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cuantos de la misma lechigada cometieron muchas tropelías y defraudaron plata y caudales : denominaban los paisanos semejante reunion el conciliábulo de Compostela. Rodeado por tanto de peligros y escaso de fuerzas y recursos, resolvió Ney Evacua Ney a salir de Galicia, y el 22 evacuó la Coruña, enderezán- Galicia, dose á Astorga por el camino real; en cuyo tránsito asolaron sus tropas horrorosamente pueblos y ciudades.

Asi tornó aquel reino á verse libre de enemigos al cabo de cinco meses de ocupacion, durante los cuales perdieron los franceses la mitad de la tropa con que habian penetrado en aquel suelo, ya en las acciones con los ingleses, ya en la terrible guerra con que les habian continuamente molestado los ejercitos y poblacion de Galicia y Portugal.

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A

Entra Noroña en

la Coruña.

pocos dias entró en la Coruña el conde de Noroña y la division del Miño, siendo recibidos no solo con alborozo general y bien sentido, sino tambien quedándose los espectadores admirados de que gente mal pertrechada y tan varia en su formacion y armamento hubiera conseguido tan señaladas ventajas contra un ejército de la apariencia, práctica y regularidad que asistian al de los franceses.

Por entonces y antes de promediar junio fue tambien evacuado el principado de Asturias. Ademas de lo ocurrido en Galicia y Portugal aceleraron la retirada de los enemigos los movimientos y amago que hicieron las tropas y paisanage de la misma provincia. 18,000 hombres la habian invadido: una parte, segun en su lugar se dijo, volvió luego á Galicia con el mariscal Ney, otra mandada por el general Bonnet vióse obligada á acudir á la montaña ȧ donde la llamaba la marcha de Don Francisco Ballesteros, y la restante fuerza, sobrado débil para resistir á los generales Don Worster y BarPedro de la Bárcenà y Worster que avanzaban á

cena.

Oviedo del lado de poniente, salió con Kellermann camino de Castilla. El primero de aquellos generales, cayendo de Teberga sobre Grado, habia antes arrojado de esta villa á unos 1300 franceses que estaban alli apostados, cogiendo 80 prisoneros.

Ballesteros pa

sa á Castilla y á las montañas de Santander.

Por la parte oriental del principado habia reunido el general Ballesteros mas de 10,000 hombres, Entraba en su número un batallon de la Princesa que habia ido á Oviedo con Romana, y el cual mandado por su coronel Don José Odonell se le habia unido, no pudiendo embarcarse en Gijon. Tambien se agregó despues el regimiento de Laredo que pertenecia á las montañas de Santander y la partida ó cuerpo volante de Don Juan Diaz Porlier. Entusiasmado el general Ballesteros con las memorias de Covadonga pensó que podian resucitar en aquel sitio los dias de Pelayo. Anduvo por tanto rehacio en alejarse hasta que falto de víveres y estrechado por el enemigo tuvo el 24 de mayo que abandonar de noche la cueva y

santuario, y trepar por las faldas de elevados montes, no teniendo mas direccion que la de sus cimas, pues alli no habia otra salida sino el camino que va á Cangas de Onís, y este le ocupaban los franceses. En medio de afanes consiguió Ballesteros llegar el 26 á Valdeburon en Castilla de donde se trasladó á Potes. Meditando entonces lo mas conveniente resolvió de acuerdo con otros gefes acometer á Santander, cuya guarnicion desprevenida se juzgaba ser solo de 1000 hombres. Se encaminó con este propósito á Torre la Vega en donde se detuvo mas de lo necesario. Por fin al amanecer del 10 emprendióse la expedicion, pero tan descuidadamente que el enemigo se abrió paso dejando solo en nuestro poder 200 prisioneros. Entraron las tropas de Ballesteros el mismo

Ocupa á Santan

der. dia en Santander, mas la ocupacion de esta ciudad no duró largo tiempo. En la misma noche revolviendo sobre ella los franceses ya reforzados, penetraron por sus calles y pusieronlo todo en tal confusion que los mas de los nuestros se desbandaron, y el general Ballesteros creyendo perdida su division se embarcó precipitadamente con Don José Odonell en una lancha en que bogaron por falta de remos y remeros dos soldados con sus fusiles. Don Juan Diaz Porlier se salvó con alguna tropa atravesando por medio de los enemigos con la intrepidez que le distinguia. Fue tambien notable y digna de la mayor alabanza la conducta del batallon de la Princesa, que, privado de su fugitivo coronel y á las órdenes del valiente oficial Garroyo, conservó bas

Intrepidez de
Porlier.

