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sus acciones, en cuanto emanaban de sus atributos. Otro proyecto de que se ocupó, desde luego, Rosas fué el enviar á buscar una imprenta con todos sus enseres. Hasta entonces, Chile, sumerjido en las espesas tinieblas del absolutismo y del abandono, no habia podido elevarse á las altas rejiones de la intelijencia, y estaba encharcado en el estado de nulidad que un gobierno egoista le habia impuesto. Una imprenta muy pequeña con algunos pocos caractéres ya gastados componian la oficina tipográfica del gobierno, y solo servia para esquelas, papeles sellados y, algunas veces, recibos de induljencias (1).

Don Manuel Salas, que aparece en todas partes siempre que se trata de progresos y de ilustracion, se habia quejado muchas veces de tan reprensible indolencia, y á ruegos suyos, por proposicion de Rosas, la junta pidió una á la de Buenos-Aires, la cual dió el encargo á Moreno, su encargado de negocios en Londres. Desgraciadamente, la muerte de aquel grande y hábil patriota sobrevino para impedir la realizacion del envío, de suerte que Chile se vió privado hasta en 1812 de este admirable instrumento de progresos, de libertad y de civilizacion. Tambien se habia pensado en fomentar la enseñanza pública, y don Juan Egaña fué encargado de formar un plan de estudios. Igualmente se pensó en abrir las puertas al comercio estranjero, proposicion que chocó mil intereses diversos, y que, por esto mismo, no tuvo desde su principio toda la aceptacion que merecia. Los Espa

(1) El 21 de marzo de 1809, la Universidad, humillada de no ver ninguna en el país, decidió, por su propia honra, que se enviase á buscar una á BuenosAires ó á España, y que, por falta de fondos, se tomase la cantidad necesaria á interes, hipotecando los fondos de la Universidad.

Archivos de la Universidad.

ñoles, sobretodo, como comerciantes los mas ricos y los mas numerosos, fueron los que emplearon todo el influjo que les quedaba en hacer avortar dicho proyecto.

Pero habia una cuestion que, por el momento, era de una importancia mucho mayor aun, puesto que se trataba de lejitimar un gobierno sobre la apreciacion de un voto jeneral.

La junta no habia sido nombrada mas que por los habitantes de Santiago, y, por consiguiente, no era mas que la espresion de una sola ciudad, y, tal vez, de un solo partido. Por esta razon, se presentaba bajo el título modesto de provisional, y desde su instalacion habia tenido cuidado de prometer que su existencia duraria solo hasta el momento de la reunion de un congreso jeneral; pero el momen o de esta reunion habia llegado despues de mucho tiempo, y la junta no cumplia su pro

mesa.

Esto ocasionó algunas quejas por parte de las provincias, de las cuales algunas habian ya nombrado sus diputados sin preocuparse de la forma en que estos nombramientos debian hacerse para que fuesen legales. En Santiago, el cabildo, que desde el 13 habia pasado sus instrucciones é indicado el 1 de marzo 1811 para la reunion de los diputados, tampoco veia con indiferencia el retardo contrario á la soberanía del pueblo, y á la regularidad de todo gobierno popular y representativo. Sobre este particular, ya muchas veces habia hecho estas observaciones, tanto verbalmente como por escrito, á la junta suprema, y, el 14 de diciembre, el procurador de ciudad le pasaba una representacion en la cual terminaba diciéndole que :

Evacuando aquel importante negocio con la breve

dad y en los términos propuestos, será de la mayor satisfaccion para todo el pueblo, y calmará, consiguientemente, la crítica inquietud en que está, desde el momento en que V. SS. puedan cerciorarle de haber quedado ya espedito (1). ►

Al dia siguiente, la junta gubernativa llenaba los deseos del ayuntamiento y de la nacion pasando un acto por el cual esponia los motivos que habian inducido á la capital á formar un gobierno provisional, y daba reglas para la convocacion de un congreso nacional, cuyo mandato era :

Acordar el sistema que mas conviene á su réjimen, seguridad y prosperidad durante la ausencia del rey;

Discutir, examinar y resolver, tranquila y pacíficamente, qué jénero de gobierno es apropósito para el país en las presentes circunstancias;

⚫ Dictar reglas á las diferentes autoridades, determinar su duracion y facultades (2).

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El país, entonces, estaba dividido en veinte y cinco partidos, que debian nombrar, á lo menos, un diputado cada uno; pero algunas veces dos ó tres, segun la poblacion que tenian. Santiago, como ciudad principal, y la mas populosa, debia elejir seis.

Se necesitó tambien un reglamento de eleccion, y, por falta de todo poder lejislativo, el cabildo se encargó de formular uno, que la junta provisional adoptó y añadió á su proclama al pueblo de la República.

Este reglamento era sencillo, moderado y tambien bastante liberal para las provincias, en aquellas circunstancias; pero, noobstante, algunos que no consideraban

(1) Véanse los documentos. (2) Véanse los documentos. V. HISTORIA.

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en los actos políticos mas que la voluntad del pueblo, pretendieron que era dar un desmentido al principio, y que todo Chileno debia votar, pues cada uno tenia el derecho imprescriptible de nombrar su diputado, sin escluir mas que aquellos que no lo mereciesen por su moralidad.

Miguel Infante, que era el alma de este partido, lo pedia con la fuerza de conviccion que le daban sus opiniones eminentemente democráticas y exijia el sufrajio universal, convirtiendo así una cuestion de derecho político en un acto de puro y sencillo ejercicio de una facuitad.

Afortunadamente, la mayoría, mucho mas provida, combatió este principio, porque comprendia que seria un grave yerro el querer que votasen hombres sin antecedentes, sin intelijencia, y, las mas veces, bastante infelices para ponerse á la merced del primero que les pagase, lo que seria, para en adelante, un ejemplo fatal. Así, en el artículo 4 del reglamento, la junta tuvo cuidado de decir que para las elecciones : « Se debia citar al cabildo, por medio de esquelas, á los jefes de todas las administraciones, prelados de las comunidades y vecinos nobles de la capital. »

Queriendo, de este modo, limitar el derecho de voto, no al número, sino á la parte sana y arreglada de la sociedad.

Lo mismo sucedió en la eleccion que se debia de hacer de los diputados, que era preciso escojer entre las personas pudientes, porque el título era gratuito; y, sobretodo, que fuesen de edad de veinte y cinco años, « de buena opinion y fama, aunque sean eclesiásticos seculares, decia el reglamento.

Los curas, los subdelegados y oficiales veteranos eran escluidos, porque por sus obligaciones no podian ausentarse de sus destinos.

Igualmente, lo eran los estranjeros, los quebrados, los acreedores de la real hacienda y los que habian tenido alguna condena infamante.

En cuanto al dia de la reunion en Santiago, debia de ser el 15 de abril, y las sesiones habian de empezar el 1 de mayo.

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