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el ardor militar, el deseo de venir á las manos, que al fin se satisface. Búscase á las veces la guerra como medio de distraer la atencion de la política interior, despues de haberla hecho insoportable por el abuso de la fuerza armada. Despotismo doméstico, guerra estranjera son de ordinario las concomitancias del ejército europeo.

Impopular en Inglaterra i en los Estados Unidos de Norte-América, no existiria si causas mui especiales no lo mantuviesen, aunque mui reducido en comparacion con las otras grandes naciones civilizadas. Inglaterra se preocupa demasiado con las guerras del continente, i se ha mezclado en ellas por pura suspicacia. Tiene, pues, un ejército que sirve para terciar en esas querellas, i para imponer respeto á Irlanda, con quien no ha ajustado cuentas del todo. La Union Americana lo ha mantenido para impedir insurrecciones de los esclavos i reprimir ataques de los indios salvajes, hoi lo conserva para este último objeto i para consolidar la paz en el sur alborotado despues de la manumision.

Obsérvese igualmente que en estas dos últimas naciones el servicio militar es ordinariamente voluntario i en las demás ménos libres, es farzoso. Tambien proviene la diferencia de la que hai en el número de tropas; porque el servicio voluntario demanda un gasto que seria absolutamente incompatible con el presupuesto de las naciones que hoi mantienen grandes ejércitos. Al propio tiempo un soldado bien remunerado i atendido, como el inglés, tiene que ser superior al que goza de una pobre racion.

Hai otro punto de diverjencia en el modo de la conscripcion, donde el servicio es forzoso; ora se toma el número necesario de soldados por suerte ó á voluntad de las autoridades, reteniéndolos por largo tiempo i dejando tranquilo el resto de la poblacion; ora se alista á todos los hombres hábiles entre ciertas edades; se llama por períodos cortos al servicio el número requerido i van turnando las porciones de alistados. Hasta hace pocos años el segundo sistema era peculiar á Prusia; mas habiéndose encontrado superior al primero se ha adoptado en Francia, Italia, Austria, i otras naciones. La carga se reparte con más igualdad, es menor

para cada individuo; i como en una forma ú otra todos se hallan enrolados i se ejercitan, la nacion cuenta siempre con un número de defensores proporcionado á su poblacion. En Hispano-América ha prevalecido el sistema de reclutamiento forzoso, que ni siquiera se templa un tanto por el sorteo más ó ménos leal, que se practica en España con las quintas. No han faltado tentativas de reforma, como se ve en la constitucion peruana, la colombiana, venezolana i alguna otra; pero hasta ahora no ha habido en ello más verdad que en algunas otras famosas garantías.

I á fé que ni forzoso ni voluntario necesitan las repúblicas latinas de ejército permanente, verdadera i perpetua amenaza del órden que tiene por objeto mantener, cuando no es instrumento de opresion incompatible con la libertad que todas ellas decantan. Queda, sin embargo, todavía á Suiza la gloria de ser la única nacion civilizada que ha suprimido el ejército permanente, sin haber esperimentado inconveniente alguno. Ni guerras estranjeras, ni guerras civiles, ni rebeliones, nada de lo que el ejército tiene por objeto precaver sufre aquella república modesta, i por modesta desconocida. Tampoco se halla desprevenida; por el contrario, su organizacion militar, al paso que no le impone el menor sacrificio actual, le permite disponer en el momento necesario, de mayor fuerza efectiva que ningun otro estado, considerada su poblacion.

En la constitucion federal de 1874, arts. 18 á 22, se sien. tan las bases de la organizacion militar, segun el sistema llamado milicias en los Estados Unidos del Norte-América; i por lei de 13 de noviembre del mismo año, constante de 263 artículos i muchos cuadros, se desarrolla i complementa dicha organizacion.

Todo suizo está obligado al servicio militar, desde el principio del año en que cumple la edad de veinte, hasta el fin del año en que llega á la de cuarenta i cuatro. Esceptúanse algunos empleados federales mientras duran en el destino. Por lei federal se fija una cuota, mediante el pago de la cual queda exento del servicio el interesado. Es una verdadera contribucion; i ha dado lu

gar á grandes debates, no en el fondo, sino por cuanto una lei que la determinó i que debia someterse á votacion popular, quiso hacerla progresiva i no proporcional á las fortunas.

Los militares que por el hecho del servicio federal pierden la vida ó se incapacitan, i que carecen de recursos para subsistir, tienen derecho ellos ó sus familias, à obtenerlos de la Confederacion. Cada soldado recibe gratuitamente por primera vez, su armamento, equipo i vestido. El arma queda en sus manos, segun reglas preestablecidas. Todo ciudadano suizo apto para el servicio, pero que se halla exento sin haberse ántes enrolado formalmente, debe á pesar de eso, asistir á una escuela de reclutas, i hacer parte de un cuerpo de tropas. Los miembros de la asamblea federal no están exentos de los ejercicios doctrinales, sino durante las sesiones de la lejislatura. — Están escluidos del servicio militar los individuos que han sido condenados en juicio á la pérdida de sus derechos cívicos