Marcha admirable del bata

llon de la Prin

tante órden y serenidad para libertarse y pasar á Medina de Pomar, desde donde, ¡ marcha admirable! poniéndose en camino atravesó la Castilla y Aragon rodeado de peligros y combates, y se incorporó en Molina con el general Villacampa.

cesa.

Romana en la Coruña.

Sus providencias

Libres en el mes de Junio Asturias y Galicia, era ocasion de que el marqués de la Romana, tan autorizado como estaba por el gobierno supremo, emplease todo su anhelo en mejorar la condicion de su ejército, y la de ambas provincias. Entró en la Coruña poco despues que Noroña, y fue recibido con el entusiasmo que excitaba su nombre. Reasumió en su y negligencia. persona toda la autoridad, suprimió las juntas de partido que se habian multiplicado con la insurreccion, y nombró en su lugar gobernadores militares. No contento con la destruccion de aquellas corporaciones, trató de examinar con severidad la conducta de varios de sus individuos, á quien se acusaba de desmanes en ejercicio de su cargo, procedimiento que desagradó. Pues al paso que se escudriñaban estos excesos, nacidos por lo general de los apuros del tiempo, mostró el marqués suma benignidad con los que habian abrazado el bando de los enemigos. Por lo demas sus providencias en todos los ramos adolecieron de aquella dejadez y negligencia característica de su ánimo, Suprimidas las juntas cortó

el vuelo al entusiasmo é influjo popular, y no introdujo con los gobernadores que creó el órden y la energía que son propias de la autoridad militar. Trascurrió mas de un mes sin que se recogiese el fruto de la evacuacion francesa, no pasando el tiempo aquel gefe sino en agasajos, y en escuchar las quejas y solicitudes de personas que se creian agraviadas o que ansiaban colocaciones; y entre ellas, como acontece, no andaban ni las realmente ofendidas ni las mas beneméritas. Por fin reunió el marqués la flor del ejército de Galicia y trató de salir á Castilla.

Sale à Castilla.

Nombra á Mahy

para Asturias.

Nombra á Ballesteros para

mandar

hombres.

10,000.

Antes de efectuar su marcha envió á tomar el mando militar de Asturias á Don Nicolas Mahy: él politico y económico seguia al cuidado de la junta que el mismo marqués habia nombrado. Ordenó ademas este que se le uniese en Castilla con 10,000 hombres de lo mas escogido de las tropas asturianas Don Francisco Ballesteros, que, en vez de ser reprendido por lo de Santander, recibió este premio. Debiólo á haberse salvado con Don José Odonell, favorito del marqués, y mal hubiera podido ser censurada la conducta del general sin tocar al abandono ó desercion del coronel su compañero : asi un indisculpable desastre sirvió a Ballesteros de principal escalon para ganar despues gloria y renombre.

Romana llegó á Astorga con unos 16,000 hombres y 40 piezas de artillería. Dejo en Galicia pocos cuadros y escasos medios para que con ellos pudiese Noroña formar un ejército de reserva. Una corta division al mando de Don Juan José García se situó en el Vierzo, y Ballesteros desde las cercanías de Leon hizo posteriormente hácia Santander una excursion que no tuvo particular resulta.

Sucédele despues en el mando

Permaneció Romana en Astorga hasta el 18 de agosto en que se despidió de sus tropas habiendo sido nombrado por la junta de Valencia para desempeñar el puesto vacante en la central por fallecimiento del príncipe Pio. El mando de su ejército recayó despues en el duque del Parque, al cual tambien se unió aunque mas tarde Ballesteros, caminando todos la vuelta de Ciudad Rodrigo.

del ejército el duque del Parque.

Los franceses que salieron de Galicia y que componian el 2o y 6° cuerpo debieron ponerse por resolucion de Napoleon recibida en 2 de julio á las órdenes de Soult, como igualmente el 5o del mando del mariscal Mortier que estaba en Valladolid procedente de Aragon. Varios obstáculos opuso José al inmediato cumplimiento en todas sus partes de la voluntad de su hermano; y de ello daremos cuenta en el próximo libro.

