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«Los socorros públicos son una deuda sagrada de la sociedad. Ella debe proporcionar subsistencia a los ciudadanos desgraciados, sea procurándoles algún jénero de trabajo i de industria, sea preparando medios de existir a los que no están en estado de trabajar.

«La instrucción es una necesidad común. La sociedad debe favorecer con todas sus fuerzas los progresos de la razón pública i poner la instrucción al alcance de todos los ciudadanos.

«La protección i garantía social consisten en la acción de todos para asegurar a cada uno el goce i conservación de sus derechos. Esta garantía reposa sobre la soberanía nacional. Ella no puede existir si no hai gran celo contra los progresos de la arbitrariedad, si los límites de las facultades de los funcionarios públicos no están claramente determinados por la lei, i si su responsabilidad es un nombre ilusorio.

«La soberanía reside en el pueblo. Ella es una e indivisible, imprescriptible e inalienable.

«Una porción del pueblo no es la soberanía, ni puede ejercer la potencia soberana del pueblo entero. Pero, congregada una porción del pueblo, debe esponer su dictamen con absoluta libertad.

«El pueblo tiene siempre derecho de rever i reformar su constitución. Una jeneración no puede sujetar irrevocablemente a sus leyes a las jeneraciones futuras.

«Todos los hombres libres que no están bajo la dependencia servil de otro, tienen derecho de concurrir a la formación de la constitución i al nombramiento de sus mandatarios o ajentes.

«Los cargos públicos son esencialmente temporales. Ellos no pueden considerarse ni como distinciones, ni como recompensas, sino como deberes u obligaciones civiles.

«Jamás deben quedar impunes los delitos de los mandatarios públicos. Ningún hombre puede creerse inviolable.

«Jamás puede suspenderse, limitarse, ni dificultarse el derecho de presentar peticiones a los depositarios de la libertad pública.

«La resistencia a la opresión es una consecuencia de todos los derechos del hombre.

<<Hai opresión contra el cuerpo social, cuando es oprimido cualquiera de sus miembros. Hai opresión contra cada uno de sus miembros, cuando es oprimido todo el cuerpo social.

«Todo el que viola i atropella los derechos del pueblo, es opresor del pueblo, i está en estado de guerra contra la soberanía nacional.

«Tales son en compendio los derechos del hombre i del ciudadano. La observancia i conservación de estos derechos forman la libertad: donde no son respetados, reina la tiranía.

«¿Qué es lo que el buen patriota debe tener en su

corazón?

«El triúnfo de la lei, la salud pública, la libertad, la prosperidad i la gloria de su patria.

«¿De qué depende la prosperidad pública?

«Del buen gobierno i de las virtudes de los ciudadanos.

«¿Cuáles son en compendio las obligaciones del ciudadano?

«Temer i amar a Dios, como a juez supremo i padre de los hombres.

«Amar, obedecer i servir a sus padres.

«Huír de una vida ociosa, viviendo de su propio trabajo e industria.

«Promover la virtud i la instrucción de los que estén a su cuidado.

«Ser justo siempre que sea llamado a las deliberaciones i funciones públicas.

«Ser valiente para defender la libertad i la justicia.

<<Respetar al gobierno, amar a su patria, venerar la lei.

«No envidiar a los ricos, ni despreciar a los pobres, consolar i favorecer a los infelices.

«Vivir con sobriedad, i prepararse para ver sin inquietud acercarse la muerte como el principio de la inmortalidad i el término de las calamidades humanas.

«¿A qué hombres se debe particular respeto?

«A los que llenan con honradez i justicia los cargos civiles i militares para el bien de la República: los primeros son ajentes de la autoridad lejislativa, los otros de la autoridad ejecutiva; ellos concurren igualmente al orden i seguridad de esta gran familia, que es la patria.

¿A qué hombres debemos mirar con horror i lástima?

