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nejo de los resortes de la administracion de hacienda, en atencion à la muchedumbre de sus operaciones, y porque tenia que obrar con prontitud y muchas veces de improviso.

Tambien la organizacion municipal participó de la reforma. La constitucion daba fuerza de ley á las medidas ya tomadas para que fuesen nombrados en elecciones populares los miembros de dicha corporacion, revocando así todas las antiguas órdenes que hacian de dichos nombramientos otros tantos objetos de venalidad, y tal vez de opresion, y desde luego fué preciso proceder á otras elecciones. Los nuevos miembros manifestaron prontamente las intenciones mas filantrópicas con respecto á la hermosura, la limpieza y la seguridad de la ciudad, y al bienestar de sus habitantes. Entonces fué cuando se pensó por la primera vez en el alumbrado de las calles, que hasta entonces habian estado abandonadas á una policía muy descuidada, y en formar una compañía de serenos para vijilar con cuidado y eficacia por la seguridad pública.

Igualmente se proyectó la formacion de una sociedad económica de Amigos del país, sancionada por un decreto del gobierno que prometia fomentarla con todo su poder (1). El objeto de esta sociedad era reunir todos los partidos, haciéndolos partícipes, como consejeros privados, de los negocios administrativos; inspirar ideas de jenerosa filantropia y hacer apreciables las virtudes cívicas, que en una nacion jóven y á punto de ser rejenerada, deben ser los móbiles de los actos de todo gobierno y de todo empleado. A su apertura, que tuvo lugar

(1) Esta idea filantrópica pertenece tambien á don Manuel Salas, que la bizo adoptar por el ayuntamiento, y, á consecuencia, por el gobierno.

el dia primero de febrero, su secretario Don José Antonio de Irizarri, uno de sus mas activos fundadores, y su mas firme apoyo, pronunció un discurso en el que resaltaban sus vivos deseos de que los habitantes de este feliz país gozasen en adelante de una vida de delicias, y de que se pudiesen reunir todos los elementos de prosperidad para ponerlos en correlacion unos con otros y formar con ellos la base sólida de una constitucion social. « El anciano oprimido con el peso de los años y de las desgracias (decia él); la viuda miserable que mendiga el alimento de sus hijos; el huérfano que se halla aislado en medio de la naturaleza; la doncella perseguida por la necesidad y la malicia, todos, todos hallarán en esta sociedad el remedio suspirado. El arte proporcionará los medios de adquirir todas las comodidades de la vida. La ilustracion disipará las sombras de la ignorancia, y los dias mas claros, mas deliciosos y serenos seguirán á las noches tenebrosas en que estuvieron envueltas nuestras vidas (1). »

Fué uno de los caractéres de la revolucion chilena el personificarse desde un principio en la clase la mas distinguida, la de mas probidad y la mas decidida por el bien comun. Sin duda en las grandes convulsiones políticas cuando un pueblo dominado aun por sus inclinaciones, hábitos y preocupaciones, se ve de repente impelido á adoptar nuevas ideas, obligado á defender ó mas bien à proclamar derechos por tan largo tiempo oprimidos, debe de haber en las diferentes clases de la sociedad luchas de interes, de opinion y de amor propio que tomando un carácter apasionado se hacen tenaces y se alejan de la moderacion y justicia que son los principios

(1) Véase la Aurora de Chile, no 5 del tomo segundo.

fundamentales de una buena lejislacion. Esto es lo que ha sucedido en todos los paises que han querido elevarse á la posesion de su dignidad. En todas partes, del medio de la ajitacion popular surjieron desórdenes y abusos de poder que ha sido preciso disimular para evitar mayores males. El año de 1812, que terminamos, ofrece desgraciadamente numerosos ejemplos de estos desórdenes, y muchas veces el rumor público habia acusado á Miguel Carrera de tolerar demasiado abiertamente esta especie de abusos, sin poder comprender que un país que toma momentáneamente una actitud militar, toma igualmente una anticivil, ocasionada por la presencia de tantos soldados turbulentos por ociosidad, quimeristas y viciosos. Pero fuera de estos inconvenientes de difícil remedio, no se puede menos de reconocer al país mucho adelantamiento debido al patriotismo de sus nobles reformadores, y ciertamente tambien al nervio y al talento de Miguel Carrera, sujeto que casi resume en sí solo toda la historia del año. En el trascurso de este período vemos, á la verdad, que sus acciones se resienten tal vez demasiado de la vida tosca, altanera. pasada en campamentos de ejércitos europeos. Vemos igualmente que sin miramiento por el estado de penuria de la tesorería, y de la pobreza del país, se ha dejado llevar á gastos exorbitantes que desaprobaba el económico carácter chileno; pero al mismo tiempo debemos remontar á aquella época de desorganizacion jeneral en que la lentitud propia de las administraciones civiles eran tan funestas al éxito de un movimiento y á la multitud de reformas que dependian de él, mision que procuraba llenar sino con el acierto de un lejislador, á lo menos con la actividad y la decision de un hombre que

desea verdaderamente la prosperidad de su país. En efecto, en aquel año se ve la primera idea del instituto nacional, y la fundacion de escuelas públicas, aun para las jóvenes doncellas, así como tambien la de una sociedad filantrópica compuesta de las personas las mas sabias del país; se ven las primeras relaciones diplomáticas entabladas con naciones estranjeras; el establecimiento de la primera imprenta y del primer diario; una verdadera organizacion militar; la disciplina de las milicias provinciales; la construccion de nuevos cuarteles; la fábrica de armas; la sancion de emblema nacional; la de una constitucion, la primera que se haya publicado en Chile y que prometia un gobierno legal, y, por consiguiente, digno de ser respetado y defendido por todos los habitantes. Sin duda todas estas instituciones, reformas y mejoras no fueron parto del solo pensamiento de Carrera; pero se realizaron bajo su administracion, y bajo este aspecto no se puede negar que contribuyó muchísimo á su prosperidad y propagacion.

bros de dicha reunion hubieran querido declararle inmediatamente guerra, animados por la que le hacia Buenos-Aires con tanta decision; pero otros demostraron que la falta de recursos del país no permitia el adoptar semejante medida de tanta trascendencia, ademas de que no habia ni buques ni verdaderas fortificaciones. En consecuencia se resolvió que era forzoso aguardar y se aguardaria una ocasion mas favorable.

Por esto se ve de cuan grande utilidad era el viaje de Miguel Carrera, pues no solo iba á organizar la resistencia á una invasion sino tambien à preparar los espíritus á la declaracion de la independencia para la reunion del primer congreso. A este efecto, Perez, Vera, y don Ant. Irizarri habian dado varias proclamas, que igualmente debian enviar á Gaspar Marin para influir al mismo tiempo en el espíritu de los habitantes del Norte. Todo esto se hacia con el mayor apresuramiento cuando de repente se presentó, el 26 de marzo, delante de la bahía de San Vicente, una espedicion enemiga que venia á quitar el nuevo gobierno, y á reponer el de la monarquía española.

El virey Abascal no se habia contentado con amenazar las autoridades revolucionarias de Chile, y habia resuelto, despues de mucho tiempo, enviar una espedicion para forzar el país á entrar de nuevo en la vereda de los intereses monárquicos. Para ejecutarlo, seguia una correspondencia tirada y secreta con muchos realistas de Santiago y Concepcion que le tenian al corriente de lo que sucedia; del espíritu de discordia que reinaba entre los patriotas; del descontento que se habia manifestado á consecuencia de la conducta inconsiderada de los hermanos Carrera, y de los escesos

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