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i otra de lo criminal; cada una tenia su presidente, cuatro senadores i un fiscal; quedaron tambien elejidos los miembros del senado (1). >>

Era el objeto aparente de la junta sustraer el país á la continjencia de ser dominado por Bonaparte, conservarlo para Fernando VII, i « hacer todo el bien posible á la nacion i á la patria, bajo el influjo de aquella constitucion (2). » La revolucion fué bien acojida por los pueblos inmediatos á Quito; pero los gobernadores de Cuenca i Guayaquil, coroneles don Melchor Aymerich i don Bartolomé Cucalon, se declararon contra el nuevo gobierno; tambien lo hizo el obispo de Cuenca, don Andres Quintian. Por el norte la hostilizaba el gobernador de Popayan, coronel don Miguel Tacon.

Mucho contribuyó este movimiento á avivar el espíritu público en la capital del vireinato, infundiendo en los patriotas granadinos el deseo de imitar á los quiteños. Pero el virei Amar resolvió combatir la incipiente revolucion, i envió fuerzas al mando del coronel español Dupré. Por su parte la junta acordó defenderse de todos sus enemigos, que no eran pocos, pues se veia amenazada en todas direcciones; pero derrotas por un lado i defecciones por otro dieron fin con la revolucion i con la junta en octubre de 1809. Ruiz de Castilla, por capitulacion que no cumplió, fué reinstalado en el poder, i cuando ya pudo desplegar todo su resentimiento, formó causa criminal á los comprometidos. Mientras seguia el proceso, i ya en el año de 1810, un movimiento sedicioso i poco importante en el pueblo de Quito fué ocasion, en 2 de agosto, de que los soldados custodios de los patriotas (3) hiciesen en ellos una bárbara carnicería, despues que en la calle habia corrido abundantemente la sangre del pueblo i aun de mujeres i niños. « Morales, Salinas, Quiroga, Ascásubi, el presbítero Riofrío, i otros muchos hasta el número de ventiocho, fueron sacrificados en las aras de la patria por el brutal sol

(1) Restrepo, Historia de Colombia.

(2) Así estaba concebido el juramento que se exijió á los empleados. (3) Cumpliendo órdenes previas, segun toda probabilidad.

dado, ciego instrumento de los gobernantes españoles de Quito. Los asesinos los desnudaron despues de muertos, é insultaron sus frios cadáveres (1). »

Subsistiendo la mayor efervescencia, llegó la noticia de la instalacion de la junta de Santafé, i esto indujo al mismo Ruiz de Castilla á promover la reunion de otra en Quito domirada por él. Despues de algunos altercados, llegaron todos los espíritus á convenirse en la idea, i la junta se instaló con beneplácito jeneral el 22 de setiembre de 1810. Gobernaria á nombre de Fernando VII, i dependeria sólo del consejo de rejencia, reconociéndole únicamente mientras hiciese la guerra á Bonaparte. Juró tambien sostener la relijion católica, apostólica, romana. Cuenca, Loja i Guayaquil rehusaron seguir el ejemplo de Quito, « bien por el influjo que tenia el Perú sobre aquellas provincias, ó bien por las opiniones de sus gobernadores, i sobre todo del obispo Quintian, enemigo acérrimo de la revolucion i que la contrariaba por cuantos medios podia (2). »

Los gobernantes de Cuenca i Guayaquil tomaron una actitud hostil, i lo mismo, pero más eficazmente, el coronel Tacon, de Popayan. Ruiz de Castilla, que no desempeñaba gustoso la presidencia de la junta, fué reemplazado por el obispo de Quito, don José Cuero, i murió poco tiempo despues, despechado por insultos que le infirió el pueblo. «< En diciembre de 1811 la junta de Quito se dió otra forma, denominándose congreso, que se compuso de diez vocales por la ciudad capital, uno por Ibarra, uno por Riobamba, uno por Tacunga, uno por Ambato, uno por Alausi, i uno por Huaranda. El congreso declaró solemnemente la independencia, separándose del consejo de rejencia i de las cortes de la isla de Leon. El gobierno de Quito habia reconocido provisionalmente aquellas autoridades bajo ciertas condiciones; éstas no se habian cumplido, i el pueblo reasumió su soberanía (3). »

(1) Restrepo, H. de C. 1.a ed. t. II, páj. 143.

(2) Restrepo, obra citada.

(3) Restrepo, t. III, páj. 14.

La provincia de Quito se vió en 1812 asediada por norte i sur : allá Tacon; acá el nuevo presidente del reino de Quito, don Joaquin de Molina, que habia organizado la resistencia en Cuenca. Tambien se hacia fuerte contra los quiteños el gobernador de Guayaquil, quien impedia las comunicaciones con el Pacífico. La junta, presidida entonces por don Guillermo Valdivieso, estaba dividida por rivalidades de familias, los Montúfrar por una parte, i los Checas con don N. Peña por otra. Quiso tomar la ofensiva contra las tropas de Cuenca, con las suyas, mandadas por don Francisco Calderon, i fueron éstas batidas en Atar ó Verdolama el 26 de junio.

