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que cierra por el norte el golfo de Maracaibo. Habiendo dispersado a los cuerpos patriotas que quisieron oponerse a su marcha, se apoderó de la importante plaza de Maracaibo, (7 de setiembre) que defiende la entrada del espacioso lago del mismo nombre. El sarjento mayor don Natividad Villamil que mandaba la guarnicion del castillo de San-Carlos, lo entregó sin combatir, poniendo de este modo a Moráles en posesion del lago, i por tanto en situacion de operar con ventaja sobre las provincias de Mérida en Venezuela i de Pamplona en Nueva Granada. A estas ventajas de los realistas se agregó otra no ménos importante. El jenerel patriota Montilla, que mandaba en Cartajena, envió una division de mas 1,000 hombres a reconquistar a Maracaibo; pero estas fuerzas fue, ron completamente derrotadas por Morales en la llanura de *Garabulla (12 de noviembre). Despues de este triunfo, la ciudad de Coro fué ocupada sin oposicion por el mismo Moráles (3 de diciembre), mientras al occidente de Maracaibo aparecian numerosas partidas de antiguos realistas que volvian a presentarse confiados en la proximidad de una reaccion completa en favor de la España. La ciudad de SantaMarta fué tomada por esos guerrilleros (3 de enero de 1823).

La guerra de Venezuela tomaba, pues, un jiro mui favorable para los realistas; pero la anarquía que reinaba en España i el desgobierno que se hacia sentir en las dos colonias españolas de las Antillas, en Cuba i en Puerto-Rico, fueron causa de que Moráles no recibiera los ausilios que necesitaba para adelantar la guerra que habia emprendido con tanta impetuosidad i con tan buena fortuna. Los republicanos, por su parte, activaron las operaciones con grande empeño, acercando con admirable rapidez tropas i armamentos a los puntos que ocupaban los españoles. Montilla recuperó a SantaMarta (22 de enero), i persiguió a los guerrilleros realistas que infestaban aquella provincia. Otro oficial venezolano enviado por el jeneral Soublette, ocupó a Coro.

Pero los principales esfuerzos de los patriotas para combatir la reaccion realista tuvieron por teatro el mar. El coronel 'don José Padilla, que habia reemplazado definitivamente a Brion en el mando de la escuadra colombiana, reunió sus fuerzas en las costas inmediatas a la desembocadura del Magdalena con la cooperacion del jeneral Montilla, que mandaba allí. Con fuerzas mui paco considerables, pero sí con una audacia estraordinaria, Padilla forzó la entrada del estrecho canal que comunica el lago de Maracaibo con el golfo del mismo nombre sufriendo los fuegos de las fortalezas de tierra

i perdiendo solo una de sus naves, que se baró en un banco-> de arena (8 de mayo). Poco tiempo despues, derrotó en ese mismo lago la escuadra española que mandaba el capitan de navío don Anjel Laborde (24 de julio). La ocupacion del lago hizo tambien a Padilla dueño de la ciudad de Maracaibo. Morátes, que se encontraba en ella, viéndose cortado por todas partes i suspendidas sus comunicaciones con Puerto-Cabello, que era el último baluarte de la resistencia española en Venezuela, aceptó la capitulacion que le ofrecia Padilla (3) de agosto), entregó la ciudad i se retiró a Cuba, convencido de que habia llegado la última hora de la dominacion española en el continente.

Los españoles dominaban todavía en Puerto-Cabello, cuya guarnicion obedecia al brigadier Calzada. El jeneral Páez mandaba las tropas colombianas encargadas del asedio. Las operaciones de los independientes contra una plaza perfectamente defendida fueron naturalmente largas i penosas. Por fin, en setiembre (1823) el sitio quedó perfectamente establecido. Sin embargo, se habria prolongado inucho tiempo mas si Páez no hubiera recibido aviso de que existia un camino practicable al travez de los dilatados pantanos que forman una fortificacion natural al oriente de la plaza, por donde no existian defensas artificiales. Páez dió el asalto de la plaza en la noche del 7 al 8 de noviembre con gran denuedo i venciendo dificultades que habrian parecido insuperables. Los soldados colombianos enteramente desnudos, emprendieron la marcha por entre los pantanos; i una vez en los suburbios del pueblo, se dividieron en pelotones i atacaron de improviso a la guarnicion española. El combate fué verdaderamente terrible; pero ántes de amanecer, los patriotas eran dueños de la ciudad. Dos dias despues, la bandera colombiana flameaba en el castillo de San Felipe, último asilo de los obstinados defensores de Puerto-Cabello. El brigadier Calzada i muchos otros oficiales i soldados quedaron prisioneros despues de este combate que puso término a las prolongadas i sangrientas guerras de la revolucion colombiana..

