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de todo, instruida de mi derecho; i así no tengo hecha i ni hare esclamacion ni protestacion contra esta fundacion, ni en todo ni en parte de sus condiciones, sino en la parte que reservamos, que han sido i son a mi satisfaccion i contento; i, si pareciere alguna protesta o declaracion, quiero desde ahora para entonces que no valgan i sean en sí de ningun valor ni efecto i como si no la hubiera otorgado; i asimismo no pediré absolucion ni relajacion de este juramento, ni usaré de la que se me concediere, aunque sea de propio motu i por juez competente, i, si uno u otro intentare o pretendiere intentar, tantas cuantas veces fueren, en otros tantos juramentos quiero incurrir i en uno mas. Que es fecho en la ciudad de Santiago de Chile, en doce dias del mes de diciembre de mil setecientos ochenta i cinco años. I los otorgantes, a quien yo el infrascrito doi fe que conozco, i de que instruí i advertí a dicha doña Francisca Javiera del contenido de las leyes renunciadas, así lo dijeron, otorgaron i firmaron, siendo presentes por testigos don Manuel José Morales, don Pedro Carrion i Manuel de la Cruz Barahona.-Jose Miguel Prado.-Doña Francisca Javiera de la Aguila.--Ante mi, Tadeo Gomez de Silva, escribano público.

CAPÍTULO DÉCIMOTERCIO

Mayorazgo Aguila i Rojas.-Don Andres de Rojas i la Madriz, rejidor perpetuo del cabildo i juez de comercio de Santiago.-Don José Antonio de Rojas.—Vínculo de Polpaico.—Reseña jenealójica de la familia Jufré del Aguila.-Doña Rosa de Rojas i Cerda, viuda de don Antonio del Aguila, funda un mayorazgo a favor de su sobrino don Francisco de Paula Herrera i Rojas.-Don Jerónimo José de Herrera i Moron. Sus ascendientes.-Doña Emilia Herrera de Toro.

I

A principios del siglo XVIII se hallaba establecido en Chile un caballero peruano llamado don Pedro de Rojas i Acevedo, quien habia contraido matrimonio con una señora natural de Santiago, doña María de la Madriz i Sagredo (1).

Rojas pertenecia a una familia ilustre, tanto por línea paterna como por línea materna.

Su padre era el doctor don Gregorio de Rojas i Acevedo, nacido en Buenos Aires, catedrático por muchos

(1) Informacion de nobleza de don Eusebio de Herrera i Rojas. Volú• men 1,608 del archivo de la real audiencia.

años de la Universidad de San Márcos de Lima i oidor provisto de la audiencia de Charcas (1).

Su madre se llamaba doña María Andrea de Leon, de la familia del célebre bibliografo Leon Pinelo (2).

Una de las hermanas de don Pedro de Rojas era mujer de don Miguel Núñez de Sanabria, oidor de Lima.

Del matrimonio de Rojas con la señora Madriz habian nacido siete hijos: Juana, Gregorio, Francisco, Andres, José, María Andrea i Pedro Miguel.

Así lo declara la señora Madriz en el testamento que, con motivo de una grave enfermedad, otorgó en Santiago ante José Alvarez de Henestrosa en 27 de febrero de

1712.

En tan críticas circunstancias don Pedro de Rojas se encontraba en Lima; i la aflijida señora ordenó que tan luego como ella muriera sus hijos fueran llevados sin tardanza al Perú.

Algunos regresaron mas tarde a Chile.

Entre éstos se cuenta don Andres de Rojas i la Madriz, el cual vino en compañía de su tio el doctor don Alejo Fernando de Rojas i Acevedo, nombrado obispo de Santiago (3).

Don Andres se consagró al comercio en nuestro pais,

(1) MENDIBURU, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú.

(2) Así se lee en el diccionario de Mendiburu. Don Gabriel René Moreno, primero, en su Biblioteca Peruana, tomo 2.o, pájina 465, i don José Toribio Medina, despues, en su Biblioteca Hispano-Americana, tomo VI, pájina XCVIII, nota 22, han asegurado que la mujer del doctor Rojas era hermana del bibliografo, fundándose en que la última tambien llevaba los nombres de María Andrea; pero esta es una equivocacion, como lo ha demostrado don Juan Enrique O'Rian. Véase Chile Moderno, tomo 1.o, número 1.o, artículo sobre don Antonio de Leon Pinelo. Revista literaria publicada en Valparaiso. Julio de 1903.

(3) AMUNÁTEGUI, La Crónica de 1810, tomo 2.o, pájina 6. Sobre don

i su nombre aparece entre los comerciantes de la capital en el año 1730 (1).

En esta fecha ya habia contraido matrimonio con una de las hijas del mayorazgo don Juan de Dios de la Cerda i Hermúa, doña Catalina de la Cerda i Carvajal, quien le llevó una gran dote (2).

Se comprende, pues, que con este ausilio don Andres de Rojas pudiera dar importante jiro a sus negocios.

En un espacio de tiempo relativamente corto adquirió dos propiedades raices: una casa en Santiago, a una cuadra de distancia de la iglesia de San Agustin, en la esquina nor-poniente de la calle de San Antonio (3); i la hacienda de Polpaico, la cual media 8,710 cuadras, comprada en 1734, en la suma de 10,000 pesos, a la sucecion de su suegro (4).

A la época de su muerte, don Andres de Rojas era tambien dueño de otras propiedades.

A un personaje de esta categoría no podian faltarle los honores i distinciones.

Primeramente perteneció al cabildo de Santiago como rejidor anual; en seguida fué nombrado, en el año 1742, alcalde ordinario; i, por último, ocupó una de las plazas de rejidor perpetuo.

Alejo Fernando de Rojas da noticias Mendiburu en su Diccionario, i Medina en su Biblioteca Hispano-Chilena, tomo 2.o, pájina 368.

(1) Protocolo de Bartolomé Mundaca.

(2) Carta de recibo otorgada ante Juan de Morales Narváez en 18 de noviembre de 1729.

(3) En este mismo sitio se levanta la casa de don Alberto Mackenna i de doña Mercedes Matte de Mackenna. AMUNÁTEGUI, La Crónica de 1810, tomo 2.o, pájina 6.

(4) Véase el capítulo de esta obra sobre el mayorazgo Cerda, tomo 1.o, pájina 135, nota 1.

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