Imágenes de páginas
PDF
EPUB

á

de gloria á esta naciente escuadra, no quiso esperarlos á pesar de la falsa noticia de que estaban con la Isabel otros cuatro buques; y poniéndose en marcha llegaron á las ocho de la noche delante de la isla de la Quiriquina, donde pernoctaron. Al dia siguiente 28 de octubre entraron en la bahía con pabellon inglés, contestando al cañonazo que disparó la María Isabel para afirmar su bandera española; y cuando iban avanzando y estaban ya á corta distancia, les tiraron otros cuatro cañonazos, que solo respondieron cambiando el pabellon inglés por el nacional, y poniendo inmediatamente la proa á la fragata, lo que fué una señal de terror para sus tripulantes. Estos despues de disparar contra los patriotas toda la andanada cortaron los cables y echaron la fragata á la costa no obstante el fuego de fusil y de cañon de la San Martin, y se escaparon en botes ó á nado, por manera que cuando llegaron los oficiales de la escuadra al buque barado no encontraron mas que setenta hombres, cinco pasajeros y el jóven don Antonio Frias, sobrino del ministro de Indias, embarcado por mal sujeto y que fué sin embargo el único que hizo alguna resistencia á la cabeza del pequeño número de soldados que quedó á bordo.

La toma de la fragata María Isabel fué saludada con grandes esclamaciones de alegría en los dos buques. Arrojada á la costa era sin embargo muy dudoso poder salvarla, cuanto mas que Sanchez no tardaria en presentarse á disputarla con la fuerte guarnicion de Concepcion,

á

que se habian agregado las tropas desembarcadas de la misma fragata. Con objeto de hacer frente á este ataque, envió á tierra el comandante Blanco ciento cincuenta soldados de marina y algunas piezas, con órden

de ocupar la cortadura, paso sumamente estrecho para entrar en la pequeña poblacion de Talcahuano, pero defendido por muy poca jente, y de detener á Sanchez, que no tardó en llegar con tres compañías de Cantabria, un escuadron de milicias de caballería de la Laja y el de dragones cazadores que marchaba á pié de vanguardia. Este escuadron llegó á la cortadura antes que los patriotas, lo que dió motivo á una pequeña escaramuza, que obligó á estos, por la inferioridad de su número, á volverse á bordo.

Segun el comandante Blanco lo habia previsto, los realistas hicieron por la noche una tentativa para abordar la fragata encallada; pero habiendo sido rechazados vigorosamente, se limitaron á hacer fuego de fusil y á disparar los cañones del fuerte de San Agustin contra la San Martin y la Lautaro, sin tocar á la María Isabel, persuadidos de que no podrian sacarla los patriotas del sitio en que estaba. Con efecto, el tiempo no favorecia nada esta operacion. Reinó toda la noche un viento norte con algunos chubascos que empujaba la fragata mas hácia la costa que á la bahía, lo cual unido á una fuerte marea que estaba subiendo, hubiera quitado toda esperanza á aquellos nobles soldados llenos de fatiga, en medio del fuego de las tropas de Sanchez colocadas en la playa y al abrigo de las casas, si por la mañana no hubiese cambiado providencialmente el viento al sur. Dejando inmediatamente las armas, soldados y marineros se pusieron á trabajar en la maniobra, y con su actividad y su entusiasmo el capitan Wilkinson logró levantar á la Maria Isabel, y luego esta empezó á navegar por la bahía, con admiracion de los realistas y á los mil gritos de alegría de los patriotas, satisfechos del buen resultado de sus

primeros ensayos y de haberlo obtenido sin grandes pérdidas. Estas fueron casi insignificantes, y de los oficiales, solo el mayor Miller, á quien hicieron prisionero, corrió algun riesgo por ser estranjero, pero le salvaron Loriga y don Saturnino Garcia, habiendo sido canjeado en seguida por el teniente Frias cojido á bordo.

Aunque de grande importancia la toma de la María Isabel, no fué el único resultado de esta primera campaña. Por las instrucciones que se le dieron y por papeles muy importantes dejados á bordo con culpable neglijencia, supo don Manuel Blanco que los demas buques del convoy debian tocar en la isla de Santa María antes de ir á Talcahuano. Con la idea de apoderarse de ellos uno á uno, dió inmediatamente la señal de partida, y el 1° de noviembre toda la escuadra, aumentada con la Galvarino que habia llegado hacia poco, fondeó entre dicha isla y el continente. Por si algun buque se dirijia directamente á Talcahuano, envió á la Chacabuco, que acababa de reunirse, á que cruzase delante de su bahía.

