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medidas mas o ménos enérjicas. El presidente Saavedra, pretestando una visita a las provincias, se retiró a Córdova a fines de agosto, dejando tras de sí la tormenta que habia de modificar la forma de gobierno. Las conmociones populares se hicieron sentir en breve: el cabildo mismo tomó parte en ellas; i la junta, cediendo a las exijencias de la opinion, formó un poder ejecutivo compuesto de tres miembros, en atencion, decia a las trabas que ofrecia la multitud de vocales i de opiniones en el gobierno anterior (23 de setiembre de 1811). Los doctores don Feliciano Chiclana, don Juan José Passo i don Manuel de Sarratea formaron el primer triunvirato.

Asumia éste el poder en circunstancias mui difíciles para la revolucion arjentina. A la discordia incesante de los par tidos en el interior, se agregaban los peligros es eriores. Bue nos Aires permanecia bloqueado por la escuadra española: el ejército de la Banda Oriental no podia penetrar en Monte. video: una division, portuguesa mandada por el jeneral Diego de Souza avanzaba por el lado del Brasil con el pretesto de pacificar el territorio uruguayo, pero con el designio verdadero de conquistarlo militarmente; por último, el Paraguay parecia dispuesto a separarse de Buenos-Aires, constituyendo un gobierno independiente. Imposibilitado para desarmar por la fuerza todos estos peligros, el triunvirato apeló a las negociaciones.

En efecto, lord Strangford, embajador de la Gran Bretaña en Rio Janeiro, desconoció a nombre de su gobierno el bloqueo de Buenos-Aires. Elío, alarmado sériamente con la invasion portuguesa en la Banda Oriental, i conociendo que el jeneral Souza abrigaba pensamientos de conquista, i apesar del altanero desprecio con que miraba a los insurjentes, abrió negociaciones con el triunvirato, i alcanzó al fin a celebrar un tratado de paz (20 de octubre). Buenos Aires se comprometia a evacuar el territorio del Uruguay, que quedaria ocupado por las tropas españolas: Elio debia levantar el bloqueo de la capital dejando libre la navegacion de los rios que van a desaguar al caudaloso Piata. Poco tiempo despues, Elío se embarcó para España dejando el mando de la plaza al brigadier don Gaspar de Vigodet.

Por ese convenio, los revolucionarios arjentinos renunciaban a toda dominacion en la Banda Oriental, si bien parecian abrigar el pensamiento de reconquistarla mas tarde, cuando su situacion interior fuera ménos angustiada. Las negociaciones entabladas con el Paraguay no dieron mejor resultado, Los ajentes de Buenos Aires, como veremos en otra parte,

tuvieron que aceptar la convencion de 12 de octubre, por la cual aquella provincia quedó segregada de la revolucion arjentina, i formando un gobierno aparte.

Libre de embarazos esteriores, el triunvirato contrajo su atencion a otros negocios. Los miembros electos del congreso, que formaron parte de la junta de gobierno, habian que dado en Buenos Aires constituidos en cuerpo lejislativo i constituyente con la denominacion de junta conservadora. En su seno se formó un reglamento o constitucion política destinado a deslindar los poderes públicos; pero el triunvirato, de acuerdo con el pueblo i con el cabildo, le negó su aprobacion; i de propia autoridad, dictó un estatuto provisional de gobierno (22 de noviembre). Bajo este nombre se comprendia una constitucion provisória del estado. Segun ella, el triunvirato debia rénovar uno de sus miembros cada seis meses, mediante la eleccion de una asamblea consultiva que debia subsistir hasta la convocacion de un congreso jeneral. La libertad de imprenta i las garantías individuales quedaron afianzadas por aquel código político. Habiendo estallado pocos días despues un motin militar, instigado por los representantes de las provincias (6 de diciembre), el triunvirato lo sofocó con gran resolucion, i en seguida castigó enérjicamente a sus autores. * El triunvirato desplegó bastante tino en la direccion de los negocios públicos. Hubo un momento en que estuvieron rotas las hostilidades con los españoles de la Banda Oriental;pero el embajador de la Gran Bretaña en el Brasil alcanzó el aplazamiento de una guerra que perjudicaba en gran manera los intereses mercantiles de sus nacionales. Fué entón. ces posible prestar mayor atencion a los asuntos administrativos; i el triunvirato, en efecto, no olvidó las reformas que reclamaba el espíritu liberal e ilustrado de la revolucion americana. El 25 de mayo de 1812, con motivo de la celebracion del segundo aniversario de la instalacion del gobierno nacional, fué decretada en Buenos-Aires la prohibicion del tráfico de esclavos, que hasta esa época se habia hecho allí en grande escala para proveer a las otras colonias españolas.

