Página General Confirmacion de los grados militares-Discurso del Sr. Zea CAPÍTULO XXIX-1819-Rápido viaje del Libertador desde Angostura hasta CAPÍTULO XXX— 547 573 de Angostura-Entrevista con Montilla-Creacion de Colombia. 595 VIDA DE BOLÍVAR, LIBERTADOR DE COLOMBIA Y DEL PERÚ: PADRE Y FUNDADOR DE BOLÍVIA. CAPÍTULO I. DE 1783 á 1806. NACIMIENTO DE Simon Bolivar -SU INFANCIA EN CARACAS-PRIMER VIAJE Á ESPAÑA TOCANDO EN MÉJICO Y LA HABANA VA Á PARIS-SE CASA EN MADRID Y REGRESA Á VENEZUELA - PIERDE SU ESPOSA Y VUELVE Á ESPAÑA -VISITA SEGUNDA VEZ Á PARIS — ENTREVISTA CON HUMBOLDT VIAGE Á ITALIA JURAMENTO EN EL MONTE SACRO - VUELVE Á PARIS Y VA Á HAMBURGO PASANDO POR HOLANDA —SE EMBARCA PARA LOS ESTADOS UNIDOS SALE DE CHARLESTON PARA LA GUAYRA-TOCA EN ANTIGUA Y LLEGA Á CARÁCAS. S difícil tarea compendiar la vida de los héroes; mas que de todos de SIMON BOLÍVAR, prodijio de los mortales! ¡Cómo reducir á términos la immensidad! ¡Cómo examinar en el crisol tantas virtudes, exaltadas del espíritu de Dios, que predestinó aquel génio para la redencion de un mundo! Escribir la vida de BOLÍVAR . dificultosa salida. ! Honrosa empresa, Y esa dificultad la aumenta la necesidad de la historia, nunca preciosa, si no es ingenua, si no es prolija; deseando la posteridad saberlo todo, ó para sacar del escarmiento erudicion, ó para admirar aquellas altas y prósperas fortunas, glorias brillantes, que tiene reservadas la Providencia, como para mostrar al hombre de lo que es capaz, cuando lo alienta la fuente de la eternidad. Con todo, no me acobarda la arriesgada empresa; que la suavidad del asunto me anima para carrera tan larga y escabrosa. Y aun diré con verdad lo que dijo el historiador romano, Tito Livio, en medio de su obra: pudiera dejarlo aquí, si no se hubiera cebado el alma con el gusto del sujeto-Tras lo cual añadiré, que ayuda mucho para salir de tantos particulares, que el Libertador SIMON BOLÍVAR escribió varias de sus cosas, y fué tan extremado en decirlas como en hacerlas. Con que lo principal que en esta historia se dijere será suyo, y mi obligacion se ha reducido á tratar verdad y á referir las cosas como pasaron, desnudas y sin arreos ó ropas prestadas. Léjos de mí el arrogante empeño de dar lustre y engrandecer al héroe sur-americano; su grandeza, en el tamaño está de sus obras inmortales, y todos los conceptos de la elocuencia no encarecerian lo que por sí es tan precioso, ni darian color que no fuese ménos que la luz bella de su esplendente vida. Treinta años empleó Carlo Magno para someter la Sajonia; diez años César para sojuzgar las Galias . . . .! BOLÍVAR, sin recursos, sin tropas disciplinadas, sin armas, sin mas auxilio que su genio, luchando contra obstáculos insuperables, acabó gloriosamente en quince años la libertad de un mundo. Si máximo y fortisimo llamó el Papa á Carlos V en su congratulacion por la batalla del Elba en que quedó destruida la Liga: y si esos renombres son tan merecidos cuanto bien ganados como dice un historiador de aquel monarca; ¿cuál debe ser el título que se dé justamente al vencedor en cien batallas al que destruyó en América, no la Liga, sino el trono y la potencia de los sucesores de ese mismo Carlos V ? Plutarco alaba con razon el denuedo y las virtudes de Pelopidas, sus bellas y gloriosas acciones, sus empresas admirables, su conjuracion contra los tiranos para libertar su patria . . . .! Justo es ese elogio; y yo uno mis pobres alabanzas á las del biógrafo ilustre de la antigüedad; mas¿á qué distancia no quedan Pelopidas, y Marcelo, y Trasíbulo, y Timoleon, y todos los héroes del mundo viejo que odiaron la tiranía, si se comparan con el hombre prodijioso de la América del Sur, á quien el Cielo inspiró la idea y dió el poder de redimir un continente de la esclavitud? ¿Qué fuerza de intencion es comparable á la de Bolívar que encendió en tantos millones de hombres el deseo de la libertad y el ardor de combatir por ella comunicándoles el aliento de acometer empresas de muerte, y la constancia de sufrirlo todo para vencer de todo? Yo no quiero encarecer los hechos del Libertador; que ademas de ser ellos grandes, inmensos por sí