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a ese pueblo la marcha mas conforme a su conveniencia, y prestará importante auxilio a los que a él consagren sus esfuerzos.

"Basta lo dicho para que se aprecie en qué sentido damos importancia a la historia de la dominacion española en Chile, y por qué deseamos que merezca de los aficionados a ese ramo mas atencion de la que hasta aquí se le ha prestado. Mas, el estudio de esa época presenta dificultades que en cuanto dependa de nosotros nos proponemos allanar.

"Para la historia de la Independencia, los materiales estan de ordinario a la mano, y es fácil ocurrir a las fuentes. No sucede lo mismo con la historia de la conquista y coloniaje. Casi todas las historias, crónicas y memorias que por aquel entónces se escribian, han quedado manuscritas en poder de uno que otro particular, la mayor parte de ellas fuera del pais. "Del corto número de las que se han publicado, con excepcion de la historia del abate Molina, solo existe entre nosotros uno que otro ejemplar, y como ediciones raras es mui difícil procurárselas. Facilitar su adquisicion, proporcionar a los que quieran estudiar tan interesante período, en donde se han de encontrar los antecedentes de nuestro modo de ser actual, los mas importantes monumentos históricos que nos quedan de esa época, es el designio que nos ha decidido a hacer una publicacion de los historiadores de Chile correspondientes a la dominacion española.

"Contamos ya con bastantes elementos y esperamos adquirir otros que hagan la coleccion mas completa. La mayor parte de los que han escrito sobre esa época, se han contraido a períodos determinados; pocos son los que la han abrazado en toda su extension. Pero todos ellos se completan unos a otros y permiten seguir, desde los primeros pasos de la conquista hasta principios de este siglo, la marcha de los acontecimientos y el desarrollo gradual de la colonia hasta que llegó a constituirse en Estado independiente.

"Nuestra coleccion comprenderá, pues, todas las historias jenerales y las que abrazaren períodos parciales que sean de algun mérito, no tanto literario cuanto de ilustracion histórica. Figurarán en ella Góngora Marmolejo, Córdova Figueroa, Rojas, Olivares, Tribaldo de Toledo, Vidaurre, Ovalle, Quiroga, Tesillo, Molina, Carvallo, Perez García y algunos otros que esperamos proporcionarnos en el curso de la publicacion.

"No omitirémos esfuerzo para hacer tan completa como sea posible la coleccion de historiadores cuya publicacion anunciamos. Si el público nos presta su apoyo, nos proponemos tambien enriquecerla con la publicacion de documentos importantes relativos a la misma época, que existen sepultados en algunos archivos públicos o en poder de algun curioso. "Tambien aspiramos, contando con ese mismo apoyo, a extender nuestra coleccion al período de la guerra de la Independencia, y reunir en pocos volúmenes los documentos mas importantes y los trabajos históricos de mas interes relativos a la misma época, que al presente no es fá

cil obtener. "

Consecuentes con lo que entónces decíamos, ofrecemos hoi al público

el primer tomo de esta coleccion, que comprende las Cartas de Pedro de Valdivia al Emperador Cárlos V, y el Primer Libro de Actas del Cabildo de Santiago, conocido comunmente con el nombre de Libro Becerro.

Supérfluo seria decir nada sobre la importancia e interes capitales que tienen esos documentos, y que nos han decidido a darles el primer lugar. Así, nos limitarémos a unas cuantas palabras acerca de la edicion del presente volúmen.

Las cartas de Valdivia se encuentran publicadas todas cinco en el tomo I de Documentos de la Historia de Chile por don Claudio Gay, y las tres últimas figuran tambien en la Coleccion de Documentos inéditos que acompaña a la Historia de Chile por el Capitan Alonso de Góngora Marmolejo, en la edicion que se ha hecho de esta obra bajo la direccion de un individuo de la Real Academia de la Historia. Aunque don Claudio Gay y el ilustrado editor de Góngora Marmolejo se han servido entrambos de unos mismos orijinales para dar a luz dichas tres cartas, se observan sin embargo algunas discrepancias entre la edicion del primero y la del segundo. Como era natural, nos ha inspirado mas confianza esta última, y la hemos adoptado por orijinal de la presente, cuidando de correjir algunos errores de copista o de imprenta que estan de manifiesto en ella, y que hemos comprobado consultando la de Gay. Por lo demas, hemos respetado escrupulosamente el texto, y cambiado tan solo la ortografía de algunas palabras a fin de seguir un sistema ortográfico uniforme y consecuente.

Igual escrupulosidad hemos empleado con el Primer Libro de Actas del Cabildo, que se ha sacado fielmente de la copia en escritura moderna existente en los archivos de la Municipalidad de Santiago. Aquí, sin embargo, ha sido preciso alterar, ya no solo la caprichosa ortografía de los vocablos, sino tambien la no ménos caprichosa puntuacion de las frases, que oscurecia a menudo el sentido del discurso. Para completarlo en algunos pasajes en que aparecia trunco, se han suplido, ademas, entre paréntesis cuadrados, las palabras necesarias; y se han puesto algunas notas que se han creido indispensables.

