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PARTE III.-CAPITULO I.

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definitivamente constituida. Se calcula que su poblacion no pasaba de 900,000 habitantes.

Caracas, capital de la capitanía jeneral, habia sido el: asiento de un obispado. Fundado éste en la ciudad de Coro en 1532, fué trasladado a Caracas en 1636, dependiendo siempre del arzobispo de Santo-Domingo; pero habiendo pasado esta parte de aquella isla al poder de la Francia, i habiendo adquirido grande importancia la capital de Venezuela, el rei elevó su iglesia al rango de arzobispado (1803). El obispado de Guayana, establecido en 1790, fué declarado sufragáneo. Las rentas de aquel variaban entre cuarenta i sesenta mil pesos por año.

Si los progresos industriales de Venezuela fueron rápidos, merced al crecido valor de sus productos, las guerras que la España tuvo que sostener a fines del siglo pasado i a principios del presente, opusieron graves embarazos al desarrollo de su comercio. El monopolio que, fuera de mui determinadas circunstancias, se habia reservado la metrópoli, impedia la estraccion de sus producciones i prohibia la introduccion de las mercaderías estranjeras. Esta situacion violenta fomentó el descontento i alentó algunos proyectos de revolucion, de que hablaremos en otra parte.

La capitanía jeneral de Venezuela poseyó tambien una universidad, instalada en Caracas en 1725. En ella i en los colejios de su dependencia se educaron algunos jóvenes ardorosos e intelijentes que, como veremos en otra parte, comenzaron en breve a hablar de libertad i prepararon la independencia de su patria (12). Caracas tuvo tambien una imprenta casi al terminarse la dominacion colonial.

VIREINATO DEL PERU.-El vireinato del Perú comprendió bajo su gobierno i durante cerca de dos siglos, todas las posesiones españolas de la América del sur. Como no era posible que un solo hombre pudiera rejir con acierto tan dilatado territorio i tan remotas colonias, los reyes de España separaron diversas secciones que se constituyeron en gobiernos independientes del virei del Perú.

(12) La historia colonial de Venezuela es mui poco conocida. Baralt i Diaz, en su Historia antigua de Venezuela, se han limitado a referir la conquista, i a hacer una prolija esposicion del réjimen colonial. El lector puede encontrar todo jénero de datos a este respecto, a mas de los que contiene dicho libro, en las obras citadas de los viajeros Humboldt i Depons.

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La organizacion del vireinato data, como ya hemos dicho, de 1542. Desde sus primeros años de existencia fué el teatro de constantes revueltas i guerras civiles entre los mismos conquistadores, aun despues de la ejecucion de Gonzalo Pizarro, que hemos referido en otra parte. Esas constantes revueltas, que tienen cierto interes dramático i que sirven para conocer el carácter de los conquistadores, no tienen grande importancia histórica. Los delegados del rei triunfaron al fin de los rebeldes; i en todas partes se reconoció su autoridad.

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Los indios peruanos, aun despues de considerarse terminada la conquista, mantuvieron una apariencia de corte imperial asilada en las montañas inmediatas al Cuzco. Los trabajos para atraerlos a la obediencia por medio de los misioneros no dieron buenos resultados. En 1579, el virei don Francisco de Toledo, que gobernaba entónces en el Perú, visitaba las provincias del sur, i resolvió desembarazarse de ese foco que podia ser orijen de sérios peligros. TupacAmaru, este era el nombre del indio descendiente de la familia real a quien sus compatriotas denominaban con el nombre de inca, estaba asilado en la tierra de Vilcabamba. Desde ahí salian los indios a hacer sus correrias; i el virei, recelando que su residencia fuera el centro de una insurreccion formidable, quiso reducir a Tupac-Amaru por las vías de las negociaciones, pero sin resultado alguno. Hizo entónces los aprestos militares, formó un cuerpo de 200 soldados españoles i de muchos indios ausiliares, i lo puso bajo las órdenes de don Martin García Oñez de Loyola, que fué mas tarde gobernador de Chile, i que pereció a manos de los indios de Arauco. Los espedicionarios encontraron cortados los caminos i los puentes; pero vencidas estas difi-" cultades, lograron sorprender la corte de Vilcabamba. Muchos de los asilados en aquel lugar se internaron en los bosques donde hallaron su salvacion, pero Tupac-Amaru, prefiriendo vivir bajo una dependencia sosegada i cómoda à llevar una vida llena de azares bajo un aparente gobierno, se entregó a sus perseguidores. El prisionero fue llevado al Cuzco i condenado al último suplicio por el falso delito de haberse rebelado contra el rei. Inútiles fueron las solicitudes de Tupac-Amaru i las instancias de las personas mas caracterizadas que rodeaban al virei, para obtener el perdon del infeliz indio. Toledo cerró las puertas de su casa para no oir los repetidos ruegos que se le dirijian, i mandó llevar a cabo la ejecucion de Tupac-Amaru. Tan injus

