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intereses económicos y las cuestiones americanas, que encara bajo un punto de vista en que prevalece mas el sentimiento americano, que la vision clara y la meditacion profunda del hombre de estado.

Por lo que respecta á nuestras cuestiones, he encontrado en él un hombre sin prevenciones arraigadas, fácil en la discusion, conciliador en los medios, con una tendencia decidida, hacia la conservacion de la paz presente y futura de estos paises, y susceptible de ser arrastrado por móviles, puramente morales.

Debo decir en honor de la verdad, que he encontrado en él, mas que un contendor, un aliado diplomático, que provocando mi confianza, ha aceptado francamente todas mis proposiciones, limitándose á restringirlas, ó darles otra forma, pero en el fondo y siempre obrando como representante de la buena voluntad y de la buena fé, que anima en esta negociacion al Brasil y de que como se lo he declarado á él mismo, creo que él es el órgano fiel.

Dios Guarde á V. E.

Buenos Aires, Noviembre 22 de 1872.

Acúsese recibo.

BARTOLOMÉ MITRE.

CARLOS TEJEdor.

Ministerio de Relaciones Esteriores.

Buenos Aires, Noviembre 22 de 1872.

A S. E. el Sr. Brigadier General D. Bartolomé Mitre, Ministro Plenipotenciario y Enviado Estraordinario en Mision Especial, cerca del Gobierno del Brasil,

He recibido la nota del V. E. fecha 13 del corriente, comunicando su opinion particular respecto á las cualidades del Sr. Marqués de San Vicente, que ha podido apreciar en el trato diario y roce de los negocios importantes que ha tratado.

Dios guarde á V. E.

Legacion Argentina on el Brasil.

CARLOS TEJEdor.

(CONFIDENCIAL)

Pio Janeiro, Noviembre 14 de 1872.

Tengo el honor de poner en conocimiento de S. E. la conversacion que he tenido con el Sr. Ministro Plenipotenciario de Bolivia en esta Córte, con motivo de venir á hacerme una visita particular, en virtud de las relaciones amistosas que nos ligan.

Aprovechando esta oportunidad le reproché amistosamenta el paso que habia dado cerca de este Gobierno, manifestándole que sentia no me hubiese consultado préviamente sobre el particular, para evitarle parecer en contradiccion conmigo mismo, cuando jestionaba aqui, constituyendo al Brasil en órgano de los aliados, una cuestion que se hallaba pendiente entre Bolivia y la República Argentina; y para evitarme á mi, tenerle que decir á él y al Brasil, que no reconociamos órgano ninguno para tratar esta cues

tion, ni reconociamos al Brasil, el derecho siquiera de adelantar opinion sobre el particular, estendiéndome algo sobre el tópico de las reversales, que habian definido una situacion aceptada por Bolivia en su oportunidad, y sobre la cual no se habia invocado, siendo la cuestion de los derechos de Bolivia que se salvaron por tales reversales, un punto á definir entre los dos limítrofes únicamente, á título de naciones soberanas é independientes, sin conexion con la alianza, en cuanto no se tocase con la garantia recíproca que los aliados se deben entre sí.

El señor Ministro Boliviano, me dió de buena voluntad las mas francas y cordiales esplicaciones, manifestándome que él se habia dirijido á los aliados y no al Gobierno del Brasil, como se habria dirigido al del Estado Oriental ó la República Argentina, si allí se hubiese hallado en ocasion de tratar entre si dichos aliados, cuestiones que afectasen á su pais, como entendia se trataba aquí en este momento, refiriéndose espresamente á la cuestion límites. Que no pretendia con esto, propiciarse la opinion del Brasil para que apoyase sus pretensiones al territorio del Chaco, conviniendo conmigo y en lo declarado oficialmente por el Brasil, que este no podia prejuzgar tal cuestion, no manifestando ningun empeño en llevarla adelante, y por el contrario, diciéndome, que era un paso que creyó deber dar por sí, en presencia de los hechos que creia iban á producirse y en guarda de los derechos salvados por las reversales.

