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BENEFICENCIA. Esta palabra está tomada de la latina beneficentia, y quiere decir la virtud y el acto de hacer bien. En el idioma latino deriva su etimología del adverbio benè, bien, y del verbo facere, hacer. La beneficencia particular es un acto de desprendimiento, de generosidad y de virtud por parte del que la ejerce; es un deber moral, porque cada uno debe contribuir en lo que pueda al ausilio de sus semejantes, socorriéndolos en sus necesidades, en sus aflicciones y en sus miserias; es el cumplimiento de obras de misericordia á que en casos graves está obligado el hombre en el fuero de la conciencia. Pero como son mas estensos los límites de la moral que los del derecho, sucede que en los casos en que está el hombre obligado en el fuero interno al socorro de sus semejantes, su deber carece de sancion civil, y no admite coaccion esterior. Por esto al lado de la beneficencia privada, que desarrollándose por actos aislados es in

TOMO VI.

suficiente para socorrer á todos los menesterosos, se eleva en las sociedades modernas la beneficencia pública, institucion alta que reconoce por base el deber que tiene la sociedad de acudir al ausilio de la desgracia. Esta institucion importante de la beneficencia pública es el verdadero objeto del presente artículo. Pero antes de pasar adelante, conviene advertir que la palabra beneficencia en el sentido que en el presente artículo le damos, es de uso moderno, al menos en su acepcion jurídica: en su lugar se empleaba antes la voz caridad. En esta última palabra, que era la generalmente usada para significar la institucion de la beneficencia, predomina mas el principio cristiano, porque dá á entender que el hacer bien á otro es un acto de amor á Dios y al prógimo: siguiendo esta nomenclatura vemos que á los que llamamos asilos de beneficencia, denominaron nuestros padres casas de caridad, palabra que aun hoy se aplica para significar la limosna

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