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servó la nobleza honorífica, él obró con firmeza, á despecho de las murmuraciones de las personas influyentes que se vieron heridas en lo que mas apreciaban, es decir, en la privacion de sus escudos de armas que tanto lisonjeaban su amor propio, dándoles á veces una alta idea de su pretendido mérito y de su superioridad sobre los demas.

Tomada esta medida de alta importancia en las reformas sociales y despues de haber introducido mejoras en las diferentes administraciones, restableciendo los tribunales, organizando las municipalidades, etc., O'Higgins decidió su viaje; pero para emprenderlo era necesario que le reemplazase una persona de mérito, y tuvo el poco tacto de nombrar un natural de Buenos-Aires, el coronel don Hilarion de la Quintana, que aunque pariente de San Martin habia de herir necesariamente la susceptibilidad nacional de los Chilenos y dar pábulo á la envidia y á la crítica. El descontento del amor propio lastimado fué tan jeneral, que O'Higgins no debió despreciarlo, antes bien ceder á las exijencias de un partido por mas que las de esta clase sean muchas veces injustas; pero esto hubiera sido manifestar debilidad, y ni su carácter ni la severidad que queria imprimir á su administracion se lo consentian: se hizo pues sordo á las murmuraciones de los quejosos, y el 15 de abril se puso en marcha acompañado del ministro de la guerra Zenteno.

Aunque su intencion era dirijirse cuanto antes al sur, donde las Heras habia tenido un encuentro ventajoso el 5 del mismo mes en los campos de Curapaligue (1), sin

(1) Luego que Ordoñez supo la aproximacion de Las Heras, no pudiendo refrenar su carácter guerrero, salió á su encuentro á detener su marcha y á batirlo. Para esta espedicion tuvo que tomar todos los soldados de la Quiriquina que custodiaban los presos políticos, y al verse estos libres de sus guardianes, construyeron balsas y á los ocho dias, es decir el 12 de abril, consiguieron salvarse en número de doscientos lo menos en las aguas del Tomé.

embargo se detenia en todos los pueblos por donde pasaba á revistar los rejimientos de milicias que estaban en disposicion de poderse mobilizar al primer aviso, y á examinar el estado de las municipalidades recientemente organizadas. En Talca, donde se hallaba el 24, decretó un empréstito estraordinario de 600,000 pesos, cuya tercera parte debian pagar los habitantes de los pueblos del norte de Santiago desde Melipilla hasta Copiapó, pero suspendió su cobro á consecuencia de la contribucion mensual y jeneral que exijió su sustituto en el gobierno don Hilarion de la Quintana.

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CAPITULO XLVII.

Los fujitivos de Chacabuco van á Lima, y Pezuela los envia á Talcahuano. Ordoñez ataca á Las Heras en Gavilan y es batido. Llega O'Higgins al campamento de los patriótas. Establece su cuartel de invierno en Concepcion. Toma de Nacimiento por Cienfuegos y Urrutia.— Accion de Carampangue y toma de Arauco por Freire.- Institucion de la lejion de mérito.— Declaracion de la Independencia. Se establece un tribunal de alta policia unido à la intendencia.- Don Hilarion de la Quintana renuncia el supremo poder que ejercia interinamente, de resultas del descontento que escita en la capital. Nombramiento de una junta, cuyos poderes se reasumen á poco tiempo en una sola persona. - Trabajos de esta jutita.

Mientras que O'Higgins estaba en marcha para unirse con Las Heras, Ordoñez, que seguia arrinconado en Talcahuano, recibió un refuerzo de tropas procedentes de los restos del ejército de Marco.

Estas tropas, embarcadas, como ya hemos dicho, en desórden y á toda prisa en los buques hallados en el puerto de Valparaiso, iban á Talcahuano á disposicion de Ordoñez; pero habiendo manifestado los capitanes que el agua y los víveres eran en corta cantidad para tanta jente, forzoso les fué tomar el rumbo de los vientos favorables y dirijirse al norte para desembarcar en sitio donde pudiesen proveerse de todo lo que les hacia falta.

