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CAPÍTULO 126.

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Condicion de los indígenas independientes.

Se sigue examinar la suerte de los indígenas que rehusaron someterse al gobierno español, y han permanecido independientes. De la población de Talamanca en la provincia de Costa-Rica, el informe de un relator, de que se ha hecho mérito, tomado de los autos primitivos de misiones de recoletos, que comenzaron á fines del siglo 17, hablando con referencia á mediados de él, en cuyo tiempo estaba sometida al gobierno español, y en que solo el pueblo de Turrialba contaba siete mil tributarios, dice: segun relaciónes y cómputos no muy antiguos llega á 80 mil almas; y añade: aunque al presente el relator no juzga tan crecido el número, atentas las guerras de unas naciones con otras, lás epidemias que an padecido, y los que an captivado, y captivan los Sambos y Mosquitos. Otro informe de misiones, que comienza su narracion á principios del presente siglo, que fué el pasado, es decir en 1710, le da la cantidad de 47 mil almas; y una cédula que va transcrita en mucha parte, fecha en Aranjuez en 21 de mayo de 738, refiriéndose á informes recientes, computa 37 mil, es decir, mas de la mitad ménos. No son estos unas razones exactas, tomadas de padrones y censos estadísticos, sino puntualmente de voces vagas y muy inciertas; pero véase, como estas mismas van disminuyendo el número.

El guardian Castillo habla de zambos y mosquitos el año de 724, y presenta la población de los primeros, afuera de los advenedizos de Rio-Tinto, en cantidad de 800 hombres de armas, y la de los segundos en la de 600, tambien hombres de armas: de los cuales computados estos últimos á razon de cinco personas por cada uno, dán tres mil de poblacion. El misionero Barrueta, escribiendo en 790, da á esta postrera nacion, dos mil almas de poblacion: es decir, una tercera parte ménos en el transcurso de poco mas de medio siglo. Pues aunque pueden llegar á 14 mil, esto se entiende con las naciones de la tierra adentro, que tienen sometidas: así como 800 hombres de armas de los zambos, que son las naciones que les estaban sugetas entónces, llegaban á 9 mil, despues reducidas

á dos tércios, contarán 6 mil; y en efecto estos dos pueblos no hacen ya el ruido que causaron hace un siglo.

Acerca de las naciones del Chol, Manché y Mopan en la costa de Verapaz hablan Delgado y Ximenez á fines del siglo 17, mostrando el territorio poblado en todas direcciones de caseríos con docenas y centenares de habitantes, jurisdiccion toda que fué y es del obispado de aquel nombre, agregado al de Guatemala, donde sus antecesores administraron sacramentos, y dieron varas de alcaldes en nombre del rey y ordinario eclesiástico. De las tribus del Typu, jurisdiccion de Bacalar en la misma costa, hablan Cogolludo mediado el siglo 17, y Villagutierre á fines de él. A cabo de un siglo, el mismo territorio ocupado primero de ingleses, luego poblado de negros, é invadido siempre de zambos mosquitos, desaparecen del todo los caseríos y tribus de la poblacion primígena, no sobreviviendo, sino los cortos resíduos que hayan emigrado al Lacandon; cuyos restos harán á lo mas una tercera parte de la que habia quedado á tiempo de la conquista del Peten, y de que escribió unas Memorias el p. Chica, religioso domínico, que entró en el pais á principios del presente siglo 19.

El relator que ha redactado los primeros autos de las misiones de recoletos en Talamanca, reduce á tres las causas del menoscabo de aquella poblacion, á saber: las guerras de unas naciones con otras, las epidemias, y el cautiverio de zambos y mosquitos, á que debe agregarse una cuarta, conviene á saber, la vida salvage, errante y fugaz de sus moradores indígenas, de que se ha hecho mérito otra vez: los cuales, huyendo entónces, primero de los españoles, poseedores del pais, luego de los flibustieres y piratas ingleses, sus frecuentes invasores, y despues de los mosquitos, aliados y factores suyos, dejando sus caseríos, sus ranchos, sementeras y crias, para no tener que perder, y renunciando la sociedad y el domicilio, abrazaron de nuevo el género de vida, que sus vecinos del resto de la costa del norte, ambulante, y dotado de todas las privaciones, que, como dice el obispo Casas, los convirtió en natura de liebres, y haciendo degenerar la especie, causa precisamente su diminucion. La-Meĥais, en su tratado del indiferentismo en materia de religion, al cap. 3 ha dicho: fuera de la sociedad no puede el hombre reproducirse ni conservarse.

