Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Argentino atendiendo mis observaciones basadas en otro órden de ideas, se habia prestado á satisfacer aquel deseo, modificando y adicionando su nota en los términos de que iba á darle lectura; pero con la conducion de que esa esa nota fuese correspondida con una contestacion análoga. Entonces le di lectura de la parte de la nota de V. E. que se refiere á la cuestion de forma promovida, y á la condicion espresa antes apuntada; despues de esto le lef la nota modificada en cópia, y como un sinple apunte la fórmula de respuesta que V. E. me adjuntaba á su espresada nota de 26 de Agosto, diciéndole que era simplemente un proyecto que no hacia sino repetir nuestras propias palabras y sentimientos, pareciéndome que debia corresponder así á su amistoso proceder, tanto porque ellas habian dejado á nuestra espontaneidad la forma 5 alcance de la adicion, cuanto porque presentado el proyecto como una fórmula á discutir, nos creabamos sin poderlo evitar, el nuevo embarazo de poner nuevamente á discusion la formula de nuestra nota modificada.

El señor Ministro Correia permaneció en silencio por un largo espacio, leyendo la cópia de la nota modificada y el proyecto de respuesta que puse en sus manos, manifestándose poco satisfecho de su lectura, despues de la cual me dijo: Que yo habia hecho de mi punto de vista y en defensa de lo que consideraba los derechos de mi pais, una estensa esposicion, que importaba una acusacion á los procederes del Gobieruo Brasilero, lo cual exijia por su parte una refutacion, à lo cual observé que como él lo habia dicho, no era si no una simple esposicion de hechos para motivar y justificar nuestra actitud, en presencia de la cuestion previa que se nos suscitaba, sin pretender entrar en discusion sobre los diversos tópicos que ella comprendia, en virtud de lo cual el Sr. Ministro tuvo á bien no insistir sobre este punto, en el cual

me parece no se consideraba fuerte, como se deduce por lo que dijo despues.

El señor Ministro Correia continuando despues de repetirme lo que ya en otras ocasiones me habia dicho, que. la cuestion de forma habia surjido en presencia de la última contestacion Argentina (la suspendida), y que no habia sido formulada en la última contestacion Brasilera para dejar á la espontaneidad del Gobierno Argentino la oportunidad de corresponder al significado de su contestacion, me dijo: que el Gobierno brasilero debia estrañar que cuando sin formular exijencia alguna, dejando la forma y el alcance al arbitrio del Gobierno Argentino, se habia limitado á manifestar confidencial y amistosamente, el deseo que se incluyese en nuestra contestacion alguna frase que atenuase al menos el efecto que la nota Argentina en 27 de Abril habia causado en el Brasil, en los términos que él juzgase mas convenientes, tenia mas razon para créer que la mala voluntad que con tanta insistencia atribuia yo al Go bierno Brasilero, existia mas bien de parte del Gobierno Ar. gentino. Que la contestacion modificada, defiriendo poco en los términos de la anterior, no ratificaba ni reagravaba los términos de la nota de 27 de Abril que pudieran creerse intencionalmente ofensivos; pero que venia acompañada de una nueva exigencia, cual era la de entrar desde luego á la cuestion de fondo, con mas la condicion de una contestacion. A esto objeté al Sr. Ministro Correia que la parte condicional que era inherente á la mcdificacion de la contestacion suspendida, no era una nueva exijencia, sinó una consecuencia lójica del desarrollo de la cuestion de forma, tal como ellos la habian establecido, á mi modo de ver artificialmente, y que aparecia como un mero pretesto para no tratar sériamente nuestras cuestiones de fondo, si el Brasil pudiese tener embarazo en decirnos que participaba de nuestros

deseos y esperanzas de arribar á un acuerdo sobre el particular. Que sí como él me lo decia, el Gobierno Brasilero deseaba tal arreglo no veia que dificultad podia tener en manisfestarlo en los términos que creyese mas convenientes, pudiendo dar lugar á poner en duda su buena voluntad, no solo esta negativa á un acto tan sencillo y conveniente para el restablecimiento de las buenas relaciones, á lo que se agregaba el antecedente de que ya habia hecho mencion, á saber: que hasta ahora el Gobierno del Brasil no nos habia manifestado su buena disposicion á resolver nuestras cuestiones pendientes con motivo de los tratados separados de la Asuncion guardando completa reserva hasta respecto de las bases, sobre las cuales podriamos iniciar la negociacion que me estaba encomendada, mientras por mi parte, si bien no habia formulado bases, habia abundado en franqueza, declarando que viniendo en una mision de paz y amistad no venia á reaccionar contra los hechos se habian producido sin nuestro concurso, simplemente traerlos hasta donde fuese posible,'á las estipulaciones del tratado de 1.o de Mayo y protocolos complementarios de Buenos Aires, de que se habia prescindido tanto en la negociacion separada del Brasil, cuanto en las cláusulas mismas de los tratados de la Asuncion, empezando por interpretar y ejecutar por si y ante sí segun esa interpretacion, los tratados de la alianza, y acabando por el misterio que de tal proceder se hizo con respecto á los aliados, en daño de los cuales venia á redundar tal proceder.