mismos, pareceria mal, que con lisonjas pagase la libertad y gloria que á mi patria dió; bien que de ese trabajo me quita ser ellos tan heróicos, que consigo llevan el encomio de todos y la admiracion de la posteridad... ! En aquellos tiempos de oscurantismo y de opresion, Dios sacó de los tesoros de su bondad una alma á la que revistió de inteligencia, de justicia, de fuerza y de dulzura. "Id, le dijo, á llevar la luz á la mansion de la noche; id á hacer justos y felices á los que ignoran la justicia y no conocen la libertad.” Aquella alma fué la de BOLÍVAR; este es el encargo que le confió la Providencia. en Espíritu noble y levantado, humano, justo, liberal, fué Bolívar en virtudes y habilidades de su persona, uno de los hombres mas cumplidos que el mundo ha conocido; tan acabado y singular, que en su bondad fué semejante á Tito: en sus venturas y sucesos á Trajano en su comedimiento á Marco-Aurelio su valor á César: en su doctrina y elocuencia á Augusto. De grande y muy notable memoria, llano y conversable con sus amigos, culto y moderado en sus placeres, supo hermanar con la valentía de la espada la gentileza de la pluma. En los peligros se mostró animoso, en la fatigas fuerte, en la adversidad constante, en la resolucion ardiente y de una incontrastable integridad. Como Carlo Magno, y mejor que Carlo Magno, tuvo el arte de hacer las cosas grandes con facilidad y las dificiles con prontitud. ¿Quién concibió jamas planes tan vastos? ¿Quién los llevó á cabo con mayor llaneza? Un golpe de vista certero y vivo: una rápida intuicion de las cosas y del momento una expontaneidad prodigiosa para improvisar planes gigantescos: la ciencia de la guerra reducida á cálculo de minutos un vigor de concepcion inmenso y un espíritu fértil, creador, inagotable . . . . hé ahí á BOLÍVAR. hé ahí á BOLÍVAR. La victoria al hombre de lo que es capaz, cuando lo alienta la fuente de la eternidad. Con todo, no me acobarda la arriesgada empresa; que la suavidad del asunto me anima para carrera tan larga y escabrosa. Y aun diré con verdad lo que dijo el historiador romano, Tito Livio, en medio de su obra: pudiera dejarlo aquí, si no se hubiera cebado el alma con el gusto del sujeto-Tras lo cual añadiré, que ayuda mucho para salir de tantos particulares, que el Libertador SIMON BOLÍVAR escribió varias de sus cosas, y fué tan extremado en decirlas como en hacerlas. Con que lo principal que en esta historia se dijere será suyo, y mi obligacion se ha reducido á tratar verdad y á referir las cosas como pasaron, desnudas y sin arreos ó ropas prestadas. Léjos de mí el arrogante empeño de dar lustre y engrandecer al héroe sur-americano; su grandeza, en el tamaño está de sus obras inmortales, y todos los conceptos de la elocuencia no encarecerian lo que por sí es tan precioso, ni darian color que no fuese ménos que la luz bella de su esplendente vida. Treinta años empleó Carlo Magno para someter la Sajonia; diez años César para sojuzgar las Galias . . . .! BOLÍVAR, sin recursos, sin tropas disciplinadas, sin armas, sin mas auxilio que su genio, luchando contra obstáculos insuperables, acabó gloriosamente en quince años la libertad de un mundo. Si máximo y fortisimo llamó el Papa á Carlos V en su congratulacion por la batalla del Elba en que quedó destruida la Liga: y si esos renombres "son tan merecidos cuanto bien ganados" como dice un historiador de aquel monarca; ¿cuál debe ser el título que se dé justamente al vencedor en cien batallas al que destruyó en América, no la Liga, sino el trono. y la potencia de los sucesores de ese mismo Carlos V? Plutarco alaba con razon el denuedo y las virtudes de Pelopidas, sus bellas y gloriosas acciones, sus empresas admirables, su conjuracion contra los tiranos para libertar su patria . . . .! Justo es ese elogio; y yo uno mis pobres alabanzas á las del biógrafo ilustre de la antigüedad; mas ¿á qué distancia no quedan. Pelopidas, y Marcelo, y Trasíbulo, y Timoleon, y todos los héroes del mundo viejo que odiaron la tiranía, si se comparan con el hombre prodijioso de la América del Sur, á quien el Cielo inspiró la idea y dió el poder de redimir un continente de |