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Congreso convocado bajo los auspicios de la libertad, para formar una liga en favor de ella.

Entre las causas que pueden perturbar la paz i amistad de los confederados, ninguna mas óbvia que la que resulta de la falta de reglas i principios que formen nuestro derecho público. Cada dia ocurrirán grandes cuestiones sobre los derechos i deberes recíprocos de estas nuevas repúblicas. Los progresos del comercio i de la navegacion, el aumento del cultivo en las fronteras i el resto de leyes i de formas góticas que nos quedan, exijirán repetidos tratados; i de éstos nacerán dudas que servirán para evadirlos, si al menos en los primeros años, la confianza en la imparcialidad de aquella asamblea no fuese la garantía jeneral de todas las convenciones diplomáticas a que diese lugar el desenlace progresivo de nuestras necesidades.

Independencia, paz i garantías: estos son los grandes resultados que debemos esperar de la asamblea continental, segun se ha manifestado rápidamente en este ensayo. De las seis secciones políticas en que está actualmente dividida la América llamada antes española, las dos tercias partes han votado ya en favor de la liga republicana. Méjico, Colombia i el Perú han concluido tratados especiales sobre este objeto, i sabemos que las provincias unidas del centro de América han dado instrucciones a su Plenipotenciario cerca de Colombia i el Perú para acceder a aquella liga. Desde el mes de marzo de 1822, se publicó en Guatemala, en el Amigo de la Patria, un artículo sobre este plan escrito con todo el fuego i elevacion que caracterizan a su ilustrado autor el señor Valle. Su idea madre es la misma que abora nos ocupa: formar un foco de luz que ilumino a la América: crear un poder que una las fuerzas de calorce millones de individuos: estrechar las relaciones de los americanos, uniéndolos por el gran lazo

de un Congreso comun, para que aprendan a identificar sus intereses, i formar a la letra una sola familia. Tenemos fundadas razones para creer que las secciones de Chile i el Rio de la Plata deferirán tambien al consejo de sus intereses, entrando en el sistema de la mayoría, como el único capaz de dar a la América, que por desgracia se llamó ántes española, independencia, paz i garantías.

UNICO ASILO

DE LAS

REPÚBLICAS HISPANO-AMERICANAS

(EN UN CONGRESO JENERAL DE TODAS ELLAS). Dedica estas reflexiones a sus compatriotas un chileno (1).

The convulsions of nations and the calamities and the crimes of mankind, always form the most interesting subject of history; and happy is that people concerning whom the historian finds little to relate. From the period of the acceptance of their contitution, the American States have, in á great degree, enjoyed that fortunate situation.

ENCYC. BRIT.

SITUACION DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS EN LOS MOMENTOS DE LA REVOLUCION DE SU INDEPENDENCIA.

Nuestra Metrópoli no era una de las naciones mas cultas de la Europa i los pueblos que ella esclavizaba, naturalmente debian hallarse mas atrasados en la escala de la civilizacion. La España que puede vanagloriarse de haber sido uno de los

(1) Don Pedro Felix Vicuña.-Este folleto fué escrito a consecuencia de la guerra de Chile con la Confederacion Perú-Boliviana.

pueblos mas civilizados, i quizá el que mas florecia en el nacimiento de las ciencias, habiendo producido en aquellos oscuros tiempos, filósofos, escritores i artistas eminentes, sucumbió bajo la tiranía i principios de la Casa de Austria, que en lugar de dirijir hombres esclarecidos solo procuraba gobernar viles i degradados esclavos. La fuerza de las armas, el fanatismo, i la supersticion fueron los medios mas eficaces con que Felipe II consumó los planes que su padre habia iniciado en la Península, para preservarla de las guerras de relijion que él mismo habia tenido que sostener en Alemania, con tanto teson i éxito tan variados. El feliz resultado quo obtuvo Felipe de conservar la unidad de sus pueblos, i al mismo tiempo la tranquilidad interior, mientras las demas naciones se despedazaban, hicieron incuestionables los medios de que habia usado aquel tirano, i todos sus sucesores con una fé ciega siguieron sus máximas i principios. Las ciencias i las artes detenidas en su noble curso, perseguido el talento i el saber, ya por la politica que temia el esclarecimiento de los derechos del hombre, o bien por el fanalismo, que ella misma habia armado, ha hecho que la España no cese de retroceder, cuando las otras naciones de Europa caminaban a su engrandecimiento. Por mas de dos siglos los infelices. habitantes de esta nacion dotada de un carácter enérjico i jeneroso, han sido el ejemplo del funesto influjo del despotismo.

La América Española, que abrazaba paises tan inmensos, i poseia riquezas lan estraordinarias, desde un principio fijó las recelosas miradas de los monarcas de España. La distancia que separaba a estas rejiones, la envidia de las otras naciones de Europa, aquel ciego espíritu de colonizacion que las animaba i el sistema mercantil, que era la ficbre de todos los pueblos civilizados, aun llevó mas adelante los tiranicos

principios con que sus reyes habian dirijido la Península. El aislamiento mas completo de toda la América, fué siempre el plan favorito del gobierno español, sin permitirnos otra comunicacion que con los seres envilecidos que recibiamos por amos. Nuestros puertos fueron todos cerrados, i prohibido el comercio con las otras naciones, pues se creia quo tarde o temprano este mismo comercio nos habia de traer la ilustracion, objeto de todos los temores de aquel degradado gobierno. Pero cuanto prueba el influjo de la tiranía, cuando lo acompaña el fanatismo, es el haber consentido que nuestra situacion era la mejor que podiamos esperar, i el ballar en cada lei que nos humillaba los tiernos miramientos de un monarca querido. Se nos habia hecho concebir el saber como sinónimo de irrelijion e inmoralidad; las luces como los abortos de hombres abominables que querian corromper el mundo, i las ciencias como teorías inútiles. La sola presencia de un curopeo, que no fuese español, nos llenaba de aquellos tristes recelos, que las preocupaciones i una educacion aun mas ignominiosa querian fuesen las bases de nuestro envileci

miento.

Nuestras costumbres correspondian a las máximas que se nos presentaban como incuestionables axiomas, ellas seguian la marcha de nuestra educacion, pero por un principio politico abominable se nos permitia un espíritu de relajacion, que en la Península hubiera sido severamente castigado. Una distraccion que corrompiendo nuestro corazon nos apartase de considerar en nuestros verdaderos intereses, aunque vil i criminal, se hermanaba mui bien con los rijidos principios del fanalismo, i la disolucion, el juego i olros vicios no menos funestos eran los regulares pasatiempos i quizá los únicos placeres de millones de hombres, que ya habian dado algu nos pasos en la carrera de la civilizacion.

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