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sus pistolas al artillero que iba á hacerle fuego, se apodera de las dos piezas y pone en completa derrota primero á los artilleros que las servian y despues á la mayor parte del ejército enemigo á quien batió en retirada sobre Talcahuano. El resto, temiendo ser cortado por el batallon de granaderos que mandaba el impetuoso teniente don Manuel Medina, se retiró por el mismo lado, perseguido por los granaderos de caballería, por los tiraderos que habian hecho frente á las nueve lanchas cañoneras y por muchas compañías á las órdenes del sarjento mayor don Enrique Martinez. El comandante don Cirilo Correa, á quien O'Higgins envió inmediatamente con la division número 7, alcanzó á tomar parte en el perseguimiento (1).

O'Higgins llegó poco despues y dió la enhorabuena al valiente Las Heras por la accion, que fué muy favorable á la patria, pues se cojieron tres cañones, doscientos tres fusiles, muchas municiones, etc. Habiendo tomado el mando del ejército, fué à acampar delante de Talcahuano con ánimo de intentar un asalto; pero desgraciadamente lo avanzado de la estacion y los muchos temporales deshechos le obligaron á retroceder á Concepcion para establecer allí sus cuarteles de invierno.

Aprovechó este tiempo de descanso en instruir y disciplinar con todo el esmero que exijia el peligro de la patria, á una parte del ejército que verdaderamente no habia aprendido á batirse mas que el dia de la batalla. De cuando en cuando se ponian en marcha muchas compañías, tanto para batir á los realistas, como para acostumbrarse á la disciplina y á la fatiga. El enemigo ocu

(1) Segun algunos autores realistas, el coronel Morgado fué el que tuvo la culpa de esta derrota, porque estuvo inmóvil con la caballería sin hacerla maniobrar.

paba toda la línea sur del Biobio y era necesario desalojarle y quitarle las dos fortalezas de Nacimiento y de Arauco, muy importantes ambas para tener á raya á los indios. Al capitan don José Cienfuegos, que habia dejado á Las Heras en Maule para ir á tomar el mando de los Angeles ya ocupado por el capitan Urrutia, se le encargó la toma de Nacimiento, y el 14 de mayo se presentó á su frente con la firme resolucion de hacerse dueño de ella. El capitan Urrutia, con veinte y cinco hombres de vanguardia, se puso en camino por la noche y llegó sin ser apercibido á los alrededores del pueblo, que bloqueó para impedir la entrada de los caballos en el fuerte. Mientras la accion, don Domingo Urrutia, confiado en el mucho polvo que habia, tomó ocho soldados y prometió apoderarse del fuerte dirijiéndose á la puerta, aunque estaba defendida por tres cañones. Sus amigos quisieron disuadirle, pero él escuchando solo el instinto del denuedo, marcha con sus valientes compañeros y recibe casi á quema ropa una descarga de metralla, que le mata tres soldados, hiere otros muchos y le obliga á retroceder con un brazo fracturado, que fué necesario amputarle. Suceso triste para este puñado de hombres que tenian la mayor confianza en el arrojo de su capitan, pero que no les hizo desistir del ataque, antes bien continuaron el bloqueo del fuerte hostigando á los realistas desde el alto de las casas en que se habian apostado. El combate duró así todo el dia, continuó por la noche aunque menos vivo, y al siguiente los sitiados, no pudiendo provcerse de agua, se vieron en la necesidad de rendirse.

Despues de este triunfo, corto pero bastante interesante, porque de sus resultas tuvo que retirarse tambien

sus pistolas al artillero que iba á hacerle fuego, se apodera de las dos piezas y pone en completa derrota primero á los artilleros que las servian y despues á la mayor parte del ejército enemigo á quien batió en retirada sobre Talcahuano. El resto, temiendo ser cortado por el batallon de granaderos que mandaba el impetuoso teniente don Manuel Medina, se retiró por el mismo lado, perseguido por los granaderos de caballería, por los tiraderos que habian hecho frente á las nueve lanchas cañoneras y por muchas compañías á las órdenes del sarjento mayor don Enrique Martinez. El comandante don Cirilo Correa, á quien O'Higgins envió inmediatamente con la division número 7, alcanzó á tomar parte en el perseguimiento (1).

O'Higgins llegó poco despues y dió la enhorabuena al valiente Las Heras por la accion, que fué muy favorable á la patria, pues se cojieron tres cañones, doscientos tres fusiles, muchas municiones, etc. Habiendo tomado el mando del ejército, fué á acampar delante de Talcahuano con ánimo de intentar un asalto; pero desgraciadamente lo avanzado de la estacion y los muchos temporales deshechos le obligaron á retroceder á Concepcion para establecer allí sus cuarteles de invierno.