Hasta entonces la ciudad de Buenos-Aires vivia en la confianza de que los enemigos de la revolucion estaban léjos de su seno. En los primeros dias del mes de julio el triunvirato descubrió que esa confianza era infundada. Denuncióseles una vasta conspiración trainada por don Martin de Alzaga, el célebre alcalde de 1807, con el apoyo de muchos españoles. Los conjurados debian sorprender la guarnicion de los cuarteles durante una noche, apoderarse del gobierno i cas

tigar con mano de hierro a los autores de la revolucion. Los triunviros se alarmaron ante el peligro que corria el órden público; e inmediatamente organizaron una comision encar gada de instruir el proceso contra los conspiradores. Alzaga i treinta i siete personas mas, en su mayor parte comerciantes españoles de alguna representacion, fueron fusilados en Bue nos-Aires, para escarmiento de los que en adelante pensaran en restablecer el viejo réjimen.

TRIUNFOS DE Belgrano EN EL ALTO PERÚ; CAMPAÑA DE SARRATEA EN LA BANDA ORIENTAL.- Un peligro de otra especie amenazaba entonces la revolucion arjentina. Despues de la derrota de Huaqui, el ejército arjentino del Alto-Perú se habia visto precisado a retirarse al sur, sufriendo pérdidas considerables, hasta situarse cerca de la ciudad de Tucuman. Goyeneche se lisonjeaba con la esperanza de dominar la revolucion en aquellas provincias i de reunirse en seguida con los realistas de Montevideo para obrar contra Buenos Aires. El levantamiento de los habitantes del Alto-Perú i particularmente de la heroica ciudad de Cochabamba, que mantuvo ajitadas aquellas provincias apesar de las fuerzas con que contaban los españoles i de las crueldades que ejercian, impidió por entonces que Goyeneche llevara a cabo su proyecto de pacificacion del vireinato de la Plata.

El gobierno comprendió el peligro que lo amenazaba. El jeneral don Manuel Belgrano, nombrado jeneral en jefe de los últimos restos del ejército batido en Huaqui, se reunió a éste el 26 de marzo de 1812, en los momentos en que Goyeneche, creyendo pacificado el Alto-Perú, se preparaba para einprender su marcha contra los revolucionarios arjentinos. La situacion de los patriotas era sumamente angustiada: sus fuerzas alcanzabán a 1,500 hombres, pésimamente armados, i lo que aun era peor, desprovistos de la disciplina indispensable para abrir la campaña contra un enemigo vencedor. Belgrano no era un jeneral, en la verdadera acepcion de esta palabra; pero poseia una laboriosidad incansable, i un patriotismo tan ardiente como desinteresado. Trabajó con un tezon heroico en la organizacion de su ejército, venciendo dificultades que parecian insubsanables, avanzó hasta Jujui (19 de mayo) con el propósito de abrir la campaña contra los españoles prestando ausilios a los rebeldes del Alto Perú. Desgraciadamente, no alcanzó a poner en ejecuciou este plan de campaña. Goyeneche habia ocupado militarmente a Cochabamba ejerciendo en ella las mas atroces venganzas a firí de aterrorizar a los insurrectos, i desde allí despachó diversos

destacamentos para consumar la pacificacion de aquellas pro vincias. Entónces confió al jeneral don Pio Tristan, natural tambien de Arequipa i primo de Goyeneche, un cuerpo de mas de 3,000 hombres con órden de batir al ejército arjen. tino i de avanzar al sur hasta ponerse en comunicacion con los realistas de Montevideo.