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tificable crueldad, seguida de otros actos de rigor, puso término a las pretensiones de la familia real del Perú. Las momias de los incas fueron desenterradas del Cuzco i llevadas a Lima para alejar todo objeto que pudiera recordar la antigua grandeza del imperio (13). Dos siglos mas tarde, como verémos en otra parte, otro indio, que se creia descendiente de la familia real, i que tambien tomó el nombre de Tupac-Amaru, llevó a cabo una notable rebelion para reconquistar el trono de sus mayores.

Despues de la creacion de los vireinatos de Nueva Granada i de Buenos-Aires i de la capitanía jeneral de Chile i de Venezuela, el vireinato del Perú quedó reducido a los límites que poseia a la época de la revolucion de la independencia; i aun así formaba la mas rica posesion de la América del sur. Las minas de oro i plata que se beneficiaban en su territorio, el estenso comercio de que era centro la ciudad de Lima i las producciones de su agricultura, azúcar, tabaco, etc., lo habian elevado a un grado de riqueza a que no alcanzaron otras colonias. Su poblacion, con todo, no pasaba de dos millones de habitantes; pero sus rentas fiscales, a pesar de los errores económicos de la metrópoli, alcanzaban a cerca de seis millones de pesos, con los cuales cubria los gastos de su administracion, ausiliaba algunas veces para los suyos al vireinato de Nueva Granada i a la capitanía jeneral de Chile, i remitia a España cerca de un millon de pesos. Lima tenia una casa de moneda que acuñaba anualmente cerca de seis millones de pesos.

No se crea por esto que la administracion del Perú, bajo el réjimen colonial, estaba cimentada bajo un pié de órden i economía. Lima, la capital del vireinato, era, como Méjico, una pequeña corte colocada al rededor del virei en que dominaba una profunda inmoralidad administrativa i que era el campo de negocios clandestinos i de vergonzosos cohechos. El fausto i la ostentacion ocultaban apénas una parte de aquella desmoralizacion, como tendremos ocasion de manifestarlo mas adelante.

Lima era tambien el asiento de un arzobispado (erijido en obispado en 1541 i en arzobispado en 1545), cuyas rentas pasaban de 36,000 pesos. De esta iglesia metropolitana dependian nueve obispados; el del Cuzco, erijido en 1537, el de Arequipa (1679), el de Trujillo (1609), el de Gua

(13) Lorente, Historia del Perú bajo la dinastía austriaca, lib IV, cap. IV.

manga (1609),i el de Mainas (1802). Dependian igualmente de ese arzobispado los obispados de Quito (1545) i de Cuenca (1785) en la presidencia de Quito, el de Panamá (1521)en el vireinato de Nueva Granada, i los de Santiago (1562) i Concepcion (1567), en la capitania jeneral de Chile. En toda la estension del vireinato habia 115 conventos, i se calcula en mas de 4,000 el número de los eclesiásticos de ámbos cleros. El número de monjas era algo menor. Para su sosten, esos conventos i monasterios contaban con rentas mui considerables nacidas no solo de los frutos de propiedades territoriales, sino del producto de capellanías, como ya hemos esplicado al tratar de Méjico. En la sola ciudad de Lima habia impuestas 760 capellanías a fines del siglo pasado.