Estas cuatro causas, pues, todas juntas habian menoscabado la poblacion de Talamanca hasta la mitad del siglo 18, de que se tra

ta en mas de la mitad de su número, y será mucho, que huyendo á la cordillera entre las sierras, segun testifica Bejarano, se haya salvado en lo sucesivo una cuarta parte de ella. Lo mismo podrá decirse proporcionalmente de la poblacion indígena de la costa de Veragua hasta Portobelo, y aun de la de Yucatan en los reynos comarcanos, segun el mismo Castillo. No puede afirmarse lo mismo de los mosquitos y el zambo, donde solo ha militado la causa de la vida salvage y bárbara, y un domicilio inseguro, mas no errante y fugaz, y ha faltado la del pillage, siendo ellos los agresores. En órden á las Naciones de la costa de Verapaz, es forzoso reconocer que obraron para su despoblacion todas las sobredichas causas juntas, y principalmente el pillage de indígenas ejercido no solo por los moscos, mas tambien por los ingleses en persona, de los cuales escribe Delgado cap. 31: quitáronme un muchacho chol que sentí mucho: estos deben ser los venados de que habla el almanaque, entraban á cazar siete, ocho y mas millas tierra adentro. Cargando así con índios á la isla de Jamayca, y otras, pudieron sacar negros para la tierra firme en Rio-Tinto y Balis, y careciendo aquellos de sus mugeres para la propagacion, debió extinguirse la especie con el individuo. Tal ha sido la suerte del indigenato de Guatemala y sus confines, á merced de los ingleses de las Antillas.

De los Huatusos, nada especial ocurre notar, sino lo general, que comprende á ellos y á los jicaques de la tierra adentro del rio de Ulúa, entre Trujillo y Omoa, á que los informes de misiones de fines del siglo 18, que van transcritos, atribuyen 6 mil almas de poblacion, en consonancia de otros del gobernador de la provincia y particulares, que les dan 12 mil en union de los payas ya computados, que despues, sin duda mas disminuidos, ha visitado tambien en principios del 19 el doctor Goicoechea, religioso franciscano, formando la reduccion de Agalta, por el estilo trágico del reyno, de que hace la pintura en memoria digna de su pluma, año de

812.

Lacayo, en su representacion de 759, hace el cómputo de 40 mil infieles en toda la costa, que distribuidos en la de Verapaz, Honduras, Nicaragua y Costa-Rica, salen 2 mil á los lacandones, 6 mil á los jicaques de Honduras, 6 mil á los payas y zambos en la Taguzgalpa, 14 mil á los jicaques del Jícaro, ulúas de Segovia, tuacas, tumblas y mosquitos en la Tologalpa, y 12 mil á los huatu

sos y talamancas. Lo cual en resúmen es muy poca cosa, en comparacion del terreno que ocupan, que es la mitad del distrito del reyno y sus islas, y él solo demuestra el menoscabo gradual de su poblacion.

Resultando, pues, en los indígenas independientes unas bajas tan crecidas, que donde ménos, como en los zambos y mosquitos, llega á un tercio; cuando en los sometidos al gobierno español, por el contrario, se halla en aumento en cerca de un décimo qué demuestran 543 mil, respecto á 500 mil; esta enorme diferencia da indicio de que no ha sido mejor la condicion de los que han rehusado someterse á él.

