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desde entónces a la defensiva. dentro de los límites de su vireinato, i que aceptar en el hecho la existencia de dos estados independientes que no podia destruir.

Los PATRIOTAS RECUPERAN A CONCEPCION; CAPTURA DE LA MARIA ISABEL.-La guerra, sin embargo, se proJongó en Chile algun tiempo mas, pero bajo condiciones mui favorables para los independientes. Los fujitivos de Maipo, reforzados por las milicias de las provincias del sur, quedaron dominando en Concepcion, Chillan i los pueblos inmediatos. Habian sido tantos i tan costosos los sacrificios hechos por los patriotas ántes de la batalla, que despues de su gran triunfo no pudieron emprender una campaña séria contra los últimos restos de los vencidos. Despues de algunas escaramusas de guerrillas que obligaban a los realistas a seguir replegándose hácia el sur, las partidas patriotas se reconocieron impotentes para recuperar a Chiİlan (julio de 1818).

Ossorio, con todo, temia con fundamento que los patriotas dirijiesen todas sus tropas a las provincias del sur. El virei del Perú al saber que sus tropas habian sido batidas en Maipo, se habia apresurado a remitir a Talcahuano un continjente de armas para mantener la guerra en aquella parte del territorio chileno; pero al mismo tiempo manifes taba a Ossorio sus temores de que los independientes emprendieran una campaña naval en las costas del Perú, i le recomendaba con este motivo que se volviera a Lima con las tropas de su mando, dejando solo en Chile algunas guerrillas que sostuviesen en el sur la campaña de montoneros. Ossorio, que conocia perfectamente los peligros de su situacion, despues de consultar la opinion de los jefes de su ejército, apartó de él 750 hombres que formaban los únicos restos de las tropas que habia traido del Perú, i con ellos se embarcó en Talcahuano. El resto de sus fuerzas, compuesto de 1,500 hombres de las cuerpos chilenos i de las milicias de la frontera, quedó en las provincias del sur bajo el mando del coronel español don Juan Francisco Sánchez, el porfiado defensor de Chillan en 1813.

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En esa época estaba próximo a llegar a Chile un tinjente de tropas españolas. Al saberse en Madrid la recuperacion de este pais por los vencedores de Chacabuco, i la resistencia que Ordóñez oponia a los patriotas en Talca. huano, Fernando VII reunió con grandes dificultades un cuerpo de 2,080 hombres que salió de Cádiz el 21 de marzo de 1818 en nueve trasportes convoyados por la

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magnífica fragata de guerra Maria Isabel. Los ajentés de Chile en Buenos Aires recibieron por un buque ingles oportuno aviso de la salida de esta espedicion; i poco despues tuvieron noticia completa de sus fuerzas i de sus planes. La tropa que montaba uno de los trasportes españoles se sublevó en alta mar i entregó el buque a las autoridades de Buenos Aires con todos sus papeles. El rei habia cometido el grave erior de embarcar en esta espedicion a los oficiales i soldados que se manifestaban en España descontentos con su gobierno.

Cuando se supo en Chile la salida de la espedicion de Cádiz, el director O'Higgins dió nuevo impulso a los aprestos navales en que estaba empeñado desde tiempo atras. Despues de la batalla de Chacabuco habia enviado ajentes a Inglaterra i a los Estados Unidos, a comprar buques i contratar oficiales entre los marinos que habian quedado sin ocupacion despues del desarme de las escuadras de aquellos paises en 1815. Esos ajentes habian enviado a Chile algunas naves que fueron compradas por el gobierno independiente, como base de su futura escuadra. A fines de setiembre (1818), O'Higgins tenia regularmente equipados cinco buques, un navio, una fragata, una corbeta i dos bergantines, cuyo mando confió al coronel de artilleria don Manuel Blanco Eucala da, que en su juventud habia servido en la escuadra espa. ñola. La oficialidad i las tripulaciones de esos buques eran compuestas de chilenos que casi no poseian ninguna disciplina aval, i de aventureros ingleses o americanos que no com prendian el español. O'Higgins, sin embargo, tuvo fé en aquella escuadrilla, fruto de tantos afanes i trabajos, i no vaciló en despacharla contra el enemigo (10 de octubre de 1818). Al acercarse a Talcahuano, el comandante Blanco supo que algunos de los trasportes españoles habian desembarcado su jente en ese puerto i habian vuelto a hacerse a la vela para el Perú; pero se le informó tambien que la fragata Maria Isabel quedaba fondeada bajo el fuego de las fortalezas de la costa. A pesar de esto, dos buques chilenos entraron al puerto i rompieron el fuego sobre la fragata enemiga. Los españoles que la tripulaban, considerándose perdidos, levaron el ancla i bararon la fragata en la playa de Talcahuano. Los marinos chilenos tomaron eniónces posesion de la Maria Isabel apesar del fuego que contra ellos se hacia desde tierra (28 de octubre de 1818). El siguiente dia, protejidos por un viento favorable, las dos naves chilenas arrancaron la fragata de su baradero i la sa