Las costas del vireinato del Perú se vieron muchas veces atacadas por los corsarios ingleses u holandeses que saquearon i destruyeron algunos pueblos. La corte se vió en la necesidad de construir costosas fortificaciones en el Callao. Al principio no hubo mas ejército permanente que la guardia del virei, pero en el siglo pasado se formaron varios cuerpos de tropas cuyo número alcanzaba a cerca de 3,000 hombres, i se organizaron las milicias bajo un pié regular para hacerlas servir en caso necesario.

La dilatada estension de territorio de este vireinato hacia que fuera mui lenta i costosa la administracion de justicia, mientras no hubo mas tribunal que el de la audiencia de Lima. Cárlos III, en su empeño para mejorar el gobierno de sus colonias de América, decretó en 1787 la creacion de otra audiencia en la ciudad del Cuzco, cuya jurisdiccion se estendia a las provincias del sur del vireinato.

Lima estuvo dotada de una universidad (1551). Cárlos II elevó a este mismo rango en 1692 un colejio que existia en el Cuzco desde un siglo ántes. De ámbos establecimientos dependian los diversos colejios establecidos en el vireinato, i merced a ellos la capital llegó a ser el centro de cierto movimiento literario que no produjo, es verdad, obras de un mérito notable. Los elojios de los vireyes, las poesías compuestas al arribo de estos funcionarios, a la muerte de alguno de los príncipes de la familia real, o con motivo de las corridas de toros, i los sermones relijiosos formaban el objeto principal de aquella literatura. Sin embargo, el Perú produjo al erudito jurisconsulto Leon Pinelo, al fecundo literato, poeta e historiador Peralta, al jeógrafo Bueno i al médico Unánue. La ciudad de Lima tuvo impren

tas desde fines del siglo XVI: en ellas se dieron a luz muchos libros, principalmente místicos; pero desde la primera mitad del siglo pasado comenzó a publicarse una gaceta destinada esclusivamente a reproducir las noticias de Europa i comunicar las promociones de empleados que hacia el rei de España. Mas adelante, se dió a luz el Mercurio Peruano, vasta recopilacion de tratados importantes sobre jeografía del Perú, ciencias e industria (14).

VIREINATO DE BUENOS-AIRES.-Las provincias arjentinas formaron parte durante mas de dos siglos del vireinato del Perú. Las colonias fundadas en el litoral de los rios van a desembarcar al caudaloso Plata se estendieron lentamente hácia el interior i llegaron a comunicarse con las provincias meridionales del Perú. Por mucho tiempo, sin embargo, sus progresos fueron mui débiles: su comercio estaba espuesto a las asechanzas de los corsarios ingleses u holandeses, i su territorio fué mas de una vez invadido por los portugueses que ocupaban el Brasil i que querian estender su dominacion hasta la desembocadura del rio de la Plata. El gobierno de Buenos-Aires tuvo que sostener una guerra prolongada, aunque interrumpida por largos intervalos, seguida de tratados, que rara vez se cumplieron, para mantener la integridad territorial. En 1726, el gobernador don Bruno Mauricio de Zavala fundó la ciudad de Montevideo, en la orilla norte del rio de la Plata, para sostener los derechos de España al señorío del territorio del Uruguay. La cuestion de límites siguió debatiéndose: muchos años mas, ya por memoriales presentados por los ajentes de ámbos gobiernos, ya por medio de las armas.

Mientras tanto la industria habia seguido desarrollándose en las provincias del interior; i tanto éstas como las que formaban el territorio comprendido con el nombre de Alto-Perú (hoi Bolivia), habian buscado el rio de la Plata como el mejor centro para la esportacion de sus productos. Las provincias arjentinas abundaban en ganadería i hacian un valioso comercio de cueros i carnes saladas; el Alto-Perú,

(14) La historia colonial del Perú es mui poco conocida. La exelente obra que publica don Sebastian Lorente no alcanza mas que hasta el fin del siglo XVI. Para conocer su administracion, pueden consultarse, entre otras obras, los Guías del vir einato del Perú que publicaba cada año, desde fines del siglo pasado, don José Hipólito Unánue, i las Descripciones geográficos de cada obispado que daba a luz don Cosme Bueno en unos almanaques publicados en Lima, tambien en el siglo pasado.

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