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en las colonias vecinas (1). » Tambien sembró algunos principios de libertad entre los peruanos, y especialmente entre los indios; lo que inquietó al virey y le obligó á situar tropas en varios puntos de la costa, disminuyendo el campamento de Lima, y á mandar al comandante de los cazadores de Cantabria don Joaquin Bolivar que hiciese uso de las armas para comprimir el espíritu sedicioso que se iba estendiendo mucho en aquellos. Las presas no dejaron de tener alguna importancia, pues consistieron en un buque el Montezuma, y otros ocho ó diez de varios tamaños, algunas lanchas cañoneras y gran cantidad de víveres, efectos y dineros, valuado todo en unos quinientos mil pesos.

(1) Don Antonio García Reyes. Memoria sobre la primera escuadra nacional, p. 36.

CAPITULO LIV.

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El ejército realista va á Talcahuano con los empleados y habitantes de Concepcion. Tambien abandonan esta ciudad las monjas trinitarias. — Balcarce toma el mando del ejército y marcha contra Sanchez. — Pasan los realistas el rio Biobio cerca de Nacimiento. Se apodera Balcarce de esta plaza, y vuelve á Santiago. Sanchez se dirije á Valdivia, y deja algunas tropas en Angol al mando de Benavides.- Digresion sobre este célebre jefe. La provincia de Concepcion mas realista que patriota. - Dispersion de las familias en las orillas del Biobio. Benavides ataca á Rivero en Santa Juana y se apodera de esta plaza. — Asesinato del plenipotenciario Torres y de los prisioneros de Santa Juana. MaLestado de la gran llanura de la Laja y de los Anjeles.— Freire sale de Concepcion para ir á atacar á Benavides. Este va á los Anjeles, é intima á Alcazar la órden de rendirse.— Regresa á Curali, donde es completamente derrotado por Freire.— Este le persigue hasta Arauco y vuelve á Concepcion, donde se dedica á reformas administrativas. Benavides se repone de su derrota y lleva la desolacion al llano de la Laja. — Llega Carrero, es apresada la fragata Dolores y son asesinados su comandante y parte de la tripulacion.- La montonera de Seguel es completamente destruida y muerto su jefe.- Brillante resistencia de don Manuel Quintana al ataque de Bocardo contra Yumbel Escaramuza en el Avellano.- Benavides rehace sus fuerzas y se prepara á nuevos ataques. — Campamento de las monjas trinitarias en Curapalihue.

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La pérdida de la fragata María Isabel y de los trasportes que conducian la mayor parte de los dos mil hombres embarcados en Cádiz para Chile, colocó á Sanchez en una posicion sumamente crítica. Dueños del mar los patriotas, se encontró aislado en la provincia, sin esperanza de socorro de ninguna especie y en la imposibilidad de resistir á las tropas de mar y tierra que no tardarian en atacarle. En este conflicto, cuya principal causa era la partida de Ossorio, Sanchez reunió un consejo de guerra para discutir lo que convenia hacer, siendo su opinion que se abandonase á Talcahuano, opinion en que persistió no obstante el parecer contrario de algunos oficiales. Se decidió pues, retirarse á los Anjeles

para estar mas cerca de la tierra de los indios, y poder con mas facilidad marchar á Valdivia, si las circunstancias lo exijian. Como muchos soldados de los recientemente llegados de España estaban enfermos y alojados en casas particulares, se dió órden á los médicos de la armada para que llevasen á San Pedro y sus alrededores los que no estuviesen en estado de resistir el viaje los demas fueron incorporados en los diferentes batallones ó escuadrones, segun el arma á que pertenecian.

El 14 de noviembre de 1818 salió Sanchez de Concepcion con todos los soldados, empleados y muchas familias, en junto, unas dos mil quinientas personas, de ellas mil seiscientos militares próximamente, inclusa la compañía de fusileros formada con los marineros de la Maria Isabel. Iban tambien todas las monjas trinitarias, cuyo viaje se debió principalmente á los consejos del canónigo Usueta, provisor familiar de la Santa Inquisicion, á pesar de la gran consternacion que produjo en las pocas jentes que se quedaron, quienes aseguraban que sus personas serian siempre respetadas y su convento protejido por todos los partidos, como habia sucedido hasta entonces, no obstante que los de los frailes hubiesen servido de cuarteles ó de prisiones militares. En consideracion á ser bastante grande la distancia que separa á Concepcion de los Anjeles, el intendente Cavaña puso á su disposicion nueve barcas, de manera que parte del viaje lo pudieron hacer por agua á la vista de otros muchos bateles en que iban frailes y eclesiásticos, y ademas de cierto número de soldados que seguian por las dos orillas (1).