caron del puerto con toria felicidad. La escuadrilla chilena fué entónces a colocarse en los alrededores de la isla de Santa Maria, i allí apresó cinco trasportes españoles que conducian cerca de 700 soldados. Las fuerzas espedicionarias en que Fernando VII habia fundado tan lisonjeras esperanzas a su salida de Cádiz, despues de haber sufrido grandes pérdidas por las enfermedades que las asaltaron en una navegacion de seis meses, cayeron en su mayor parte en poder de los marinos chilenos. Solo lograron desembarcar en Talcahuano cerca de 600 hombres, que fueron a reforzar el ejército que mandaba Sánchez.

Fácil es inferir cuán grande seria el regocijo de los patriotas al ver llegar a Valparaiso la escuadrilla vencedora trayendo consigo una hermosa fragata española de 50 cañones, i cinco buenos trasportes. O'Higgins, sin embargo, no se dejó dormir sobre los laureles cegados por sus naves. Ein esos momentos preparaba una espedicion formal contra los realistas que dominaban aun en las provincias del sur, i la puso bajo el mando del brigadier arjentino don Antonio González Balcarce. El coronel don Ramon Freire, a la cabeza de la vanguardia de la division patriota ocupó a Concepcion sin dificultad. El coronel Sánchez, creyéndose impotente para resistir a los independientes, habia abandonado esa ciudad con todas sus tropas, arrastrando consigo todos sus pobladores, i se habia establecido en los Anjeles, punto central del territorio, desde donde quedaba en inmediata comunicacion con los indios araucanos, cuya alianza iba a solicitar.

El brigadier Balcarce hizo contra los realistas una campaña que duró solo los últimos quince dias del mes de ene, ro (1819). Lás tropas de Sánchez opusieron alguna resis tencia a los patriotas; pero en todas partes fueron batidas i obligadas a replegarse al territorio araucano. Sánchez, al fin, abrumado por tanto desastre, i notando la desercion diaria de sus soldados, emprendió con los últimos restos de su ejército una penosa retirada hácia Valdivia al travez del territorio araucano. Desde Valdivia, Sánchez se em. barcó para el Perú, centro todavia de la resistencia española en esta parte de la América.

PRIMERAS CAMPAÑAS DE BENAVIDES (1).-La guerra

(1) Aunque la independencia de Chile quedó consumada en 1818, he creido conveniente estender algo mas este capítulo para dar noticia de algunos sucesos importantes i particularmente de la acupacion de Val

pareció terminada en todo el territorio chileno. El coronel Freire, nombrado intendente de Concepcion, restableció la tranquilidad en la frontera, nombrando autoridades patriotas para el gobierno de los diversos pueblos. Algunos emisarios despachados por él al territorio araucano, reunieron los dispersos del ejército de Sánchez i entraron en conferencias con los indios para restablecer la paz en aquellas rejiones.