Aprovechó este tiempo de descanso en instruir y disciplinar con todo el esmero que exijia el peligro de la patria, á una parte del ejército que verdaderamente no habia aprendido á batirse mas que el dia de la batalla. De cuando en cuando se ponian en marcha muchas compañías, tanto para batir á los realistas, como para acostumbrarse á la disciplina y á la fatiga. El enemigo ocu

(1) Segun algunos autores realistas, el coronel Morgado fué el que tuvo la culpa de esta derrota, porque estuvo inmóvil con la caballería sin hacerla maniobrar.

pletamente abandonado por los realistas, porque unos se habian embarcado para Talcahuano y los otros, bajo la direccion de Pinuel, habian marchado en compañía de gran número de indios por el lado de Tubul. Reposaban estos tranquilamente en la noche del 31 de mayo, cuando Freire fué á sorprenderles, y á hacerles sentir una pérdida mucho mayor que la del dia antes en Carampangue. Pinuel fué herido mortalmente, pero pudo embarcarse para Talcahuano, donde murió sus compañeros se salvaron por tierra de indios y se dirijieron por el lado de Nacimiento. En cuanto á Freire, volvió al cuartel jene-· ral, adonde le llamaban los mas importantes asuntos, dejando al capitan Cienfuegos de comandante de esta plaza (1).

Mientras la provincia de Concepcion y la frontera eran teatro de una multitud de pequeños encuentros ó escaramuzas, útiles porque se habituaba el soldado á la disciplina y á la fatiga, O'Higgins se ocupaba en crear una distincion que patentizase á la nacion la bizarría y los altos hechos de los conquistadores de la libertad chilena. Por lo mismo que habia abolido la nobleza hereditaria, en la que la casualidad constituia todo el mérito de sus individuos, quiso reemplazarla con otra personal, cuyo objeto fuese recompensar no solo el valor, sino tambien el talento; y hé aquí el orijen de la lejion de mérito que se instituyó por decreto de 19 de junio de 1817, y á la cual podian aspirar todos los que hubiesen hecho al

(1) Algun tiempo despues los indios, con pretesto de hacer la paz, propusieron á Cienfuegos que fuese á tratar con ellos, y apenas llegó lo mataron á él y á todos sus soldados y milicianos, escepto unos cuantos que llevaron la noticia á Arauco : á algunas personas les dejaron que se salvasen y á don Luis Rios que se escondiera. Esto obligó á hacer otra espedicion, que tambien mandó Freire, quien apoderado segunda vez de Arauco, tuvo á los pocos dias otra en Tubul.

gun servicio al país, fuesen paisanos ó militares, perteneciesen á la clase alta ó á la de los plebeyos (1).

No cabe duda en que una distincion para todo hombre de mérito es una recompensa digna de las grandes naciones, porque el honor es el principio de todo lo grande que se hace en el mundo; y remunerar este honor con una cruz, una cinta, es economizar los fondos del tesoro público y escitar una jenerosa emulacion en todas las clases de la sociedad. Pero ¿ se encontraba Chile en el caso de crear semejante institucion? De ninguna manera; y no porque estuviese rejido por un sistema republicano, pues en los mismos Estados-Unidos, á pesar de que la órden de Cincinato fué en algun modo sofocada en su cuna, la democracia á medida que se hacia rica usurpaba títulos y blasones que ha conservado con gran vanidad. Pero en Chile la poblacion era tan corta y el gobierno tan popular y en relaciones tan íntimas de amistad y parentesco con la masa de los habitantes, que no podia menos de haber desde un principio numerosos abusos, bastantes para desprestijiar la institucion y jeneralizarla hasta el punto que perdiese todo su mérito, especialmente luego que dejasen de pagarse las pensiones con que se dotó. Esto fué lo que sucedió en efecto, y desde entonces cayó esta distincion para no volver á levantarse.

Otro acto de grande importancia siguió al de la creacion de la lejion de mérito la declaracion de la inde

(1) Se componia de grandes oficiales con 1,000 pesos de pension, oficiales con 500, suboficiales con 250. Gozaban un fuero particular en virtud del cual si cometian algun delito, solo podian ser juzgados por sus iguales. El principal objeto de la institucion era abrir un camino glorioso á las acciones brillantes, á los grandes talentos y á las altas virtudes. Véase el decreto del gobierno publicado en aquella época.

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