(1) Para atender á los gastos del ejército se impuso á los propietarios una contribucion de un décimo de sus bueyes, caballos y mulas. Journey of a residence in Chili.

Como la caravana se componia de mucha jente, la marcha era lenta y á veces penosa, lo cual desesperaba á los soldados escitándoles á desertar. El mal cundió á los oficiales, que viendo su causa poco menos que perdida, se pasaban al enemigo y entraban en sus filas. Loriega, jefe de estado mayor, quiso poner término á esta plaga, usando penas severas. Algunos desertores que se cojieron, fueron condenados á muerte infamante y llevados con música á la plaza de los Anjeles, donde se les fusiló por la espalda. A pesar de las súplicas de Sanchez, el consejo de guerra, y especialmente don Fausto del Hoyos y Loriega, permanecieron inflexibles, y aplicaron con todo rigor el código militar español, sumamente severo con los desertores, sobre todo en presencia del enemigo.

Al salir Ossorio de Talcahuano dejó muy recomendado á Sanchez que asociase á su causa la barbarie de los indios, cosa que le era tanto mas fácil, cuanto que los habia tratado mucho, y ademas tenia en su mano el medio de comprometerlos, valiéndose de los capitanes de amigos, siempre fieles á la monarquía española. Ya hemos visto que un dia reunió en la Florida buen número de caciques, que le prometieron su salvaje y sanguinario apoyo. Vueltos estos caciques á sus casas, los llamó Sanchez en cuanto llegó á los Anjeles, celebró con ellos una reunion, y les hizo prometer fidelidad al rey y odio implacable à los patriotas. Todos los caciques presentes ofrecieron un continjente de hombres mas ó menos considerable, distinguiéndose Choyquian, cuya oferta se elevó al increible guarismo de cuatro mil, con mas quinientos caballos. Algunos capitanes de amigos fueron ademas á buscar à los caciques que habian permanecido indiferentes al llamamiento de Sanchez, con órden de advertir á los indios

que todos los realistas iban á pasar el Biobio, y que no quedarian en la provincia mas que patriotas, á quienes era necesario tratar como á enemigos. El capitan don Miguel Salazar, á quien no hay que confundir con el valiente mayor Salazar, comandante de Nacimiento, fué comisionado con don Domingo Salvo para entenderse con los caciques de Longuimay, Hueñiri, Millalem, el mulato de Collico, etc., etc., y llegó hasta decirles, inspirado sin duda por un horrible y salvaje rencor, que era necesario hacer una carnicería sin perdonar á nadie, ni mujeres ni niños. El último de los caciques citados, que mas adelante hizo un gran papel en Dahuehue, indignado con tan feroz barbarie, le respondió que entre ellos no habia cómplices para tamaños delitos, y que cualesquiera que fuesen las circunstancias, la vida de las mujeres y de los niños estaria segura (1). Con esta respuesta demostró que muchas veces los pueblos salvajes conocen las leyes de la humanidad mejor que los que se llaman civilizados.

En la misma época poco mas o menos, el gobierno chileno, saliendo de la indiferencia con que habia mirado los restos de Maypu, envió á la provincia de Concepcion un cuerpo de ejército suficiente para atajar los progresos del nuevo enemigo y espulsarlo completamente de la república (2). A Balcarce, como jefe superior del ejército, se le confirió el mando de esta espedicion, compuesta del batallon número 1 de Chile, del número 1 de Coquimbo, del de Carampangue, de los cazadores de los

(1) Conversacion con don Domingo Salvo de Santa Bárbara.

(2) These were the effects of what still appears to me, the unnecessary and impardonable delay of the patriots, in their preparations to take possession of the province. Journal of a residence in Chili (Concepcion y los Anjeles) in 1817, 18, 19, pag. 195.

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