Entre esos emisarios figuraba un oficial, chileno de nacimiento, pero que habia servido siempre con raro valor en el ejército realista. Llamábase Vicente Benavides, nombre repetido todavia con terror por las poblaciones del sur de la república. Benavides comenzó su carrera de simple soldado i servia a las órdenes del jeneral español Gainza cuando cayó prisionero de los patriotas en la batalla del Membrillar (21 de marzo de 1814). Pocos dias despues, se fugó del campamento de O'Higgins aprovechándose de la turbacion producida por el incendio de un repuesto de pólvora, i fué de nuevo a ofrecer sus servicios a los españoles. Benavides se distinguió en Rancagua i despues en la defensa de Talcahuano bajo las órdenes de Ordóñez alcanzando por sus servicios el grado de capitan. Este rango tenía cuan do cayó prisionero en la batalla de Maipo. Cuatro dias despues fué condenado a muerte por su fuga de 1814, i ejecutado durante la noche a estramuros de Santiago. Por una casualidad casi incomprensible, las balas de los soldados encargados de fusilarlo le rozaron lijeramente la piel; pero el astuto Benavides se finjió muerto, i en efecto, fué dejado como tal en el lugar de la ejecucion. Sus parientes, que habian obtenido del gobierno el permiso de sepultar su cadáver, lo recojieron en la misma noche i lo ocultaron cuidadosamente. Benavides permaneció oculto siete meses. En noviembre de 1818. se presentó una noche al jeneral San-Martin, le descubrió la manera como se habia escapado de la muerte i le pidió perdon por sus pasadas faltas ofreciéndose a servir lealmente en el ejército de la patria. SanMartin lo perdonó, i le encargó que acompañase al coronel Freire en su espedicion al sur para que, haciendo valer sus relaciones en el campamento realista, provocase la desercion de los soldados de Sánchez.

divia i Chiloé por las armas patriotas, acontecimientos que completaron nuestra revolucion constituyendo el territorio de la república chi

lena.

Talvez Benavides queria cumplir lealmente la palabra empeñada; pero así que se vió en el territorio araucano, recordó sus antiguos agravios. Se presentó al coronel Sánchez, que entonces se retiraba hácia Valdivia, i le pidió que le dejase algunos soldados para mantener la guerra en la frontera. Sobre la base de 70 hombres que le dejó Sánchez, Benavides reunió una pequeña division de dispersos i de indios araucanos, i dió principio a las hostilidades degollando desapiadadamente a algunos soldados chilenos que habia tomado como prisioneros, i haciendo sablear a oficial que Freire le habia mandado como parlamentario.

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La guerra renació de nuevo en la frontera. Benavides ⚫organizó guerrillas que hostilizaban a los patriotas siempre que podian hacerlo con ventaja; pero era bastante astuto para esquivar todo combate con tropas superiores a las suyas. Freire, sin embargo, lo sorprondió en Curalí · (1.o de inayo de 1819); i despues de un reñido combate, puso en completa derrota i dispersion el grueso de las fuerzas de Benavides. Desgraciadamente, éste logró escaparse con algu nos de los suyos, i fué de nuevo a organizar otro ejército al interior de la Araucania. Aquel año, con todo, no se renovaron las hostilidades: solamente algunas guerrillas de bandoleros, que obedecian a la voz de Bernavides, cometieron diversas depredaciones en los pueblos fronterizos del lado de la cordillera.

LORD COCHRANE; TOMA DE VALDIVIA.- En esa época, el gobierno chileno estaba preocupado con el gran pensamiento de llevar la guerra al Perú. O'Higgins comprendia que mientras los españoles dominasen en este pais, la independencia de Chile no estaria definitivamente asegurada, i queria hacer cesar ese peligro destruyendo para siempre la dominacion española en esta rejion de la América. Por otra parte, la industria chilena necesitaba premiosamente de un mercado en que vender sus producios; i se sabia que, mientras los españoles dominasen en el Perú, los puertos de este pais debian estar cerrados al comercio de Chile. Por este motivo, O'Higgins no habia cesado de trabajar en el incremento de la escuadra, arbitrando recursos casi de la nada.

A principios de, 1819, la escuadrilla chilena vencedora en Talcahuano se habia engrosado considerablemente con las presas quitadas al enemigo i con otros buques traidos del estranjero. Entónces tambien llegaban a Chile algunos marinos atraidos de Inglaterra por los ajentes de O'Higgins.

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