CONSTITUCION DE COLOMBIA. -Antes de la completa es pulsion de los españoles, la República de Colombia se habia constituido definitivamente. Las constituciones provisorias que hasta entonces habian rejido en Nueva-Granada i en Venezue la eran anteriores a la union de los dos pueblos, i no correspondian a las exijencias de todos. Por eso el gobierno revolucionario, dirijido por el doctor don Juan Jerinan Róscio, en sit carácter de vice-presidente de la República, convocó desde la

ciudad de Angostura (9 de noviembre de 1820) a los venezolanos i neo-granadinos para un congreso verdaderamente colombiano que debia reunirse en el Rosario de Cúcuta, villa pequeña, situada al noreste de Pamplona, i en la raya divisoria de los dos pueblos. El congreso se instaló como estaba anunciado el 6 de mayo de 1821 con los diputados libre i legalmente elejidos por veinte i dos provincias que entonces estaban emancipadas del gobierno colonial.

Dos meses antes (13 de marzo) habia fallecido el doctor Róscio. El Libertador llamó al cargo de vice-presidente de la República al jeneral don Antonio Nariño, que acababa de llegar de su cautiverio de Cádiz. Apénas instalado el congreso colombiano, Bolívar i Nariño, como presidente i vice-presi dente de Colombia, i los jenerales Soublette i Santander, como jefes de Venezuela i de Nueva-Granada, hicieron renuncia de los cargos que desempeñaban. El congreso les pidió que se conservasen en esos puestos hasta el restablecimiento de un arreglo definitivo del gobierno por medio de la constitucion.

La union definitiva de Venezuela i Nueva-Granada llamó con preferencia la atencion de los lejisladores. Las condiciones del pacto de union fueron el objeto de largos i sérios debates; pero al fin, el 12 de julio el congreso fijó las bases repitiendo al mismo tiempo la declaracion solemne de no someterse jamas a la dominacion estranjera. Los lejisladores reconocieron como deuda nacional de Colombia las deudas que los dos pueblos habian contraido separadamente; i acordaron levantar en mejores circunstancias una nueva ciudad con el nombre del Libertador Bolívar que seria la capital de la República de Colombia i el asiento del gobierno jeneral. En seguida entró el congreso a discutir la constitucion jeneral del estado. Los diputados colombianos, aconsejados por una dolorosa esperiencia, querian apartarse del federalismo que tantos males habia causado a ambos pueblos en los primeros tiempos de la revolucion; i en efecto, la constitucion decretada en 30 de agosto de 1821 estableció la unidad gubernativa en manos de un presidente elejido por el congreso, i con atribuciones restrinjidas por los otros poderes públicos. Segun la nueva constitucion, el cuerpo lejislativo se componia de un senado i de una cámara de representantes elejidos popularmente. Los senadores no eran vitalicios como por constitucion dictada dos años ántes en Guayana, sino elejidos por el término de ocho años, porque se creia que aquella disposicion, sujerida por el jeneral Bolívar, envolvia un prin

la

cipio aristocrático inaceptable en una República. Los diputa dos debian durar solo cuatro años. El poder ejecutivo estaba confiado a un presidente, cuya duracion era tambien de cuatro años i reelejible solo por una vez, a un vice-presidente que debia subrogar al primero, i a un consejo de gobierno compuesto de los cinco secretarios del despacho i de un miem. bro de la alta corte de justicia. El poder judicial residia en este supremo tribunal, en otros de apelaciones i en los juz gados de primera instancia.

