se trascribe en «Ensayo biográfico» que vá á continuación.

bosque y de la selva, vestidas de esmeralda, coronadas de flores, impregnadas de perfumes, en cuyos senos los céfiros dormian y colgaban sus nidos los amores; y luego las he vistos marchitas y descoloridas, arrastradas por el suelo, destrozadas por duros cascos, hechas juguete y ludibrio de los vientos!....

Así es la humana vida!... Asi son los vaivenes de la fortuna veleidosa y esquiva!

Tristes hojas de otoño! ¿A dónde ván? qué aspiran?, qué desean? qué buscan?, cuando arrebatadas por el huracán corren sobre sus álas invisibles, y se alzan y se elevan á las nubes como si quisieran llegar hasta los cielos?....

Ah! pobres hojas de mis ya tristes alamedas! á cuya grata sombra tantas veces he soñado despierto, adormecido por su suave beleño en los calores estivales! Ellas al caer sobre mi frente han estremecido mi alma con las primeras auras de esa melancólica tristeza de los últimos años de la existencia, y han in filtrado en mi espiritu la nostalgia de la vida!

Pobres hojas!.... yo las he visto alzarse todavía del suelo, y arrebatadas por ráfagas ligeras girar en torno mio en raudos remolinos, como si quisieran hacerme una última caricia, ó trataran de llamar sobre ellas mi atención; y entonces he pensado con melancólica tristeza, en las páginas de este libro, marchitas y descoloridas hojas de mi vida, que en torno mio giran, y que han ido quedando en mi camino, diseminadas y perdidas entre el polvo de los pasados dias!....

Pobres hojas de otoño!.... bien pronto el cierzo helado las llevará léjos de mi, y desaparecerán para siempre, como desaparecen las más caras memorias arrebatadas por el soplo glacial del olvido!....

Y vosotras tristes páginas, pobres hojas de otoño, que yo he regado un dia con sangre de mis venas, y en las cuales he ido dejando el corazón á pedazos; vosotras tambien desaparecereis para siempre ú mi memoria, y á la memoria de los que os conocieron yos amaron!

Oh! no! -yo os recogeré en este libro pobres páginas, tristes hojas, caras memorias mias! Yo os recogeré en este libro y él servirá, al ménos, para alimentar un poco de tiempo más el fuego de mi hogar!....

Tal es la breve historia de este libro; tales son su origen y su

objeto. Ellos demuestran la importancia que al libro atribuyo, y el interés que sus páginas me inspiran.

Allá ván, allá ván en informe montón, incultas y desaliñadas como el libro de las tristezas de Ovidio. Si es esto un defecto, será un defecto más. ¿Qué importa eso? El libro no seria mejor sin él, y con él no será peor.

De todos modos, atención, tendrá por tuvo jamás á pulir,

si la critica llega á fijar sobre este libro su demás en qué cebarse. Pero ¿quién se deseparar, clasificar, ó de otro modo arreglar las hojas secas que amontona para alimentar la llama del fogón? Cuando mis piés resbalan á lo largo de mis tristes alamedas, arrastran mezcladas y confundidas las hojas del álamo y del plátano, del sauce y de la acacia!

Id, pues, en informe montón tristes hojas, pobres páginas, caras memorias mias! Corred en este libro, como corren en mis veredas las hojas desprendidas de sus árboles costaneros! Y si la suerte os depara algún lector, que por cierto será más que benevolo lector, sepa este que en vosotras no encontrará ni el estro divino del desterrado del Ponto, ni ciencia, ni instrucción, ni elegante estilo, ni galas literarias, pero ni siquiera órden y método en la distribución de las materias, y en la composición del libro.

De esta suerte el libro será lo que serà-¿qué sé yo?—será una Miscelánea si puedo darle este nombre, ó una Mescolanza si algunos lo creen mejor; Mescolanza ó Miscelánea en la cuál á continuación de un brindis o discurso en la mesa de un banquete, se encontrará tal vez otro discurso al borde de una tumba: seguido de algún trabajo juridico, se leerá un mensaje, una memoria, ó alguna nota oficial: despues de alguna discusión parlamentaria, y zumbando todavia los oidos con los silbidos de la barra, alguna elucubración abstracta, algún articulo de diario, ó de polé

mica etc.

Tal será este libro, y la critica tendrá asi, por demás en qué morder.

Pero en tal caso, carisimo lector, creedme: si á tal extremo llegan vuestra abnegación y heroismo, seguid, si os place mi consejo, y en lugar de perder vuestro tiempo en criticar lo que, de seguro, no merece el honor de vuestra critica, decid simplemente:

« AnteriorContinuar »