Ahora terminando este conviene notar lo poco que Fin de este lá pesar de tan grandes esfuerzos habian adelantado los

bro.

franceses en la conquista de España. Ocho meses eran corridos despues de la terrible invasion en noviembre del emperador francés, y sus huestes no enseñoreaban todavía ni un tercio del territorio pe

Parangon de la

guerra de Aus

tria y España.

ninsular. Inútilmente daban y ganaban batallas, inútilmente se derramaban por las provincias, de las que ocupadas unas levantábanse otras, y yendo al remedio de estas, aquellas se desasosegaban y de nuevo se trocaban en enemigas. ¡Cuán diferente cuadro presentaba por aquel tiempo el Austria! Alli habia en abril abierto la campaña el archiduque Cárlos con ejércitos bien pertrechados y numerosos, solo tres ó cuatro batallas se habian dado, una de éxito contrario á Napoleon, y sin embargo ya en 12 de julio celebróse en Znaim una suspension de armas, preludio de la paz. Asi una nacion poderosa y militar sujetábase á las condiciones del vencedor al cabo de tres meses de guerra, y España despues de un año, sin verdaderos ejércitos y muchas veces sola en la lucha, manteníase incontrastable por la firme voluntad de sus moradores. Tanta diferencia media, no nos cansaremos de repetirlo, entre las guerras de gabinete y las nacionales. Al primer reves se cede en aquellas, mas en estas sin someterse fácilmente los defensores al remolino de la fortuna, cuando se les considera deshechos, crecen; cuando caidos, se empinan. Conocíalo muy bien el grande estadista Pitt *, quien rodeado de sus amigos en 1805, al saber la rendicion de Mack en Ulma con 40,000 hombres, exclamando aquellos que todo estaba perdido y que no habia ya remedio contra Napoleon, replicó: Todavia ble de Pitt. lo hay si consigo levantar una guerra nacional en Europa; añadiendo en tono al parecer profético: Y esta guerra ha de comenzar en España.

(* Ap. n. 10.)

Prevision nota

APÉNDICES.

LIBRO PRIMERO.

NUMERO 1.

Tenemos noticia original del despacho que con este motivo escribió á Madrid Don Eugenio Izquierdo, y tambien podrá verse en el manifiesto, que de sus procedimientos publicó el consejo real, la mencion que en su contenido se hace del convenio concluido por Izquierdo en 10 de mayo de 1806.

NUMERO 2.

Plenos poderes dados por el rey Cárlos IV á Don Eugenio Izquierdo embajador extraordinario en Francia en 26 de mayo de 1806, renovados en 8 de octubre de 1807.

Don Carlos por la gracia de Dios rey de España y de las Indias, etc. Teniendo entera confianza en vos, Don Eugenio Izquierdo nuestro consejero honorario de estado, y habiéndoos autorizado en virtud de esta confianza justamente merecida para firmar un tratado con la persona que fuere igualmente autorizada por nuestro aliado el emperador de los franceses, nos comprometemos de buena fé y sobre nuestra palabra real, que aprobarémos, ratificarémos y harémos observar y ejecutar entera é inviolablemente todo lo que sea estipulado y firmado por vos. En fé de lo cual hemos hecho expedir la presente firmada de nuestra mano, sellada con nuestro sello secreto, y refrendada por el infrascripto nuestro consejero de estado, primer secretario de estado y del despacho. Dada en Aranjuez á 26 de mayo de 1806. YO EL REY. PEDRO CEVAllos.

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NOTA. Traduccion española de la francesa que habia entre los papeles de Don Eugenio Izquierdo, quien al pie de la dicha traduccion francesa puso las dos certificaciones siguientes en francés : 1a Certifico que esta traduccion es fiel. Paris 5 de junio de 1806. — IZQUIERDO, consejero de estado de S. M. C. 2a Certifico que estos poderes han sido renovados dia 8 del presente mes en el real sitio de San Lorenzo. tainebleau 27 de octubre de 1807. · IZQUIERDO. núm. 106.)

NUMERO 3.

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Fon(Llorente, tom. 3o.

La amistad que media hace muchos años entre Don Agustin de Argüelles y nosotros, nos ha puesto en el caso de haber oido muchas veces de su misma boca la relacion de esta mision que le fue encomendada. A mayor abundamiento conservamos por escrito una nota suya acerca de aquel suceso.

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