Gracias á estas precauciones y á la hábil prudencia del jefe de la escuadra, todos los buques del convoy cayeron uno tras otro en los lazos de los patriotas, apoderándose estos succesivamente de las fragatas Magdalena, Dolores y Carlota, con cuantas personas iban en ellos, á quienes trataron con los mismos miramientos que á huéspedes que fuesen á avecindarse á una ciudad. Poco antes de llegar al cabo de Hornos invadió el escorbuto á estas embarcaciones haciendo muchas víctimas, y cuando cayeron en poder de los patriotas continuaba la enfermedad sus grandes estragos, hasta el punto que habia muchos soldados y marineros en el estado mas deplorable tendidos en el puente.

VI. HISTORIA.

21

Aunque las tres fragatas no eran todas las que se aguardaban, el comandante don Manuel Blanco Encalada determinó volver á Valparaiso, dejando en aquel apostadero la Chacabuco, la cual á los pocos dias se apoderó de dos buques de los tres que restaba cojer, pues el otro siguió la ruta directa á Lima.

Así acabó esta famosa espedicion, formada con tanta algazara y destruida con tanta habilidad. Casi todos sus buques pasaron á formar parte de la escuadra chilena, y de los dos mil hombres embarcados, doscientos cincuenta fueron en la Trinidad á Buenos-Aires, quinientos llegaron á su destino y desembarcaron en Talcahuano, las tropas chilenas cojieron setecientos próximamente y los restantes murieron del escorbuto ó arribaron á Lima en la fragata Especulacion.

Si nos detenemos á considerar las consecuencias morales y materiales de esta campaña para el porvenir del país, veremos que por sus resultados casi puede compararse con la victoria de Maypu. En esta San Martin destruyó un ejército que podia aun reponerse; en aquella Blanco puede decirse que acabó con la marina real, ó que por lo menos la imposibilitó para batirse. El uno preparó la independencia chilena; el otro la llevó á cabo, preparando la del Perú con el dominio del mar del Sur, que conquistó para la libertad. Cuando mas adelante hable la historia de estos dos personajes, á quienes las circunstancias elevaron al rango de héroes, por grandes elojios que tribute á San Martin, no podrá menos de colocar á su lado al almirante Blanco por la alta importancia de sus trofeos. Reflexiónese con efecto cual era el estado del país en esta época y lo que hubiera sucedido sin el feliz resultado de la espedicion de Blanco. Se queria dominar los

mares, lo cual era de absoluta necesidad, y Pezuela, que estaba perfectamente enterado de cuantos preparativos marítimos hacia O'Higgins, valiéndose de todos los medios para tener espías en Chile y hasta en los buques de guerra estranjeros, organizaba al propio tiempo una marina pagada en parte por el comercio de Lima, y consiguió tener aprestadas tres fragatas y un bergantin de la marina real, con mas una fragata mercante armada en guerra, para salir al encuentro de la espedicion (1). Ademas de estos buques y de los que tenia en el puerto del Callao, pensaba aprestar otros muchos, pues estaba revestido por el gobierno español de amplias facultades para hacer semejantes gastos, siendo esto tan cierto, como que se le reprendió mas tarde por no haber comprado los dos que se presentaron de venta en la costa y fueron cedidos al gobierno chileno. Si á estos buques hubiera agregado la fragata María Isabel, una de las mejores que por entonces arribaron á aquellos mares, y algunos trasportes de la espedicion que conducian un numeroso material de marina, es muy probable, que ya que no podia impedir los proyectos, hubiera al menos intimidado al gobierno chileno, ¿y quién sabe si se hubiera entonces pensado en una espedicion, que era el sueño de O'Higgins, como de todo buen patriota? Con los mil quinientos hombres de muy buenas tropas, agregados al ejército ya bastante numeroso de Sanchez, este hubiera operado probablemente una fuerte diversion en el ejército chileno, y paralizado sus proyectos. Tal era el temor de las personas reflexivas, temor que adquiria las proporciones del espanto cuando consideraban los muchos elementos de discordia y disolucion que encerraba la escuadra, y que solo un hombre (1) Archivos de Lima.

« AnteriorContinuar »