La constitucion organizaba tambien todos los detalles de la administracion. El congreso designó a Bolívar para el cargo de presidente de la República i al jeneral Santander para vice-presidente. Ambos jefes trabajaron con laudable teson en remover los obstáculos que se oponian al progreso moral i material de la República: abrieron escuelas, llamaron la emigracion estranjera i estimularon el comercio. El congreso, por su parte, secundó estos esfuerzos mediante numerosas leyes de organizacion administrativa. La República fué convenientemente dividida en siete grandes departamentos, i se bleció la capital provisoria en la ciudad de Bogotá.

En 1821, cuando se dictó aquella constitucion, los colombianos creyeron que este código seria el fundamento de la prosperidad nacional. En el esterior se pensó tambien que la República de Colombia iba a ser un estado rival de la gran República del norte por la estension de su territorio, la riqueza de su suelo i la actividad de sus hijos. Jamas pais alguno ha enjendrado al nacer espectativas mas lisonjeras. Pocas veces un hombre alcanzó en pocos años mas prestijio i mas respeto en su propia patria, i mayor renombre en el estranjero que el Libertador. Bolívar fué mirado en Colombia con una veneracion que rayaba en fanatismo; no habia honor que no se le tributara, ni distincion a que no se le creyera merecedor. Se le decretaban estatuas i monumentos que recordaran sus proesas, i se le llamaba por todas partes el padre i el fundador de la República. En el estranjero, el prestijio de Bolívar fué tambien inmenso. Para los europeos, su nombre simbolizaba toda la historia de la revolucion hispano-americana, de tal modo que mientras se desconocian casi completamente las hazañas i en cierto modo hasta los nombres de San-Martin, de Páez, de O'Higgins i de Morelos, el de Bolívar era repetido en Europa como el de un segundo Washington, mas brillante i mas impetuoso que el primero.

El Libertador aumentó este prestijio todavía con sus campañas posteriores en el Perú, de que daremos cuenta en el

capítulo siguiente; pero despues de haber adquirido tanto lustre, su estrella comenzó a eclipsarse. Bolívar encontró las primeras resistencias cuando comenzaba a ofuscarlo el brillo de su propia gloria. La guerra civil surjió en Colombia durante la vida del Libertador; muchas de sus creaturas hicieron armas contra él, i despues de borrascosas turbulencias, Venezuela se separó de la gran República (1829). Bolívar murió al año siguiente (17 de diciembre de 1830) dejando a Colombia próxima a fraccionarse. En efecto, un año despues se separó tambien la antigua presidencia de Quito formando la República del Ecuador. El territorio que estuvo sometido a la antigua audiencia de Bogotá, tomó entonces el nombre de. República de Nueva Granada (5).

CAPITULO XIII.

San-Martin en el Perú; revolucion de este pais.

Estado del Perú ántes de 1814; insurreccion del Cuzco. - Gobierno del virei Pezuela. Espedicion libertadora bajo el mando de San-Martin; conferencias de Miraflores.-Primeros triunfos de San Martin.-Deposicion de Pezuela; el nuevo virei entabla negociaciones.-El ejército libertador ocupa a Lima; proclamacion de la independencia del Perú.--Rendicion del Callao; derrota de Ica.-Entrevista de Bolívar i San-Martin; éste último se retira del Perú.

(1813-1823).

ESTADO DEL PERÚ ANTES DE 1814; INSURRECCION DEL Cuzco.--Durante los primeros años de la revolucion americana, el Perú habia sido el centro del poder i de los recursos españoles en la América meridional. De allí salieron los ejércitos que llevaron la guerra contra los revolucionarios arjentinos en la antigua presidencia de Charcas. Del Perú salieron tambien cuerpos de tropas para someter la presidencia de Quito, i los que reconquistaron la capitanía jeneral de Chile. El espíritu de resistencia tenaz a la revolucion de las colonias españolas estaba dignamente representado por el virei don José Fernando de Abascal, que con una actividad verdade

(5) No entra en nuestro plan el dar noticia de estos sucesos que forman parte de la historia de la República, propiamente dicha, i cuyo estudio nos llevaria demasiado lėjos. El que desee conocerlos puede consultar con provecho las obras citadas de Restrepo i de Baralt, que refieren la disolucion de Colombia con grande acopio de datos.

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