que

El Sr. Ministro Correia me replicó que el misterio de la negociacion á que habia aludido era una circunstancia accidental, puesto que en los protocolos ajustados por el negociador se estipulaba la participacion á los aliados, habiéndose en lo demas ajustado todo á los compromisos del tratado de Alianza.

A esto observé al Señor Ministro, que el mismo Baron de Cotegipe negociador de los tratados de la Asuncion, habia reconocido en su carta publicada que se contenian en ellos claúsulas contrarias al tratado de Alianza y especialmente á los protocolos de Buenos Aires, en lo que se referia á la ocupacion militar indefinida del Paraguay por tropas brasileras (sin mencionar el protectorado de hecho que esto importaba,) lo que el esplicaba y justificaba de su punto de vista, por el hecho de haberse visto obligado, segun decia, á tratar separadamente, considerando esto como un hecho transitorio, que el común acuerdo debia hacer cesar, sin que para nada se insinuase ninguna cuestion de forma, para poder llegar á este acuerdo, y lejos de esto, apartando todo obstáculo de este género en un espíritu que me hacia un deber en declarar, consideraba elevado y de buena política.

Con este motivo, interpelé al Sr. Ministro si el Gobierno brasilero aceptaba como base para una negociacion sobre nuestras cuestiones pendientes, las que el Baron de Cotegipe habia comunicado al Ministro de Relaciones Esteriores de la República Argentina.

El Sr. Ministro de Negocios Estrangercs me contestó sin vacilar, que sí, y que sí á eso se limitaban nuestras pretensiones, por parte del Gobierno del Brasil no habia dificultad.

Habiendo observado yo que al hablar de bases, las tomaba simplemente como un punto de partida para entrar en negociaciones, y que me referia á las bases tal como habian, sido formuladas en nuestra última nota, cuya exatitud habia reconocido publicamente el mismo Baron de Cotegipeel Sr. Ministro me contestó inmediatamente, que así consideraba esas bases y que se referia á ellas, tal como habian sido redactadas por el Dr. Tejedor.

Despues de cambiar algunas ideas sobre estos tópicos,

manifesté al Sr. Ministro, que era de deplorarse que estando casi de acuerdo en el fondo, y tan próximos á entendernos, obteniendo el resultado honroso y feliz para ambos paises que el Emperador habia augurado á mi mision, seria doloroso y hasta vergonzoso que la negociacion no se iniciase por una mera cuestion de forma, que lo repetia, podia aparecer como un pretesto hijo de la mala voluntad, quedando así esterilizada, la buena disposicion que ahora me manifestaba.

Habiendome hecho el Sr. Ministro algunas observaciones sobre la anterior nota (suspendida) y la última modificada con la condicion de una contestacion, se manifestó poco satisfecho insinuando que por tal camino no parecia posible llegásemos á un acuerdo.

Observé al Sr. Ministro que refleccionase tranquilamente en la situacion que una resolucion de su parte en tal sentido podria crear, pues si no aceptaba la nota modificada con la condicion de corresponder á este acto amistoso, yo me veria en el caso de declarar que se diese curso á la nota suspendida, y entonces si insistia en la cuestion de forma, vendria á ser ella condicion sine qua non, para entrar en la cuestion de fondo; lo que seria poco digno de una Nacion como el Brasil y poco sèrio en presencia de los graves intereses de que se trataba, mientras que quedaria constante nuestro sincero anhelo de llegar por todos medios posibles á un arreglo, para lo cual no habiamos omitido esfuerzo, viniendo hasta buscarlo modestamente aqui en Rio Janeiro, dando asi el primer paso y no omitiendo esfuerzo para llegar á un resultado.

El Sr. Ministro me dijo que en tal caso, es decir, dando curso á la nota auspendida, él se veria en la necesidad de dirijirse directamente al Gobierno Argentino, manifestando los motivos por lo cual tal nota no era satisfactoria.

« AnteriorContinuar »