La situacion de Belgrano se hizo entónces sumamenre crítica. Como sus tropas no se hallaban en estado de empeñar batalla con el ejército de Tristan, se vió precisado a replegar. se rápidamente hácia Tucuman. El 2 de setiembre la vanguardia realista alcanzó al ejército de Belgrano, i trabó un combate en que fué batida. La retirada, sin embargo, continuó en el mismo órden hasta la ciudad de Tucuman que ocuparon las tropas arjentinas a mediados de setiembre. Tristan que las seguia de cerca, dió un rodeo en la madrugada del dia 24 para colocarse al sur de aquella ciudad i cortar así la retirada al jeneral Belgrano. La batalla se trabó en la mis ma mañana: todas las ventajas, el número, las armas, la disciplina estaban por los realistas; pero los arjentinos se ba tieron con heroica resolucion. Despues de un penoso comba te en que Belgrano probó tanto tino como sangre fria, Tristan emprendió su retirada hácia el norte dejando en el campo de batalla 450 muertos, 60 oficiales i mas de 600 soldados prisioneros, siete cañones, cinco banderas i un número considerable de fusiles (24 de setiembre de 1812). La batalla del Tucuman, en que el jefe realista creia obtener a mui poca costa una espléndida victoria sobre los estropeados restos del ejército de Belgrano, fué la victoria mas importante que hasta entonces hubiera alcanzado la revolucion arjentina. Uua columna patriota, capitaneada por el comandante don Eustoquio Diaz Velez persiguió a los fujitivos por el camino del norte hasta la ciudad de Salta.

A las ventajas alcanzadas por Belgrano en el Alto-Perú, se unieron en breve otras no menos importantes para la causa de la revolucion arjentina. El gobierno de Buenos-Aires habia colocado un cuerpo de tropas a orillas del rio Uruguay, bajo las órdenes del presidente del triunvirato don Manuel Sarratea, con órden de invadir la Banda Oriental i llegar hasta Montevideo para disolver el centro de constantes conspiraciones contra el nuevo órden de cosas. Sarratea pasó resuel tamente el rio Uruguay a principios de octubre (1812) i abrió la campaña contra las tropas españolas. El coronel arjentino don José Rondeau, que maudaba la vanguardia de su ejército, se adelantó hasta el Cerrito, pequeña altura, situada a

una legua de Montevideo (20 de octubre). Los patriotas sos. tuvieron entonces constantes escaramusas contra los defensores de la plaza; pero el 31 de diciembre, las fuerzas españolas, mandadas personalmente por el brigadier Vigodet, empeñaron un resuelto ataque contra la division de Rondeau. El combate se sostuvo con grande ardor, i hubo un momento en que los realistas pudieron cantar victoria; pero los soldados arjentinos, rehechos de su primer contraste i municionados de nuevo, cargaron por el flanco del enemigo i lo pusieron en completa derrota, tomándole algunos prisioneros i causándole muchos muertos. Desde entónces, la preponderancia de las armas revolucionarias en la Banda Oriental quedó perfectamente asentada. Los españoles no fueron dueños mas que del recinto de Montevideo i de las naves que tenian fondeadas en el rio.

Imposibilitado Vigodet para emprender operaciones milita res por el lado de tierra, dispuso que su escuadra penetrarà en el rio Paraná para efectuar algunos desembarcos i asolar las poblaciones riberanas. Vigodet creia fundadamente que este jénero de operaciones habia de distraer i confundir a sus enemigos. El 3 de febrero de 1813, 250 marinos con dos piezas de artillería desembarcaron en frente del convento de San Lorenzo, en la provincia de Santa-Fé, a seis leguas al norte del Rosario. Allí los esperaba el comandante don José de San-Martin, situado en emboscada con un rejimiento de caballería. Los españoles sufrieron ese dia un gran descalabro: los soldados de San-Martin les mataron 50 hombres, les quitaron 14 prisioneros i dos cañones, i los obligaron a reembarcarse en completa dispersion. Desde entónces Vigodet no volvió a pensar en empresas de esta especie.

VICTORIA DE SALTA; DERROTAS DE BELGRANO EN EL ALTO-PERÚ.-En medio de las operaciones militares, las discordias civiles no habian cesado de manifestarse en BuenosAires. El elemento provincial, tantas veces vencido, parecia renacer de nuevo en el seno mismo del triunvirato. Los miembros de éste, como ya hemos dicho, se renovaban por turno cada tres meses, mediante la eleccion de la asamblea. De esta manera, el partido provincial fué ganando influjo en el gobierno mismo, i despertó al fin una violenta oposición de parte de los radicales. Instigados éstos por el doctor don Bernardo Monteagudo, tribuno tan audaz como caviloso, ejecutaron el 8 de octubre un movimiento revolucionario, con el apoyo de la tropa que guarnecia a Buenos-Aires, i formaron otro triunvirato compuesto de hombres conocidamente adictos

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