Con tal motivo, me pidió tener una conferencia particular sobre la cuestion de límites entre Bolivia y la República Argentina, lo que acepté desde luego, entrando él á dilucidarla de su punto de vista con cópia de datos y razones, que discutimos ligeramente de memoria, citando de paso principios reconocidos, antecedentes históricos y documentos pú

blicos, de todo lo cual prescindi mos al fin para traer la cuestion á un terreno práctico.

En el curso de nuestra conferencia, el Sr. Ministro Boliviano, reconoció la exactitud de los informes que V. E. me habia dado en su carta confidencial de 3 de Octubre, respecto del estado en que quedaban las negociaciones de Buenos Aires á su salida de alli, y diciéndome que no tenia sinó motivos de agradecimiento por el modo como habia sido tratado por V. E., dándome algunos detalles sobre las proposicio. nes y contra proposiciones que se habian cambiado con tal motivo, y agregando que ademas habia una protesta suya, sobre la creacion del Gobierno del Chaco, que la República Argentina se adjudicaba por si antes de resolver la cuestion con Bolivia, informándome ademas que V. E. le habia dicho que el Chaco era argentino, on virtud del Tratado de alianza, principio que el no podia ni debia reconocer, porque era reconocer en las naciones estrañas, el derecho de disponer por la fuerza de la propiedad ajena.

En el cambio de ideas sobre el particular, el Sr. Ministro Boliviano, sostuvo en teoria, que el Chaco boreal-como él lo llama (ó sea norte del Pilcomayo) era absolutamente boliviano, con esclusion del Paraguay y de la República Argentina; y que el Chaco Central, 6 sea el territorio que media entre el Bermejo y el Pilcomayo es el único punto en cuestion, concluyendo en el mismo concepto, que la cuestion debia dirimirse por una línea transversal imajinaria, que dividiese el desierto entre ambos, dejando la esclusiva navegacion del Pilcomayo á Bolivia y la del Bermejo á la República Argentina. No obstante esta insistencia, declaró que no tenia enteres alguno Bolivia sobre la posesion de la Villa Occidental, sea que la conserven la República Argentina ó el Paraguay, con tal que se reconociesen sus derechos al Norte del Pilcomayo, que podia ser en tal caso la línea

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divisoria; ;determinándose respecto de las cabeceras del Bermejo y Pilcomayo hasta don le llegase la jurisdiccion de Bolivia, lo que definia los respectivos límites por otra línea tirada de rio á rio, que daba á Bolivia los derechos de ribereño, como que dichos rios nacian en su territorio, y que en último término, prescindiendo de la cuestion de títulos y de conveniencias, quedaba el medio práctico, del arbitraje establecido para el efecto en el respectivo tratado de amistad entre ambas naciones. Sin dar á lo dicho ninguna trascendencia ni ulterioridad, le informe confidencialmente que en el arreglo que iba á celebrar con este Gobierno, quedaba eliminada la cuestion de límites, que no era de la tunidad, quedando como simple cuestion de la República Argentina con sus limítrofes, salvo el caso en que se tocase con la garantía recíproca por lo que toca á nuestros límites con el Paraguay, y leyéndole el artículo por el cual, podian inicamente ser admitidos á obrar de acuerdo con los aliados

opor

su calidad de ribereños, autorizándole á dar conocimiento ‘o á su Gobierno, lo que el Sr. Ministro Boliviano me 6, manifestándose al parecer satisfecho.

tir mas sobre estos tópicos y por el momento maesto á no llevar adelante la cuestion en el terhabia comprometido, me informó confidenmás del ferro-carril del Madeira, que era rincipales que lo habian traido á esta en mira primordiar, negociar sobre 's entre Bolivia y el Imperio del a protestado como toda la natencion buscar su anulacion

si en contraba en el Brasil se respecto de las franqui1 ferro-carril del Madeira, s diez millones de emprés

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