Divídese el ejército en dos partes principales 1. L'elite, ó porcion selecta, i 2. La landwher, ó reserva, perteneciendo á la primera los hombres que tienen de veinte á treinta i dos años, i á la segunda los de treinta i tres á cuarenta i cuatro. El derecho de disponer del ejército, así como de su material de guerra previsto por la lei, pertenece á la Confederacion. En caso de peligro, ésta tiene tambien el derecho de disponer esclusiva i directamente de los hombres no incorporados en el ejército federal, i de todos los demás recursos de los cantones. Estos disponen de las fuerzas militares de su territorio (cuyo conjunto forma principalmente el ejército federal), en cuanto ese derecho no se halla limitado por la constitucion ó las leyes federales. Las leyess obre la organizacion del ejército emanan de la Confederacion. La ejecucion de las leyes militares en los cantones se verifica por las autoridades cantonales, dentro de los límites fijados por la lejislacion federal i bajo la vijilancia de la Confederacion.

Desde la edad de diez años reciben los jóvenes en las escuelas primarias ó fuera de ellas, lecciones de jimnástica, preparatorias para el servicio militar, que se continúan despues hasta la edad

de veinte años. Hai escuelas normales cantonales para la formacion de maestros en aquella enseñanza; i tambien escuelas de reclutas costeadas por la Confederacion en que se ejercitan los maestros, i los jóvenes que por cualquier motivo no han recibido temprano la instruccion militar. Desde la edad de diez i ocho años todos los aprendices de soldado se ejercitan en el tiro, segun las reglas dictadas por el gobierno federal. Para la designacion de oficiales i la distribucion de los ciudadanos militares entre las diversas armas (artillería é injeniería, caballería é infantería) preceden exámenes especiales de los candidatos.

En un libro titulado Démocratie Contemporaine, por M. A. Beaure, que publicó en Paris el año 1876, el autor propone para Francia un sistema de organizacion militar fundamentalmente análogo al que hoi posee, imitado de Prusia; i sobre él hace observaciones de que vamos á presentar estractos por ser aplicables al sistema suizo, que tiene nuestra preferencia. Ambos convienen en un punto, la universalidad de la instruccion i del servicio militar, salvo que en Prusia como en Francia una parte de los ciudadanos ya instruidos se hallan siempre en servicio activo, mientras que en Suiza no son llamados sino cuando en realidad se requiere la defensa esterior ó el sostenimiento del órden interno. Dice M. Beaure:

«<La estension numérica de un ejército es un elemento de fuerza considerable; porque si en ciertos casos la habilidad puede suplir al número, es fácil á un pueblo imitar á otro en los progresos que éste haya realizado: la habilidad no tarda en ser igual, i entonces la ventaja se halla de parte del mayor número. Napoleon mismo reconoció que en definitiva la victoria está de parte de los grandes batallones... Si es esencial para un estado ser fuerte, i si la fuerza depende en gran parte del número de soldados que puede armar, se llega naturalmente á esta conclusion : que todo hombre en estado de llevar las armas debe ser soldado. .

>> La historia de las numerosas victorias obtenidas por buenas tropas sobre otras superiores en número, pero inferiores en cali

dad, demuestra que la habilidad estratéjica es el verdadero coeficiente del valor del soldado... La jimnástica militar debe, pues, hacer parte de los primeros juegos de la infancia, enseñarse en todas las escuelas (1) i cultivarse con cuidado hasta la edad madura: ella contribuirá así á hacer de todos los niños hombres, i de todos los hombres soldados. Con una educacion dirijida, segun estos principios, con este sistema de disciplina, cada soldado, cuando se le llamara al servivio, sabria la mayor parte de lo que hoi se enseña á nuestros reclutas con tanto trabajo, tiempo i dificultades.

<< La nacion moderna, en que todos los jóvenes, sin escepcion, no son capaces á la edad de veinte años, i cuando se les llama al servicio, de hacer todos los ejercicios, todas las marchas i todas las maniobras del soldado, es nacion que podrá hablar de progreso, de civilizacion i de libertad, pero que olvidando los hechos. por las palabras, se duerme i sueña indolentemente, para despertarse un dia vencida i aterrada; es presa destinada de antemano á la conquista. Cuando el ciudadano se convierte en soldado, no debe tener ya necesidad de aprender sino de practicar un oficio, de que conoce ya todos los detalles, i que en cierto modo le es familiar hace mucho tiempo.

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>> El soldado habituado á una obediencia absoluta, sometido á una disciplina de hierro, hará frente al peligro sofocando el sentimiento de conservacion que le impulsa á huir. - La disciplina no se improvisa, i todo hombre sensato conviene en ello: es pór tanto, en tiempo de paz cuando debe habituarse al soldado à la implacable disciplina de los campos de batalla.

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» El jenio (para el mando) no se enseña, i el único modo de favorecer su aparicion consiste simplemente en no ahogarlo. Pero se convendrá en que hai muchas más ocasiones de manifestarse los hombres de jenio en un ejército de que todos los ciudadanos hacen parte, i en que cada cual puede dar á conocer su vocacion militar, si la tiene, que en un ejército reclutado sólo

(1) Así se practica en Inglaterra, los Estados Unidos, Alemania etc., etc.

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