Vino entonces de Lima don Toribio Móntes, nombrado presidente i comandante jeneral de las provincias de Quito por la rejencia de Cádiz. Móntes, con una fuerza de 2.000 hombres, avanzó i derrotó en Mocha el 2 de setiembre à una mucho mayor, pero mui mal organizada i bisoña, de los patriotas. Despues de algunas dificultades, Móntes logró llegar á Quito por el Pichincha, i atacar á los patriotas, encerrados allí con una fuerza como de 6.000 hombres, bajo el coronel Cárlos Montúfar. Un reñido combate le puso en posesion de la capital, que abandonaron los independientes retirándose al norte. El coronel don Juan Sámano los persiguió i batió completamente en San Antonio i la villa. de Ibarra, causando á los patriotas grandes pérdidas, i aprehendiendo á sus principales jefes.

Fueron sacrificados por la cuchilla española Calderon, el sarjento mayor de injenieros don Manuel Aguilar, el frances Marcos Buyon i un cura. Más tarde lo fueron tambien Caicedo (de Nueva Granada) i Macaulay, jóven norte-americano; se quintó á los oficiales prisioneros en Pasto i se diezmó á los soldados. Móntes pasaba por uno de los más humanos entre los jefes españoles.

Quedó por entonces pacificado el territorio, en donde se juró la constitucion española de 1812, bien que los patriotas nunca se reconciliaron con un estado de cosas que evidentemente no favorecia sino á los peninsulares. Fueron sobrellevándolo hasta el 9 octubre de 1820 en que el pueblo de Guayaquil, por

un golpe de mano, cambia las autoridades, 1 establece un gobierno provisional á cargo de Olmedo, Jimeno i Roca. Recomienza la lucha. que da fin con la batalla de Pichincha en 1822, en cuyo año los pueblos de la presidencia aceptan la constitucion de Cúcuta, dada para Colombia en el año anterior, i quedan formando parte de la nueva república.

Las ajitaciones de que ella fué teatro de 1828 en adelante, la separacion de Venezuela en 1829, i la renuncia de Bolívar ante el congreso de 1830, indujeron la separacion de la presidencia de Quito, bajo la influencia del jeneral Juan José Flores, jefe militar de aquellos departamentos; i por acta de 12 de mayo se acordó abandonar la union colombiana i constituirse como estado independiente. En el mismo año se reunió un congreso constituyente, que dió el código fundamental, i elijió presidente al mismo jeneral Flores. El nuevo estado se denominó República del Ecuador, i por largo tiempo los documentos oficiales se encabezaron de este modo: «el Ecuador en Colombia,» suponiendo posible la reorganizacion de la antigua república, á lo ménos bajo el sistema federal.

Dióse la constitucion del nuevo estado al sabor de la autoridad á la sazon establecida, i por lo mismo favoreció el ejercicio del estenso poder que tenia i deseaba conservar el jeneral Flores. Consignó tambien un principio de dudosa justicia en la representacion nacional, cual es la igualdad de representantes por todas las provincias sin miramiento á la poblacion. En ello se consultaba la igualdad de influencia, para no dejar á las provincias litorales, ménos pobladas pero más civilizadas que las del interior, á merced de éstas en la espedicion de las leyes. Agravábanse los defectos de esta constitucion por la organizacion del poder lejislativo en una sola cámara, que dejaba sin contrapeso la influencia del ejecutivo, i hacía más patente la preponderancia de la

minoría.

Una revolucion mui séria puso en peligro al gobierno de Flores en 1834, principalmente en Guayaquil; pero los chihuahuas fueron derrotados en Miñarica el 18 de enero siguiente, i

la revolucion fué ahogada en sangre. Con todo, i debido acaso á la influencia del señor Rocafuerte, se reunió una convencion que reconstituyó el país en 1835, dando algunas mayores garantías á los pueblos, entre ellas la creacion de dos cámaras lejislativas, que conservaron, sin embargo, la igualdad de representacion. Elijese de presidente á Rocafuerte, que permanece en el puesto hasta 1839, en que el congreso designa nuevamente á Flores.

El desaliento de los ciudadanos hizo imposible la reunion ordinaria de la lejislatura en 1814, i la estraordinaria para que fué convocada en 1842. Convoca entonces el presidente à una convencion, que se reune en el siguiente año de 1843, i da una constitucion mucho menos liberal que la anterior, estendiendo el período presidencial á ocho años i creando un senado vitalicio. La convencion elije presidente al mismo jeneral Flores, i cl descontento se deja sentir. Era una época de reaccion conservadora ó represiva, tanto en el Ecuador como en Nueva Granada, enyo gobierno, ausiliado por Flores, acababa de vencer al partido liberal insurreccionado.

Viene el año de 1845, célebre en el Ecuador por haber dado en tierra con el poder floreano. Despues de algunos movimientos revolucionarios que empezaron en Guayaquil à 6 de marzo, i despues de algunos combates sin solucion definitiva, Flóres, oprimido por el peso de la odiosidad pública, llega á capitular en la Virjinia, i se va á Europa, en donde prepara una espedicion, con ayuda española, para invadir al Ecuador, destinado á perder sus instituciones republicanas. Pero la espedicion fracasó, i la revolucion ecuatoriana siguió su curso.

El nuevo gobierno, encabezado por el señor Valdivieso, convoca á una convencion constituyente, que se reune en Cuenca, i elije presidente de la república al señor Vicente Ramon Roca. En 1846 espidió una nueva constitucion, que en su esencia no hacia otra cosa que restaurar las instituciones anteriores á 1843, quitando á las de este año todo lo que tenian de exajerado en el sentido de la represion. Las libertades públicas no dieron en realidad ningun nuevo paso, i la condicion politica del Ecuador permaneció esta

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