Con el objeto de que puedan consultarse fácilmente las actas de dicho Libro, hemos formado de ellas un índice analítico, que se encuentra al fin del tomo.

En el sistema ortográfico adoptado en la edicion presente, se ha procurado conciliar la naturaleza de las obras que van a componer esta coleccion, con el uso corriente entre nosotros. Pero no por eso se ha sacrificado a la uniformidad de la ortografía el recto sentido de la oracion o el exacto sonido de las voces. Tampoco se ha juzgado conveniente someter a ella la escritura de los nombres propios.

Finalmente, se ha puesto el mayor esmero en que esta edicion, al mismo tiempo que económica, sea limpia, clara y correcta. Difícil era alcanzarlo teniendo que luchar con tantas dificultades como presentan entre nosotros ediciones de esta clase, y no nos atrevemos a lisonjearnos de ha

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some voient les fuos nep i un in o de paz, pa leien lɔ be mantenimientos,

all lea alrez.la va en'all, a cum

vas ans faites los arte 1. Maulida la mu da jonte* so y desea arab el mejor plazo de treue sin que en la vila bolo in lo el mes leal rd del añ› le 1744 euanque crade en tro o ein so som; añ eros, argarin le pesas necesarias por gran

tallatin amim por que cavido al paraja desta tierra yun negro y sin batci, que los inenry t mai el barco, y auerto al Mendo peragat a trinta luns deste puerto jera i Zai fer in eon myral al traves, y mataren les in hos a los tothe ile takin predalo, y robaron y quemaron el navio. Amateatre, que es el riñon del invierno, y le hizo tan gran ley le barlas, trupestades, que fué e sa mistru sa, que com › es tuta era nema lana pensanos de nos anggar, y dicen los indios que innen na lan visto, pero que oyer in a sus padres que en tiempo de sus 1 1: 6 1.2, aí str) año). Llegó otro naviɔ, que fàé el que prometió de quamulor Vaca de Castro, que un eria lo suyo llamadɔ Juan na Barca por cumplir su palabra, vien lɔ el deseo que tenia et al te enviarme socorro de cosas necesarias, y que no se hallaba con time para ello, empleó diez o doce mil pesos que tenia, y cargó y vino el navio se llama San Peiro.

Laan piloto y señor del navio, y que le trajɔ de-pues de Dios y raise ilama Juan Bautista de Pastene, jenoves, hombre mui pris de altura y cosas tocantes a la navegacion, y uno de los que meyo endelen este oficio de cuantos navegan esta mar del sur, persona Lonra, fidelidad y verdad, y que sirvió mucho a V. M. en las provinciae del Perú, y al marques D. Francisco Pizarro, y despues de

la recuperacion dellas debaj› la comision del gobernador VaCastro, el cual le mandó de parte de V. M. viniese a estas provin te por ser hombre de confianza, y se emplearia en su real servicio, y

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le conocia por tal; y se ofreció a venir por hacerle a V. M. tan señalado servicio demas de los hechos: con él me envió el gobernador las nuevas de Francia, y el pregon contra ella que tengo dicho.

Pasada la furia del invierno, mediado agosto, que comienza la primavera, fuí al puerto, y sabiendo la voluntad del capitan que era servir a V. M. en estas partes en lo que yo le mandase, y la persona que era, y lo que habia hecho en su real servicio, que ya yo lo sabia y le conocia del tiempo del marques, le hice mi teniente jeneral en la mar, y le envié a descubrir esta costa ácia el estrecho de Magallanes, dándole otro navio y mui buena jente, para que llevase en ambos, y a que me tomase posesion en nombre de V. M. de la tierra, y así fué. Lo que halló e hizo, verá V. M. por la fe que aquí va, y dello la da Juan de Cárdenas como escribano mayor del juzgado destas provincias, que en nombre de V. M. creé, que juntamente le envié por acompañado con él para lo que conviniese al servicio de V. M.

Tambien envié a mi maestre de campo Francisco de Villagra por tener práctica de las cosas de la guerra, y que ha servido mucho a V. M. en estas partes, para que a los indios destas provincias los echase ácia acá, y me tomase lengua de las de adelante; y desde entónces tengo a Francisco de Aguirre, mi capitan, desa parte del rio Mauli, en la provincia de Itata, con jente que tiene aquella frontera; y no da lugar que los indios de por acá pasen a la otra parte, y si los acojen los castiga; y estará allí hasta que yo vaya adelante; y viéndose tan seguidos, y que perseveramos en la tierra, y que han venido navios y jente, tienen quebradas las alas, y ya de cansados de andar por las nieves y montes como animales, determinan de servir; y el verano pasado comenzaron a hacer sus pueblos, y cada señor de cacique ha dado a sus indios simiente, así de maiz como de trigo, y han sembrado para simentera y sustentarse, y de hoi en adelante habrá en esta tierra gran abundancia de comida, porque se hacen en el año dos sementeras, que por abril y mayo se cojen los maices, y allí se siembra el trigo; y por diciembre se coje, y torna a sembrar el maiz.