El primer puerto que vieron fué el de Coquimbo, que suponian en poder de los realistas, y como ademas el número de soldados embarcados era suficiente para vencer cualquiera resistencia en caso de necesidad, echaron muchas lanchas al agua para acercarse á la costa. Avanzaban con completa confianza, cuando en medio del tumulto y alarma de los habitantes de Coquimbo, le ocurrió

al padre dominico Llamas, de Buenos-Aires, tirar un cañonazo á las embarcaciones que se aproximaban y á esta feliz inspiracion se debió que la alarma cundiese al enemigo, que se alejó á toda vela de aquellas aguas.

Entonces el brigadier Olaguer Filiu, que por ser el oficial de mas graduacion habia tomado el mando en la retirada, dispuso ir al puerto del Huasco. Aunque sabia que estaba muy poco habitado, creyó prudente que bajasen á tierra doscientos soldados á las órdenes de Maroto, y gracias á este alarde de fuerza, pudieron hacer tranquilos la aguada necesaria y apoderarse de muchos carneros para el consumo del viaje.

Si el delirio no se hubiese apoderado de las cabezas de estos fujitivos, es probable que una vez provistos de todo lo necesario, se hubieran hecho á la vela en direccion al sur, para reunirse á Ordoñez, organizar con todas estas tropas reunidas la resistencia, y quizá tomar la ofensiva en razon á su número y á los muchos partidarios con que contaban en la provincia. Esta fué la opinion de algunos oficiales, pero en consejo de guerra se decidió lo contrario, resolviéndose tomar el rumbo del Callao.

El virey Pezuela los recibió con todo el desden que merecia su vergonzosa huida : no solo no les permitió aproximarse á Lima, sino que mandó preparar inmediatamente barcos para reembarcarlos y enviarlos al puerto de Talcahuano, que era el que ellos debieron haber elejido por punto de retirada.

Eran estos soldados los que habian llegado á Talcahuano en número de mil seiscientos, inclusos los que se incorporaron en el Callao. Con la reunion de estas tropas y las que Sanchez habia llevado de Chillan, Ordoñez con

taba con dos mil seiscientos veteranos próximamente, y era demasiado valiente y atrevido para no intentar un golpe de mano contra los patriotas.

Un mes antes, esto es, el 5 de abril, hubo un pequeño encuentro entre una fuerte vanguardia de Ordoñez mandada por el mayor Campillo, y las avanzadas de Las Heras; y aunque las ventajas obtenidas por los patriotas, que quedaron dueños del campo, no fueron muy grandes, dieron sin embargo por resultado hacer desguarnecer la isla de la Quiriquina y facilitar la evasion de los muchos patriotas que estaban allí presos (1). Por lo demas, esto solo fué el preludio de un combate mucho mas importante que tuvo lugar muy poco despues.

Era el 5 de mayo. Las Heras estaba acampado en las alturas del cerro del Gabilan, en frente del pequeño cerro de Chepe. Ordoñez cargó sobre él con todo el ímpetu del primer ataque; pero habiendo sido rechazado, se rehizo en un sitio no muy distante y cargó segunda vez con los cazadores que iban á la cabeza de las columnas, mientras dos piezas colocadas en la cima del cerro de Chepe, metrallaban á la infantería. No fué mas feliz este segundo ataque, gracias á una admirable carga de los granaderos de caballería, que sable en mano cayeron sobre los cazadores enemigos, y los batieron hasta el pié del referido cerro, bajo el fuego de sus cañones. Entonces Freire, que succesivamente habia ido de la Merced á la Alameda á hacer frente á las diversas maniobras del enemigo, se coloca á toda prisa en el lado en que la artillería causaba mas daño, mata con una de

(1) No parece sino que O'Higgins tenia la habilidad de saber engañar á su adversario escribiendo planes finjidos á sus amigos en la persuasion de que estas cartas irian á pasar á manos de algun realista, que fué lo que esta vez sucedió con Ordoñez.

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