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abismo de dudas, acababa el polaco su relacion ó á lo menos lo que yo oi de ella, pues no sé si la suspendió antes de oirse junto à la puerta de la iglesia el ruido que antes te dije y que no bastó á sacarme de mi muda enagenacion delante de aquella lápida........Lo que pasaba entonces en mí, solo Dios lo sabe... ¿Estaba allí en efecto enterrada nuestra infeliz madre? ¿Era aquello una impostura, un horrible sacrilegio? En una palabra, Calista, me has engañado queriendo hacerme creer que vive nuestra madre, ó eres tú tambien la engañada y el impostor es solo el hombre á quien no me atrevo á nombrar?.. Por Dios te lo ruego, hermana mia, sacame de esta angustia cruel,-si puedes, porque aunque tan reservada conmigo, aunque tantas cosas te complaces en dejar para mí envueltas en una casi oscuridad, no puedo creer que en esa me hayas engañado. No, no es posible: sería una crueldad indigna de tí, indigna sobre todo del tierno cariño que te profeso. Tampoco puedo persuadirme de que este raro descubrimiento sea una alucinacion mia, una coincidencia casual. ¿Qué te parece? ¿Por qué, por qué, Dios mio, no puedes responderme ahora mismo? Esperar quince dias, tal vez más para recibir la respuesta, es un suplicio insoportable. Pero es preciso: contéstame pronto, pronto.... El epitafio dice asi:

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AQUÍ YACE

DONA CALISTA DE LOARRE Y BORDAFRIA.

1817.

R. I. P.

AMEN.

Considera la fecha, considera los nombres, y dime la verdad.

En vano me empeñaría en proseguir ahora la relacion que tenia empezada. El cansancio me rinde; el ruido de la calle me anuncia que ya es muy de dia. Aunque dudo poder conciliar el sueño, en la agitacion en que se encuentra mi pobre cabeza, voy á acostarme, siquiera para tomar fuerzas con que proseguir mañana lo mucho que aun me falta contarte.-Adios, querida mia: hasta mañana, tuyo de corazon

LAUREANO.

(La continuacion en el próximo número.)

EUGENIO DE OCHOA.

DOLORA.

EL BESO.

Me han contado que al morir
un hombre de corazon,
sintió, ó presumió sentir,
en Cádiz repercutir

un beso dado en Canton.
¿Que es imposible, Asuncion?...
Veinte años hace que dí

el primer beso ¡ay de mí!
de mi primera pasion....
y todavía, Asuncion,
aquel frio que sentí
hace arder mi corazon!

Desde la ciega atraccion,
beso que da el pedernal,
subiendo hasta la oracion
último beso mental,

es el beso la espansion
de esa chispa celestial
que inflamó la creacion;
y que en su curso inmortal,
va de crisol en crisol
su intensa llama á verter

en la atmósfera del sér

que de un beso encendió el sol.

De la cuna al ataud

va siendo el beso á su vez,
amor en la juventud,
esperanza en la niñez,
en el adulto virtud,

y recuerdo en la vejez.

¿Vas comprendiendo, Asuncion, que es el beso la espresion de un idioma universal, que en inextinto raudal, de una en otra encarnacion, y desde una en otra edad, en la megilla es bondad, en los ojos ilusion, en la frente majestad, y entre los labios pasion?

¿Nunca se despierta en tí
un recuerdo como en mí
de un amante que se fué?....
Si me contestas que si,
eso es un beso, Asuncion,
que en alas de no sé qué
trae la imaginacion.

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Prueba en mí por compasion esa clara iniciacion de un oscuro porvenir;

y entonces, bella Asuncion, comprenderás si al morir un hombre de corazon, habrá podido sentir en Cádiz repercutir

un beso dado en Canton.

R. DE CAMPOAMOR.

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