Bien visto, la colonizacion española ha sido la mas favorable al indigenato. El compendio de la historia de las colonias inglesas del norte ofrece lecciones, que llama grandes. En ella, dice, se se encuentran las conquistas diarias de la civilizacion europea sobre la barbárie de los habitantes, y las señales de la próxima ilustracion ó desaparecimiento de una de las razas de la especie humana, la de los hombres bronceados, que estrechados hacia el océano del sur, deben desaparecer, cuando no encuentren mas desiertos donde retirarse. Jhon Quincy Adams, presidente que fué de aquellos estados, y luego miembro de la cámara de representantes, no parece estar en el propio concepto; porque en discurso pronunciado en ella, cuando comenzó á tratarse el asunto de la independencia de Tejas, desaprobó semejante tendencia destructora, contraponiéndole las miras conservadoras de la colonizacion española.

El señor Barry, editor de las noticias secretas de América, en nota al cap. 4 de la p. 2, admira el menoscabo que han padecido los índios bajo el yugo español en el Perú, porque habiendo contado el imperio de los íncas de cinco á seis millones de habitantes, solo se encuentran 600 mil en el censo formado en el año de 795; pero su admiracion debe disminuirse algun tanto, advirtiendo: que no todas las naciones del pais fueron sojuzgadas: que Alcedo, hablando del Perú, menciona muchas que no lo fueron; y que en tiempo del virey Toledo, año de 575, solo se hallaron sometidos al gobierno español un millon y quinientos mil. Y aunque bajo este pié todavia era justa su admiracion, lo sería mucho mas, si se mostrase, que las naciones independientes contaban en la actualidad mayor número de habitantes respectivamente, y éstos con mejor fortuna.

Los ilustres viageros, cuyas son las noticias que da á luz, hacen mencion frecuente de caciques acomodados, que ellos conocieron y trataron, los cuales disfrutaban en Quito y otras ciudades, consideraciones propias del rango que les era deferido por la corona; y se sabe que el cacique don José Gabriel Tupac Amaro, que sublevó aquellas naciones el año de 780, y puso en el último riesgo á los españoles, habia recibido educacion literaria y militar en la capital de Lima, y solo se resintió, porque no probando una descendencia legítima, le fué denegado el título de marques de Oropesa.

Humboldt, con respecto á Nueva-España lib. 2 c. 6, dice. Miéntras estuve en la pequeña ciudad de Cholula, enterraron á una muger índia, que dejó á sus hijos en plantíos de maguey, el valor de mas de 70 mil pesos; y mas adelante escribe. Entre las familias índias mas ricas se cuentan en Cholula los Axcotlanes, los Sarmientos y Romeros: en Guajocingo, los Sochipiltecales, y mas aun en el pueblo de los Reyes los Tecuanuegas. Cada una de estas posee un capital de 160 á 200 mil pesos.

A este tenor puede hacerse mencion en Guatemala en el corregimiento de Sacatepeques de don Ventura Perez, gobernador del pueblo de Pinula: de don Calixto Zamora, gobernardor de San Pedro las Huertas: de don Bartolomé Chunay, gobernador de Comalapa, que pusieron á sus hijos en estudios; entre los cuales sobresalió en latinidad don Dionisio Chunay, bajo la enseñanza del doctor don Ignacio Irungaray, insigne profesor de ella, cura dé Chimaltenango, perito tambien en la lengua kachiquel. Debe hacerse mencion igualmente de Julian Ovalle, vecino acomodado del mismo Comalapa: de Marcos Cuxulih de Quezaltenango, que testó hace poco de 10 mil pesos: de Valentin Cayax, que lleva gastados cerca de tres mil pesos en un templo de bóvedad del hospital de la ciudad, y continúa edificando á su costa; y á este tenor otros varios: todos ellos con casas de teja, adobe y madera labrada, de mas de un lienzo, afuera de oficinas; lo mismo que algunos naturales de Totonicapan, vestidos de paño y seda, como tambien algunos otros de San Pedro Sacatepeques que habitan casas de teja y ventanas con balcon de fierro, vestidos por entero con tejidos esquisitos de lana de su propia industria.

Una troje de granos de cualquiera de estos indígenas ofrece mas comodidad que la casa del gobernador mosco en Alabara, se

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