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racion ó medalla que llevaba por un lado una corona de laurel sobre espada y flecha cruzados, con la inscripcion: La patria á sus defensores. En el reverso, al rededor: En la invasion marítima de los tiranos. Y en el centro El gobierno de Chile año de 1813.

El jenio entusiasta de Miguel Infante, que, apesar de su grande apego á la democracia, estaba muy inclinado á recompensar las acciones virtuosas civiles, habia contribuido mucho á la creacion de esta distincion, y el mismo empeño tuvieron Salas y Juan Egaña.

No era menor el ardor del Ayuntamiento por el servicio de la patria. Los miembros jóvenes de esta corporacion, con mucha actividad de cuerpo y de alma, tenian una invencible aversion á las cosas de tiempos pasados y se mantenian, por decirlo así, en sesion permanente para tocar con oportunidad todos los resortes de la resistencia ya animando la juventud á la guerra, ya oponiéndose á que los hacendados inquietasen á sus inquilinos alistados en el ejército si estaban empeñados por sus arriendos, ya intimidando á los realistas con el establecimiento de una comision de salud pública compuesta de un Juez mayor, que fué el coronel don Martin Calvo de Encalada y cuatro prefectos, uno por cada gran barrio, y los cuales eran don Juan Francisco Leon de la Barra, don Antonio Hermida, el conde de Quinta Alegre y don Francisco Xavier de Errazuris. De tiempo en tiempo, daban tambien proclamas en que respiraban los mas puros sentimientos de patriotismo, esponiendo los peligros de la patria y la necesidad de desplegar la mayor enerjía para romper el yugo de la opresion; exortando á los jefes militares á corresponder dignamente á la confianza que su valentía inspiraba al país, y á los padres

de familia á que inculcasen el amor de la libertad á sus hijos y servidores.

Pero el resultado mas brillante que obtuvo esta ilustre corporacion fué el de su jenerosa participacion en la suscripcion voluntaria á favor del estado, y en la cual el público entró con el mas pródigo abandono. Al ojear el Monitor araucano de aquella época, no puede menos de sentirse uno penetrado de admiracion por aquel público que se condenaba á los mayores sacrificios por la defensa de su país y de sus instituciones. No se contentaban con dar dinero, y algunos, grandes cantidades, sino que muchos daban su vajilla y sus cubiertos de plata; otros sus evillas, y hubo quien ofreció y dió cuanto poseia. Juan Egaña, ademas de la jenerosidad de sus dones pecuniarios, envió el oro necesario para seis medallas de la patria. Muchos empleados y entre ellos los tres miembros del gobierno y el secretario de la junta Mariano Egaña, servian sin emolumentos. Los hacendados ponian á la disposicion del gobierno sus haciendas y sus rebaños. Hubo uno que ofreció una parte de sus tierras al primero que tomase un cañon enemigo. Los comerciantes igualmente, se mostraban rivales en entusiasmo de esta jenerosidad chilena. Unos suministraron botones, y otros, paños para vestuario de los soldados de que el público se prometia encargarse; porque es preciso saber que el ya citado monitor indica muchísimos patriotas que suscribieron para sustentar y mantener dos, cinco, diez y hasta veinte soldados, mientras durase la guerra. Por donde se ve que la defensa del país era un verdadero acreedor de todos los ciudadanos, y que los poco pudientes como los que podian mucho eran todos sus tributarios, sinduda

porque el espíritu democrático, al propagarse por todas las clases de la ciudad, habia establecido una solidaridad recíproca entre todos los individuos, de donde debia surjir la unidad social que derogaba las distinciones, y constituia la fuerza de la nacion.

CAPITULO XXII.

El obispo Villodres nombrado intendente de Concepcion.

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sobre Talca. O'Higgins se dirije al cerro de Bobadilla, y lleva la guarnicion al cuartel jeneral.— Un pequeño destacamento sorprende en Yerbas Buenas al ejército real, que lo rechaza y le hace retirarse precipitadamente. - Los dos partidos cantan victoria. - El gobierno la celebra en Santiago. - Insurreccion en los buques la Perla y el Potrillo y entrega de dichos buques á los corsarios que bloqueaban el puerto de Valparaiso. - Pareja, muy enfermo, se decide á ir á atacar los patriotas en Talca. - Los Chilotes rehusan pasar el Maule, y resuelve regresar á Chillan.- Miguel Carrera le persigue. Desorden en la marcha de las tropas chilenas por las lluvias y la poca disciplina de los oficiales.- Acampan en el estero de Buli, de donde se envia un parlamentario á Pareja. Este sale de San Carlos y va á acampar cerca del rio Nuble, en donde tiene que atrincherarsc.- Accion de San Carlos sin resultado alguno para los dos partidos.- El ejército real pasa el Nuble y su retaguardia es atacada por el teniente Molina, que la obliga á abandonar cuatro cañones y algunos bagajes. - Pareja llega á Chillan. – Carrera va á acampar sobre el Nuble.

Pareja acababa de proclamar la constitucion de las Cortes y de tomar juramento de obediencia y fidelidad á todas las corporaciones civiles y militares de Concepcion; pero no satisfecho con esto, quiso anular todos los actos del gobierno intruso, dar nueva organizacion á las diferentes oficinas y no conservar mas que empleados con que podia contar en toda seguridad. Así quitó á muchos el empleo, reformó una parte del cabildo, mudó todos los gobernadores y forzó al intendente Benavente á dar su dimision, poniendo en su lugar al obispo Villodres, de jenio activo, resuelto y sobretodo apasionado por la monarquía española.

Este mismo Villodres fué encargado de verificar el estado moral de la administracion civil, y de proponer

las reformas que le pareciesen necesarias en ella, por hallarse Pareja esclusivamente ocupado en organizar el ejército para empezar á la mayor brevedad la campaña, y marchar sobre Santiago, en donde se proponia entrar con el solenne aparato de un triunfador. La desercion. de las tropas de la patria que habian pasado con apresuramiento á su bandera, y el entusiasmo con que algunos realistas de Concepcion le recibieron, habian hecho creer al presuntuoso jeneral haria una fácil conquista, y tuvo la imprudencia de comunicar á sus soldados la misma estraña ilusion.

Confiando así en un completo y pronto éxito, no le pareció necesario mantenerse por mas tiempo en la capital de la provincia y resolvió marchar sobre Talca para desalojar al enemigo y establecer allí sus propios cuarteles de invierno. Su ejército acababa de recibir el refuerzo de los granaderos de la frontera y de los dragones, y en seguida, de varios rejimientos montados de milicias que habian venido incorporársele de Rere, Arauco, los Anjeles y otras partes, con el cual ascendia aproximativamente á dos mil soldados viejos, contando doscientos artilleros con veinte y cinco piezas de campaña, y á cuatro mil milicianos montados, que mediante los bien provistos almacenes de Concepcion, pudieron ser completamente armados y equipados.

De estas fuerzas, Pareja formó tres divisiones que mandó salir con intérvalo de dias; la primera, mandada por Berganza, se puso en marcha el 8 de abril; la segunda, á las órdenes de Ballesteros, el 11, y la tercera el 14, todas en la direccion de Chillan, y luego, sobre Linares, en donde hicieron su juncion el 24 del mismo

mes.

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