«A los que, pudiendo trabajar, prefieren la vergüenza de la mendicidad, o la del engaño i el petardo, al honor de una ocupación i profesión útil. A los que se dan a la embriaguez i al juego. A los que consumen en el libertinaje el fruto de su trabajo, esponiéndose por su mala conducta a caer en miseria i a no dejar a sus hijos un pan que comer. A los que no respetan las costumbres i la censura pública, turbando la sociedad con sus escándalos i falta de recato i pudor. En fin, a los que perturban la quietud i la armonía del estado.

«¿Cuál es una de las señales mas claras de la libertad pública?

«La libertad de la imprenta.

«¿Qué bienes resultan de la libertad de la imprenta?

«El denunciar al público todos los abusos. «El propagar las buenas ideas.

«El intimidar a los malos.

«El proponer sabios reglamentos i útiles refor

mas.

«El combatir los sistemas perjudiciales.

«En fin, el estender los conocimientos humanos. «¿Por qué se eternizaron los abusos en el antiguo sistema?

«Por la ignorancia ocasionada de no haber imprenta libre.

«En el antiguo sistema, estábamos tan lejos de ver observados i respetados los derechos, que ni aun los conocíamos, ni teníamos idea de ellos. Educándonos en la ignorancia absoluta de nuestras prerrogativas naturales i sociales, estábamos llenos de errones mui ultrajantes a la naturaleza humana. Se consideraba la patria como el dominio de un hombre solo, que llevaba el nombre de rei. Los que debían haber sido órganos e intérpretes de las leyes fundamentales de la sociedad, eran instrumentos de la injusticia. Los que debían ilustrar a los pueblos, fortificaban i canonizaban la tiranía con impías máximas. Los soldados mantenidos con las contribuciones de los pueblos, no eran soldados de la patria, sino soldados del rei; no eran ciudadanos ni defensores de la libertad pública, sino sus opresores. Estaba considerada la opresión como el estado natural del hombre, o a lo menos como una calamidad inevitable. La ignorancia i el error habían hecho tales progresos que se cree que cuesta mas trabajo i mas sangre despedazar las cadenas de los pueblos, que la que hubo de derramarse para esclavizarlos. Por eso, la libertad supone una gran masa de luces esparcidas sobre la muchedumbre; al contrario la tiranía domina entre errores i tinieblas. Además de las luces, se necesitan virtudes.

«La libertad se conquista con el valor o la fortaleza. Esta es la principal virtud de las repúblicas

pue

en sus varios estados, en sus principios, en sus ajitaciones i en la profunda paz. Pero no todos los ciudadanos deben manifestar el valor de un mismo modo. El magistrado que hace triunfar la lei, sea haciendo frente i destruyendo a los malvados, a los perturbadores de la quietud i del orden, a los complotados contra la libertad i seguridad del blo, paga a la patria el tributo del valor i de la magnaminidad, como el soldado que avanza bajo el fuego del enemigo. Por la misma razón, el hombre público que sacrifica su opinión i sus sentimientos al terror, es tan cobarde como el militar que en el combate arroja las armas i huye. El funcionario que por adulación o por interés compromete los derechos populares, es tan perverso i vil como el militar que se dejase corromper por el dinero del

enemigo.

«¿Es algún hombre rei i señor de los demás hombres por derecho divino?

«No. Dios quiere que los hombres tengan algún gobierno, pero no dice que sea gobernante este o el otro hombre. Cuando los judíos pidieron rei, fue electo Saúl, i después David por Dios; pero esto fue solamente para los judíos.

«¿Es alguno rei por naturaleza?

«No. Solo Dios es rei del universo, porque es su criador i por la excelencia de su naturaleza. Todos los hombres nacen iguales. El pobre i el rico fueron hechos de un mismo barro. Dominus de uno limo terræ fecit pauperes et divites. (San Agustín).

«¿Quién puede mandar i gobernar a los hombres lejítimamente?

«Aquél o aquéllos a quienes los pueblos, libres por naturaleza, se habrán sujetado por libre i común consentimiento.

«I ¿quién es tirano?

«Aquél o aquéllos que por fuerza de armas, por

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