Como esta tierra estaba tan mal infamada como he dicho, pasé mucho trabajo en hacer la jente que a ella truje, y toda la acaudillé a fuerza de brazos de soldados amigos que se quisieron venir en mi compañía aunque fuera a perderme como lo pensaron muchos, y por lo que hallé prestado para remediar a los que lo hobieron menester, que fueron hasta quince mil pesos en caballos, armas y ropa, pago mas de sesenta mil en oro, y el navio y jente de socorro que me trujo mi teniente. Debo por todo lo que se gastó ciento y diez mil pesos, y del postrero que vino, me adeudé en otros sesenta mil, y estan al presente en esta tierra doscientos hombres, que me cuesta cada uno mas de mil pesos puesto en ella; porque a otras tierras nuevas van por la buena fama a ellas los hombres, y desta huyen todos, por la mala en que la habian dejado los que no quisieron hacer en ella como tales: y así me ha convenido hasta el dia de hoi para la sustentar, comprar los que tengo a peso de oro, certificando a V. M.

que no tengo de toda esta suma que he dicho accion contra nadie de un
solo peso para en descuento della, y todos los he 'gastado en beneficio de
la tierra y soldados que la han sustentado, por no podérseles dar aquí lo
que es justo y merecen, haciéndoles de todo suelta; y haré lo mesmo en
lo de adelante, que no desco sino descubrir y poblar tierras a V. M., y
no otro interes, junto con la honra y mercedes que será servido de me
hacer por ello, para dejar memoria y fama de mí, y que la gané por la
guerra como un pobre soldado, sirviendo a un tan esclarecido monarca,
que poniendo su sacratísima persona cada hora en batallas contra el co-
mun enemigo de la cristiandad y sus aliados, ha sustentado con su invic-
tísimo brazo y sustenta la honra della y de nuestro Dios, que brantándo-
les siempre las soberbias que tienen, contra los que honran el nombre
de Jesus.

Demas desto en lo que yo he entendido despues que en la tierra entré,
y los indios se me alzaron, para llevar adelante la intencion que tengo de
perpetuarla a V. M., es en haber sido gobernador en su real nombre pa-
ra gobernar sus vasallos, y a ella con autoridad, y capitan para los ani-
mar en la guerra, y ser el primero a los peligros, porque así convenia;
padre para los favorecer con lo que pude, y dolerme de sus trabajos ayu-
dándoselos a pasar como de hijos, y amigo en conversar con ellos; jeo-
métrico en trazar y poblar; alarife en hacer acequias y repartir aguas ;
labrador y gañan en las sementeras; mayoral y rabadan en hacer criar
ganados; y en fin poblador, criador, sustentador, conquistador y descu-
bridor. Y por todo esto si merezco tener de V. M. el autoridad que en
su real nombre me ha dado su Cabildo y vasallos, y confirmármela de
nuevo para con ella hacerle mui mayores servicios, a su cesárea volun-
tad lo remito.

Y por lo que yo me persuado merecerla mejor, es por haberme con
el ayuda primeramente de Dios, sabido valer con doscientos españoles,
tan lejos de poblaciones de cristianos, habiendo sucedido en las del Perú
lo pasado, siendo tan abundantes de todo lo que descan los soldados po-
seer, teniéndolos aquí sujetos, trabajados, muertos de hambre y frio, con
las armas a cuestas, arando y sembrando por sus propias manos para la
sustentacion suya y de sus hijos: y con todo esto no me aborrecen, pero
me aman, porque comienzan a ver ha sido todo menester para poder vi-
vir y alcanzar de V. M. aquello que venimos a buscar.

Y con esto rabian por ir a entrar a su tierra adelante, para que pue-
da en su real nombre remunerarles sus servicios. Y por mirar yo lo que
al de V. M. conviene, me voi poco a poco; que aunque he tenido poca
jente si toviera la intencion que otros gobernadores, que es no parar
hasta topar oro para engordar, yo pudiera con ella haber ido a lo buscar
y me bastaba. Pero por convenir al servicio de V. M. y perpetuacion de
la tierra, voi con el pié de plomo poblándola y sustentándola. Y si Dios
es servido que yo haga este servicio a V. M. no será tarde; y donde no,
el que viniere despues de mí a lo ménos halle en buena órden la tierra,
porque mi interes no es comprar un palmo della en España, aunque to-

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